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ABC MADRID 01-10-1941 página 13
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ABC MADRID 01-10-1941 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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EL CAUDILLO Y LA ORGANIZACIÓN SINDICAL ESPAÑOLA i toda Patria supone un quehacer, una común tarea, siempre renovada y continua, un caminar en alegría y camaradería de marineros bajo el único mando del capitán, por los mares en calma o en procela de universal destino, una Patria cual la española, en trance de agonía y desmembración en aquel ocaso sangriento de 1936, exigía llevar a cabo 1 empresas tan gigantescas y ¡eficaces, tan hondas y revolucionarias, tan entrañablemente populares y tradicionales que áólo habría de realizarlas quien fuese capaz, por su genio y sus (virtudes, su temple heroico y sensitivo espíritu nacional, de encarnar la voluntad colectiva de los españoles, soterrada por un siglo de liberalismo, y de cargar sobre sus hombros atletícos la inmensa tarea de reconstruir y revolucionar a España y gobernar su rumbo hacia las altas metas de la grandeza y poderío en lo económico, en lo político y en lo espiritual. Sólo Franco, Caudillo de España, podía llevar a cabo esta revolución que nuestro pueblo tenía pendiente desde; hacía una larr ga ringlera de años; la revolución que diera la unidad a las tierras, a las clases y a los ¿hombres de España; lá revolución política y económica que estableciera inórmas de hermandad y abriera cauces de fecundó trabajo. Esto es: la revolución nacional y social que la unidad y la grandeza de la Patria deman, daban para erigir sobre sú libertad el arco hispánico de la cristiana justicia. En lo económico y social la obra a cumplir era y es tan ingente, delicada y áspera, S El Caudillo, seguido del presidente de la Junta Política, Sr. Serrano Éúñér, pasa revista a las fueteas- que le rindieron honores en el acto celebrado por el Consejo Nacional para proclamar la ley Sindical. (Foto Zegrí. que, como ha dicho el Caudillo con frase exacta, requiere Una tremenda tarea en la que no cabe el niás leve desmayo y desaliento. Un siglo de liberalismo nos había llevado a la división de los hombres en clases hostiles y a la lucha más cruenta que registra la Historia. Esas clases se ordenaban, como dos ejércitos en pugna, en uniones patronales de una parte y de otra en un sindicalismo profesional y paritario que se había convertido en el más eficaz instrumento de ruptura de la unidad de la Patria No era posible reconstruir, en lo económico y social, esas banderías profesionales, que en vez de abrir en el suelo ibérico los surcos de la hermandad y del buen orden, del amor y la justicia, se dedicaban a agostar la cosecha de la economía española. La empresa, que demandaba urgencia, estribaba en poner en práctica la concepción originalmente española de la disciplina política de la economía Porque en esta concepción programática reside todo el nervio, contenido y función de la sindicación española. Recuerden todos, y principalmente los distraídos, frivolos y tardos en enterarse, las magistrales palabras con que el Caudillo, define el sin- dicalismo español Sólo una fuerte y ardiente disciplina política- -dijo en solemne ocasión el Jefe nacional de la Falange- permite la autodisciplina social y económica que es la sindicación. Decía José Antonio que había de considerarse a España en lo económico como un fTigfantesco sindicato de productores. Para el logro de este punto doctrinal de la Falange era menester instaurar. en España un régimen sindical, con dos marcadas directrices hacia fuera y hacia dentro dé la Patria. La una ha de ordenar la disciplina política de la economía al servicio del poderío exterior de. Ja Patria y la otra consiste en instalar, justa y ordenadamente a- cada español en su economía nacional Y éstas son las consignas fundamentales que, para la más perfecta organización sindical española, desea y manda nuestro Caudillo. GUILLEN Eí Jefe del Estado durante su trascendental discurso en la reunión del Consejo Nacional de Falange. (Foto Cifra. SALA YA

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