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ABC MADRID 02-06-1939 página 6
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ABC MADRID 02-06-1939 página 6

  • EdiciónABC, MADRID
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MILITARES Y ÑO ABOGADOS El triunfo de Franco ha impuesto en España el espíritu militar, y a él hemos de someternos para que en el orden moral, social y político no se malogre la victoria. Contrapuesto al espíritu militar está el espíritu abogadil. El primero significa culto al honor, desinterés, sacrificio, desarrollo de la agilidad y de la fuerza física, religiosidad, disciplina, respeto al superior, caballeros! dad, señorío, jerarquía, abandono de toda especie de egoísmo en aras de los más altos ideales... El espíritu abogadil se define con una sola palabra: sofística. No hay que confundirlo, con el derecho y con la justicia, qué es uña de las cuatro virtudes cardinales, a las qtíe se debe servir siempre desde el terreno Sle la. Teología moral. La imagen clásica de la justicia lleva también en la mano el símbolo, eminentemente militar: la espada. Es que sin la espada y sin la cruz carece, -de valor todo concepto de la mente y todo impulso del alma. La justicia y el derecho sólo se producen en las sociedades donde hay Teología, es decir, en los países y en los períodos de la Historia, que ofrecen todos. los saberes ordenados a la ciencia de Dios como a su fin último. Por eso España, durante sus siglos de grandeza, ha producido monumentos jurídicos inmortales. Teólogos fueron los españoles de la época visigótica, y de aquí que podamos enorgullecemos dzl Fue- Felipe IV, el Hermoso, y por una argucia ro Juego. El Imperio de San Fernando y sofística, que deseó Felipe V, el Largo, de Alfonso X nos da las Partidas y el Fuero tuvieron allí la ley Sálica, que jamás hubo Real y el Espéculo. Transcurren los años de existir antes de que la inventarán los y la escuela teológica de Salamanca, no abogados. Sofística abogadil fue luego ia inferior al París de San Alberto Magno y que dio motivo a Luis XIV para la guerras Santo Tomás de Aquino, nos sorprende con de devolución, desembocadas en las paces aquella generación de juristas teólogos, que de Aquisgrám, Nimega, Ratisbona y Risv, dan a la ciencia, y al arte del derecho las wick, que consuman nuestra decadencia. So- bases sólidas de la verdad y la razón. -Fray íista es Montesquieu con su doctrina de los Francisco de Vitoria, fray Domingo de tres poderes, y Juan Jacobo con su pacto Soto, el doctor eximio padre Suárez abor- social. Puro espíritu abogadil. Ya muy cerdan con pliso seguro el campo del derecho, ca de nosotros habrá de encarnar y expreporque son teólogos y moralistas. Es la tra- sarse en una palabra bárbara: juridicida- i. Hoy, gracias a Dios y al genio de Frandición de- España, a la que hemos de volver como contraposición del espíritu abogadil. co, hombre providencial acaso más que nin: Donde no hay Teología o espíritu mili- gún, otro en 3 a Historia. podemos escapar tar, la práctica del foro se convierte siem- de tan estrecho horizonte, cargado de meny engaño, y abismarnos en el espíritu pre en sofística. ¿Quién no recuerda el per- tiranuestros escritores militares. Junto a losde sonaje de la comedia de Aristófanes, Las teólogos juristas son ellos los que dan amnubes, que quiere aprender el razonamien- biente propicio al alma heroica de nuestra to de lo injusto La linfa clásica de la raza. Leamos a Vitoria y a, Suárez, y tamCastalia y la Hipocrene hay que bebería bién a don Bernardino de Mendoza y a don actualmente en los escritores militares: en Carlos Coloma, y a Moneada, y al portuJenofonte y en Polibio, nunca en Demós- gués Francisco Manuel de Meló... tenes ni Cicerón. La frase de este último, Las armas acaban de salvar a España de Ccdaiit arma, togae hay que volverla del la ruina a que le condujo, la sofística aborevés; Lo primero, las a rmas. Luego, la gadil. No volvamos a ella. Que se temple toga, pero siempre para servir a la Teología el carácter, el entendimiento, la conducta, y dar cumplimiento a la virtud cardinal de las costumbres en el espíritu militar, y triunjusticia! fen, para nuestra prosperidad material y El espíritu abogadil y sofístico que hemos moral, la obediencia, el respeto, la disciplisufrido en España durante el siglo xix nos na, -la sumisión a una autoridad Vigorosa. vino de Francia. Allí lo padecieron- desde Nogaret y demás juristas de la Corte de Luis ARAUJO- COSTÁ Metro ayer

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