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ABC MADRID 13-03-1942 página 3
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ABC MADRID 13-03-1942 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRADO DE INFORMAC 1O N GENERAL. 25 CÉNTIMOS) DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOSÜ 5 fumar con algalia sus mejillas y su ENGO sobre la mesa en que escribo un N la calle silenciosa y conventual de gorguera, porque sus m- s filias mismas viejo grabado del Madrid antiguo. Hay Santa Isabel está la reja de- Teresa. eran como esas colindas dé que es tan próen él un cielo de rayadillo, que manla musa verdadera y desgraciada del digo el suelo andaluz, casó con don Pedro poema esproncediano. Esta reja es el último Fernández de Córdoba, marqués de Priego y chan blancos con ilusión de nubes. Un dificio cuadrado de ingenuas proporciones. Y un cocapítulo- de una historia triste de amor; la última octava real- del monumento poético que ronde de Feria. Se llamaba doña Ana- Pernee che tirado por dos caballos, tras el que corren quiso el poeta que 1 se llamase El diablo mundo. de León, y era de la casa ducal de Arcos. ¿No unos niños y un perro. En una esquina, un El poema que empieza- -Teresa niña- -bajq conocéis el pueblo de Arcos? Es como un mono enchisterado saluda al paso del coche. el dulcísimo cielo portugués, con versos de castillo de cristal y. de molduras de arabescos En la otra, unos árboles convencionales desOssiam y un fondo novelesco de emigrados en una rocosa cima. La llanura, infinita, de flecan sus ramas sobre una tapia minúscula. El edificio cuadrado es la Casa de la- Villa a españoles, y termina con el Canto a Teresa verdes cereales y de ocres de barbechos está el último sollozo y la expiación del rotean a sus pies. Y por definitivo y redondo corti- mediados del xix. Tiene dos pisos, cuatro- tonaje, en los horizontes, los flecos, entre pev- rres, pizarrosas y picudas, en los ángulos, y ticismo. ías y azules, de la; luz. dos puertas barrocas, que abren a su facha- Vida fugaz y novelesca. La niña, hija de Bien casaba doña Ana Poncc de León! da de, la plaza de San Salvador, hoy de la un coronel expatriado, y el- poeta se conocen Si ¡una mujer soñó alguna vez con ese hada Villa. en el rincón montaraz de Santarem. Hora del fugitiva, qvie se llama la Felicidad, ¿podía Como escribo de noche, y la noche es parainocente amor, y del delirio tanto: que evoje propicio par- a- visiones y quimeras, noto, de ca c! poeta más tarde, ante el ataúd de la ama- morar en otro ambiente, que el? esos- ha- de pronto que, al conjuro de la soledad y del da. Por los azares de la política, Teresa y su chones, ese alfarje, esos tapices Pero el mundo es corto de venturas. Es silencio, se filtran por mi balcón años y más padre abandonan el- refugio portugués. Sólo años. Que se posan sobre el grabado. Y que piído inquirir el desesperado poeta que la más. Hubo siempre algunos hombres ácidos le van animando en un vertiginoso desfile de musa de quince años había partido a caballo y cavilosos que pensaron que era la misma estampas retrospectivas. Cesa el g lope de sidesventura. Doña Ana tuvo un hijo; tenía con. su. padre y un caballero desconocido. glos y veo a la izquierda de la Casa de la Villa- Un año más tarde, unos chapines ante un ún garrido esposo. Aquél era muy niño, un una iglesia de factura remota; a la derecha, muñeco, un juguete de criatura. El esposo cuarto de hotel descubren al poeta español donosa- un paíacio al gusto del Renacimiento español, la, presencia de Teresa, ya casada con un co- vestía calzas grises de ante y jubón s e puso y al frente, la silueta medieval da la torre de mente acuchillado. ¡Y alguna vez merciante de nombre Ambrosio Bayo. Los cota al pecho y celada a la cabeza... Pero los Lujanes. El coche se ha transformado en dos amantes unen su suerte ¡para- siempre! ya se lee en los libros santos que las glorias litera; el monigote enchisterado, én otro con De cierto, unen su destino, aunque no su, for- humanas son como el heno seco de las eras. coleto, -chambergo y espada, y el perro, igno- tuna. El idilio inocente de Portugal ya está ¿Por qué- todo pasa r Por qué la fortuna es rante de siglos, sigue ladrando con igual perfil. rodeado de fantasmas- religiosos y familiares: un relámpago? Pero no vale filosofar. Es De la litera salg un hombre engolado y bares el amor prohibido. Durante todo el si- así. Murieron marido e hijo. Y murieron en budo, que saluda reverencioso. y dice: Esta glo xix, se ha estado echando paletadas d e ol- el parpadeo, de un día. ¡Es cruel la mala es la plaza de San Salvador, hoy, 19 de agos to de 1619. Soy D. Pedro Gómez de Qui. jano vido sobre el nombre de Teresa, como para suerte, porque siempre es plural! y vengo de celebrar el primer ayuntamiento sepultar a la musa y a la heroína: una pobre niña apasionada, negros ojos y negros tira- 1 Y doña Ana, la hija de la casa de Arcos, se del Concejo madrileño en esa casa- palació ¿buzones, que representa la manera de soñar halló un día sola, porque la muchedumbre que fue del presidente de Castilla, D. Juan de y de sentir de su siglo. Teresa y Fígaro son de. criados nada quitaba a su soledad. Se Acuña. Esa iglesia es la parroquia de San Sallos románticos verdaderos, porque todo lo sa- arrancó de los ojos la visión del mundo, vador, que da nombre a esta plazuela. Ese pacrificaron al romanticismo. En los demás, hay como si fuera una red de araña cegadora; lacio se llama de Cisneros por haberlo consmás melenas y ojeras pintadas que sinceri- se le hicieron umbríos loj soleados senderos- truido un sobrino délfamosó cardenal; Y ésa de sus jardines; vio en todas las perspecti- torre, dejos Lujanes, poi- q; ue: fuéílaL; feiisa Vsolar, dad de espíritu. i í Cruza la frontera con, su poeta, que ya! es vas a que acudían sus ojos mía Sombra per- de- la fá m ilia- iriadíi- liéña iíe íes é ¿t) éiiidb tó su manente y augusta con los brazos en cruz. rama llamada los del Arrabal, porque la otra justamente famoso. La luce como una camelia? en el ojal de su frac color de avellana, Era sobre el año de gracia de 1551. Profesó rama, llamada de los Moriscos, habita en unas con vanidad de Don Juan. En aquellos rriis- después en. el convento de las Clarisas, de casas aledañas a las qué poseen los Vargas allá- en la plaza de- La Paja. mos días, se hablaba de otro amor parecido M o n t í l l a 1 La torre de la iglesia es la más alta de entre la esposa del físico Charles y el poeta ¿Quién vino a sanar aquella alma turbia La Martine. Espronceda quiere también te- de dolor? Un hombre enhiesto, especie de; la Corte; se llama la atalaya de la Vjüa; ner su Sauce y su Elvira. Teresa triunfa en quejigo montaraz de serranía andaluza; la y así ella, como las campanas y el. reloj, -perel Madrid pequeñito; los espejos de Loren- faz colorida, la palabra hecha un rumor. de- tenecen a Madrid. Ese caserón tétrico, sevecini y de Vcnecia copian su palidez román- abe j- as elocuentes. El maestro Juan de Avila. ro y añoso que está, contiguo a la torre, es la. tica. Los palcos del Príncipe y de la Cruz -Qué confesiones de alma, la rodilla en el casa solar de la ilustre; familia, madrileña de son el estuche granate de su. blancura de per- suelo, pero ese, alma toda voladora! ¡Qué los Gato; todos sus hijos fueron Jiempre fala. Gemelos e impertinentes se clavan en su mostrar el puro sendero, y ella seguirlo, como mosos por sus travesuras, por su valor y por languidez; principalmente los del conde de una cordera el cayado del. pastor! Se llama- su ingenio y el alma- popular de este pueblo, Toreno, entre poeta, político y elegante de la ba ella entonces sor Ana de la Cruz, y se picaro y señor, ha ido tejiendo en lajueca de época. Un El diablo inundo, Espronceda da la dice que sus virtudes lo- han sido en grado sus proverbios y decires el nombre de gato réplica a aquella esgrima galante de miradas heroico. Se le ha llamado la enamorada de para todo madrileño con gracia, bravura y indiscretas del conde donjuán, con versos, Jesús Sacramentado. ¡Ah! ¿Cómo negar a garbo. La estampa ha vuelto a su quietismo: e s- tajantes como cuchilladas de bravonel. Entre la doble vista de la imaginación el espectáculos amantes se levanta Tilia. Sarga tempestad lo solemne? Solemne como la cifra del uni- queleto de tintas en sudario de. papel. Como de celos; él se vuelve a la casa materna y verso todo; humilde, como él suspiro del un. paisaje estático, de tiro al blanco de ver- bena ha vuelto a ponerse en movimiento al Teresa queda abandonada a la casualidad. pecho, que no es más que carne, de una poHe hija de duques, En su aislamiento supo la muerte de Tere- -bre criatura. sino aquí; a lade Berbería, que golpear sobre él- el balín del año 1765. Veo; que no alcatifas sa cuando hacía medfo año que se habían se- no ciñó pisó cuello sino las primeras gemas unos obreros que decoran sus salones, que rea su parado. En el féretro de los pobres de solem- traídas de las Indias. Ahora está de hinojos vocan su fachada- y que construyen, en la qtíér nidad, encontró la síntesis de su juventud y sobre el pavimento de lajas grises, cubiei 4 da a Poniente, un gran balcón de columnasi. ediles y lie su gloria, como una lección de mística. el. cuerpo de uña pesada lana. El. templo es Después, chaquetas más ediles, con casacas, le- de distintas Aquella noche, a solas y con ella, y a la luz de. húmedo y- ftío. -En aquel ámbito de- Bodega, y á y los salones de la Casa formas, atesó. i! o en ele la Villa- de Iq laiidqnes, escribió su Canto a Teresa. Los o d 8 cueva, la luz de los ventanales pehétsS ct gios y objetos de arte en armonía con eí v- crltis, j desordenados y sinceros. La reja de pulverizada en toda la ¡variedad del arco iris: güiro de siis épocas. Pezuñas de odio, profa: Ja calle de Santa Isabel es la última octava V ella- -f pobre e ilustre mujer española! -r nando a 3 Teres. Y, por iin, yugos, flechas y co- real de aquel torrente romántico de octavas sosiega la frente hasta el suelo mismo, por- roñas con ímpetu juvenil y con emoción y, reales. Al recordar al poeta en s- tí. centenario, que el Esposo que está allí es El que nunca amor de tradición. Han huido los años. Calla ¿por qué no sacar de la fosa común este bello se acaba. la noche. Y su silencio prestigia el crujir do fantasma feraen no que tup la musa? s URá c a d e r a v ító Á EL NUEVO CANTO A SOR ANA DE LA CRUZ EL AYUNTAMIENTO DE MADRID N día esta mujer que no necesitaba perTERESA E U T ÁV EMILIO CASKERE FRAMIS F. BONMATI DE CODECIDO

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