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ABC MADRID 19-06-1942 página 3
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ABC MADRID 19-06-1942 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRAIDO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS) B S LA VENTA IN grande esfuerzo puede verse qué cosa. A venta está puesta en una angostura tan. difícil es ponerse en- claro consigo entre dos montañas y s e llama venta mismo; una levé ojeada en torno nuesde las Quebradas; es lugar, muy. pasatro hasta a persuadirnos de que se suelen ma- jero. Ha tenido la venta primero Antonio nejar tópicos, en. actos y en palabras, que no González, llamado él Moro, y la tiene hoy se acomodan ya a la realidad que los süscitó, y su- hijo Juan. Hasta, los veinte años estuvo delatan, con demasiada luz, una actitud huma Juan en el pueblo, distante cuatro leguas de na jue no sería posible sin una vida en falso. la venta: fué a la escuela y se aficionó a. los Hay solamente dos lenguajes para los homlibros. No podía desatender la herencia pabres que no cambian de ideas y creencias, terna y se convirtió en ventero. Lleva bietv como el viento que tyega y p sa en cada insía venta; tiene fama lá vetfta de las Quebratante hay el lenguaje del héroe, que se habla das, que otros apellidan del Moro, entre los con las armas en la ma- no, y ese otr- 6 lenguaviandantes; a diferencia de lo que ¿n- otras je silencioso y ancho qué. hablamos, todos- en Rentas sucede, en esta hay recado abundannuestra vida cotidiana, a l o largo de. quehaceres y propósitos, ensueños y desilusiones. Y, te a laj- despensa. En cierta ocasión; ál Jiaahora, después de estos doce años que hemos ter la limpiezá de un cuarto, se vio que: un pasado los españoles con l a ayuda de. Dios, es jyiajero liabía dejado olvidada una maleta; punto menos que imposible el erígaño. Guarido staría ya muy lejos el dueño; sin, abrirla la alguien nos (habla nos preguntamos sí en verÍUVQ Juan González tres o cuatro meses. Al dad esta convenció de las, cosas que está difin, cansado de esperar, la abrió y vio que ciendo. contenía ropas de escaso valor y uo ejemplar Si echamos una mirada a lo que hoy está jde la primera parte del Quijote. ocurriendo en Ja vida española, nos percataI EL libro de Cervantes estuvo dos o tres sémaíía. mos en seguida de que ihay. muchos laboratojsemanas en una mesita, al lado de la cama, están esperando hombres generosos, sin ser abierto; había mucho trajín en la Eso- no- puede ser -replicó el viajero rios quede rehuir las llamadas de ese. mundo capaces i- venta; cuando Juan se retiraba a descansar de, los ojoá -alegres. Gómoii ue no puede ser? -reargüyó turbulento que proporciona, nombre y comodi. no sentía apetencias de lectura. Pero un día, sin cuento. muchas bibliotecas que; Juan González. ¡Si ahí mismo, donde us- dades ser pobladasHayestudiantes que se ac- er. precisamente el día en que estaba más canpiden de sado, i abrió el. libro y comenzó a leer. No- tedes: státifsentados, estuvieron sentados don quen con probidad y con pasión a obras y sistemas ilustres, porque solamente haciendo esto pudo ya dejarlo; con avidez, -una noche y Quijote y; Sancho! otra, iba pasando las ¡hojas. Le divertía y le ¡Déjalo, Miguel! -exclamó el Compañe- se pueden entender! os sistemas que, creemos profesar y se pueden hacer obras qué no estén entusiasmaba la figura de don Quijote; unas ro. -Serán- figuraciones- suyas. al destino de cualquier situación paveces era para él don Quijote un estafermo Cervantes- no cesaba de contemplar al ven- sujetas Hay muchas fábricas que piden bray otras un caballero. En sus cavilaciones tero ponía la vista en la mesa y la traslada- sajera. zos vigorosos, capaces de hacer- que produz llegó Juan González a no saber si don Qui- ba luego a Juan González; parecía meditar can lo que demandan nuestras necesidades, y 1 ¡jote era real o no: si existía efectivamente profundamente. cerebros bien pertrechados que i inventen pro. eri el. mundo- o si sólo existía en. la. mente de- ¿Y, cómo era don Quijote? -preguntó cedimientos e n armonía con el adelanto de es ¡su creador. De todas suertes, puesto que don al cabo. tos tiempos que corren. Necesitamos escrito. res que, sean capaces de hacer libros que pue Quijote trafagaba por los caminos y posaba El ventero pronunció entonces las siguien- dan competir con, los que se escriben en otras cn las ventas, Juatt González hubiera xjuerinaciones, ser vertidos a idiomas extranjeros y do. que su venta, 1 a famosa venta de las Que 7 tes memorables palabras: jbradas, fuese honrada con la presencia del Don Quijote de la Mancha és un caba- mantener nuestros mercados en América y en el resto del mundo. caballero. Tanto pensó en ello que el vehe- llero de unos cincuenta años- cenceño, fuermente, deseo se convirtió en agobio. No ol- te, con el rostro seco; sus palabras eran corLo que hoy nos hace falta, sobre todas las vidó, ciertamente, el cuidado solícito, a los teses y sus modales, señoriles. cosas, es trabajo silencioso, inacabable; y si 1- ¿Quieres que te diga, Miguel, lo que es- en estos tiempos de peligro y de ansiedad que huéspedes; pero se comenzó a murmurar de ciertas negligencias. Se susurraba que algo toy pensando? -dijo el compañero 6 Cer- hemos jrivido. se servía a España con las- arextraordinario le- ocurría a Juan. ¿Por qué vantes. -Se trata, sin duda, de un loco, como mas en, lá mano, ahora, los que de verdad quieran servirla, tienen que abandonar los usos permanecía a veces en la ventana del desvalí, tu personaje. frente al camino, atalayando la llegada de ¡Hombre, no tanto; mi personaje rio es de la guerra- -que- ha pasado por, ventura- -y entregarse, si es posible hablar así, a una tarea, Jos pasajeros? Juan estaba creído de que el propiamente un loco! cotidiana, que no va a dar. ni gloria, ni poderío hidalgo manchego aparecería a jo lejos, se- -Quiero decir que, por lo visto, algún hi- ni dinero. Ha sonado la hora de que los homguido de Sancho Panza, y de que. él, el ven- dalgo ele pueblo, imbuido de novelerías y en- bres de buena voluntad se afanen sin tregua tero, saldría a su encuentro y lo agasajaría tusiasmado con tp libro, habrá dado en la ni descanso por que, -nuestros laboratorios después en la Venta. sandez de creerse don Quijote. no sean estériles; por que; nuestras bibliotecas no estén despobladas, por que nuestras t Lo que ha de suceder, sucede: se presentó- j Ah, sandez tampoco -replicó desabri- fábricas no vayan a la zaga de las. fábri ¡un día en la venta don Quijote de la Mán- do Cervantes; cas de otros pueblos y por que nuestros li. cha; encantó a todos unas horas con sus- -O desvarío o lo que quieras- -íectifico b e no se. pierdan en los. desvanes, llenos de ¡corteses niodales y sus palabras discretas y el amigo. polvo, de sombra y de olvido. se, rttárchó. Ocho días después, llegaron a la- ¿Llevaba armas? -preguntó Cervantes al Ha sonado la hora de servir a España en el yvénta dos viajeros que se alojaron en un venteril. o ego de nuestros quehaceres de cada día, ¡cuarto- de: 1 a planta baja, frente a la cocina: -No; dijo que eran ar ti nia y febles la n ruido ni esperanza de honores; hay que ¡uno de ellos caminaba con paso tardo; su a rehacer la vida de este pueblo; tan trabajado ¡frente era ancha, desembarazada, -sus bigo- que tema en- casa y que iba a la por todos. los males. y todos tenemos un luitesireciós y su barba entrecana; había en su comprar otras nueva como cettifk, gar v una misión. Cuando llega el momento va estancia en la venta n e ceio u talante señorío y sosiego. de Ja guerra es desertor quien no a cüde a ía Juan González sale 1 ero deí api I- -Tendrán ustede. s aquí- -dijo el. entero HTD da de la Patria; pero- cuando ía vida rekij- elye, a; cabo d e u n o raiauíb T a los- viandantes- -iodo cuanto- dasefe carc b t s ü ritmó es traidor qü ife n iici ocupa el s nero verde, conejos en pebre, jigote grueso, wS íí pfe dac! tí) é v te a i n M O p ie to qUe se le ha 1 encomendado y sin escuchar lonchas de buen periíil... En fin, lo que me tras modernas tarjetas, y se lo entrega a las palabras que nos diga, para disculparse; pidan. Cervantes Cervantes lee: Soy ...don. Quijote creeremos sie npre que rio ha encontrado fu j paz, ni alegría, -1 ni aiiwr; Ef Viaje iió ae 1; Qs; Qa; áje rés: y íá írente í tle sembarazadá se pasaba con suavidad la AZORIN L mano por la barba y sonreía. No habíamos dicho- antes que este personaje tenía rientes los ojos. El viajero había e tado en muchas ventas; pero como esta no había visto ninguna Todavía le quedaba por ver algo más extraordinario; no atropellemos ¡a narración. Al escanciar el vino- ra el ventero quien servía- -dijo alegremente Juan González: Clarete como este tan oloroso- y suave, no lo hay en parte alguna; es el mismo que he servido hace unos días a don Quijote de la Mancha. En este punto, el pasajero de la barba cenicienta se removió. en la. silla, levantó lá cabeza y miró fijamente y en silencia a Juan González. El otro viandante se echó a reír a carcajadas. ¿Cómo dice usted? -preguntó el primea viajero. ¿Ha dicho usted don Quijote de, la Mancha? -I Sí, sí, don Quijote de la Mancha! -exclamó con iviveza el ventero. -El propio don -iQuijote, que pasó por aquí hace una BC DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS VS- T. RA. BA 1 O V ESPERANZA S EMILIANO A G U 4 D 0

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