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ABC MADRID 29-07-1937 página 5
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ABC MADRID 29-07-1937 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. J U E V E S 29 DE JULIO DE 1937. EDICIÓN DÉ LA MAÑANA. PAG. 5. TRINCHERA DEL MUNDO La rebeHón de los lacayos El mundo es ansi reza el viejo mote heráldico de una corona vasca. El mote fue título, y sirvió para ello, de una novela de Pío Baroja. La leímos con viva atención. No pocos años han pasado ya. Y ahora- se nos ocurre esta ingenua pregunta, que tenemos que, hacérnosla a nosotros mismos, a la par que se la hacemos a nuestros lectores: Y ¿Cómo es el mundo? ¿Y nuestro mundillof ¿Y las gentes que en él viven, conviven y brujulean? Topé yo ayer, de manos a boca, con una linda mujercita de la vieja aristrocracia española. Viejos sus apellidos, que son jalones en la Historia de España. Y su nombre, inmortalizado por Dante Alighieri. Ella, joven. Y tan; joven como ella, sus ideas. Prueba al canto. Salta en el un poco absurdo ambiente del bar de retaguardia la conversación sobre la vanguardia. La guerra es así. Y ansí. Como todo lo del mundo, que no es sino tejer y destejer. Penélope preside nuestros deslinos. Y, en el frente no se habla más que de la retaguardia- -signo de preocupación- -y en la retaguardia se habla del frente- ¡qué alegre es la inconsciencia! O el no querer enterarse. O el estar demasiado enterado. Inconscientes y granujas se dan la mano, se estrechan las manos con demasiada frecuencia y con excesiva efusión. Inicio la conversación, con la damisela, que no hace mucho tiempo cubría la bella percha de su pefsoniía con un horrendo vestido de colegiala. Vestido que era uniforme, en el peor de los sentidos. Uniformar para desdibujar. Para evitar, para quitar, para machacar toda personalidad. Que uniformar puede ser enaltecer y envilecer. En la intención, en el objeto y en el fin está todo. ¿Tus ideas? -inquiero. Se revuelve ofendida. Afirma contundente -Una interrogación es una duda. Y de vtí no puede dudar nadie. Mis ideas. Las de los míos. Nuestras ideas. Las que tú también compartes. Las que sentimos y defendemos todos. ¿Cuáles, qué otras pueden ser, sino las del pueblo? Ya sé, ya, que muchos grandes de. España han resultado a la hora dramática de la verdad ridiculamente pequeños. Son como el hijo. de nuestros porteros, que porque ganó unas oposiciones e ingresó en Correos, al tener un sueldo fijo que le permitía llevar corbata, se hizo primero de la J. A. P. y después de Falange. Como el hijo de nuestra vieja cocinera, que logró ingresar- -con las recomendaciones de casa- -en la Policía, y, creyéndose ya un señorito- ¡un señorito, el hijo de la pobre Nemesia! -también es fascista negro, aunque ante nosotros lo disimula. Y el encargado de la tienda de- comestibles que abastece, mejor dicho, que nos abastecía. Hombre que hace ocho años pedia limosna, y que hoy se considera un bur guesazp porque gana cien duros al mes de sueldo. ¡También de derechas! Y el sereno. Y el abogado parásito. Y el parásito procurador. ¡Y todos los piojos resucitados! Y los criados. Y los a medio criar. Todos fascistas. Todos traidores. Todos... -la chica hace una pausa y termina concreto- -Pero nosotros, no. ¡No! Ningún aristócrata español, que sea digno de su estirpe, puede sumarse a este movimiento, que no es ni de derecha ni de centro, de esta idea ni de la otra; i que, no es más que 11 LA REPÚBLICA; SIEMPRE LA REPlí BLI CA Cuando digo ¡República! acude al pensamiento un enjambre de valores morales, históricos y políticos que lo llenan de rumores de alas y de efluvios de vida. Quizá en otros países, más afortunados en su i- volución política o mas adaptables a las formas ambiguas del Estado, pierda sus perfiles el ideal republicano, difuminando los contornos en un suave posibilismo. Pero en España, donde cada pedazo de tierra es a, la vez tumba de héroe y cimiento de hogar; en España, la República es una exaltación ce todos los valores constantes de la nacionalidad resurreeta: dignidad del hombre, independencia del oarácta- culto a la Libertad, emoción de lo heroico, humanitarismo sin fronteras, sentimiento abnegado de la Patria, pasión obsesionante de lo justo, audacia creadora, fe en el porvenir, rumor de pueblo, en la calle e integridad moral en la conciencia... ¡Y aun hubo quien osó declarar falta de contenido a la República! República a secas dijo, en tono despectivo, sin comprender que de lo que se trataba aquí es de República a la española con grandeza trágica de sol y de sangre, de dolor y de luz al mismo tiempo. Y el pobre Marañón, el de la República a secas huyó de su Patria cuando se le encogió. el alma, ecuánime y pequeñita, ante la magnitud dramática de esta República a, la española. No podía suceder de otra manera. Algunos creían que se trataba, de cambiar, un rey por un presidente, rozando suavemente el cogollo. de España, sin rascar en las raíces, y lo que en realidad pretendía la República era resucitar a una nación y poner en pie a un pueblo. República es gobierno del pueblo, y algunos pretendían que fuese gobierno de unas cuantas castas sociales, en nombre del pueblo. Por no haberse resignado los castizos- -esto es, los de casta- a la grait realidad nacional que planteaba la República, el pueblo ha tenido que segar la mies seca con la hoz de su justicia implacable. República a la española quería decir tragedia y magnitud; cercenar unos restos de mndo viejo y poner la simiente de un mundo nuevo; conquistar la libertad de un pueblo al precio de la catástrofe nacional, y echar sobre las ruinas los cimientos de una Patria redimida. Tener una intuición de ese gran movimiento histórico, haber forjado un esquema ideológico de la Patria naciente, calar a las corrientes soterrañas que empujan al alma popular por la ruta de su gran destino: eso era y es ser republicano. Quedan aún algunos imbéciles que os preguntan: Pero ¿todavía es usted republicano? Leves vilanos levantados a la superficie por el vendaval de la catástrofe española, se imaginan faros de la revolución, y no son más que paja seca que el viento de la revolución arrastra. ¡Claro que todavía somos republicanos! Como que la República es el pueblo, ese pueblo que gana a palmos la tierra de España y lleva en su corazón un ascua de libertad para, alumbrar al mundo. Como que la República es un terrible seísmo social que lleva más de un siglo gestándose, aunque no se hayan enterado los papanatas recién llegados a la vanguardia de la, cabalgata histriónica que acompaña a la. revolución, sin ser la revolución misma. Como que la República es el fluir de la torrentera histórica que inunda las almas y las empuja o las arrastra, de grado ó por fuerza, a donde ellas mismas no lo saben. Como que la República es el germen de esa inquietud popular qué anhela, aspira, busca y avanza; y es el esquema de ideas y sentimientoc en que habrá da inspirarse la sociedad nueva; y es, en fin, el arquetipo de la España eterna, que pugna por plasmar en moldes flamantes el oro derretido de su más pura substancia. -Derretido al fuego de su pasión inmensa, simiente y fruto a un tiempo de la tragedia que vivimoiS. Algunos tomaron pbr la República a éste o el otro grupito de amigos que Ee. sentaron a la mesa y se instituyeron como permanentes convidados del gran festín. Otros creyeron que la República había de ser tal o cual hombre excepcional, a cuya sombra creyeron congregar permanentemente al pueblo, embobado y boquiabierto, para que fuera espectador de las grandes representaciones que pensaban ofrecerle. Quiénes, se atribuyeron el privilegio de mangonearla para siempre; quiénes, se cruzaron en el camino del pueblo. para desviarle o someterle, y otros, en fin, han importado una cuadrícula de ideas muertas, en la cual piensan obligarle a escribir su historia. Todos se equivocaron, y a todos les ha ido barriendo la torrentera de la República. Aún saldrán otros intérpretes y se formarán nuevas agrupacioneíS de usufructuadores de la República. Todo será en vano. El pueblo, esa inmensa fuerza viviente, esa nebulosa colosal, vientre de todas las creaciones sociales, seguirá empujando, empujando ruta adelante, para dignificar al hombre, para forjar la libertad, para crear desde sus raíces- -que son los pueblos- -una República, para implaritar un orden de justicia, para levantar ante el mundo la nacionalidad independiente y soberana de España. T cuando esto haya sucedido, y cuando la paz haya sido conquistada, el pueblo saldrá a la calle a cantar su canción, de alegría. Y en esa música sagrada reconoceremos nosotros el himno eterno e inmortal de la República. Femando V ALERA la rebelión de los lacayos... El hijo de mi cocinera, el hijo de mis porteros, los hijos de mi administrador, mi procurador, abogado, el usurero, al que no pocas veces acudí... Y todos ellos mandados y gobernados por Franco, Juan March, Queipa de Llano y Compañía Y tú, que sabes quién soy, ¿me preguntas por mis ideas? Para mí no hay ahora más que una idea España. ¡Su sagrada independencia! Y- si es preciso para conservarla, ¡me haré más roja que Lenin! Hoy yo no opino. Transcribo la pintó ti de una joven aristócrata española. IVAN PEÑALBA HOY HABLARA POR RADIO EL- DIRECTOR DE A B C Hoy, a las seis de la tarde, en la emisión La Voz del Frente Popular transmitida por Unión Radio; que ésta dedica al Frente Popular de Madrid, tendrá lugar la primera charla de la serie: Los que escriben nuestros periódicos, hablan a los que los leen con la intervención del camarada Mariano Espinosa, redactor- jefe de A B C, en funciones de director, quien disertará sobre el tema Un año en A B C Una parte de la emisión estará, dedicada al Congreso de la solidaridad del Socorro Rojo Internacional, interviniendo los compañeros Zapiráin y Bravo, del Comité ejecutivo del S. R. I. Finalmente, la escritora argentina María Luisa Carnélli recitará algunos poemas LEA USTED MADAMA A B G antifascistas.

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