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ABC MADRID 01-09-1939 página 8
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ABC MADRID 01-09-1939 página 8

  • EdiciónABC, MADRID
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Á B C. VIÉRUfSS í. DE SEíTriEMBRE DE 1939. EDieiON DE LÁ MAÑANA. PAiS. ministerio francés de Defensa dio. na lista de las conferencias telefónicas que podían celebrarse entre Londres y París, excluyendo de las mismas todos aquellos idiomas que no sean francés o. ing lés, y aatl esto, con restricciones. A partir de laj ¡ocho de la noche de hoy, todas las comunicaciones telefónicas con París han: -quedado cortadas, sin excepción. Londres, en realidad, está aislado telefónicamente con eLContinente, bien que se. trate de países neutrales o de supuestos beligerantes. Las impresiones esta noche- son malísimas, psro parece que Hitler propone qué Dantzigsea condicionahuente alemán, mientras que la posesión del corredor pueda someterse a un plebiscito, y en el caso de obtener una votación favorable, Alemania procedería al canje de- poblaciones- con Polonia. Gdynia; permanecería, ihcondiciona mente polaca. -LUIS CALVO. sas temerarias. En la guerra, que si no se temé, tampoco sé desea, lo militar: prevalecerá sobre lo nacional, lo lúcido sob re lo subsconsciente, lo racional sobré 3o, anímico. Persuadidos de que la guerra por Dantzig evitaría la. guerra, por Francia, cada hombre, cada mujer, cumplirían con su deber; es decir, la orden y la consigna del Alando. Pocos ¿pueblos podrían, en servicio de una guerra preventiva, ofrecer otro tanto a la razón de Estado y a la ley dé su destino histórico. -MARIANO DÁRANAS. para. recordatorio de las democracias 3 tan alocadamente han lanzado al viento deEuropa su trompetería de guerra, publicaba- hace- pocos días un. periódico berlinés. Los datos están. recogidos de, la Oficina Central de Estadística, de Washington y en. ellos se refleja la sangrienta realidad. de I guerra de 1914. v Según esta estadística, las pérdidas humanas de la Guerra Europea se reparten de la siguiente forma: Alemania, 1.770.000 muertos; Rusia, 1 7 0 0 0 0 0 Francia, 1.363.000; -Austria- Hungría, I.200.O CO; In- glaterra, 1.069.825; Italia, 650.000; Estados Unidos, 50.000. Es decir, que el total de- muertos en aquellos cuatro años de guerra alcanza, aproximadamente, la cifra de ocho millones y medio. Ei tptal de combatientes fue de 23.000.000 por las potencias centro, -europeas (Alemania, 11 millones; AustqaHung ría, 7,8 millones Turquía, 2,8 millones y Bulgaria, r. 2 millones) y 42.000.000 por parte de los aliados (Rusia, 12 millones; Inglaterra 9; Francia, 8,4; Italia, 5,6 y los Estados Unidos, 4,8) Es decir, según estas cifras, cada ocho soldados hubo un muerto y. cada tres, un herido. Y con respectó a la población civil de los diferentes países, hubo un -muerto por cada 2.000 habitantes, en. los Estados Unidos, por cada 107 en Rusia, por. cada, 66 en Inglaterra, por cada 50 en AustriaHungría, por cada 35 en Alemania y por cada 28 en Francia. Este balance trágico, con esa frialdad d e las cifras escuetas, parece haber sido olvidado por las humanitarias democracias. Fuera de los. países totalitarios, sólo tres voces se han levantado -emocionadas y sjn- ceras en pro de la paz, durante aquellos minutos críticos en que la guerra y con ella otra estadística semejante, parecieron inevitables. Estas voces han sido las de- la Reina Guillermina de Holanda, la del Rey Leopoldo de Bélgica y la de Su Santidad Pío XII, como padre y guia- eterno de todo el orbe cristiano. A B C enBerlín Recuerdos y esperanzas en las horas críticas Berlín 31, 2 tarde. (Crónica telegráfica de nuestro corresponsal. Aprovechando este pequeño remanso entrevia guerra y la paz voy a dar a conocer a los lectores españoles una estadística escalofriante, que A B C en París La guerra preventiva París 31, 12 noche. (Crónica de nuestro corresponsal, retransmitida por teléfono desde San Sebastián. Cualquiera que sea el éxito del proyecto- ele creación de un Cuerpo de Voluntarios de la Muerte, es evidente INAUGURACIÓN que la publicidad y el encarecimiento de la J JE 3 JA TEMPORADA B E OTOÑO iniciativa- tienden a convertir la resolución o ia resignación viril de las muchedumbres francesas en delirio exaltado y pasional. EST O Desconfió, por consiguiente, de un llamamiento que, dirigido por la Federación de los combatientes de Verdún a los mutilados, enfermos y achacosos que quisieran ofrecer su vida a. misiones desesperadas, es, por lo menos, prematuro. La opinión pública sabe que si la tormenta descargara. Francia- participaría inicialmente en ella más, como sujeto que como victima; no tanto con emoción cuanto con entendimiento. Sería una guerra preventiva, no defensiva; una. guerra sugerida por las- conveniencias del porvenir y- no impuesLa más emota 1 obligada por la disyuntiva del. presen 1 cionante epopete. Si ahora se contemporizara o transigieya de un siglo ra, mañana habría que ceder servilmente o. recurrir a una resistencia angustiosa. De glorioso. suerte que la reacción del Estado y el pueblo frente a las reivindicaciones de Alemania en Polonia responde a una actitud cartesiana, fruto de la razón y no del sentimiento. El método, en función histórica del juicio, entra más en juego que la noción orgánica del peligro. Si Francia moviliza- y se Tin film SABIO... apresta, secundando a Gran Bretaña, a yol- ¡naturalmente! carse sobre Alemania en socorro ¡de Polonia, no es porque se sienta atropellada o herida, sino porque advierte, o cree advertir, que más vale hoy- una guerra política, una guerra de fronteras afuera y, por lo tanto, en buenas condicionéis, que una guerrade independencia o invasión, dentro de equis meses o de equis años. En la conformidad o en la pasividad con que todo el mundo- -hombres y mujeres, jóvenes y ancianos- -se aviene sin discrepancias a coyuntura de tal naturaleza, resida la- alta lección de, unidad que; desde hace una semana, recita día por día, hora tras hora, un pueb- lo apenas restablecido de pruebas memorables. No sa trata- -in. sío- -de un complejo do la sensibilidad o e! temoe ramento. Í; i la movilización no intervienen el amor ui el o; lin, tanto ihÚ 3 tanto que si el ívnnoft ro admira, por una parte, ni polaco, tampoco, par oíva, detenía al germano. Torno a decir que, n mi juicio, quiebra! á iniciativa deTles invictos supervi BAR- -RKSTAXJRANT vientes de Verdún. I o habrá Cuerpo de KeanucSanilo sus s. ctiyiO. a íles el. día 2 ÍIG sei Voluntarios de la- Muerte, aunque- pueda tieinbrc, saínela a su distinguida, clientela producirse. b- íuramcutc se pvocíudna, dis perso o cü. vM cidü. un numérelo- voluntaria- y al. público en general. do- susceptible de- sacrificar ia vida en empreCOMEDORES XNDEPBNI? Ií 3 NTES La actitud de Italia y Alemania frente á la guerra ha sido y sigue siendo, la de ni temerla ni desearla. Si al fin la conflagración estallase, nadie podrá culpar a Alemania, como alevosamente se hizo en 1914, de haber sido ella la provocadora. Algún -día, cuando el- tiempo aquiete las- pasiones, y la historia pueda contemplarse con la yunciente perspectiva, el mundo reconocerá los titánicos esfuerzos realizados por Hitler. y sus colaboradores, para mantener la paz sin que sufra menoscabo el honor del pueblo alemán. Gracias o tales esfuerzos, la actitud de cada país y la responsabilidad, de cada cual se han ido- perfilando claramente. Las democracias, que en un principio, se hubieran lanzado alegremente a una lucha irrespoa sable, hoy meditan aterradas las consecuencias que ello podría acarrear, y nadie se atre. ve a disparar el primer cañonazo. La histo 1 ria y la estadística son jueces severos, ante los que hay que meditar cada movimiento. Casi me atrevo a- afirmar resueltamente, que si la calma de ayer y de hoy dura- cuarenta y ocho horas más, la paz se habrá salvado definitivamente. Estas esperanza? sin embargo, se verr turbailas por ía. actitud enloquecida y dispara- tada- de i n solo país: por Polonia Si estaliase la guerra, despnér. del mínimo de, com- prensión a que hoy ya se. ha llegado graciasa esfuerzos infinitos, sólo Polonia. y sus gobernantes í. erír. n los verdaderos culpables directos de la catór- íroíe. Pero si se logra su- jeínr a este lovaritisco país sin historia ni tradiciones, quizá c- n. íonces, en el liorísaoste de Europa fe alce una aurora boreal, que dure, por lo menos tanto como nuestra pobre generación, cansada de luchar y. -entristecida por, recuerdos demasiado recientes- y. amargos. -EUGENIO VALDES

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