Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 06-06-1942 página 3
ABC MADRID 06-06-1942 página 3
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 06-06-1942 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página3
Más información

Descripción

DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS jé N O V EL AS ABC EL REY DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS W? TROVADOR FUE EN MARZO DE 1509 AS cenizas del Rey D. Juan I de AraIJERASE que vuelven de nuevo las noOR mucha prisa que se- diesen, el viagón, el amador de la gentileza, han rejero y un paje llegaban tarde a su casa velas grandes, quiero decir de muchas tornado al mouasterio de Poblet. Esta de la villa de Coria; noche fría, pue- páginas. Lo que no parece que vuelve, a lo menos por ahora, es aquel gusto in- regia y amable sombra medieval se nos apa- blo cerrado y venta abierta, se quedaron en tenso por las narraciones de ficción. Los no- rece coronada de mirtos provenzales y con ella y luego del acomodo por sí mismos de monturas, en un lar- Cortes velistas, con pocas excepciones, resultan cada la violeta de oro de las primeras galante de sus banco cerca acomodáronse ellosen la cocina del fuego. Había Amor y de Gay Saber en su mano de go vez más aburridos. De donde si, a la falta trovador. Don Juan I de Aragón es un apa- tres rufianes, dos mujerzuelas de las de pi de interés de los relatos, se agrega la mul- sionado legendario de Clemencia Isaura, y cos pardos y unos bulderos que querían cetiplicación de los pliegos, el pobre lector ter- recoge la herencia de trovería de Alfonso, el nar. Como viesen al llegado vestido de par- mina por anegarse, perderse y desesperar, por Sabio, que debiera de ser nombrado el Tro- dillo tomáronle por un merchán de puercos último, de un género tan decadente, en con- vador. Cuando los troveros fueron desterra- y comenzaron a burlarse, primero en voz quetraste con otros fclicíshnamente cultivados do de Provenza, D. Alfonso les concedió en da y después sin rebozo, que no hay. como Castilla una ciudad franca y libre, que fue la prudencia para envalentonar a la gente hoy. una de las se atrevió a tiSiquiera el cuento o novelita corta seguía el Principado de la Poesía, ya que los trova- baja; del papahígo, hembras pasara si uno. de rarle y a más defendiéndose, aunque a la desesperada, y no dores eran tratados como príncipes por el los bulderos no aconsejase quedito más conpor aquello que recomendaba nuestro Gra- Monarca, que interpretaba poéticamente el tinencia, porque se veían armas debajo del cián, cuando decía que lo bueno breve es dos lenguaje de los astros y de las flores. Los sayo. veces bueno, sino por la razón de que lo malo poetas ya no. ¿tuvieron que reunirse, clandestinamente, en un jardín nocturno, para recicorto es más sufrible y tolerable. Pues he tarse al oído las viejas cantigas bajo, un sim- Pensando que las hubiera hurtado, arreahí qué lo malo, en lugar de comprimirse bólico laurel. Y fue en esta villa castellana ciaban las bromas, a tiempo que- irrumpían juiciosamente, se alarga todavía: el resulta- donde se restauró la tradición religiosa y poé- en la estancia veinticinco arcabuceros, a los que. el desconocido (que para ellos no era) do de por fuerza ha de ser que apenas exista tica, ofreciendo la violeta de oro o el jazmín previno, con el paje, que no le reconociesen; libro novelesco que no engendre cansancio, de plata a la mejor loa de la Virgen- María. mas habiéndose la mujer de antes propasa: tedio o fastidio. do a mayor extremo, un cabo de escuadra ¡Siete u ocho novelas acabo de leer, y, sé- -La: blanca figura de Clemencia Isaura- -ralbo no pudiéndolo sufrir, puso mano a la espa 1 ría mejor para mí que no las hubiera abier- Urial y cabellera magdalénica- -f ué la estrella da sin que llegase a usarla, porque el incógto. Sobre rubias, tibias y endebles, no daban tradicional de la sobregaya. compañía de los nito había levantado el banco con ambas trovadores, y; el Rey D. Juan de Aragón se fin jamás. Impónese otra cosa, cambiar de nos apareceíicomo su enamorado- -ideal hasta manos, y de un solo revés, echado a todos género o volver a la imitación de los clási- el misticismo- Se ha dicho que esta doncella al hogar; una de las mujeres cayó debajo y murió, el cos; medítenlo bien los narradores. Ni fan- nunca tuvo existencia física. Se ha creído beza, y losmesonero se partió enydos la cademás, quemados cara manos, satasía, ni ingenio, ni aquella aínenidad sabro- que todos los cantos dirigidos a Clemencia, lieron dando gritos y llamando justicia. El sa, tan apreciada siempre, descubrí en ellas. inspiradora de la musa juglaresca, fueron loas viajero y los soldados atrancaron la puerta Y otras tantas, que hace poco hojeé, no de- religiosas, y el: nombre de Clemencia, una y se pusieron a cenar la cena de todos. alegoría de Nuestra Señora. Sin embargo, jaron mejor huella en mi espíritu. Las misTumulto grande se produjo en el pueblo; mas, frases, las mismas descripciones, los hay datos Biográficos de tan maravillosa donmismos juramentos; iguales tipos y conver- cella, que escribió ella misma versos en len- armóse la milicia concejil y los vecinos encendieron antorchas; el alcalde y el señor saciones, exacto estilo y metáforas, parecidos gua proyenzal hacia los finales del siglo xv. obispo pusiéronse- a la cabeza de. la hueste La trovádoresa tuvo unos amores infortunaproblemas. Literatura en serie: tal es el fey rodearon la venta, intimando la rendición: nómeno y la consecuencia de él. Se escribe dos con un trovador que murió en la gue- IIno tardó la puerta en abrirse ante la preseii- rra. Clemencia! en memoria de su prometido, sin duda más pulidamente que jamás, como se consagró a la institución del Gay Saber y cía del prelado; pero, como nunca en las. diría un apasionado de la expresión galica- legando su fortuna a la Academia poética multitudes faltan los audaces, un grupo de da; pero la prosa es una prosa femenina y cuando a los treinta años se retiró a un mo- porquerones penetró a coger al que parecía, muerta, cuanto se quiera perfumada y rebo- nasterio. Los siglos posteriores han idealiza- jefe, y éste, que tenía la tranca en el puño; sante de flores, bien como las que se espar- do la bella figura aureolándola de leyenda de otro revés tumbó a los cuatro e. hizo huir al resto. La luz de las dio en el cen sobre los difuntos. Porque, en vez de- -desde los poetas medievales Goudolia y Jaa- rostro del señor obispo eantorchasla cara del iluminó escribirse con pluma, se escribe a menudo mín, hasta el patriarca moderno Mistral- -y viajero, con lo que, arrojándose iambos en con plumaje. Los novelistas carecen ahora el nombre de Clemencia Isaura se ha repe- estrecho abrazo, quedaron todos suspensos de brío y, especialmente, de fantasía y don tido engarzado en rimas todos los años cuan- y contenida la refriega. La- voz clel señor creadores. Huirán de escuelas, evitarán los do la nueva primavera enciende los laureles y obispo resonó en el silencio: ¿Pero no co lugares comunes, no se someterán a ninguna las rosas de las tierras de sol y de mar latino. nocisteis. a vuestro paisano- y m- i sobrino dofí disciplina. Eso dicen. El resultado es idénEl Rey D. Juan de Aragón, enamorado Diego García- de Paredes, honra del pueblo de este poético fantasma de mujer, restauró y de la Infantería española? tico no se les ocurre nada: imágenes. De. entré las novelas leídas, pude apartar sus Cortes de Amor y sus juegos florales. EnLas muchedumbres cambian rápidamente dos, que (aun no siendo buenas) reñían un vió embajadas compuestas por trovadores a su sentir; cayeron de las manos las, piedras, poco, por su lisura, con el camino trillado la Monarquía francesa y a los príncipes ita- abajáronse los garrotes y los mueras conde las restantes. En puridad no eran nove- lianos, rogándoles enviasen los poetas de sus virtiéronse en vítores; la turba se hizo eslas, sino relaciones poemáticas; y si el gé- tierras a las justas poéticas de la Primavera. colta de honor; el forzudo y valiente capiEl Tesoro real señaló una pensión de cuanero sigue despeñándose- tan lamentablemen- renta florines de Aragón para las joyas de tán, con sus soldados, füé seguido, entre lute, no hay que aguardar su pronto resurgir. los trovadores laureados. El marqués de Vi- minarias y clamaciones, hasta el zaguán de V. La imaginación de los autores, agotada, ne; llena nos dice que los motivos de aquellas su solar hwalgo. El trueque de las iras populares en entucesita una larga cura de descanso y empren- trovas eran loores de la Virgen María, cansiasmo, pudo tener una de dos causas: -order otros rumbos. De ahí el secreto, del éxito ciones de guerra y de buenas costumbres que gozan actualmente las biografías, siemPor la denominación poética del Rey dongullo de convecinos- y paisanos, o recuerdo pre que no degeneran (resabios novelísticos) Juan, alma abierta a la gracia del verso, no de un episodio de la mocedad del esclarecido Salía de misa con su señora en una obra alrededor del héroe. Porque la se ha perdido en los tiempos o. scuros la tra- dre capitán. la puerta- del templo, recordó ma y, en ésta dición de las bellas palabras rimadas que. füg- que no había, humedecido sus dedos en, el biografía es, al fin, historia, historia auténtica, y, por historia, lección de Humani- ron oración y canción, y rriás; tat iky- pilares agua bendita; iba a volver sobre sus. pasos, dad. Y todo lo que no es historia, o se nu- de la Historia. La sombra; del rey gáláa, y la contuvo el mozo; entró en la iglesia, tre de la historia, o parece historia no pue- con su barba, de hombre dé- éérrS, flonda! arrancó de cuajo la enorme pila bautismal, de alcanzar categoría de narracíóni, i íde, í na- de serventesios, vuelve a. sofísfr f Jft tá eíé de ftósrftol, y- rse la presentó a su madre, con ¡rración verdadera, o de verdadera mar- iwciófii na luna. de los poetas, entr. eV s i d Siieffié; vales clel monasterio (le 1 ctSrf ml í- Que el arte, al cabo, no es más que imitación so en los labios y una rosa por airón, como s f -sitio, sín ele jar de haberse arrodillado! de la Naturaleza, y la sola fantasía no su- un rey poeta, unido en la leyenda al nombre frente al altar mayor. A un hombre semejante es prudente tenerle por amigo. peró, nunca a. Ja realidad. florido de Clemencia jlsaüra. D L P n Luis. BERM Effi Bi; CASTRO S. J

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.