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ABC MADRID 05-12-1937 página 5
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ABC MADRID 05-12-1937 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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3 C POMB 3O; 5; BE- -DfCIEMBKE: DE- i937. EDICIÓN DE EA MAÑANA. PAG. 5. saínelo emocionado a los madrileños La fuerza espiritual de nuestra lucha. La victoria debe ser obra de todos Vengo, españoles, a esta tribuna de Uai 6 n TUiclio, que hace nacer, lleno ie prestigio Jquici acontecimiento producido en t id- -potril decía con certera frase fl i roo lugar el señor presidenta del C o de ministros- -para, al amVW 3 Y v. melar unas palabras, -abru AiíKlp i r t u litad que en mí représen la f tj 5 i VJ del Gobierno, después de M o tinta este micrófono las í. í el Estado, especialmente O i fc. 1 Fresídente de la Repúblidi y oí. del Consejo de ministros, s N -rn lio en un momento y situa I Í t s a t un, o suficiente por pequeño ld -n (1 o r to de la responsabilidad a i t- ij el vf i miento después de tanto ticuipJ tte elil e ido silencio. c Í ia lio e conocido sacrificio cuando l9 cvm r o n n deber so trata, procuraré eroor V i f nltades y frenar las satisf eelonih t i ei la mesura en el hablar, i p- Bón Isa ni n as, y la emoción y la alef iüa jai a 1. 1 leño do ponerme en contaeto oo- -vo acios, que son las segundas, y cA cetjj i r unas y otras trataré de ale sur 4 TMi Jjie supone hacer compatl Í íl í i r 101 el placer. 1 1 flww o 1 o tiene otro alcance que pona. ui o ¿tp- p o Ti Gobierno con los espan t o a ts Sos los españoles, y espe ¿ís isa trt an los madrileños, aunque Xffsst J s no necesitáis de estímulo, ni mu üfeo rkfsfa ft 3 a lisonjas, que no soy capaz á j. písBréBííiftr, porque además sé que haVf B, a üé Jueítr vuestros oídos. A vosotros, f iie oon sobriedad: de madrileño, sólo he 1 que hoy, como el 6 de noviembre do 1888, eroo en vuestro heroísmo y en vu, eatra tá- agnlflca entereza, sin adentraría al EAíiflear este sentimiento, en otras fatutas de vuestra gesta, temeroso de que auttlé sai íJensaraiento la emoción. JAH! p p I o s otros españoles a quie- Sc nfs iíi 3 n me dirijo, algunos muy próiá íóMBtld. desde hace más de un a. otó? tft jniero decirles que ya es Ha s s tt mprendan su error, de que íjisatsía s aSoles, y mirando hacia el ií 6 s a ontieiicla decidan, si no es ya ÍJks ftíia fusrte la realidad, para com freniler cas no eiftrarán nunca en Madrid 5 or las puerías de la violencia; si no están yg, cenveaeiáog, mirando a su alrededor, del engaño de quo fueron víctimas; si no esiá elaro que están dando paso a la invasión de los ijo españoles. A esos corazones que están con nosotro. 3, yo pretendo despertar infundiéndoles el coraje que sea preciso para romper de una vez ese cerco ie terror en que están encerrados y que comparen quién está más sitiado: si Madrid, cuya vida ni se interrumpe a pesar de las toneladas do metralla de los cañones que cobardemente la pretenden sojuzgar, 1 o líos, esi U; drados con hombres de Otía adióse y liaste, de otras razas, amaSÍ ellos codo con codo y sirviendo designios fia unos traidores que no sn vender a España, so pretexto je a asáaibre de unos ideales que ni sienten üi j- taeden compartir. Hay que hacer compatible el deber con eí píacer republicana y democrática, nada teníamos que decir; pero ahora, que no se trata de esa lucha tradicional, sino de una cosa más amplia y más profunda, en que se toma la llamada guerra civil española como pretexto, sí hemos d levantar nuestra vozpara hacer esta advertencia; no se diga, pasado el tiempo, que no la hicimos en su momento. No nubla nuestra condición de políticos de izquierda nuestra razón de españoles, y por ello, sin renunciar al esfuerzo por que demuestre en su día España cuál ha de ser su camino, elegido por la voluntad de sus hijos, advertimos ahora que se nos 1 ha llevado a una lucha iniciada por una traición, apoyada después en una amalgama, cuyo fundente es lo negativo, que unía a hombres de la más apartada tendencia política, para venir, en fin de cuentas, a demostrar el premeditado engaño en que arrastrando a unos y a otros nos ha conducido a la situación actual, esto es: a una guerra de independencia. Si fuerte era nuestra convicción de vencer a los que se levantaron en armas contra la República, esta realidad dolorosa nos ha centuplicado nuestra fe en el triunfo; sobre él ardor de nuestras convicciones de demócratas, se acumula ahora nuestra decisión de defender nuestra independencia de españoles, y contra, esto- -que no lo dude nadie- no se puede luchar. Contamos con un Ejército nacido de nuestro pueblo, en el que cada soldado es un fervoroso defeit, sor de la idea, iluminado ahora con el nimbo de defensor de la Patria. A nuestros enemigos les podrán sobrar cañones prestados a cambio de su traición de españoles, pero les faltará siempre lo que es más fuerte que nada, que es la razón de luchar por conservar su independencia, y sus brazos se doblarán, no por el peso, de sus fusiles, sino por el remordimiento de su ignominia. X éste es el sentido de mi advertencia a los españoles que me escuchan, así corno a las potencias democráticas simpatizantes, cuyo calor -no- nos basta si han de seguir impasibles contemplando lo que con nosotros se pretende hacer, que es sólo prólogo de lo que a ellas les amenaza. Frente Popular, para decirles que persistan en su propósito- que ahora, en fin de- cuentas, no se hace sino tratar de arrebatarnos nuestro triunfo del año 36; que en la medida en q- ue nosotros supimos fundir nuestras tendencias entonces, ellos ahora, con idéntico afán, ayudarán a ganar la guerra, trabajando con el ánimo que han demostrado, capaces de ir preparando un mañana Heno de ingentes problemas, que habrá que vencer, cuando de reconstruir física y mo. ralmente España se trate. Elítss, que han sabido dar ejemplo de las posibilidades de nuestro pueblo, capaz de hacer compatible la lucha cruenta con preocupaciones de tipo cultural y educativo, son loe que han de preparar el ánimo y crear el instrumento necesario para sin solución de continuidad, dejando el fusil y empuñando la herramienta, se pongan los españoles a levantar España de sus escombros y de sus cenizas, con un vigor en el quo la realidad actual me da derecho a creer con fe inquebrantable. Sólo, pues, en la medida en que nuestro Frente Pop aalar siga dando este magnífico ejemplo de renunciación voluntaria de cada una de sus tendencias en él implicadas, será posible este mañana que a todos nos preocupa, como posible fue cuando íntimamente unidos alcanzamos el triunfo en la urnas. A esto Frente Popular, crisol magnífico, donde se fundieron todas las esencias más puras nuestras, se debe el ejemplo que en la vanguardia da un Ejército ya poderoso y disciplinado, sin más anhelo- que su función de ganar la guerra, con una disciplina conseguida, pero no impuesta; y con una retaguardia que trabaja no sólo para la guerra, sino cuidando todo lo que- -ejemplo: único en la Historia- -representa de valores morales y culturales (asombro- de los que viniendo de otros países lo han proclamado) han dado a nuestra España uni exponente de elevación y de sensibilidad, cuya enumeración ahora sería imposible hacer. El obscuro designio de la deslealtad y de la ambición A esta inmensa labor estamos dedicados todos, pero cada día lo hemos de estar con más empeño. N o basta el esfuerzo imprescindible del Ejército; no basta el constante de los Gobiernos (soy ya testigo de varios, a los que he pertenecido) no basta, el de los políticos en la retaguardia y el de los misioneros de la cultura por todas partes, es necesario qufi todo español se movilice, sin distinción de edades ni de sexos: el esfuerzo de todos es preciso y necesario. Es imprescindible que todos se den. cuenta de la misión enorme que nos reserva la Historia, ya que de nuestra lucha depende, no el porvenir de España (con ser esto un motivo bastante para nuestros sacrificios) sino el porvenir del mundo. Ko otra explicación tiene la actitud, desde turbia hasta tímida, con todas las gradaciones, desde los hostiles hasta los simpatizantes y los partidarios, de toda. las naciones, hoy pro fundamente removidas hasta lo mis pro- fundo de sus entrañas por las dos grandes corrientes, cada vez más definidas y cada día más apartadas del pensamiento humano. Los hombres se debaten en ensayos de política, internacional, pulsan a diario y miden las convulsiones y las reacciones- de unos y de otros. Por encima y al margen de la Sociedad de Naciones, de Comité más o menos de no intervención, existe el mutuo recelo, la desconfianza, y todos los labios, con mueca de sonrisas dé canciller, Cuando llegue la hora de levantar a España de sus escombros y de sus cenizas... Con la autoridad que a mí me falta, y desdo esta misma tribuna, se ha dado este grito de alerta, que es grito de angustia y de protesta al mismo tiempo; de angustia del espíritu liberal que se trata de sojuzgar, espíritu que no, tiene fronteras; de protesta por loe propios principios que nosotros representamos, que son el derecho que se- trata de discutir. Queds, pues, bien clara nuestra posición, una vez más. Yo quiero, aprovechar este momento para dirigirme a todos los hombres que en apretado haz nos siguen, uná- dois por fuertes vínculos de fundamento positivo, sin más títulos que haber sido desde su iniciación y honrado por mi partido forjador del JsSSfc Hím- s j bft. tratado- de las dos Bs- pa ¿las aÜQ siempre han estado, an pugfná) q. ub levantando en alto sus espadas Itnn üo dirimir PUS contiendas, nosgtros, defensores incansables de la España La fus za espiritual. de la razón es invencible GALERÍA DE A B C A muestro- número de hoy, continuando la serio do figuras de la UempcracisL acompaña una lámina aparte, con el retrato del grats amigo áe España, fundador de la 4 m- 1 bulancis. Escocesa al servicio del Ejército do ía Hepública, sir Daniel Macanlay Sterenson.

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