ABC MADRID 24-06-1942 página 3

DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS H ORAS DE SOL DlAiRÍÓ ÍLUSTRÁDO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS SlM! TRÍPTICO DE GRANADA EL MUSEO DE MADRID is dos amigos- -ella y él- -se me quejaLBORES dieciochescos de Felipe V Sobre N volumen muy documentado y original ron porque no los había saludado. Pero el severo tapiz de un Madrid de los sobre Boabdil, escrito con pluma galallevaban ambos negros espejuelos, y Austrias, gola y negros. terciopelos na y amena erudición por el médico no de lunas corrientes, que no eran antipael cascabeleo, riente y frivolo, de las costumrras antiguas, sino gafas modernas, más gran- D. Fidel Fernández Martínezj me lleva a pen- bres importadas, borda la licencia de sus. codes que los clásicos quevedos, hasta parecer sar en lo que representa Granada para la lorines. Primer empolvado de pelucas, prianteojeras de caballo, cuando rio defensas de literatura española. Tres monumentos la sim- meras casacas, primeros faroles en la noche chofer contra el polvo y el deslumbramiento, bolizan: los libros respectivos de D. Diego madrileña auyeiltando las sombras de sus lede tal suerte, que mientras me sonreían no Hurtado de Mendoza y Ginés Pérez de Hita yendas de capa y espada. Felipe V, vencedor supe a quien miraban y sólo pude recono- y el Poema, de Zorrilla. Los dos primeros dj rivales en la guerra por la corona de Esvienen a ser contemporáneos, aunque sus au- p aña. La Saboyana marchitándose en el tétricerlos por la voz. co Alcázar de los Austrias entre severas aus- ¿Están ustedes malos de la vista? -pre- tores no pertenezcan a la misma generación. teridades. Madrid tiene para hospicio un edi: L a Guerra de Granada salió a luz; en 1627, ficio mediocre allá en la calle de Fucncarral, gunté. -N o pero nos molesta el sol- -me respon- gracias, a la diligencia de, Luis Tribaldos de frente al procer palacio del Conde de MiToledo. Su autor había muerto en 1575, a los randa, donde hoy se alza el Tribunal de Cuendió él, y yo repuse: Os molesta, a vosotros, españoles, este setenta y dos años de su edad. Se refiere a tas. La piadosa fundación fue trasladada a sol de España, este sol de nuestro Madrid, la sublevación de los moriscos en las Alpu- él, desde la calle de Santa Isabel, allá en los un poco andaluz y hasta un poco africano, jarras, entre 1568 y 1571, reinando Felipe II. tiempos decadentes y supersticiosos de la mi. pero al que le basta con ser de: Castilla para Como la Austriada, de Juan Rufo, es un do- noridad de Carlos II. El Concejo madrileño cumento de valor para la gloria de D. Juan lo derruye para alzar otro, monumental y ser de Jos que más calientan? Entonces ella- ¡muy graciosa! -negó la de Austria. Se reflejan los tiempos imperia- grandioso, dotado de todos los adelantos de ¡a nacionalidad de El Sol y lo puso como no di- les en la acción, en el desarrollo de los acon- época Rojos ladrillos, líneas severas y una opulencia extravagante dé barroquismo en su gan dueñas. Ella era una mujercita elegante tecimientos, én el relato, modelo de pirosa cor- portada que hace se la señale desde entonces tada. Imita el autor a Salustio. D. Diego y amaba los tocados nocturnos, la luna y la como el ejemplar más representativo de ese sombra, las joyas y las pieles, y me había Hurtado de Mendoza, a quien no se puede estilo, fin de estilo, que ha venido llamándose quitar la paternidad de la narración por más churrigueresco. La talla el arquitecto Pedro oído decir a mí- -según recordaba- -que el sol es un realista furioso, un antipático que lo que se haya intentado, es un personaje prin- Rivera, que dirige, la construcción creciéndodice todo y no sugiere nada, y es, enemigo cipal en la corte de Carlos V y Felipe II. la entre callejas aromadas de viejas leyendas Su; padre era el conde de Tendilla, primer del rey poeta. En el nuevo hospicio, la pride la evocación y del ensueño. mera Casa de Socorro de. Madrid; y en él- -Además es enemigo de mi piel, blanca y marqués de Torídéjar. también, cobijo para la famosa: ronda del petersa, que no quiero tostada- -y en esto no sigo En cambio, el murciaslo Ginés Pérez de la moda- ni agrietada y rugosa, y con mis Hita fue de oficio zapatero. Vivió en la se- cado mortal, que predicaba arrepentimiento a gafas no miño los ojos y retraso la. hora gunda mitad del siglo xvi y los cuatro; pri- través de la noche pecadora madrileña con lúgubres salmos y campanillazos. terrible d é l a terrible pata de gallo meros lustros del XVII. Sus Guerras civiles de Diez de junio de 1929. Su Majestad. el Rey ¿Y, en cambio, sigue usted esta moda, Granada- tienen dos partes, respectivamente que a muchos hace aparecer como músicos publicadas en 1595 y 1619. La primera da la D. Alfonso XlIIf entre un revuelo jde aij. stros, regidores y altas personalidades pelarte ciegos y ambulantes, sin acordeón ni guita- historia de los Zegríes y Abenzerrajes y las y de las letras, inaugura en el viejo hospicio rra? demás vicisitudes que precedieron a la con- el Museo de Madrid. Las salas son amplias, Me creí allí mismo en el deber- -por arre- quista de- los Reyes Católicos en 1492. La se- claras. El monarca las va recorriendo, deleipentido- -de tejerle un ditirambo al sol ge- gunda repite el alzamiento de la Alpujarra. tándose amorosamente en sus valiosas colecneroso, que sale para todos, como dijo Valle Pérez de Hita no pretende seguir la forma ciones de recuerdos. Su ingenio fácil subraya Inclán, poeta romero, con barbas de río, y el tono de los clásicos antiguos. Copia a de agudos comentarios las viejas estampas igual, para la rosa que para el caracol Es Pérez del Pulgar y a Garibay e intercala en qué aluden a hechos y, reyes lejanos. Se plasalegría de niños, abrigo de ancianos, alivio el texto romances fronterizos del siglo xv y man en este museo una serie de iniciativas de enfermos, labrador y doctor; faro y aci- otros moriscos de fecha más reciente. Del li- de la Sociedad de Amigos del Arte. Madrid 1 cate de eficacia segura en las tareas triptolé- bro de Pérez de Hita han tomado argumen- ya tiene con él un arca- de piedra antigua micas, y vieja divinidad de las más antiguas to para obras suyas celebradas, Calderón, donde guardar el tesoro de sus ayeres. teogonias. Lo amaban los guerreros, y fue Martínez de la Rosa, D. Pedro Antonio de Diez de junio de 1942. España entusiasma aliado de Jossué, y la gratitud de Augusto Alarcón y D. Manuel Fernández y González. sus fervores por todo lo gloriosamente español. Tiene una vocación noble y decidida de anle elevó un templo en el monte Palatino; El Poema, de Zorrilla, es la superación del tiguas grandezas. Su. españolismo pujante es lo amaban los poetas, y Ovidio le hizo un palacio de versos, y hasta Espronccda, el ro- ensueño. No cabe más desenfrenada fantasía una flor fin de noche que regala colores y 1 mántico limar, intentó en vano detenerlo con en la llama creadora que del aliento del que- esperanzas a la agonía marxista de varios una atroz cacofonía: extático ante ti, me rub emana. El lenguaje toma allí calidades años. Los ministros de 1 a Gobernación y de airevo a hablarte ¿Por qué no queréis mi- ele seda, de mármol, de orfebrería, de alicata- Educación Nacional abren de nuevo las puer 1 dos morunos... Advertimos esencias de mirto tas del Museo de Madrid, cerrado durante rarle cara- a cara? la dominación roja, como tanto y tanto temy azahar; el agua de las fuentes que se híla El marido me respondió diciendo que el s 6l sobre cráteres de písfido; muros como enca- plo de las devociones madrileñas. El Ayunera el ojo amarillo y cruel de Polifemo, que tamiento de la Villa, con su digno presidente, jes delicados en, labor; áureos pebetes; -que- Sr, Alcocer, a la cabeza, asistido de regidores nos arrojaba sobre los hombros una roca enjas de sultanas; ecos de bóvedas que prolondel ilustre poeta Machado, director del. Mucendida, y mientras yo seguía cantando, Sol de estío, claro sol de oro, gloria del verano gan um ay- misterioso eñ ¡la noche; sonidos seo, ve con ello premiada la labor erudita y fecundo, la araña hila por ti diligente en de guzjas; ramos de. mirra tazones de flores; tenaz de tres años para poder ofrecer de nuesu rueca de plata, y canta la cigarra y estalla huellas de, chapines; locas cabalgadas como la vo al pueblo madrileño este relicario de sus antiguas edades. Porcelanas, lienzos, estampas de colores la flor ella seguía sonriendo tras de Alhamar... El Poema de Zorrilla, supera las Orienta- y objetos de Madrid, emoción, color y luz el enorme antifaz carnavalesco de sus anteojos crueles, y yo- ¡ay de mí! no sabía les, de Victor Hugo, y a u n a iodos los poetas de años, cuyo aroma nos acaricia con ese dessi me miraba. Eran, más o menos, las siete, árabes de Sicilia y de España, que trae a mayo desvaído de los perfumes de historia. Trozos de ayeres que saben el secreto de. lióde la tarde en los relojes de Europa, y mal- nuestro conocimiento el onde de Schack en fás insignes. Historia... maestra y señora de el castellano procer de D. Juan Valera. dije la moda de las gafas negras. todas las sabidurías. M U A FELIPE SASSONE Lms- ARAUJO- GOSTA F. BONMATI DE CODECIDO