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ABC MADRID 19-09-1940 página 3
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ABC MADRID 19-09-1940 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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M SEPTIEMBRE, 1940. NUMERO SUELTO 15 CENTS, tf. jf- tf PARA UN CAFE DO. AÑO- T. R 1 QE- SlMOTERCEfrO. una lata de sardinas, una hoja de afeitar, todo LA S O R E L él mundo piensa: ¡Qué ensueño mezquino! Prometa usted un cafetal a cada francés y un s curioso observar cómo los actores- -y automóvil para ir a verlo, y. lai resurrección las actrices, naturalmente- -interpretan de. todos los marineros, sorprendidos y muertos los personajes de edad y -íie qué mapor una Escuadra inglesa en un pu erto de nera tan distinta interpretan su propia edad, África. Y, aunque tampoco nadie lo crea, se por muy dé edad que sean. En. el primer dirá, en cambio, que es un delirio generoso, caso, son de un pesimismo fabuloso; en el segundo, llegan con facilidad a las alegrías más W. FERNANDEZ FLOREZ ¿De la Real Academia Española. diaparatadas y menos provistas dé fundamento. Parece que no se. púéde hacer un abuelo ó una abuela sin que la voz tiemble, -sin qué la mano comiunique al ipuño del bastón una corriente espasmódica, y sin que este superviviente de la época cuaternaria se queje de que XISTE ¡la creencia d e q u e solamente los le duelan todas las cosas. Ahora bien, un abuehornbres que n o tierien. nada que hacer lo puede tener perfectamente cuarenta años, son metódicos. A s í encontramos á cier- y nó hay por qué suponer que a los cuarenta tas personas esclavas del tiempo y e l espacio que no salen j a m á s de sus costumbres y que años Se alcance la triste decrepitud que nos imprimen a su vida u n ritmo, lento, pausado, revela la escena. Parece también que, cuando de estricta moderación. Tales personas; suelen se trata de hacer galanes, o damas jóvenes, es sentar plaza de egoístas e insociables. P o r el decir, cuando el actor o la actriz ha de ofrecontrario, es frecuente confundir la actividad cer de frente sus años personales, no importa. y el trabajo con una vida. vertiginosa y emba- tener treinta o cuarenta más que los que se rullada. Ésos hombres que no se sientan nun- indican y se viven en las comedias. ca, que con una cartera bajo el brazo marchan Yo supongo que estas modas teatrales, como por lasjcalles a paso de andarín, que al saludarnos de refilón nos- g r i t a n N o puedo déte- muchas otras igualmente absurdas, vinieron n e r m e V E l fabulista decía a la ardilla: T a n- de Francia. No sé. si todavía los, abuelós de tas i d a s y venidas ¿son de alguna u t i l i d a d? Francia tienen que seguir siendo centenarios; Estos sujjetosjsuelen, además, no s e r puntua- pero sí sé qué siguen siendo centenarios mules y nd: consuiriar nunca n i n g u n a conversa- chos galanes y, sobre todo, muchas damas jóción importante, porque en aquel momento. esyenes. De Cecilia Sorel se cuenta que, en ocatán m u y de prisa. Son individuos con motor dé explosión, que s e engáñan- a sí mismos sión en que daba unas representaciones en El Cairo con la Comedia Francesa, haciendo pacreyendo que trabajan. N o nos debemos ofuscar p o r t a l e s espejis- peles de enamorada, visitó las Pirámides y se mos. H a y que. enseñar a las gentes el que en sintió grandilocuente frente a la Esfinge: la vida hay tiempo p a r a todo, y que lo impor- -Dime- -le preguntó a la hija de Tifón, y tante es distribuir este tiempo en corresponden- de la Quimera- -cuál es el secreto, del desiercia con las- obligaciones y trabajos. A p o t o que to. Miles de años han pasado por sus arenas qbservemos, llegamos a la conclusión de que y tú las has contemplado siempre, con tus los hombres que trabajan tienen método y disciplina. Y es que hay. dos cosas que son ojos inmóviles. ¿Quieres contarme tu mis difíciles, ¿pero que, una vez aprendidas, r e- terio? portan g r a n beneficio: saber estudiar y s a Se añade qug la Esfinge contestó lo que (STER Dalton, ministro inglés de la Guerra Económica- -es decir, del departamento encargado de dañar la economía alemana- ha dicho que es necesario acumular ahora: en Inglaterra todos los víveres y materiales que vienen p a r a Europa y cuyo tránsito intercepta la Marina británica. -Y es necesaria esta acumulación con objeto de tenerlas preparados para distribuir entre los pueblos a quienes libere del- dominio alemán el avance de los Ejércitos de la Gran Bretaña Quiero- -terminó diciendo- -regalar a cada familia francesa una. libra de café en el momento en que Francia; se vea libre de invasores. La idea de celebrar una gran merendola con los víveres incautados puede ser tnás o menos alegre, pero no podrá- Mr. Dalton quejarse de que recibe por ella pocos telegramas de felicitación 0 de que no van a verle. comisiones de agradecidos, mientras no aclare qué quiere dar, a entender cuando se refiere al avance de los Ejércitos ingleses. Porque, no- es que los Ejércitos ingleses se estuviesen quietos. Avance hubo; pero fue centrípeto. Loa movimientos de las tropas británicas se parecen a loa que muestran esas películas, en las que acaso se ve brotar de entre las aguas un bañista que describe una curva ascendente hasta colocarse sobre el trampolín de una torreta, donde da un saltito, marcha hacia jttrás y desaparece de la Vista. Así, primero nemos. visto- -en esta película, al revés- -las columnas de agua que levantaban. las bombas alemanas en Narvik, en Flesinga, en Dunkerque, en Calais, en El Havre, e n Burdeos... e inmediatamente comenzaron a salir de todos estos sitios ing- leses y más inglese? andando hacia atrás, hasta que confluyeron en Inglaterra, y allí los perdimos de vista. Como sistema de liberación. de pueblos, es- -no hay duda- -impresionantemente original. Con. arreglo a el, ¿cuándo recibirán los franceses esa libra de café? Hay utia indudable tendencia a ofrecer pro- beí- trabajar. Muchas gentes ¡no aprenden ductos alimenticios a nuestros vecinos del Pi- porque no saben estudiar, y- otilas n o rinden sigue: rineo. Ya hubo un Rey que les habló de una apenas én el trabajó porque no Saiben tra- -Sí, mamá. gallina para cada olla francesa, y, pasados mu- bajar. En el convencionalismo escénico, lo; co. chos años, viene, este buen señor Dalton y les E s t o s ¡independiente de la capacidad y del rriente es que el actor se eche años encima promete para el domingo de la paz el aguinal- iempo empleado para realizar la obra, lo que Qomo personaje, y como persona, que intente do, de una libra de café a cada familia. Invi- corresponde a facultades personales ajenas a hacer creer que se los ha quitado. Es posible ta a la meditación lo que ha evolucionado al la voluntad, pero tiene g r a n relación con los que esto ocurra porque solamente cuando se. través del tiempo, el carácter de las ofertas. resultados del trabajo, con lo que podemos lla- nos da. abuelos putrefactos, es posible creer En un caso se aspiraba a nutrir, en el otro se mar la o b r a bien hecha. El desenlace del trabrinda ese pretexto para el bawrdáfje, qué es bajo consiste en consumar la obra con la m á- en los primeros balbuceos de amor de una una taza de café. Ahora el hombre no tiene xima perfección. Nadie pregunta el tiempo dama de ochenta años. Ño incurriremos era la fácil e inelegante lacomo ansia: principal empuñar un muslo d; que un íponje t a r d ó en miniar un códice. La pollo y clavarle los dientes, sino tomar su taza obra está; ahí, perfecta, y puede ser una obra bor de dirigir la sátira, contra los que se obsde café; ese momento de la taza de oafé, re- que consumió toda una vida. Y además, el tinan en imitar, a la- luz cruda de las baterías monje y asistió posado, tranquilo y diserto, en casa o eri la te- al c o r o conversós con sus yhermanos, huerto, y teatrales, una. vida juvenil que la plástica, a y dijo u misa, labró su írraza pública, sin penumbras recelosas, sin aun tuvo. tiempo p a r a divagar desde su venta- su- vez, se obstina en desmentir, porque es insobornable. Esto, ni siquiera sería- inteligensirenas de alarma; sin angustias. nita sobre el paisaje 1 una noche estrellada. Lo que yo no sé es por qué él hombre El trabajo bien hecho valora el tiempo ds te. Pero sí se puede ofrecer un buen consejo de la Guerra Económica no ofreció, además un modofadmifable. ¡Q u é largos se hacen los a las gentes- que pretenden detener el sol en del café, una copa y un puro, como es cos- d í a s! Y es que el- gran consumidor del tiem- las alturas. Y es qué todo tiene sus años y tumbre en las invitaciones. Ni los franceses po es el ocio. E l que trabaja, hace tiempo, y qué no se puede ser niño sin serlo, ni amar pudieron nunca echar gallina en su puchero él que huelga, le consume. Él ocioso, para en- sin ser amador. todos y diariamente, como querría aquel Rey, g a ñ á r s e l a sí mismo, dice que está haciendp Los que creen Jo contrario, en la, vida sen: ni- verán jamás un sólo grano de esa libra de iempo cuando le ve pasar. timental í y; en el teatro realizan una laborEl que trabaja llegará a la hora en punto café. Ellos 1? saben y. el sencillo. señor Dalton antihigiénica y pesimista. El mundo se nos también. ¿Por qué, pues; ofrecerles tan poco? al despedirse, le veréis cómo se aleja a un puesto demasiado espectral a todos, para paso natural, cómo s i n o tuviese p r i s a Míster Dalton ¿es uno de esos escoceses de los; Hay, sin embargo, muchos hombres que en- que, además, como fórmula dé diversión para x que se cuentan tan divertidas historias de ta. cañería? Cuando un gobernante comete una de gañan a j o s demás y aun se engañan a sí mis- nuestras horas inconscientes, se nos ofrezca estas puerilidades, todo él mundo se ríe un mos, diciendo que n o tienen tiempo para- nada, a de unaj Respetable equivocación La inmorpoco de él, pero hasta en tales bobaditas cabe Y que caminan siempre: por el mundo como si alida d no consiste en seguir viviendo, -sino en morir d tieñipo. i cuidar los matices, porque si se ofrece a cada uesen. a perder el tren. cabeza. de fwiilla... i eso tm puñadito- de. café, -FRANGISÍEO D É CO- SSÍCK I- j TNÍIQUELARENA: M E EL T R A B A l O Y EL TIEMPO E

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