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ABC MADRID 14-03-1942 página 3
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ABC MADRID 14-03-1942 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN áENERA L, 25 CÉNTIMOS Jf Iff LOS PLAGIARIOS A manía de plagiar se Ka extendido de suerte que se comen tras ella las manos infinitos hipócritas de virtudes. Asi como un hombre que se estime (en sentir de Quevedo) antes de dolerse de sus muchos enemigos, debe tener por gloriosa recompensa el merecerlos tener, así también no deja de producir satisfación verse plagiado; Yo no tengo obras. de or, o, desgraciadamente, aunque muchas de este metal han pasado por mis alíanos, y de ellas corren por el nitrado con vestidura castellana; o en. su propio atavío, que antes nadie conociera. Pues éstas de pro y. las que no lo son (y mayormente por! ello) ¿por qué las plagian, (Jas manosean y las desfiguran? Examinad las depuraciones hedías por mí de textos clásicos. Las hallaréis reimpresas cien veces, apropiándoselas quien le viene en gana. De alguna biografía me han plagiado desde la, división por capítulos hasta las ilustracio nos. ¡Señores, por cavidad. Hasta con las erratas arramblan, que es un prinur. En cierto texto cJásico publicado por rj. í, e deslizó siempre la errata de Aurelio Fusco por AreTio Fusco célebre declamador romano. Todos cuantos reproducen de mí 3 a obra, dicen pomposamente que: ía toman de- la primera edición, y que. la depuran ellos; mas el Aurelio por los. malos pecados de mi corrector de, imprenta, no hay modo de hacerlo desaparecer. ¡Pues con el Macbeth de Shakespeare! Se empeñó la editorial que primeramente publicó nii versión suelta en cargarle- un acento en la a, que ha continuado en las reimpresiones (ahora en la de Buenos Aires) y ahí tienen ustedes- a todo el mundo, incluso a los que traducen directamente del inglés, pronunciar barbaridad de a folio, como se demuestra; entre otras cosas, por el pareado de versos en cuatro acentos de la escena primera Where the placer- -üpon the licath. Thcre to meet- with Macbeth. Macbeth es, pues, una palabra aguda, como también Macdiiff, En la: pronunciación antigua inglesa, hcath (páramo) aconsonanta con Macbeth, así como en ía pronunciación escocesa, Glamjs tiene una sola sílaba, pues se suprime la vocal i, dando a la a un sonido abierto, y; por tanto, no se pronuncia Gleims. Vean ustedes si la hice buena con. el acento, que, naturalmente, desapareció en mi edición de Obras completas; pero que persiste en- las otras. Mas volvamos a los plagiarios, después de esta inocente, digresión. ¿Qué pena aplicarles? Se dirá que harta desgracia tienen, y que Ja obra de que se plagia, siempre iueda Sí, tal vez ocurra con el disfrazador de frases y aguachirle de pen! samientos, -como aquel que, viendo escrito: Quisiera ser comcí el sol, que cuando extiende su 3 uz sobre el mar, hasta el último marinero rema con remo de oro plagió: Desearía ser como la luna, que cuando lanza sus; rayos sobre el estanque, todas las cosas cubre de plata. Pero cuando se reproducen páginas enteras sin quitar tilde, o artículos con otra firma, o con las iniciales canlbiadas, la cosa varía, porque quien asi proceda 5 ya, lo calificó Cervantes. o suplico que me dejen en paz allende y aquende. Y quien lea, entienda. 1 Luis AS- TRANA MARÍN DIARIO JLUbJ KADO DE INFORMACIÓN G E N E R A L 25 CÉNTIMOS g L OR QUÉ no resucitar el uso general entre tener un aliento, cada vez más vivo, nuestras mujeres de la antigua man- a través de los años y aun de los sigíos. Tal tilla española, tan castiza, tan. artísti- le acontece a esta vieja Salamanca, que- es ca, tan evocadora de siglos pretéritos, tan toda como un romance que salta evocador de adecuada al género de la belleza hispana y al. entre las piedras, que ennegreció el tiempo, genio de la raza, tan económica, pues hecho- de sus casas humildes v de sus mansiones una vez el gasto, se hereda de. madres a- hi- suntuosas. Unas como otras están llenas de jas, sin necesitar un continuo cambio en oada íntimos recuerdos de un pasado que se acriestación, como acontece con el sombrera soló entre el misticismo y la heroicidad. Poifemenino, que pasa de moda que si de las esencias españolas se va a buscar Tocada con la mantilla, e- n cuyo plegado el más puro aquilatamiento de su substratum y disposición resplandece tanto la iniciativa se ha de encontrar, a buen seguro, el fruto como el gusto personal, puede ir la mujer a de un pendular, continuo de la acción y de los toros y a misa, al teatro y a las visitas, la inteligencia, de las arrogantes acometivia los duelos y a las bodas. No parece la mis- dades de las armas y, de las interiores solema prenda, pues dotada de una especie de dades del alma. És decir, el brazo V el alma. sensible, sabe adaptarse a cada circuns- espíritu. Pero el brazo obediente al espíritu, tancia. que es el don más noble que da el Cielo... Es timbre de españolismo. Se dice que este Toda Salamanca, sus calles. sus edificios, año los modistos parisinos quieren lanzarla sus encrucijadas en sombra, sus proceres cacomo ornamentó de moda. Desde ahora pre- sonas labradas en piedras que parecen de oro, decimos que la mantilla Internacional se pa- hasta los mesones solitarios de las Barcas y recerá a la nuestra como un huevo a una el Tormes, donde se espejean los olmos polcastaña vorientos y centenarios de sus orillas, tienen Ignoramos cuándo empezó a usarse en Es- un prestigio de historia No es ya la de los paña la mantilla, diminutivo de manto; pero días de lucha entre don Alvaro de Luna y los sabemos a ciencia cierta que no existe en infantes de Aragón, ni la de los enconos de ninguna parte fuera de aquí. Por vez pri- Góme, z de Anaya contra don Juan II, ni simera; la encontramos en nuestro siglo xvir quiera, la tan conocida de María Rodríguez citada por Quevedo en una de sus jácaras, de Monroy, María la Brava flor de leaunque hemos de hacer constar que las man- yenda, temple magnífico de un corazón de tillas de entonces eran de paño y de tercio- mujer, enfervorizado en la maternidad. Es esa peló, como las usan aún ciertas lugareñas de otra historia menuda, pequeña, insignificante tierras leonesas, no de tul ni de encaje cual- -cantera para la historia grande- -de gentes 1 las actuales. que discurren cuando el sol agoniza bajo La mantilla semejante a la de hoy, á veces los arcos 4 e su plaza o- cabe ios porches de con madroños, en ocasiones simple randa, su Corrillo. Para la. picaresca salmantina era el Corrillo lugar que se daba la mano al Pofue una creación genuinamente popular. lia ían- iosa duquesa Cayetana de Alba. apa- tro cordobés y. al Zocodove. r toledano. Pero repefrStrátjida por Goya con mantilla de en- no merecería atención si no hubiera servido cajes- a. la cabeza. De igual suerte su rival para otra cosa que para estada de picaros mela reina María Luisa de Parma, esposa de jor avenidos con. los encantos fáciles dé la Carlos IV, nos- sonríe en el Museo del Prado. vida de. holgorio, que con la. sabiduría que se a p r e n d e en los libros. Ese delicioso El siglo xix estableció la moda de las rincón salmantino tuyo, también, otra exismantillas de blondas blancas, o negras en tencia. Conoció las, paseatas: de don Diego seda, que tanto arraigo lograron tener, en de Torres y Villarroel, dado- air cabala y a la España a. partir de los últimos días dé Fer- astrología, y el deambular de don Juan Menando VII. Por entonces las gastaban no, sólo léndez Valdés, obsesionado en sus alegaciones las. hembras bravias del Avapiés, Puerta Ce- forenses y siempre acompañado dé la sobrirrada y las Vistillas, sino también las señor na modesta e insignificante riué conociera Joroñas de coche, y lacayos. Al amparo de la vellanos, y el pasar djaria a la iglesia de San. revolución septembrina de 1868, venció el Martíni llena de prestancia románica, a pesar sombrerillo, francés a la prenda nacional. La de, sus pegotes barrocos, del extraño y sabio hermosa Virginia Burriel, dama muy agasa- clérigo, don José Iglesias de la Casa. Pero ¡jada por la sociedad aristocrática de su tiem- esta historia minúscula, que se va haciendo po, fue la. última señora que se presentó en de hechos vulgares, no queda para los porlos Jardines: del Buen Retiro, recién abiertos ches del Corrillo en los días- del xvni. Al- al público, tocada con las blondas, clásicas. canza, de la misma manera al xix, y bajo Después, todavía se las vio: sobre alcurnia- sus soportales, la algarada escolaresca se esdas- Señoras en grandes ceremonias palatinas, trella, casi al nacer el pasado siglo, guiada como Capillas, públicas, Lavatorio de Jueves por Túribio Nüñez, contra los que en días de Santo. -bodas o bautizos regios y en fiestas- tumulto: quieren velar por los prestigios de la de toros, tajo la heredada peina, de concha Universidad y poner a salvo el nombre de fina, mesurada y normal, que lucieron nues- Salamanca, como, entre otros, fueron, Sántras abuelas. chez Ruano y Rodríguez Pinilla. La mantilla fue símbolo antirrevólucionaEn, el Corrillo salmantino vive una parte rio. Con el. extranjerismo creciente de nuestra sociedad en los afios pasados ha llegado de la historia de la, vieja Salamanca, de esta la mantilla casi a desaparecer- hogaño, has- ciudad que es toda historia, guardada, tanto ta en el coso taurino y en las iglesias, ¿sus én las piedras de oro de sus palacios y de sus postreros reductos. t- jjjí. ifjasonas. hidalgas, como en sus mesones pol t Kst; i jios en período de rehabilitar todo Jof ¡jíprierito s y destartalados de Barcas o en los biicnóífepañol y- al socaire de tales- círiiííms- i ¡jimios arrogantes y centenarios de las orillas tanciá- s restauremos a la mantilla en su trono del Tormes, tan cantado y alabado en églogas, silvas, madrigales y soneío. s. de antaño M... DE, ALMAGRO SAN MARTIN LUCIANO DE TAXONERA P P A N E G l R l C p D É L A SALAMANCA, LA VIEJA o ¡son las ciudades, sino la historia que MANTILLA está dentro de ellas, la. que las hace N

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