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ABC MADRID 14-11-1937 página 3
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ABC MADRID 14-11-1937 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C DOMINGO 14 DE NOVIEMBRE DE 1937. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 3. E f? EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA VIENE A MADRID Y EXALTA. LA GESTA GLORIOSA DE. LA CAPITAL, LA ALTA MORAL DEL PUEBLO, LA CAPACIDAD YHEROISDEL EJERCITO Y LA FIRMEZA DEL RÉGIMEN La llegada a Madrid El viernes llegó a Madrid el Presidente d la 1 República, quien había manifestado al Gobierno vivos deseos de visitar la capital de la República y ponerse en contacto coa su Ejército defensor antes de trasladarse, desde Valencia a Barcelona. Al jefe del Estado le acompañaron en su viaje, desde Valencia, el presidente del Consejo y los ministros de Estado y de Defensa Nacional. También vinieron con el Presidente el secretario general de la Presidencia, don Cándido Bolívar; el introductor de embajadores, D. Amos Salvador; el secretario particular, D. Santos Martínez, y los ayudantes, tenientes coroneTes D. Ángel Kiaño, U. Juan Ayza y D. Julio Parra. El Presidente de la República fue reei. bido a su llegada a Madrid por el general Miaja, el gobernador civil, D. Antonio Trigo; el alcalde, D. Rafael Henche; el jefe del Estado Mayor Central, general Rojo; el jefe del Estado Mayor del Ejército del Centro, coronel Matallana, y otros elementos militares. Obrero, de Cuatro Caminos, convertido en hospital de sangre, donde converso 1 con, varios heridos, por cuyo estado se interesó. El Sr. Azaña fue calurosamente vitoreado por nutridos grupos dé vecinos de aquella populosa barriada, que al enterarse de su presencia se congregaron ante el hospital. Hecho el silencio, tras una ovación entusiasta con que fue acogido el Presidente, el alcalde, camarada Rafael Henche, pronunció unas palabras de salutación en nombre del pueblo madrileño y de sus compañeros de Consejo. Expresó la grati tud de Madrid por la visita de tan altas representaciones del Estado, doblemente cuando han tenido la. gentileza de que este acto se celebre en el hogar de la genuina representación del pueblo. El excelentísimo señor Presidente de la República, acompañado del jefe del. Gobierno y de ¡os ministros de Estado y Defensa Nacional, del general Miaja y de las altas autoridades locales, se reúne en este momento, después de haber convivido en el día de hoy con nuesti- os soldados en lo frentes, con nuestros soldados en un admirable desfile; después de ver nuestras calles de Madrid martirizadas, y se reúnen para dirigiros tin. cordial y afectuoso saludo. Ofrece a las altas autoridades de la República la más absoluta lealtad, obediencia y cooperación a la labor que tienen en. comendada, y dice, que al dolor que hayan sentido al contemplar los signos de las bárbaras agresiones de que Madrid ha sido objeto debe servir de lenitivo la seguridad de que Madrid, pase lo que pase, seguirá cumpliendo con su deber con la misma se renidad y firmeza que hasta ahora y que será capaz áo los mayores sacrificios antes de consentir que el enemigo se apodere de la ciudad; que en íntima colaboración las autoridades civiles y las militares, el pueblo y el Ejército serán capaces de escribir, si es posible, páginas de mayor sacrificio que el realizado hasta ahora. Que este momento de emoción- -termina- -nos sirva a los presentes, y al pueblo de Madrid que nos escucha, para reafirmar, una vez más, nuestra fe en la victoria ¡Viva la República! Grandes y prolongados aplauso! acogieron las palabras del alcalde. Salutación del alcalde de Madrid En la Sierra. Revista y desfile de la brigada 43. a en Vicálvaro Seguidamente, la comitiva continuó BU camino, por Fuencarral, hasta Torrelodones, llegando a uno de los puestos más avanzados de nuestra línea. Desde la Sierra, Presidente volvió a 1 Madrid, y luego de almorzar con todas las personalidades políticas y militares que le acompañaban, fue a Vicálvaro. Allí- revistó a la brigada 43. del segundo Cuerpo de Ejército, que estaba alineada a lo largo de la carretera. Terminada la revista, desfiló ante el Presidente y sus acompañantes. La revista y el desfile constituyeron actos realmente brillantísimos, pues sirvieron para demostrar la perfecta instrucción de las tro- pasi. El Sr. Azaña felicitó por ello al general Miaja y al jefe de la brigada. Su excelencia en los barrios de Arguelles y Cuatro Caminos En el Ayuntamiento de la capital de la Ayer, sábado, a las diez de la mañana, República el Sr. Azaña, juntamente con los ministros, el general Miaja y demás personas que componían su séquito, se trasladaron al Palacio Nacional, desde cuyo puesto de observación estuvo contemplando todas las posiciones que desde allí se divisan. Durante su estancia en Palacio, su excelencia firmó algunos decretos que le fueron sometidos por el jefe del Gobierno. Desde el Palacio Nacional, la comitiva presidencial recorrió en automóvil todo el barrio de Arguelles, contemplando los enormes destrozos que en aquel sector de la villa han causado la aviación y la artillería facciosas. Después de este recorrido por el. oeste de Madrid, el Presidente marchó al Hospital Ya anochecido- el Presidente emprendió el regreso a Madrid, visitando algunos centros técnicos del Ejército del Centro, y, más tarde, concurrió al Ayuntamiento, donde a las siete de la tarde, dio comienzo una recepción. En el. vestíbulo de la Casa Consistorial fue recibido el jefe del Estado por el alcalde y todos los concejales. La Banda Republicana ejecutó el Himno de Riego Después de recibir a gran numero de representaciones y personalidades que acudieron a cumplimentarle en el despacho de la Alcaldía, el Presidente pasó al salón de sesiones, ocupando la mesa presidencial, en la que le acompañaron los Sres. Negrín, Gira! Prieto y Henche, y los generales Miaja y Rojo. EL DISCURSO DE DON MANUEL AZAÑA La lealtad castellana en el corazón de ía ciudad martirizada Al levantarse el Sr. Azaña, la concurrencia, que llenaba el salón y se desbordaba por la escalinata, le tributo una nueva y prolongadísima ovación. El Presidente se expresó en los siguientes términos: Señor alcalde, madrileños todos; Hablando con vosotros, madrileños, hablo: a todos los españoles, a los que están aquí, a les que están por todo el territorio nacional y aun a los que están raás allá de los mares y de las fronteras; hablar a los madrileños desde el corazOn de la ciudad martirizada es hablar a toda la nación. Tal es la representación que ha caído sobre vosotros con ráfagas de muerte. No os quejéis de ella, madrileños. Puesta la vista en la Historia y en lo que representa nuestra nación en el mundo, no os quejéis de esa representación por terrible Que sea. El mayor mérito en la vida, sea en la de un hombre, sea en la de un pueblo, es elevarse con esíuerao a la grandeza de su destino, sobre todo cuando el destino es inmerecido y cruel, y Madrid, y el pueblo espolio! en su conjunto, no han merecido ni han querido el terrible destino uie están padeciendo. Pero vosotros, madrileños, habéis sabido pasar a esta representación con la llaneza, la naturalidad y la gracia que era de esperar de vuestra condición cíe capital de un viejo naís civilizado. De vuestro antiguo descuido; de los hábitos de una vida fácil como era la de nuesincomparable qus no quiere sufrir el destro pueblo; de la distancia secular a que potismo. Vosotros sabéis bien que no. Un estábamos todos de los grandes dramas de Ejército lo hay ahora; hace un año no hala Historia, habéis encontrado el camino bía ni eso. Hace un año no había más que llano y sereno de poneros a la altura de los madrileños- resueltos a no dejarse sacrila tragedia, sin jactancias, sin excesos verficar, y como supieron y corno pudieron, bales. Nadie dirá de vosotros que sois un con las uñas, y los dientes, cerraron el paso pueblo vocinglero, teatral o jactancioso. Asi a. su. capital. Pero hoy sí hay un Ejército, os cumple. T habéis, además, acreditado y un Ejército español, un. Ejército republicavuelto a llenar de contenido nuevo una exno, un Ejército del Estado español, un presión antigua que parecía caer en desuso: Ejército de la República española, salido la lealtad castellana. Vuestro Presidente os de las filas del pueblo, formado, antes quo saluda, si lo permitís, delante de vuestro por exigencias de la ley y por mandatos ejemplo, que es una lección, os saluda como del Gobierno, por la propia voluntad de los un discípulo. que combaten, y en el cual han venido a juntarse la competancia profesional y la Voluntad inquebrantable de libertad experiencia técnica da los admirables oficiales que han permanecido fieles a su de ¿Por qué lia sabido hacer Madrid este giber, a la República y a su patriotismo, con gantesco esfuerzo? ¿Por qué se ha elevado la improvisación de la gente nueva que, saMadria a esta grandeza? ¿Acaso por cumliendo de las trincheras, del taller o. de la plir HII üeber estricto dn- lealtad? 3 Vo sólo fábrica, ha sabido elevarse y hacerse digna por eso: por una voluntad inquebrantable de tomar mando y parte directiva en el de libertad. Snpongo jce ya nadie creerá combate por la libertad de España. Honor la estúpida patraña de qno en Madrid había a los que, de una y otra procedencia, dan ni copiosísimo Ejército extranjero que imsu sangre y su capacidad en defensa de la pedía a loa madrileños eiiCi- eijar. se al invalibertad de España. sor; ya nadie creerá esto. En Madrid no hay más que sus hijos, 0011 uniforme o sin el, con ííísil o sin él, J CTO eon la voluntad ÍÍÍ- Se ha formado una nueva moral militar El mismo fenómeno que se ha operado qnebrantable, sin que iiíwJie se lo mande, en la moral y en la disposición de Madrid, con el solo dictado le su conciencia de hombres libres, resueltos a perecer antes en el cual desde que empezó el asedio nc se ha vuelto a decir una sola palabra exde entregarse a la tiranía. cesiva ni hacer un gesto inelegante, ese Un. Ejército extranjero dijeron que había mismo fenómeno maravilloso se ha. opeen Madrid, por explicarle de algún modo rado en las filas y en los cuadros de los el ma. rati. Uosa espectáculo de este pueblo

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