ABC MADRID 25-08-1942 página 7

MADRID DÍA 25 DE AGOSTO DE 19 42 NUMERO SUELTO j c jf EivrT c: J Jf V C J s O k 0 10 f ar r r U il, USi fRADO, AÑO; TR 1 GEsr vt O 0 U 1 N T O Ñ. 1 1.387 S SUSCRIPCIÓN: M A U J D ÜN MJES, 6 PESETAS. PROVINCIAS: TRES MESES, 18. AMERICA Y PORTÜGAJJ: TRES MESES, 20. L J RD EXTRANJERO: TRES MESES, 37,50 PESETAS. REDACCIÓN X ADMINISTRACIÓN: SERRANO, 81, MADRE APARTADO N. 48, EL TRASCENDENTAL ACTO DEL DOMINGO EN LA CORUÑA ENTRAÑABLE, INTIMA E INDESTRUCTIBLE RC 1 TOY LA FALANGE- LOS DOS PILARES DE LA PAT R I A -RUBRICADA EN PRESENCIA DEL CAUDILLO Y A N T E OUE LO ACLAMAN CON DELIMAS DE RANTE ENTUSIASMO Nada más aproximado a lo castrense que nuestra Falange, y nada más falangista que Jas virtudes de un Ejército dijo en su discurso el Generalísimo, y añadió: Hemos de barrer lo que enturbió nuestra Historia con sus parcialidades, divisiones y rencillas. Tres millones de hombres que valen como seis y valorizan auna raza y aun pueblo que pide su puesto en el mundo. El ministro secretario general del Partido, camarada Arrese, acompañó en la histórica jornada al Caudillo y de la Falange, que acogieron la presencia Cuando a c a b ó el enardecimiento de la Juntos, Caudillo, Ejército del Jefe con una cariñosísima ovación y, un multitud se hizo delirio, y vitoreaba al Cau- y Falange profundo respeto simbolizado en el saludo, dillo, y al Ejército y a la Falange... ¡Fueron La Coruña 24, 10 mañana. (De nuestro enviado especial. La enorme trascendencia del acto de ayer en La Coruña marcará una nueva etapa en la Historia nacional. Los que tenemos el honor de andar en estos viajes, verdaderos hitos voceadores de un inigualable entusiasmo popular, podemos asegurar- que, como os decía el sábado, el acto de ayer no será algo que quede blandamente dormido al arrullo de olas atlánticas, sino proyección ecuménica que se alzara gigantesca, sobre el solar nacional, como punto de referencia. La unión vital- del Ejército y la Falange se consolidó ayer de manera espléndida. Yo he visto, durante su desarrollo, lágrimas emocionadas y emocionantes en los ojos, cargados de hechos de guerra, del capitán general. Y timbre de voz seguro y de veneración al Ejército en boca del jefe provincial... Pero no alteremos órdenes. Refrenemos, el, impulso y, conscientes de. nuestra misión de cronistas, empecemos por el principio. Toda la belleza única de la capital gallega se enjoyó ayer aún más al saberse escenario de lo trascendente. Cada balcón, una colgadura. Cada alma, la misma emoción. En el magnífico paseo de Méndez Núñez, donde las palmeras ponen su jugoso ramaje, se habían concentrado las fuerzas del Ejército y de la Falange. Detrás, en el puerto, encalmado, el Almirante Valdés y el Sánchez Barcáiztegui empavesaban, orgullosos, sus más mástiles, y las flotillas pesqueras exhibían, orgullosas, sus galas... Todo Coruña, en masa abigarrada, compacta, se congregaba en los lugares cercanos, hasta ocultar el suelo y aparecer, como tal, una inmensa ola humana que esperaba. Las terrazas y los balcones daban, miedo de derrumbamiento. Tal estaban de llenas. A las doce en punto llegó S. E. el Jefe del Estado, procedente del pazo de Meirás, acompañado del ministro secretario general del Partido. Cuando el Caudillo llegó a la avenida de Méndez Núñez, cuajada, a lo ancho y a lo largo, de camisas azules, boinas rojas y uniformes kaki, el momento fue único. Estalló una ovación ensordecedora, y el grito ¡Franco, Franco, Franco! lo llenó todo. Yo vi al. Generalísimo, sinceramente emocionado, corresponder al fervor con una senrisa y un saludo llenos de cariño. Revistó las fuerzas, y en seguida penetró en la Casa de la Falange, que ayer se inauguraba y se enorgullecía; con su. presencia. En un salón estaban las fuerzas del Ejército, de la Marina brazo en alto. Fue entonces cuando el jefe provincial ofreció al Caudillo el yugo y Jas flechas, tras unas palabras de profundo significado unitario. Después, el capitán general de la Región colocó sobre el pecho del Caudillo el emblema legionario, tras hablar de misiones sagradas, de voluntades indeclinables, de enemigos solapados. Tenía la voz del general Soláns un dejo emocionado, y. en los ojos, un rebrillar de algo que el cariño velaba. Y allí quedaron, sobre el pecho del Caudillo, las dos insignias. Dos insignias que hablan de unidad consustancial de milicia y pueblo, que es la Falange. Y ya con los dos emblemas clavados en su uniforme kaki de capitán general, el Jefe Nacional de la Falange y Generalísimo de los Ejércitos nacionales comenzó a hablar... ¡Qué silencio aquel silencio de la multitud! Eran exactamente las doce y veinticjnco cuando el Caudillo decía, frases de unidad entre los hombres, de España. Unidad descansante sobre el! Ejército q U e cela las creencias de la Patria, y el pueblo, meta y savia del Ejército y de- la Patria. Y habló de la justicia social, y maldijo al maldito siglo xix, que dejó una España rota, y pidió un puesto en el mundo, con el apoyo de los dos pilares, Ejército y Falange, que es el pueblo... Hablaba Franco con voz segura, cálida, profunda. Y en los ojos, os lo juro, de. los jefes y oficiales que allí había y de las jerarquías del Partido que allí estaban había lágrimas. Las frases del Caudillo estaban arando almas y preparando sementeras eternas. Abajo, en la masa uniíorme de concentrados, el silencio era tal y 1 la atención de tal grado, que cualquier ruido o cualquier futesa hubiera sido registrado. Terminó de hablar S. E. el Jefe del. Estado, y la ovación lo llenó todo, ¡todo! Franco, Franco, Franco! fue un delirio dé cien mil gargantas y del doble de manos que aplaudían... Hasta las palmeras del paseo teñían un leve temblor de caricia de brisas que- llevaban los gritos bajo el cielo y sobre el mar... Y; empezó el desfile. Marineros, Ejército, Falange y productores pasaron ante el Caudillo, durante más de cincuenta minutos, en medio de una constante salva de. aplausos. Arriba, el Caudillo, en el primer tiempo de saludo militar, -saludaba al Ejército, 5 brazo en alto, a la Falange. Y siempre con una sonrisa que salía de su alma sin dobleces... unos momentos impresionantísimos, culminantes, de un viaje apoteósico y de un broche final... E 1 Caudillo saludaba... y en el aire, las palmeras coronaban a los vencedores... Ayer, españoles, en La Coruña, la nítida ciudad gallega, España se afirmó de nuevo en sus pilares. Juntos Caudillo, Ejército y, pueblo, que es la Falange, proseguirán su marcha inmutable, camino de la gloria suprema de la España imperial. Con terquedad frente a los enemigos emboscados que reparten el oro para la discordia- -lo dijo el Caudillo- el Ejército y la Falange, estarán hombre a ¡hombre y hombro a hombro, unidos a su Caudillo, porque Iiá voluntad, recia y dura cuando se empeña, convierte las montañas en llanura. Y esta voluntad recia y dura en la unión íntima fue reafirmada- ayer de manera inequívoca en una mañana clara de agosto, jun- to al. mar, que es el Imperio; bajo el cielo, que es la ambición, y sobre la tierra, que es el pan. En La Coruña, estremecida de un fervor inigualable, Caudillo, Ejército y- Falange, vibraron con sus amores y con sus devociones, ENRI UE DEL CORRAL. Hermandad del Ejército y la Falange Una imponente muchedumbre espera la llegada del Caudillo La ciudad engalanada. Falange, Ejército, voluntarios de la División Azul y más de ciento cuarenta mil personas, enardecidas de entusiasmo, esperan la llegada deljefe del Estado La Coruña 24, 10 mañana. Más de. 140.000 personáis aguardaban ayer, desde las i diez de la mañana, en compacta y apretada formación, la llegada del Caudillo. Las aceras del Cantón Gro- nde y los -jardines, de M éndez Ntiñez, presentaban un aspecto impresionante. Un hervidero humano, con una organización perfecta, se alista en orden en los sitios designarlos coa precisión matemática. Los Sindicatos provinciales encuadran bajo sus banderas a los productores de la Fábrica 2 s Armas, Funcionarios públicos, de Alimentación. Parque de Artillería, Actividades diversas, B i ecííieulos públicos, Hostelería, Textil, Pesca, Exportadores de pescado Puerto. Tabacos, Cerillas, y petróleo. Construcción y Metalurgia, Transportes, Comunicaciones, Inducirías químicas,