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ABC MADRID 01-11-1939 página 3
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ABC MADRID 01-11-1939 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRA DO, AÑO TRIGESIMOSEGUNDO, N. 10.511 g H? de AlemaEL INGLES JOVEN Y EL de la declaración oficial que guerra asobre la nia- -primer zapatazo resonó cabeza del mundo- estamos todos en la teINGLES VIEJO DIARIO ILUSTRADO. A Ñ O T R I G É S I M O S BGÜ N D O N. 10.511 ÜWW Iraniano en sus formas más impronunciables. Pero el arcipreste lo pronunciaba todo, sin detenerse cu melindre? como Boccaccio, como Chaucer. con la libertad incomprensible que permitía la época gótica. Lo mismo que el marqués de Santularia, andaba el buen arcipreste por los caminos de la sierra, más bien que para contemplar el paisaje, para darse hartadas de perdices y cordero y cruzar malicias con las vaqueras, fuesen chatas o lío, y aunque olieran a. ajos, con tal que se presentasen robustas; Aquí se marca CUP. fuerte relieve lo que hay. de profundamente personal en literatura. A la distancia de un siglo, un mismo asunto, la moza serrana puesta- en un cuadro invariable, toma formas y sentido por completo diferentes. El arcipreste era un hombre del común; Santularia era un gran señor. El primero pertenece a la cultura, gótica; el segundo es un precoz renacen tisía. Ambos se enfrentan con. la sierra y la ven de forma y de espíritu distintos. Donde uno no descubre más que grosería, el otro. se. recrea en la contemplación de pulidas bellezas. Para el- huiucr: ancho y sensual de Juan Ruiz. no importa que las vaqueras contesten a los piropos con insultos; y como es fornido y grandullón, tampoco le importa que le inviten a luchar- a brazo partido; esto le gusta, y en esa especis- da donjuanismo plebeyo y brutal encuentra una ocasión de regocijo. Tocio al reyes de Santillana, que trata a las mozas rústicas con franca y delicada galantería. Siempre, está dispuesto a ver en ellas algo más que unas villanas, lo mismo si se trata de las del- Guadarrama como de las del- Moncayo. deíRedinár o. de Guipúzcoa. Allá, a la vegüela, a Mala el Espino, en ese- camino que va a Luzoyuda, de guisa la vi i (ue me ÍÍKO gana la. fruta temprana. Garnacha traía de oro, presadacoi! broncha clorada e bien relucía. Mu A ella volví diciendo: Lozana sois vos villana? rrible incertidumbre de cuándo Va a venir No obstante la ruptura oficia de hostili- el segundo- y del alcance que va a tener, es dades entre Inglaterra y Francia, de un lado, decir, de cuándo y cómo y en qué forma va y Alemania, del otro, estamos todavía en plea adquirir realidad, esa guerra tan anunciada. na g- uerra de nervios. Quiero dscir que la ¿Paz? ¡Quién nos la diera, claro- está! guerra verdad no es aún nada más qu- e una. Pero, -si estamos condenados a no. tener tm amenaza y que el mundo entero sigue vi- memento de paz en esta generación ni en la viendo, como antes, en la incertidumbre y próxima, por lo menos qt: e nos lo digan sin el temor. más preámbulos y nos saquen de dudas de El caso se asemeja extraordinariamente al una vez para siempre. de ae- uel inglés viejo y achacosp que tenía JULIO CAMBA sus habitaciones en el piso inferior al de un joven noctámbulo y que no lograba nunca conciliar el susnó sabiendo que, a las dos o las tres de la madrugada, cuando el joven noctámbulo regresaba de su nigt club con los pies hinchados de tanto bailar, lo primero que haría sería quitarse los zapatos La sierra de Guadarrama ha sido durante y dejarlos caer pesadamente sobre el- piso. la guerra línea fronteriza, grueso bastión y Un día, -el criado del inglés viejo subió. a campo de continuos combate -Desde El Es ver al inglés joven y, le explicó ló efu- d- corial a Somosierra, y girando. 3 úegó al pasaba. Norte hacia Sigñenza, ese macizo montañés, que geográficamente parte en- dos la- -Mi amo tiene los nervios destrozados altiplanicie central, ha permanecido caco- -k dijo- -y cada zapatazo que da usted mendado a la guerra como en una vieja- pugen el suelo, es como si se lo diese a él direc- na entre infieles y cristianos. Hoy la sierra tamente en la cabeza. ¿No podría usted, en está limpia de infieles. Pronto en- sus cumbres blanqueará la nieva, y por primera vez lo sucesivo, descalzarse con más dudado a después de tres años, -la juventud animosa fin cls que el pobre señor descansara un poco trepará- a los puertos y picos para reanudar. por ias noches? el alegre deporte montañero, el más sano y- -Pues ¡no faltaba más- -respondió el vigoroso de todos los deportes. inglés joven, que era, en el fondo, un exceJugar es bueno; trabajar el músculo es lente muchacho- Preséntele usted a sü amo conveniente. Pero todo- eso a condición de todas mis excusas y dígale que yo no me no olvidar el trabajo de. la inteligencia. (Y la había dado. cuenta de nada. A partir de esta juventud animosa que trepa á los puertos y altos, collados debe recordar que esas monmisma noche seré el inquilino más ingrá- tañas están asociadas a la literatura españovido ele todo el inmueble... la por dos nombres ele singular relieve: el Pero, por desgracia, aquella noche, el jo- arcipreste da. Hita y el marqués de Santi. llana, ambos buenos catadores de alturas arrisven noctámbulo, bastante alegre, como de costumbre, no recordó su promesa hasta que, cadas y también de vaqueras n. ás o menos ariscas. También Velázquez. fue buen catadespués de haberse quitado el primer zapa- dor de cumbres; gran parte de sus cuadros, to, Jo oyó retumbar en el suelo- con una so- y de los mejores, tienen como fondo la sienoridad tremenda, rra del Guadarrama, tal co- mo el genial pin- -j Caramba! se dijo entonces el hom- tor la- veía, desde las ventanas del Palacio Real. Un homenaje sencillo un tributo de bre, sinceramente compungido- ¿Habré despertado al señor de abajo? admiración, una tosca lápida en honor de esos nombres que han hecho ilustre la sierra quitándose cuidadosamente el otro za- de Guadarrama, honraría a nuestra juventud pato, lo depositó con toda class de precauestudiosa, y deportista. ciones sobre la más mullida de sus alfomPrecisamente acabo de leer- un hermoso bras. Luego terminó de desnudarse, se me- libro editado crí Barcelona: Páginas escogitió- en Iá cama y, ya iba a apagar la luz, das del marqués de Santillana. Entre las pácuando llamaron a la puerta. Era. el criado ginas están, como es lógico, las famosas Serranillas, y al releerlas, a! gustarlas de nuedel inglés viejo, que volvía a visitarlo. vo, he sentido que la imaginación se llenaba- -No me diga usted nada- -la atajó el in- del perfume del tomillo y- el, cantueso y de! glés joven- Como es la primera noche, friór de las fuentes de la altura. El marqués me olvide de su encargo y dejé caer un za- de ¿antillana tenía sus Estados y castillos pato al su eio, pero ¿a que no oyeron uste- cerca de la sierra, y andaba sin duda por allí a caza de aves y alimañas, y también de des el otro? i gentiles montañesas a las fjue poder piropear- -Pues a eso vengo, precisamente- íe re- en la forma galana que correspondía a un puso el criado- Vengo a que deje usted gran señor de los preludios del Renacicaer el otro zapato de una vez, porque mi miento. amo está con el alma en un hilo esperando Y- entonces surge Ja imagen de su predi a que caiga y, si no cae en seguida; teijio xesorén montañismo, literario, Aquel íobu to que le dé un ataque de nervios. ¿a? sensual arcipreste de Hi tfl: íqúe. tiene t U fa: s virtudes y todos los vicios de li di I Perdónenme los lectores que ya. tuviesen conocimiento del cuento, pero, en realidad, Media, y cuya litera- tura recuerda los. capí- teles de las viejas, cátedra! en que- los símcreo que es un cuento ¡asíante- indicado en bolos y figuras- de las. tallas recuerdan tan Jas actuales circunstancias, porque, después pronto lo divino- como lo humano, pero- lo EL GUADARRAMA PASADO POR EL ARTE El paralelismo entre 3o s dos autores es ele un gran interés literario que exigiría mayor- extensión q. úe la de un artículo de periódico. Br. sta señalar por; el momsnto lo que hemos apuntado antes la profunda intervención de lo personal en literatura. Sólo en. literatura? ¿No estarán todos los juicios de los hombres, a través de la Histeria, influidos por lo personal, por lo genuino y diferenciado de cada juzgador y cada intérprete? Y aquí es cuando parece oportuna la- presencia de Velázquez. Velázquez es el espíritu fiel que no sabe decir más que la verdad, y esto de una manera prodigiosa. Cuan, do se asoma a la ventana, del Palacio Real con la paleta y el pincel en la mano, se enfrenta con el Guadarrama sin prejuicios personales; únicamente interviene ¡o- fiel c u u d u i i ni d d creadora, y u t a n c, C o c toi o 1 los- cuadros en JJC el Guidi ¿ni i (b anco, -azul, gris verdoso) encuentra su- expresión más exacta y más sublime. josjí MAUÍA SALAVERRIA

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