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ABC MADRID 28-06-1940 página 3
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ABC MADRID 28-06-1940 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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MADRID JD 1 A 28 1 UNÍ O D E I 9 40 NUMERO SUELTO 1 CENTS. E GUMPLIMIÉNTO DEL ARMISTICIO ILUSTRADI DO. SI M Q T E R C É R Ó N. 10.715 f N: MADRID: UN MES, 3,70 PESETAS. PROVINCIAS: T iSS MESSS, 12,65. AMERICA Y PORTUGAL: l KES MJ 2 SES, I3.I EXTRANJERO: TRES MESES, 32 PJÉSETAS. REDACCIÓN y ADMINISTRACIÓN: SERRANO, 61. MADRID. APARTADO N. 43. Rumania, ante cj ultimátum ruso; se muestra dispuesta a discutir la cesión de Besarabia y la Bucovina deJ norte. Buque inglés de treinta y cinco mil toneladas, a pique. El Gobierno francés se reorganiza y se traslada CJerkiont- Ferrand Bssai abia y Sticovina son provincias con inayor. íd rumana, aunque encierren minorías rusas, Ucranianas, judías, alemanas y búlgaras. Tan es BANDERAS VICTORIOSAS así que más allá de la fro. ntera. dei Dniéster los Énla, tarde de ayer se ha izado la banSoviets lían creado una ítepicblíca autónoma- de 1 dera alemana en la orilla derecha del BiMoldavia, pues el elemento rumano se extiende más al Éste le la frontera política. Los- ctére- dasó mirando. %l a española. lia ¿saludamos ciando llega hasta nuesChos históricos que puede invocar la 17; B. S. S. í- -como Ueredéra, del Imperio ruso- -no son más tra írpnterjv; Orlada d frescos laureles. TJn convincentes qué. Vos, que. presenta Búcarest- En pueblo joven, y unido, bajo la mano mi iel terreno étnico, la tesis rumana es más fuerte tar de nuestro glorioso Caudillo, saluda a que la rusa. La realidad es que Moscú aprovecha lii gran Alemania de Adolfo Uider. la ocasión en qué Alémania é Italia están ocupa- En refeuérdo de horas Inolvidables, adas en. su lucha contra lá Gran Bretaña para ¡excémos los mejores votos porque el espíen, pender su dominio hacia el Oeste, hacia él corádi do triunfe alemán, iinal di una marcha ffón del Continente. En los primeros días de sept militar sin precedentes, níai qiie el comien- íiémVre el Caudillo preveía ya e s t a tremenda ÍO de días venturosos liara Europa, buio perspectiva para Eúfopa. el: s noí ¡de 0 la unión de pueblos jóvenes Si Rumania pierde BtesaraMa, y el Norte de: Bucovina, anexionados en 19 J. 8. renuncia, aproyfu rtes engarzados en ün orden nuevo ximadamente, a la quinta parte de su territorio JUStO. il su, población. La V, 11. 8. S. después de haber adsorbido lu- mitad de Polonia, los íí els Estados bálticos y parte de Finlandia, se va a instalar, Guardia personal del Füb. rer. y h e sentido ahora en et bajo Danubio, muy: cerca dé la pen- la, mayor emoción d e mi vida cuando se izaínsula de los Balcanes. ba mi bandera frente a la española. Estoy seguro de que hoy todo el Ejército alemán A B C en la frontera se siente orgulloso. E l mayor Winbrandt tiene cuarenta años y habla úñ español Werfeetísimo. Cuando le felicito por su dominio del castellano, contesta: v- -Me encanta que lo crea usted así, porque yo teníft. m i s dudas. Imagínese que mi esEn jiH lugar del Sur de Francia. 2 Í. (De pañol es boliviano, lio aprendí en la guerra nuestro redactor. Por la mañana se había del Chaco, en. la gue luché durante dos años... Su pistola fleva una, funda de cuero, tafijado un bando de Ja Alcaldía: Ante la posibilidad de que, hoy lleguen a nuestra A illa llada a cuchillo, en l a qué se leen, un nombre las tropas alemanas, recomiendo al vecin- y una fecha: -Juan Gómez. 1933 dario que se abstenga de cualquier manifes- -J u a n Gómez, íué un paraguayo? -le tación. pregunto. -E s posible. Pero todavía era la Francia do siempre, un día, luminoso y tibio. En el dique de la Y añadió: playa, toda, una pequeña burguesía tomaba- -E n cambio, estas polainas son francesas, el sol en barias tilas de sillas. En la calle y el cinturón polaco. Ganibétta- -la de las tiendecitas de pueblo- Se ríe y es feliz. i las señoras. hacían sus compras: una barra Todavía no he visto un soldado alemán sin de pan; jél hígado de ganso, dos pares de me- afeitar; ni un gesto brusco en aquellas filas; dias, la- ¿ala y el, cubo para, el niño. Y circu- ni una mirada d e orgullo o de reto. Todo se laban las bicicletas obreras de todos los días. ha hecho con un orden, con un oilnirio y Y también las Victorias de alquiler, tapl con una serenidad que parecía que no pasaba- zadas de lienzo blanco, con caballos familia- nada. En uno de esos días imi ecable, s del Sur res para todos los turistas del mundo cuando de Francia, en los que e l cielo paree -haberllega el verano dé verdad y esos caballos se detenido en el punto c i a d o del azul firllevan sombreros de segador... Parecía 1 im- mamento y de la finura. -J. MlQVELiARJENA LAS TROPAS A t EMANAS ALCANZA RON AYER LA FRONTERA f E S P A Ñ O M t BIDASOA Cómp se ha ocupado el Sur de Francia go vino, naturalmente, por el Norte, tío por el Sur. Cuento el hecho sin resentimiento y sin vindicación, y lo cuento jporque, lejos de pare 1- cer fruto del capricho o del azar, tiene, a mi juicio, una intención simbólica magistral. Es todo un síntoma de kt política, que, lustro tras lustro, practicó la Tercera República. El régimen confió, alternativa o simultáneamente, en Gran Breíaña y liusia, y las precauciones, que no quiso o no supo tomar contra ninguna de ellas, apuntaron en África y eii la metrópoli contri Itdlia y España. lía la cuenca del Bidasoa no quedan más vestigios de la guerra que estas trincheras abandonadas e inútiles. Aparecen, no obstante, problemas nuevos: el de abastecimiento, que es el más urgente y de gran complejidad en cuanto los refugiados vuelven a sus lar- tís. Mas ¿cómo han de volver rápidamente éstos a sus lugares de origen? Escasea, en efecto; la gasolina- y los trenes no circulan. Trasladarse de una localidad a otra constituye una empresa punto menos que imposible. Faltan, además- -mo faltan- periódicos, t o s de España no fee reciben. La Prensa de Burdeos llega con dos fechas de retraso. No funcionan las emisoras de radio francesas. 1 Racionado y tullido, me refugio mirando, ora del lado del Océano, ora del lado de Francia, en la conjetura de nn porvenir imcjor que el presente. posible que fueran a llegar tropas a ninguna parte. Era igual qué cualquier día de cualquier añq. Frente al Bar Biloque había siempre una peluquería Manca y cu ella una dama sé dejaba hoy hacer la- permanente Pero llegaron, a, pesar de todo, las fuerzas alemanas. A las cinco menos cuarto de la tarde apareció por la ruta una línea gris. ijrapeéable, de motocicletas, coches ligeros y camiones pesados. Con sus hombres y sus cascos. Con sus cañones antitanques. Con sus cabezas rubias y sus rostros claros, ennegre cidos por el sudor y el polvo de la carretera. Rigidez, disciplina y Corrección. La columna alcanzó la plaza de la Alcaldía, junto al puerto de pescadores, como en un desfile, y el jefe de ella penetró en el Ayuntamiento p ra conversar con laár autoridades. Luego aparecía en el alto, mástil la bandera de la cruz S a. niada. Hada más. Ni un solo soldado alemán abandonó, ni por un momento, la formación, jen círculo, realizada por sus propios vehículos. Algunos se estiraron para dorinw en sus motocicletas y en sus coches. Otros coniersaban. ¡La voz de un pequeño gramófono salía de un camióri. Se había ocupado an Juan dé Luz, y. la vida, de San Jlián. dé Luz seguía siendo la de siempi é. En el puerteeillo de pescada- 1 res, una vendedora anunciaba su bocarte -Hora y inedia más tarde, de regresó a España, veía la ocupación So Hendaya. lias- tropas alemanas llegaron a la frontera e izaron la bandera riel líeich; tropas compuestas por automóviles blindados, motocicletas, cañones antitanques, una sección de Ingenieros, otra de Comunicaciones, otra de Radio y otra de morteros. AI frente de la columna el mavor Wiinbrandt. quien me decía poco desmié: -Pertenecemos, aJ S. S. es decir, a ta. Desde la. s seis de la tarde flota en el puente Internacional del Bidasoa, frente a la bandera española y en vez del pabellón tricolor, la bandera de la cruz gamada. He aquí algunos datos relativos a la pro. paración y consumación de nn acto que si? celebro sin ceremonial, con circunspección o bajo el dolor na tu ralísimo de algunos franceses- que. testigos presenciales, pugnaban por detener las lágrimas. A las. once de la mañana había llegado al puente Internacional por la carretel de la costa que un ¿San Juan de Luz y Hendaya, bordeando el mar. un automóvil militar, dentro del cual iban un soldado, el chofer y. dos oficiales pertenecientes al Ser icio de Información del Tercer 1 Reich. El paso del coche y la presencia- do entrambos militares en el puente, pasaron inadvertidos, pues los numerosos viajeros que A B C en Hendaya a pie y en automóvil se agrupaban en aquel momento ante la Aduana francesa no tenían otra preocupación que la de pasar cuanto antes a Tápana. Los rerlén llegados entraron inmediatamente en territorio español, donde, después de haber cumplimentado al comandante de Sr. OchotoHendaya 27, i 1 noche. (Crónica de nues- rena, yjefe ser nuestra frontera, una copa do de obsequiados con tro redactor- corresponsal. Víctima, de un vino español en la Comandancia, se entrelevé y estúpido accidente, que me condena, no vistaron con el agregado militar de la Emtanto al reposo como a quietud, contemplo bajada Alemana en Madrid. El embajador desdé una tarraza d e l Bidasoa, bañada al Von Stohren. se encontraba, ya en San Sefin por él sol de un verano tardío, el Océano ba- stiári. Una icz realizada su misión, y desvasto, fresco y azul. Tierra adentro, rf paisaFúenterrabía; los jé social y urbano rectifica, la alegría y la exu- pués de almorzar en en sentido inver o dos la berancia luminosa de árboles, pájaros y pra- oficiales recorrieron carretera que les había conducido a la fronde raf. I tera, i tJ región dé los bajos Pirineos participó Entre cinco y seis de la tarde apareció apenas o- no participó nada en la crueula y rápida guerra qu- e acaba de tundir a Francia, por la misma ruta una sección motorizada lia invasión y la resistencia libraron, a! Nor- del Eiérc- ito alemán, precedida por varias te del GirOnda, los combates que precedieron motocicletas y mandada por el mayor, Brandt. a la firnxá d el armisticio. Hace semanas, ante Constituían el grueso de la expedición 12 de qu 5 los Ejércitos del Tercer Kcich jKisa- ta iques escoltados y seguidos por camiones í an Iiusemburga, Bélgica y Holanda, hubo en y automóviles, lin total, serían unos 500 hombres la raya fronteriza na Inexplicable c inexpli- eraív bien uniformados. Todos, o casi todoV, gente ioien. Muchos ofrecían cáda a- la rma áé e fc, que despertó y sobresal- de fatiga. La eoliunna llegó hasta expresión Hendaya. ió ias j oblaciottes paredeñas. Postóriomien- y enfiló el puente Internacional, donde al te ¿él íMa, ndp militar ordenó que se construye- momento acamparon los vehículos. Los genran parapetas y se abrieran trincheras cara a la, hidalga tierra española. Todavía después darmes franceses se retirarpn y al frente del la misma autoridad ordenó que se intercep- tres servicio correspondiente quedaron sólo empleados de En mitad d s taran, con troncos de árbol- es, la carretera que un amplio círculo, la Aduana. por los sóida- formado corre del puente internacional a San Juan de dos del Tercer Reich, y al grito de Heil Luz. Un control militar obligaba a los viaje- Hitler se izo la bandera de la cruz carnada. ros procedentes de España a identificar su El jefe del destacamento alemán, que por personalidad dos c inclusive tres veces en un cierto habla español, ha anunciado que estrayecto de 15 kilómetros. EJ presunto encmi- pera la líegada de un superior suyo, el gene- La llegada de las tropas alemanas a la frontera

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