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ABC MADRID 28-02-1942 página 3
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ABC MADRID 28-02-1942 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS) S LA MUSA DE LAS GOLONDRINAS EL BUEN PAÑO BC DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS W) B ADA Exposición de Bellas Artes nos deja un poso de melancolía en el fondo ¿e N este vertiginoso progresar, los libros N una rinconada del barrio latino malos pensamientos. Nos imaginamos la militares se hacen viejos apenas putritense, hundida entre los modernos, suma d esfuerzos e ilusiones acumulados ante blicados. Sólo, uno permanece impávirascacielos y los anuncios luminosos, un mármol o un lienzo para recoger, sola- do y vigente desde su nacimiento, cuando la hay- un dédalo de callejuelas con nombres poécarga del mosquete exigía once voces y cin ticos y ritmo de octosílabo: Ceres, Luna ¡Es- mente, en la mayoría de los casos, un co- cuenta tiempos para cada disparo hasta que trella, Flor. En esta encrucijada existió has- mentario sin profundidad en el artículo de la de la ametralladora se ejecuta en un mita hace cuatro lustros la ruina de un pequeño crítica. Porque, a pesar de todas las senten- nuto con miles de cartuchos a la vez. ¿Qué cementerio conventual. Por las tapias se aso- cias viejas, nunca nos bastamos para estimar contiene ese libro de la Ordenanza española, maba. un ciprés solitario. Parecía que sobre nuestra obra propia; y no es satisfacción que que desafta épocas, -guerras, revoluciones, deel ciprés siempre había uu lírico claro de luna. rrotas y victorias, sin desaparecer n conmoEra la última rima de Bécquer, que sobrevivía compense el esfuerzo y el; tiempo la aproba- verse? ción- única de nuestro gusto o de nuestra razón. al poeta y a la musa. Junto a esíá tapia renePues contiene en sus líneas, del más hergrida había todas las noches una sombra ro- Yo pinto para mí mismo. Yo escribo moso, varonil y conciso castellano, la pura mántica, hasta que la campanita monjil tocaba para. satisfacer mi gusto. Yo realicé aque- esencia del alma militar, incoercible, pero a maitines. Este fantasma inmóvil era Gustavo eterna e inmutable el espíritu marcial y- el Adolfo, hechizado por el sortilegio de un pia- lío porque, así me lo mandaba mi razón. honor del caballero; éste es. el secreto de suEstas son frases que hemos oído más de, una inmortalidad. En las veteranas páginas vive no, que descendía en arpegios y escalas de plata, fosforescente a la hondonada de la ca- vez, que acaso hayan, cruzado por el fondo y vibra, con. la lozanía de la juventud, la Ikjuela negra, donde las lucecillas verdes de de nuestros propios pensamientos; pero, so- tradición castrense y él sentido profundo y íos reverberos parecían almas en pena. En- bre esto que- pretendemos mar sereno, boga vigoroso de aquello que el ex soldado Calde- frente, en una casita de un solo piso, se abría la inquieta navecilla, alas tendidas y proa ta- ron de la Barca llamara religión de hombres honrados. un balcón con macetas y una palma, que ponía sol de Domingo de Ramos en la calle sombría. jante, que busca el halago de un. elogio o. de Fue Sancho de Londoño auien (por manAllí vivió Julia Espín Coldrante, hija del or- un provecho. No creemos que existan artistas dato del gran duque de Alba) compuso la resignados a que su obra, nazca en su espíritu Ordenanza para reunir la doctrina esparciganista de la Real Capilla. sus Tercios por El ciprés ha desaparecido. En este terreno para morir en su gusto, porque el arte es da en otras muchas dadas a que eran tan caaquellos maestres de campo ee alza la librería de la famosa doña Pepita, saeta disparada de un corazón a otro. pitanes como diplomáticos, escritores, goberllena de alegres evocaciones de estudiantina. Y, entre todas las artes, son las más inde- nantes, pensadores, letrados y psicólogos; Es el único pedazo de la remota calle de la fensas las plásticas, porque acaso, aun no per- Londoño buscó para raíces de su obra la Justa, puente- que une dos époGas, por donde dieron el rubor y; por fuerza de las circuns- segunda de las Siete Partidas del Rey Sabio, pasamos desde el barrio decimonono de la tancia en que se desenvuelven o por dignidad considerada por los hombres de guerra y Universidad: a la flamante Gran Vía. limpio manantial de huraña, no vocean sus excelencias a las puer- letras ellegislación y nuestronuestro idioma, Julia Espín fue la musa de Las golondrinas, nuestra ordenamiento tas de la lonja. Todavía creen estos artistas, militar. Claro está que el libro del maestre 3 a romántica balada, con eterno perfume de veinte años, que todas nuestras abuelas can- o fingen creer, para su propio consuelo que no permaneció intacto a través de tantas mutaban en aquellos saraos de, clase media, al se venderá- el buen paño en el arca, sin qu danzas en los métodos, artefactos e ideas, son de una melodía melancólica y a la luz de alce sus méritos el pregón callejero. pero siempre quedaba incólume la belleza del espíritu y poco- reformada la forma literalas bujías azules, rosa y violeta, que lloraban también lágrimas sentimentales sóbrelas aran- El medio o remedio, de las Exposiciones in- ria: hasta que en 1768, una Junta de veinte delas. ¡Quién sabe en qué viejo álbum fami- dividuales, si alguna vez es eficaz para exal- generales- fúe invirtió cuatro años en su la liar o en qué miniatura de lírico marfil se tar méritos- en reducidos- ecos, no lo es para bor prolija- -le dejó cual hoy es, pese a alconservará su palidez de damisela romántica, saturar al gran público de un nombre digno gún que otro pujo de innovación, convertido sus ojos- dulces, su cabellera de oro veneciano, de ser recordado; y no lían de conseguir ri- pronto erf renuncia por no hallarse manera con una cinta de terciopelo y su corpino con valizar en los volubles amores de la fama con de decir mejor, y establecer. más clavo, las obligaciones de las distintas jerarquías, del randas de dorados encajes! No cruzaron jamás la palabra la damita música y. el poeta el novelista, el orador. o el dramaturgo, cu- recluta al coronel, además de las ordenes geastral de El claro de luna. Gustavo llevaba yos nombres, escritos o lanzados- de conti- nérales para oficiales, que son e l rnonumen- en el pecho la, secreta herida, y Julia era una nuo a las ondas, martillean la ir- ente de la- to más sublime a ia profesión de las Armas. adolescente, enamorada del divino arte. Sus multitud. Pudiera tener ím conípensaciónxeste Cierto que hay algunos artículos ya un tan. vidas eran el contrasté- de la luz y la sombra, menor estruendo en la mayor justicia y aqui- to desusados, que no sería difícil remozar, como, en los nocturnos de la vieja calle: el latamiento de méritos; pero en nuestro- áni- extendiendo de paso lo que se escribió para Infantería, Caballería y Dragones, a las no poeta, en las sombras bajo el ciprés, y la niña, Artillería y motorización, pues son entre- la claridad de su, aposento y la lumi- mo están- -y. aun, eñ: el de todos- ¡nombres vedades deni Londoño había de encontrar en cosas que i nosidad de sus canciones y de su juventud. que llegaron a, la popularidad y hasía- a la es- las Siete Partidas, ni los veinte generales en i Amor a distancia, entre el balcón y la r in- co- timación- der- mercado pOr caminos diversos. la Ordenanza de Londoño, pero el dogma es rnada del ciprés, aunque en verdad tenían Bien es cierto- para honra de la clase, que no común a todas las Armas de los tres Ejércientre ellos Ja distancia que hay desde la tie- ayudaron a la fortuna de otro ntodo: que con tos, jorque ¿á quienes no conviene saber que rra a la luna... Es fácil que Julia cantase el oficial y después la letrilla de Las golondrinas, sin su originalidad, y que, si de ella hicieron le estimula cuyo propio honor bienespíritu 110 a obrar siempre vale muy trampolín; el. impulso fué: ajeno. Impulso casi saber que efla era la musa desconocida. El poco para el servicio ¿y quiénes pueden poeta murió sin g l o r i a de poeta- -su siempre de aquellos que pretenden mazclar. y ignorar que en los. casos dudosos debe tofama fue postuma, como otro sarcasmo de enturbiar las aguas y quieren buscar buena o mar el partido más digno de su espíritu y su vida desastrada- Julia se nos diluye en mala literatura en titubeos o extravagancias honor el liempo; s ólo se s abe que alguna vez llc gaCódigo de caballeros, devocionario de mi- hau ecos de- sus triunfos de cantante, en la de pintor. Scala; después, un matrimonio gris y una Deja. un regusto amargo este paseo ante litares, deleitosa lectura para literatos y ei vida que se va apagando en la indiferencia de tantas obras que nacieron de ¿un noble afán sayistas, ¿qué libro, si no es el Don Qnixote de la Mancha, ha vivido y vive con el misJo. vulgar. Su vida poética de heroína Jbecqueriana fue ignorada por ella misma. Sola- de btlkzi- de c a u V- mimes -i ipicudtmo mo prestigio x nació? Siempre actual, cada mente sobrevive en las Rimas, -como el fan- ho los nomines ica o sten oh d dos ni m i monjento le recuerda, cada episodio le resú- s tasma- huidizo de un sueño, como una vieja na p u o M l o podmm ajuraltr i tecita ¿Ha caído, -una plaza, en esta guerra fragancia, como uf verso de una canción anuido aboi k. un ustJi t l o t pji íubii qudfpresenciamos? Pues el oficial que tu- truncada. Bécquer no quiso nunca acercarse proj 10 poi eignui 7i. t 1 i s q le 1 l n J bie orden abspluta de- conservar su puesto, a ella, para que fuese tari ideal c ináliafíza- de mi iit p, iAA m pu iiTuli mi lo a tifia cotftíi. lo hará -l b: águila eternidad de la Ordenanza, esMe conio el rayo- de plata de su Icyei- itla fa- qií íkn i i m n e n t n tt lÍ ti juai paíís? la y la doctrina de nuestra División. niosa. Julia Espín es ya eternamente- en la dan luego su buen paño en el fondo del arca. A z u l biografía del poeta, la amada rayo de I- una... MARIANO TOMAS E C LA INMORTAL ORDENANZA E EMILIO CARREREA Luis BERMÚDEZ DE CASTRO

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