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ABC MADRID 07-02-1942 página 3
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ABC MADRID 07-02-1942 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS tff ABC E N FINLANDIA DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 15 CÉNTIMOS f IS. í flictos espirituales. Y recordaba aquella terri- el cielo y en la. tierra, H o r a c i o que las que ble historia nórdica del campesino que en su sueña tu filosofía. Ahora, tras, hijos, se HUELLA DE GANJVET trineo, con sus cinco lobos, que ve alcanzado parece que el el delito positivista del xix, pensamiento moderno vuelve; por la manada de muerden ya A isla de Brando está preparada para las patas de sus caballos y les arroj? el. nmo. a los viejos caminos; biólogos, físicos, mé- ¡el verano; ahora, la espesa nieve cu- más pequeño para ganarles tiempo y distan- dico s, matemáticos, reconocen, de nuevo, que bre los campos de tennis, los macizos cia, mientras se disputan, aullando, sus des- el mundo es mucho más misterioso de lo que de rosales con sus palos de espinas. Las si- pojos. se pensaba, que la razón sola no, es nada, que llas y las verdes mesas del Casino están en- A veces creo- -decía pensando en una es preciso contar con la fe, con la intuición, fundadas; en realidad, toda la isla está en- conmoción que sacudiera nuestra inercia- -que con los valores 1 morales. fundada por la nevada, Pero afirmar esto a fines del xtx, habiénhabrá que arrojar un millón de españoles a El invierno ni siquiera ¡a deja ser isla, por- los lobos si no queremos a r r i a r n o s todos, a dose educado en una España de paragüeros positivistas como su criada, en un Madrid que el hielo endurece al mar y se la puede jos puercos. abordar a pie por sus playas, por sus costas, De su contacto con los rusos había formu- en una Granada escéptica y sin fe, revela por sus pequeños acantilados. lado, a veinte, años de distancia, este vati- una agudeza y- tina adivinación verdaderaHay muchas villas: casas de madera, bajas, cinio impresionante de la Revolución comu- mente emocionantes. Recordando a Ganivet se está quedando coloreadas, con molduras, con terrazas y nista: Quien se ponga, en contacto con el jardines para el verano. pueblo ruso notará la incmietud precursora frío el té con limón de la, señorita Rónn 1 Pinos esbeltos, de corteza de plata. En una de la explosión el deseo universal de rom- berg. Pero ella sigue hablando de él por amisde estas pequeñas villas vive la señorita Han- perla espesa costra de la religión bizantina tad y porque al evocarle resucita- su juventud. Ün día- -dice- -nos comunicó que le ha- na Rónnberg, la última contertulia d e las En Brunnsparken, cerca del Consulado, viviejas veladas invernales de Ángel- Ganivet. vía esta octogenaria, señorita Hanna Rónn- bían trasladado a Riga, Se fue muy, triste En la cocina del gran horno campesino berg, que hoy me obsequia, con su té y que porque en. Finlandia ya tenía muchos amigos. Pronto empezaron a recibir sus cartas hay abierto un hueco, y tras la columnita entonces era una bella y espiritual muchacha. desoladoras. Estoy tristísimo- -escribía dorada. baila alegre un vivo fuego rojo que En junio del 97, la señorita Rónnberg íué huele a resina; la vieja plata del azucarero a París llevaba una carta de presentación mi familia sigue en España, mis muebles esde! samovar, entre los vasos de té con roda- de Ganivet para el pintor español Román tán retenidos en la aduana, vivo sólo, conjas de limón, se esmalta, cóncava con la mi- Salamero; al partir, había bromeado don una vieja criada que me limpia la casa y me hace el café. niatura de las llamas. Ángel: Debería usted casarse con él; es un Pasaron; muchas semanas sin sus noticias, La señorita Rónnberg es muy vieja; ten- buen muchacho y no viene mal que a España y un día, fenun periódico sueco, leyeron unos, drá más de ochenta MÍOS; pero aun conserva le venga algo del Norte. renglones: El cónsul de España en Riga se un leve oro en sus cabellos blancos y guarda Lá señorita Rónnberg sonríe a, la evoca- ha suicidado arrojándose al Duna. sus azules ojos de niña. ción de aquel matrimonio que pudo ser; no Le lloraron sus amigos en Finlandia, pero En su juventud fue pintora; aun cuelgan hubo nada; pero e. n su larga soltería de chen- no les sorprendió la. noticia; había elogiado en las paredes sus viejos cuadros: marinas ta años, la señorita Hanna todavía conserva tantas veces el suicidio de Séneca; había reantiguas de San Petersburgo, una vista, en- el retrato, medio borroso- -que me enseña con petido, tan a menudo, que no quería envejecer, tre redes secándose al sol, de Kronstadt, y cierta emoción 1- de aquel joven pintor es- que deseaba morir joven. rocas rojas con pinos de su natal tierra de pañol, ya tan lejano, cuyos ojos la ilusionaAsí pereció; en un diciembre que (Uenaba las islas Aland. ron, sin duda, hace medio siglo. de témpanos él Duna, cantándole en ¿1 coraDe un aterciopelado álbum ha sacado una, s Sentía la nostalgia de Granada. Le decía a. zón su granadina fuente del avellano. viejas amarillentas fotografías con las me- la señorita Rónnberg; Tiene usted que veGanivet, evadido de su época, desdeñoso dallas en oro de los premios de las Exposicio- nir a mi tierra. Mi madre, que es valiente del progreso científico que deslumhraba a sus: nes y ¡a firma del fotógrafo. Allí se- ve a y enérgica! como una escandinava, dirige allí contemporáneos, que había afirmado que la Ángel Ganivet, con su barba moruna y su un molino en la vega. cultura de una nación no se mide por la red cuello de pajarita; a su mujer Amelia, a sus Le gustaba mucho hablar de An ieres, su de sus ferrocarriles que no había cantado 1 hermanas Pepa e Isabel, con sus mantillas último puesto. Un día que estaba en su mu- como Quintana a la vacuna, ni como Carhespañolas; a su hijo Angelito, de niño, con seo de pinturas contemplando la Cena, de poamor al tren expreso, era atrapado por s su gorro de piel y su abriguito forrado, sobre Jordeans, entró su criada, una flamenca mo- siglo cuando iba a trasponer si umbral, de un fondo nevado de telón de fotógrafo. fletuda con su paraguas; porque habiendo ctro y al final, al modo romántio y pesimuEl gran escritor granadino -había llegado salido con buen tiempo, durante su visita al ta de su época, bajo. el si iv. e Werter, mo- a Helsingfors poco después de inaugurarse museo había comenzado a. llover. Ganivet ría como Larra. Pero nos queda su libró: su Ideariupt Es- la Exposición de París. Ganivet se instaló en agradeció esta delicadeza de su criada; pero el húmero 12 del Brunnsparken, muy cerca a la salida lucía de nuevo el sol y se volvió pañol, terminado aquí, en Helsingfors, en de donde está ahora la Legación de España; con el paraguas bajo el brazo, que ya no le octubre del 96, dos años antes de su muerte. Y Ganivet en ese libro, escribiendo sobré tenía árboles, cambiantes de, colores con el servía para nada. otoño, y desde sus ventanas se veía el mar. En sus largas meditaciones nórdicas, Gani- el dogma de la Inmaculada y sobre Séneca, En el balcón puso el escudo junto al asta vet pensó que aquella criada flamenca re- sediento de la restauración espiritual dé Esde la bandera: Consulado de España- -Hel- presentaba la ciencia experimental y práctica. paña, nostálgico de nuestra vieja civilización hombres de singfors la nieve oxidaba sus leones y casPorqué Ganivet admiraba a los sabios cristiana, asqueado de losla catástrofe su tietn- a producir del Q. 3, tillos. prudentes que nos han traído el telescopio y po que iban adivina la España de ahora, na, y Los domingos iban a la pequeña iglesia el microscopio, el ferrocarril y la navega- presientela guerra civil, entusiasta, intuitiva, católica, y Pepa e Isabel lucían sus manti- ción pero, andaluz profundo, de una cultu- cida de fecunda le ideales. llas españolas de Semana Santa; de lejos ra milenaria, los asemejaba al paraguas de religiosa, Por aquí, tierras, en la misma suspiraban por ellas rubios finlandeses. Y su criada, útil contra la lluvia, pero inútil Rusia en la por estasfue cónsul, veinte mil cual él los ardientes ojos de su mujer Amelia con- ante el gran sol de una idea grande y pura jóvenes españoles están dispuestos a morir trastaban con aquella nieve escandinava. Así lo consignaba en las cuartillas 1 de su por su fe y no temen entregarse a los lobos Ganivet hacía grandes tertulias con don En- Ideai ium. para salvarnos a todos. rique Sánchez, un comerciante de sal de To El que, desdeñando la fe- -escribía- se A él, que afirmaba que un. pueblo no puerrevieja, que traía a la blanca Finlandia esa consagra a los experimentos y descubre el de vivir sin gloria, ¡cómo- se. le hubiera ennieve del Sur de nuestras salinas. Los Sánchez telégrafo, no crea que ha destruido las vie- sanchado eL corazón ante este gesto heroico se habían instalado en el Gran Ducado, desde jas ideas lo que ha hecho es trabajar para y con qué alegría hubiera visto sú prosaica 1850; traían sal y llevaban a España ¡as que circulen con más rapidez. pero realista metáfora del paraguas (tan desmaderas de sus bosques helados de Kajana, Solía decir: Quienes trabajan en una cien- deñosalpara el positivismo) quintaesenciada al Norte de Finlandia, casi en el circulo po- cia puramente realista, en vez de destronar y, perfeccionada por José Antonio, fundador lar. Sánchez era inteligente, bromista y con a la Metafísica, han venido a servirla y hasta con Franco de la Nueva España, cuando h ese optimismo de los hombres gordos. a favorecerla; querían ser amos y apenas lle- morosamente e imantando de fe y de misterio, En las largas veladas invernales, junto a gan a criados. la geometría euclkliana. dijo que la línea la chimenea, Ganivet ¿hablaba de Séneca, Ganivet, afirmando que el positivismo y la más corta entre dos puntos pasa por las es- que casi huele a Santo de los árt. bes, de pura razón no eran las únicas fuentes del trellas 1 Santa Teresa. j conocimiento, coincidía así con aquella proAGUSTÍN DE FOXA Le dolía la España contemporánea, sin j funda adivinación de Shakespeare, guesta ení Conde ü 1 ideal. do ímida, sin ansias de lucha, sin con- tdca l é ffamletr Hay m ücKaTmas co I? Sft Helsinki, enero, IQ 42, L

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