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ABC MADRID 18-07-1940 página 11
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ABC MADRID 18-07-1940 página 11

  • EdiciónABC, MADRID
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José Antonio, el capitán fundador, al procla- LOS FORJADORES DEL mar que nonos gustaba la España que se nos había dadOj latazaba la consigna de la lucha FUTURO para su conquista. Había que recoger a España EÑOR director: lie meditado largamente ÁCIDOS entre el desastre del 98 y el es- del polvo para llenarla de una ilusión, que sésobre las cuartillas, con el fervoroso tallido, de la guerra, europea de 1914, ría rescatada por. la sangre. deseo de ofreced un artículo relaciolos hombres de este tiempo nuestro no Y, en ese 18 de julio, de 1936, la espada tajó tenían inás experiencias históricas nacionales, la Historia para su recomienzo. La Falange nado con la conmemoración del Movimiento que las de ver arriarse banderas de España. heroica, el bravo montañés que soñaba a la Nacional que acaudilló F r a n c o y h e descuPara casi todos, -los recuerdos imperiales eran sombra deL viejo fusil con las antiguas tradi- bierto lo que voy a decirle ahora, quizá p r o un accidente doméstico: objetos de Cuba o ciones, al apretarse en torno a Franco n- Q ha- vocando su e x t r a ñ e z a impasible escribirlo. Filipinas, traídos de allá por- el padre, un tía cían sino dar rienda suelta a su tragedia Jnte- Imposible escribirlo con la justeza que usted o un abuelo. En la poesía infantil de esta, rior, que era la tragedia de un. pueblo. Una debe exigirme y que yo quisiera tener. desgarrada generación española, la pérdida de generación volvía sobre sí misma para devolÉ s e mismo artículo sería muy. fácil, hace nuestros últimos jirones coloniales tenía pre- ver a España su ambición y su rango, su mi- cuatro años. Entonces intentaría ser u n e s sencias de canción popular o de heroicos en- sión y la anchura de. su meta. Por obra y gra- tímulo vehemente a la ácció; i a r m a d a c o n t r a sueños truncados entre las ondas de las Anti- cia de la espada del Caudillo, alzada en horas un 1 de oprobio, llas, o de los mares de la China. Una geogra- de gloria- esta triste generación española po- que régimen que cubría a E s p a ñ a ciudadanos, hacía imposible la vida de los fía escolar sin horizontes de ambición se fue dría v e r alzarse banderas y recomponer la que lo desorganizaba todo, -que entregaba el, elevando en las cabezas de muchos. A muy. marcha de la Historia. gobierno de la nación a trepadores, a locos, a pocos les entró por la ía de sus maestros la v JOSÉ M. ALFARO negociantes, a malvados. Sería como u n g r i t o realidad africana; los más tuvieron que aprenlanzado p o r la desesperación, e n el que se re- der, ya vencida la adolescencia, las consecuenclámase: ¡V e n i d a acabar con esta situación cias del Tratado de Algeciras. LOS QUE NO ENTEN- asfixiante; y a n o podemos m á s! Sería, a l a La guerra grande de 1914 al 18 fue una vez, u n ¡P a r fin! lanzado con el m á s ali- DIERON 1 prueba más de la pérdida de tensión de Espa: o es el momento de relatar los detalles viador de los suspiros; ña. Los mismos que proclamaban a gritos el E s e mismo artículo no sería difícil hace tres, episódicos del Levantamiento Nacioabandono de nuestra empresa marroquí y nos nal, sus circunstancias favorables y ad- hace dos a ñ o s F l u i r í a n las palabras copiosasoñaban una Suiza mediterránea eran capaces de andar a bastonazos en los cafés por defen- versas, porque ha transcurrido- demasiado mente- de nuestra ansia y de nuestfos sufrider la veracidad del parte de guerra de alguno tiempo desde, entonces o demasiado poco. La mientos. Djríamos entonces, los que a ú n a r r a s Historia ha de encontrar en su día la pers- trábamos la vida de martirios de la zona r o j a de los beligerantes. Se había perdido casi totalmente la concien- pectiva exacta, libre del exagerado número T o d a nuestra fe está puesta e n el Generalísi 7 cia estimulante de lo nacional. Cualquier vago de anécdotas que enmarañan en cierto modo mo y e n el E j é r c i t o y en la valerosa juventud internacionalismo e r a aceptado entusiástica- el. arranque de una trayectoria heroica. El que le siguen, cargados el corazón de heroísmo y el alma de sanos ideales Sería una exalta- mente. Los movimientos secesionistas crecían árbol- -suele decirse- -oculta el bosque entre pamplinas sentimentales cuando no eran- Pero hay algo que se sabía quí. desde los ción d e los mérilbs de Franco, de la bravura inventados a- la sombra de los pretextos más primeros momentos de aquel trance y que el de los combatientes, de las nuevas ideas cuyo pueriles. que no solían tener más razón funda- mundo no, sabía o no quería saber: España triunfo esperábamos. Sería como un fuerte g r i mental que la de los medros particulares entre ocupaba la vanguardia de la batalla contra to que d i j e s e Salvad a la P a t r i a! y otro, la general desgana de una ambición histórica. unas fuerzas tenebrosas y tenaces que inten; más acobardado, q u e añadiese, con el n a t u r a l Y así. rampa abajo, el hombre de hoy veía en taban disolver lo más puro y lo. más noble de egoísmo personal, agotadas ya las fuerzas para sus años de formación todo el proceso de, un cada país, en favor de un internacionalismo resistir tanto t o r m e n t o ¡Y salvadnos también despiece nacional y popular- entre viento tris- espectral; España no esperaba a que otras a nosotros, si es posible, de esta horrible a n 1 te de las banderas plegadas. Turbias jugadas naciones advirtieran el peligro y decidieran gustia de todos los m o m e n t o s! políticas, huelgas revolucionarias, cadenas de despertarse. Los hombres de nuestro tien Ese mismo artículo brotaría espontáneo d e atentados, canciones de escisión, etc. mientras pp- -han escrito los franceses Brasillach. y los últimos restos de un ejército, al qué se que- Bardeche, en- su Historia de la Guerra de Es- la pluma doce- meses atrás. L a guerra acabada, ría c. orrornper o. aniquilar, seguía bajo, cielo paña- -encuentran en esos años magníficos de el triunfo coronando los asombrosos esfuerafricana, manteniendo con la razón de su san- la lucha española, el ejemplo de todas las au- zos, un g r a n afán de rehacerse, de m e j o r a r s e gre la tizón de su existencia heroica frente a dacias, de todas las grandezas y de todas las el Caudillo, blanco dé todas las miradas, -venela- atonía, la ramplonería y la chatúra de tos esperanzas De todas las esperanzas... Y, rado e n todos los corazones, austero, providenañaden: Se puede. decir, sin paradoja, que cial; administrando la victoria para el m a y o r corrillos opinantes españoles. el Levantamiento Nacional ha sido tan nece- bien de nuestro pueblo... E s p a ñ a resurgía. Toda una juventud se desentendía de la tra- sario para Francia como para España. Una una vida digna y feliz. gedia del declinar de España, como si no fue- victoria roja hubiera precipitado en este lado P e r ahora... A h o r a altura de este ra su tragedia misma. Se miraba sobre los Pi- de los Pirineos (en el lado francés) la sóvie, cuartoo año, dominamos desde lamás horizonte. mucho rineos con nostalgias miméticas; se amaba lo, tización. del país y Jo hubiese entregado al H a n sobrevenido sucesos reveladores; l a g u e de este o del otro lugar por el simple hecho de caos extranjero rra europea levantó una punta del velo y n o s no ser de acá. y se podía- -tal llegó a ser la pérdida de pulso- -adquirir una relativa perso- Es ahora; ahora que una gran guerra de j hizo comprender parcialmente el sentido de nalidad con hacer un. pequeño viaje por esos extensión le duele al mundo, cuando el mundo j nuestra guerra, mucho m á s profundo y trascomprende un poco. Cuando comprende Fran- i- cendental de lo que habían pensado- l o s mundos de Dios. Nadie existe que cia, sobre Y así de abandono en abandono, de dejación que el dañotodo. Quizá un poco tarde para ¡m á s sagaces. con exactitud, hoy a u n pau reod ia- no. haya sido profundo. ¿determinar ni px en dejación, rotas las pistas de la esperanza, se lo que representará íá. vida cayó en cultivar todo lo disolvente. De nada En este aniversario de una fecha que mar- madamente, hombre el conjunto- de e ninteresansirvió el denodado y generoso esfuerzo de un ca sobre la, tierra el. comienzo der período futura del soldado insigne, que guiso con un pelotón de fundamental en la nueva historia- -y la marca tísimos fenómenos que. iniciaron con fase m á s hombres de buena fe encauzar la España vaci- en España, y la marcamos nosotros, con el aguda- -hoy lo vemos con claridad- -con núes- lante de después de la Gran Guerra: ía Dicta- general franco a la cabeza- se comprende tro Movimiento Nacional. A l hombre n o le dura del general Primo de Rivera no logró sino menos que nunca aquella hostilidad de lo que es dado saber el desarrollo completo de la a c- una etapa de bienestar relativo y una pacifica- se daba en llamar naciones democráticas Y, ción con que él sirve a l destino durante la ción- -tras la brillante liquidación del problema por encima de todo, aquella soberbia igno- brevedad de su vida, y si hoy atisbamos que rancia suya. Luego se hd visto con más cla- ios acontecimientos e n que hemos intervenido, marroquí- -transitoria. todavía, que los servicio S El 14 de abril, dando cauce abierto a todo 1o ridad de los que nos combatían, de informa- se abrirán en panoramas d e grandeza y alcanción colaborando que de enervante y disoeiador se batía ya sobre en la inútil resistencia de nuestros adversa- zarán u n poder que cambiará la faz del mundo, las tristes tierras de España, dio paso al epílo- rios interiores, no podían ser más disparata- es porque cada día trae u n a revelación y- lasgo trágico del existir de un pueblo. Y ante la dos. El mismo sistema, que los franceses lla- de los últimos meses alumbran ya con luz m á s muerte cierta, ante la realidad opresora de la marían jemenfoutiste, les ha llevado luego y delatora. Algo m u y grande está e n marcha, sin qué conozcamos precisamente sus matices. pérdida de todos los valores, fueron alineándo- les Üeva aún, a situaciones de angustia. El Caudillo y los hombres que le h a n ayudado se los hombres con voluntad de quehacer históEs ahora cuando se comprende todo lo que han hecho mucho más, muchísimo m á s- q u e rico. El recio grito de la vida de un pueblo no dispuesto a. dejarse asaetear, convocó a los pri- nosotros descubrimos a tiempo. Lo que des- cuanto- podamos suponer- ahora. E l artículo meros adelantados. Una lucha cruel comenzaba. cubrimos. cuando hacía falta. En primer térmi- que se escriba con los elementos de qae d i s Y él 16 de febrero de 1936 significaba su pun- no, la cirugía es una ciencia de oportunidad. Y ponemos h o y sería inexacto e inferior, recties ahora también- -porque se empezó a luchar ficable e incompleto; a u n el m á s ditirámbieo. to culminante. preciso- -cuando España Ntiene Pero ya para entonces, claras voces de Espa- en el minuto las esperanzas, mientras los que Dentro de cincuenta, dentro d e cien años enfrente todas, ña se habían ido. haciendo, entre los prinier. os no supiero n o no quisieron saber, entregados será cuando pueda enviarle a usted acerca de sacrificios, carne de la profecía del resurgir es- al ritmo suicida de las Viejas jornadas, se en- este, tema un formidable artículo. pañol. Los- hombres de esta generación, que cuentran con todos los dolores. sólo había visto arriarse banderas, llegaron por W. FERNANDEZ FLOREZ la exasperación a la esperanza. Redondamente, J. MIQUEL. ARENA (De- la Real Academia Española. LA SACUDIDA DE LA TRAGEDIA N S N

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