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ABC MADRID 08-04-1942 página 3
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ABC MADRID 08-04-1942 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS S Igl A B C EN FINLANDIA DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS) S íf Finlandia independiente; luego retorna, a Es- su amigo Pacius, quien vive allá, lejano, en paña cuando el Rey Alfpnso X I I agoniza, su finca de Backas en los alrededores de Hel- mirando turbiamente las enemas del Pardo singfors. Y promete escribirle indicándole I03 Las oscuras golondrinas deseos de 3 a Reina. y los azules fríos del Guadarrama. en Helsinki Federico Pacius es por esta época un vieBécker frecuenta los salones de Madrid USTAVO Adolfo Bécquer, aun siendo es. cuando la Reina Cristina, entristecida, go- jo risueño. Es un músico conocido y apre- panolísimo (andaluz y suriano como bierna con Sagásta. La Regente viste de luto ciado en su país, autor del -himno MaaninieAntonio Machado) tiene algo de nór- y se apasiona por las violetas. Lo sábados laiüu y del Suonien laulu, o canto da Finlandico o de alemán en su poesía. Parece que le va en coche descubierto a la Salve de la dia. Vive, en su finca, con sus vacas (encecanta al oído Enrique Beine, y sus rinias, Virgen de Atocha, acompañada del Rey- ciiño, rradas todo el invierno y alimentadas con perdidas en nieblas dulcísimas, se despegan rubio, exangüe como los infantes de Ve- la hierba conservada con sal) sus caballos, sus ocas, y sus viejos muebles. Pasa las algo de nuestra fuerte y realista poesía cas- iázquez. grandes veladas del invierno dedicado a sus tellana. Su apellido parece germánico y lleva Una tarde, entre sus íntimos, en su salón nietos y a su piano. Cuando se aburre sé el nombre, luterano y, nórdico, de Gustavo de sedas amarillas y musicales relojes, la pone sus botas altas y, andando sobre la Adolfo. ¿Reina, sin duda por la semejanza del nom- nieve varios kilómetros, a pesar de sus ser Hubo otro Gustavo Bécker contemiporá- bre y apellido, se dirige al Bécker finlandés tenta y. ocho años, se va a ¡Helsinki a beneo del nuestro, nacido en 1840 en los alre- hab. Iándole, del malogrado sevillano. Su Ma- berse en el S ocietetshuset unos snaps con dedores de Helsinki; pero éste no era póe, ta, jestad tiene, incluso, la. amabilidad de reci- sus viejos amigos. sino guerrero. tarle la primera estrofa de Las oscuras goLa carta de Bécker desde Madrid le ilu Me han contado aquí su historia personas londrinas siona. qüe le conocieron. ¡Qué historia! El Bécker Es una lástima- -dice- -que ninguna de las L a Reina de España- -dice en su termelodías que se han compuesto para cantar tulia- -qujere que componga una melodía. finlandés llevó una de esas vidas apasionadas y brillantes en que tari fecundo fue el si- al piano esta rima interprete el sentido de Pacius ha recibido de su amigo la famosa 1 glo xix. Alumno de la escuela militar fue nuestro poeta- -y añade- Acaso un rrfúsico rima con su traducción éh sueco. Y con arbien pronto abanderado de la Guardia Fin- del Norte sabría comprender mejor su me- dor juvenil se dispone a componer. Desde su landesa. Befo él amaba la guerra y el Norte lancolía. nieve de Backa, bajo los flecos de hielo El oficiar finlandés se; acuerda entonces de que cuelgan de su tejado, Pacius, sobre el estaba, entonces, demasiado tranquilo. Bécker fue deslumhrado: por la tentación del Sur, del piano iluminado por unas velas, dedica su calor, el sol y los colores, y se fue a España, romanza a la Reina de España, a la Reifigurando en esa guerra de litografía heroica, AN 1 VERSAR 1 O na del Sur y de lo pájaros. de cuadro histórico, de nuestra campaña de L próximo día 12 se cump, le él cuarto La composición, terminada, llega a E s aniversario de la muerte de Serafín paña durante el verano. Y Bécker le escriMarruecos. V ¡ó, pomposa, valleinclanesca, con Alvarez Quintero. En años anteriores sus faldas azules con cintas, sus verdes rasos y piadosa costumbre, inicia- be que nó ha podido entregaría todavía a y su opulento escote, a Isabel I I colocando da por füé noblecordialísimos y por la Socie- Su Majestad porque se encuentra en los baj amigos un escapulario en el pecho combado, cargado dad de Autores de España, acudir en amoro- ños. Cuando la Reina torna, de San Sebasde medallas, de O Doñneíl, quien secretamen- sa peregrinación a la glorieta del Retiro, le- tián, Las oscuras golondrinas, con música vantada en prez y gloria nuestra, y dejar te suspiraba por la Reina. unas flores ante ella corno tributo y como re- de Pacius, son cantadas en el Palacio Real Los periódicos, enlazando aquella guerra cuerdo y oración. Un orador insigne explica- de Madrid. La. audición constituye Un gran con la reconquista, hablaban del Cid, dé Sanba el alcance y significación de! a cto, que éxito. Y la Reina asegura que al fin ha entenía en su sencillez una eficacia conmove- contrado una música que interpreta la rima. Fernando y los infieles, dora. En aquellos primeros trenes con su alta Este año, escrúpulos de mi conciencia, sen- Agradecida, concede a. Pacius. la Cruz de chimenea (pomo una chistera de la época) timientos delicados, íntimos y hondos, y me Isabeíl la Católica, y unos días después, nuestro rubio finlandés partió para Marruecos. atf vería a llamar inefables, ya que no hallo nuestro ministro de Estado, e l marqués de palabras su teCombatió en Luchana, en Wad- Ras, vio a nuidad e adecuadas para pintarlos aenescribir la Vega- Armijo (interferencia de la lírica 1 imprecisión, me llevan Prim en los Castillejos y fue condecorado estas, líneas. La gloria de Serafín Alvarez en la burocracia) nvía a Helsingfors el diploma y las insignias. por su valor nada menos que con la Laureada Quintero y la, mía son indivisibles, en su esencia y yo he de gozar de ella y de sus Ayer he visto esta vieja cruz, con su seda de San Fernando. resplandores, así como a su memoria le alVuelto a Finlandia, Bécker ingresa en el canzarán, también las csricias o halagos y cansada, e n l a casa de la calle Norra Kaejército ruso y en 1871 es, nombrado oficial homenajes que yo reciba, Pero él sucumbió jen, donde viven las señoritas de Beaurain, vivo, por merced o y en 1 la Guardia. Imperial d Grodno. Pronto y yo laborando y expuesto castigo ade Bios, los bisnietas de Pacius. e sigo estoy todos junto a la cruz, las cartas descoloridas se ciburre, Alipra s México quien- le des- vaivenes qufe- trae consigo la lucha literaria. lu fnibra. La Emperatriz Carlota toca el piano El que pueda comprender que comprenda. del Bécker finlandés. fechadas e ¡n Madrid, entre las palmeras y Maximiliano bebe re- Basta con lo dicho, para aquilrtar la causa en la Cuesta de Santo Domingo, con la rima la frescos, desmayado, en Cuernavaca. Bécker de mis preocupaciones. Vaya a dr! glorieta cuidadosamente copiada por él y su traducdel Retiro en la próxima fecha aniverlucha por él contra Juárez, el indio zapoteca sario, con sus rosas o con sus recuerdos, que ción en lengua sueca. Al atardecer, cuando el sol se ponía rojo también son rosas, todo el que quiera ir; pero que quiere vengar la conquista de Cortés en alguna de ningueste rubio descendiente de Carlos V y. Bécker; no espere invitación oficial particular de ca- sobre e l hielo del ímar, estas bellas- señorina entidad, ni insinuación herido bajo el sol, entre las pitas y los la- riñoso amigo. Vaya por su ubérrima volun- tas finlandesas, Ana Isabel, me han cangartos, cae prisionero de aquel aceitunado tad, por mandato o consejo de BU corazón; tado al piano, en. español, emocionándome, He Robespierre tropical. Milagrosamente esca- para nadie habrá solicitud afectuosa, ni mu- la triste rima de Gustavo Adolfo. ha salido. Hacia calle y me menos presión, d. étoü Que pa del fusilamiento, y en el año 78, este hijo cho le obligue a ello. por Sociedad de ésta sea, do sobre lafrío en laque me llevaba anevaque La utores, partitura casa de un país protestante se va a Roma a ser- los compañeros en e oficio, no comparten corno un- recuerdo. En; el puerto, 3o s autoconmigo del todo la resolución que me lleva vir en el ejército del Papa. Entre los suizos, móviles se estacionaban frente a la Legaa tales advertencias, vestidos con cintas de colores, con sus cas- den en su valor más pero s y que las entien- ción de Suecia donde esta noche hay una puro que las respecos de puntas: levantadas dibujados por Mi- tan y acatan. gran comida. guel Ángel, se fortifica en el castillo de Sánt Reciban unos y otros, los iniciadores del Los barcos, quietos, sin un balanceo, PaAngelo. Y cuando por la Puerta K a se acto y los que a él acudieron y acudirán ho- recían casas o murallas, inmóviles sobre el desagua el estado pontificio, Gustavo Bécker gaño y en lo sucesivo con su ofrenda de mar macizo. Sonaba triste la sirena de un gratitud imperecedera: navega hacia Egipto a ofrecer (conloólos amor, mi los oradores que con el recíbanlo, barco. ífcbs montones -de: nieve: ¿blanqueaban animismo, prestigio viejos escandinavos a Bizancio) su espada; al y la belleza de su palabra realzaron la tierna, ías: calles dé- Helsinki, 1 pícürás pór! el bomceremonia; y las clamas todas que con su bardeo. Kedive, guien le otorga el título dé bé r. señorío. To En 1876 Bécker está en Belgrado comba- presencia, díéronie realce y a agradecer, sé- Y yo, mirando mi. partitura espolvoreaagradecer: de niño aprendí y tiendo como oficial serbio contra los turcos; lo que de niño se- aprende jamar se olvida. da por; la- nieve, fie pensado en la civilizay poco después pasea entre las viñas, con X más lo que no lleva otra significación po- da Europa de nuestros padres, todavía no polvo, los mármoles de 3. a Acrópolis y los oli- sible que la de honrar la memoria del que brutalizad a por el marxismo, y en la que 1 que hermano mío, vos de Platón, estudiando la defensa dé Ate- fue más una. obra literaria. o la devoción y (en una enumeración ar. móds de. Rostand) culto a nas y del Píreo. Publico estas líneas en- A B C por ser el era posible. esta bella, histona eaJla que una Bécker es un hombre alto, rubio, que ha- periódico donde habitualmente colaboro: pero Reina (apasionada por un poétaj y un hébla once idiomas. Mundano y seductor, por si algún compañero de las otras análogas roe- dialogan con un rfiúsico finlandés sobre todas partes, no solamente deja, enemigos So- publicaciones advierte, a sus lectores, aunque el leve verso, a unas golondrinas. sea de manera concreta, de nii voluntad y bre el campo, sino dolorosos corazones feme- deseo, itambiénse lo agradeceré grandemente. AGUSTÍN: D E FOXÁ CONDE; DE 1 FOXÁ í niños. El año 80 escribe en París sobre la J A X V A R E Z Q U I N T E R O Helsinki, marzo, 1942, G E

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