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ABC MADRID 06-09-1942 página 8
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ABC MADRID 06-09-1942 página 8

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página8
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Sí, A %8 í í oitóptéo é i destacar y dar en su condición- de Caudillo da, España el realce máximo que merecen los actos solemnes de la consagración de nuestra Cámara Santa y la celebración del XI Centenario del Rey Alfonso II. acontecimiento de tal relieve y trascendencia histórica, que, ciertamente, extge por su grandeza estos sím bolos de nuestra dignidad y personalidad que a ellos re suma la presencia indeclinable del Jefe del Estado. Todos los ovetenses saben lo que para la gloria y el bien ganado prestigio de l- uestra ciudad significan aquellos actos que vjn a tener lugar en estos días memora 1! ble lian de constituir para Oviedo la afirmació 1 de su tradición, la exaltación de su te 1 soro histórico- religqso de jos que. n celosa y amorosamente, ha sido fiel guardadora. A estes actos solemnes será la Historia la encargada de darles el tono y el Tango que precisan, puesto que ella, evocando hoy los días pretéritos de Oviedo, hablará al lado de sus pasadas grandezas, reproduciendo sus ritos y mostrando sus tesoros, que constituyen el fundamento de todas sus glorias. El Generalísimo Franco, autoridad suprema de España, dará con su presencia e n estas destacadas ceremonias el relieve que merecen, y significa su asistencia a las mismas el honor ¿que España dispensa a nuestra gran festividad, de la que se siente orgullosa y jubilosa, porque sabe bier. que todas las glorias, que se- reunieron en el ¿suelo patrio tienden 1 a robuste cer la grandeza y el prestigio de España. Siempre constituye una honrosa distinción y un señalado favor la visita del Jefe del Estado a nuestra ciudad. La que nos hace ahora nuestro Caudillo, por los destacados motivos ex presados, tiene carácter de trascendencia histórica, y, por ella, es preciso que todos los ovetenses, cuya elevación de espíritu y sentimiento fueron siempre proverbiales, testimonien con su actitud? con su entusiasmo y amor, su agradecimiento al auténtico salvador de España, tributándole hoy un recibimiento de apoteosis, aclamándole en todos los instantes propicios durante los días de su permanencia en Oviedo, para expresarle así, además de la inquebrantable adhesión de siempre, bien probada en nuestra heroica defensa, e l valor que ¿a la ciudad a ¡a visita que la hace. Así lo espera de todos los pvetenses ei alcalde, Manuel García Ctmde. -CIFKA. DÉ 1942. KDlÓióN DÉ LA MAÑANA. PAG. 8. EL REY CONSTRUCTOR Simpática inspiración fue esta de iluminar al sol de nuestros días la interesantísima figura del Rey Casto, el que, según afirma Sebastián en su Cronicón fue el primero que confirmó en Oviedo el solio de su reino iste prius solium regni Oveto firmavit Pero esta empresa de confirmar un reino y, por tanto, sentar las bases de una nacionalidad, no podría conseguirse jamás sin las excepcionales cualidades demostradas por este Rey- Caudillo medioeval. Había que encauzar la política interna entre márgenes claramente definidas, y Alfonso II, gracias a los frutos de una educación adquirida en la beatitud del ¿monasterio de Samos, tuvo el acierto de imprimir a la naciente Monarquía un sentido señaladamente religioso que tantas victorias le hizo cosechar en su marcha hacia la unión total de las Españas. Fabía que preparar la defensa y demostrar pujanza ante el enemigo, y el Rey Casto, trocando la estameña del monje por el capirote de piel de toro y la cota de malla del guerrero, sale a combatir y a vencer en una constante afirmación de fuerza y de indomable voluntad. Había que dar la máxima robustez a su nuevo Estado, y helo allí, aprovechando las escasas horas de paz de su Gobierno para revisar y ampliar la legislación goda, y para restañar palmariamente las sinnúmeras heridas acarreadas por las guerras. Había que incorporar el ya dilatado reino a la orientación general del conjunto europeo, y es Alfonso II- -octavo de nuestros monarcas- -el primero que dilata su vista en una amplia visión. exterior brindando su amistad a los grandes proceres de la Europa cristiana- -Cario Magno y Luis de Aquitania- rechazando, sin embargo, los principios y normas feudales, por estar seguro- -y en ello fue profeta- -de que el feudalismo daría lugar a secesiones de países y desmembramiento de pueblos. Según él, como según los españoles de todos los siglos, amistad no es sinónimo de esclavitud. Había, finalmente y sobre todo, que solidificar y construir; y este nieto del gran Pelayo inicia sabiamente una campaña de solidificación y de construcción. Si no hubiese sido tan impresionantemente casto, se le hubiera llamado el Rey constructor En su tiempo, toma cuerpo en el Norte de España ese imponderable estilo románico que, con sus líneas horizontales sobre las verticales, nos invita a la meditación y al recogimiento, preparando nuestro espíritu para lanzarse luego a las mayores empresas guerreras y político- religiosas que tanta grandeza otorgan a todo aquel que, concienzudo y bizarro, las acomete con decisión. Asi surgieron las iglesias de San Salvador, de San Miguel, y la Cámara Santa de Oviedo, focos de considerable magnitud entre una constelación de pequeños templos que esparcieron su luz espiritual por los nacientes poblados del valle de Olid, de la Bardülia y de la Bureba, siglos más tarde núcleos alentadores de la nacionalidad española. En el orden cronológico, fue Alfonso II el Casto el primer constructor de la Patria Hispana. Por ello, Franco, en su calidad de guerrero, agradece a la Providencia los imperecederos hechos de armas del Rey Alfonso II, y Franco, el insigne estadista, al evocar la figura del venerable Soberano astur, reafirma la catolicidad de la España de hoy y declara nuestras- -muy nuestras- -las virtudes de aquel lejano siglo, aconsejándonos que las copiemos con su descubridora y certera visión de nuestra incomparable Historia. cía y calles de Moreno, Uría. Fruela y Rosal, hasta la típica plaza de Fontán, donde se halla la residencia del Jefe del Estado. Durante todo el trayecto, los vítores fueron incesantes y, largo rato después de que Su Excelencia había penetrado en su morada, se escuchaban aun los gritos de ¡Franco, Franco, Franco! en vista da lo cual, el Caudillo, con su esposa e hija, salió a uno de los balcones y saludó al pueblo ovetense. Acto seguido, ai Generalísimo recibió a las autoridades y a los miembros de la Vieja Guardia, a cada uno de los cuales Su Excelencia estrechó la mano y saludó con gran afecto. Poco después. Su Excelencia el Jefe del Estado presidió el almuerzo ofrecido por la diócesis, celebrado en el Palacio Provincial. CIFRA. El acto deJ traslado de las reliquias Oviedo 5, 10 noche. A las cuatro y media de la tarde ae puso en marcha la procesión. Iba al frente la Guardia Municipal, a caballo, seguida de los batidores del 27 regimiento de Artillería, de guarnición en Astorga. A continuación iban los peregrinos de Acción Católica, en número de cinco mil, portando báculos y demás atributos propios del caso. A continuación marchaban les seises de a catedral de Oviedo, y, seguidamente, una ar- queta que contenía las reliquias de los niños mártires. Luego las reliquias de San Vicente, que eran llevadas a hombros por los padres Carmelitas, y a continuación, las d, San Julián, San Serrano, Santa Eulogia y Santa Lucrecia. Seguían el Ayuntamiento de la ciudad con su banda de música, la Cruz de los Angeles, llevada por peregrinos y custodiada por la Vieja Guardia de la Fa angs de Oviedo; la Cruz de la Victoria, portada también por peregrinos y custodiada por tropas del regimiento de Milán. Marchaban luego los Cuerpos de Ingenieros de Montes y otros servicios del Estado, jerarquías de la Falange y el Arca Santa, que era custodiada por la Policía Armada y llevada a hombros por los peregrinos. Inmediatamente seguían los maceros de la Universidad, jerarquías del S. E. U. claustro universitario, presidido por ei rector de la Univedsidad ovetense, director general de Bellas Artes, marqués de Lozoya, reliquias de Santa Eulalia de Mérida, elementos del Cuerpo de Prisiones, Colegio d Abogados, representante dei gobernador miHtar, el gobernador civil y jefe de la Falange de Asturias, coronel del regimiento de Milán, reliquia de la Santa Espina, Ordenes religiosas, clero de la diócesis. Ordenes Militares, componentes de la Asamblea organizadora del acto, el Santo Sudario, el nuncio de Su Santidad, arzobispo de. Santiago, obispos y mitrados, representaciones del Ejército y de la Guardia Civil, generales Aranda, Recas, Redondo y Valdéa Cavanilles. Cerraba, marcha una compañía del regimiento de Milán con bandera y banda de música. Una muchedumbre inmensa presenció el cortejo en medio del mayor silencio. Las reliquias consisten en los cuerpos santos y mártires de Eulogio, Lucrecia, Serrano y Julián, encerradas en una valiosa urna de plata; las cenizas de Santa Eulalia de Mérida Patrona del Obispado, que se encuentran depositadas en otra urna cerrada por tres llaves, una de las cuales la posee el obispo de la diócesis, otra el cabildo catedral y la tercera el municipal; la valiosa reliquia del Santa Sudario, que es un trozo de lienzo que envolvió la Sagrada Cabeza del Redentor de la Humanidad; la Cruz de los Angeles, que constituye el escudo de Oviedo y del cabildo catedral, y la Cruz de Pelayo, que éste usó en Covadonga cuando la famosa batallaLas cenizas de Santa Eulalia se veneran fuera de la Cámara Santa en la capilla dedicada a la niña mártir de Marida. -CIFRA. En la procesión figuraban 5.000 peregrinos de Acción Católica y en la comitiva más de 20.000 almas La ciudad, engalanada. Extraordinaria animación Oviedo 5, 3 tarde. L a ciudad de Oviedo luce sus mejores galas para rendir su férvido homenaje ai Jefe del Estado y Generalísimo Franco, que llega acompañado de. su esposa e hija. Entre las personalidades que forman la comitiva de Su Excelencia, flgu ran los jefes de sus Casas Militar y Civil, general Moscardó y Sr. Muñoz Aguilar. respectivamente. En la plaza del Generalísimo, fie alza una monumental tribuna adornada con profusión de tapices y gallardetes y ondeando al viento las banderas de la España Imperial. Todas las caías de la ciudad presentan artísticas colgaduras, gobre las que resaltan retratos del Caudillo y de José Antonio, orlados de laurel. La ciudad vive una s horas de intenso fervor patriótico y de entusiasmo ein igual por la presencia de su glorioso Caudillo, que la hace recordar los tiempos en que los corazones ovetenses luchaban con heroico sacrificio pensando en la egregia figura de eu salvador. Misa dé rito mozárabe en la Catedral. v Oviedo 5, 3 tarde. Por la mañana, en la Catedral, se celebró una misa de rito mozárabe, con ¡motivo de la consagración de la Cámara Santa y XI centenario de AlfonBO II el Casto, que ofició el obispo de la diócesis. En la presidencia de honor figuraban los generales Aranda. Valdés Cabanilles y Recas: coronel Caballero, alcalde, Corporación municipal. Diputación provincial, Audiencia. Universidad, Falange y- representa clones de los Ayuntamientos de Bilbao. San Sebastián, Vitoria, Pamplona, León. Salamanca y Toulousé. El nuncio de Su Santidad, monseñor Cicognani, ocupaba un lugar de honor en el presbiterio y, a su lado, se sentaban los obispos de León, Lugo. Túy, Coria y Salamanca, y los abades mitrados d Samos y Silos. El Caudillo, en Oviedo Terminada la ceremonia religiosa, el Ayuntamiento en corporación se trasladó a la plaza de América para recibir a S. E. el Jefe del Estado. Al límite de la provincia acudieron a recibir al Caudillo el capitán general de la Región, los gobernadores militar y civil, jefe provincia; del Movimiento y presidentes ae la Diputación y de la Audiencia. En todos los pueblos del trayecto, hasta su llegada a Oviedo, S. E. el Jefe del Estado era saludado con enorme entusiasme, con vítort y aclamaciones, y a los gritos de ¡Franco Franco, Franco! -CIFRA. El Ayuntamiento se traslada a la plaza de La entrada del Caudillo en Oviedo fue A las Seis América para recibir al Jefe del Estado saludada con las salvas de ordenanza y dis- Generalísimo de la tarde Su Excelencia el acompañado de los generales Daro de millares de cohetes. La multitud esperaba impaciente en los lugares del trayecto. En la plaza de América fue recibido el Jefe del Estado por el Ayuntamiento bajo mazas, mientras la multitud vitoreaba al Caudillo con la mayor emoción, los gritos triunfales de ¡Franco, Franco, Franco! Era la una y cuarto de la tarde cuando- Su Excelencia recibía en el citado lugar la adhesión y agradecimiento de un pueblo Que él liberó de la tiranía marxista. El Caudillo, erguido, brazo en alto, saludaba al pueblo, en el que pasó los años sonr- entes de su juventud. La comitiva siguió por la avenida d 9 Gali El Caudillo es objeto de una clamorosa acogida. Ante los incesantes vítores de la multitud, salió a uno de los balcones de su S. E. el Jefe del Estado entró en la Caresidencia para saludar al pueblo. Después tedral portador de la Cruz de la Victoria. presidió el a muerzo ofrecido por la La multitud aclama al Caudillo entusiásdiócesis ticamente Vigón, Solchaga, Moscarda y del Jefe de BU Casa civil D. Julio Muñoz Aguilar, ee tras- lado al Monte de Piedad, donde ocupó uno de los balcones. La multitud estacionada en la plaza de Afonso II el Casto m verdaderamente incalculable, y los vítores y aplausos al Caudillo se sucedieron ininterrumpidamente. Aproximadamente a las siete de la tarde llegó B. la plaza de Alfonso II el Casto la procesión. Su Excelencia el Jefe del Estado cogió la Cruz de la Victoria, que le fue entregada por el presidente de la Diputación Provincia y el Nuncio de Su Santidad,

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