ABC MADRID 23-07-1937 página 11

PEQUEÑA HISTORIA CRITICA DE ESPAÑA (Viene de lu última x ág: ina. policía, que lo acompañaba. Si en las clases populares había algún desmán, mucho mayores eran los que perpetraban en toda. España los señoritos desbocados reflejando laenseñanza del mussolinismo y del hitlerismo. Yo puedo dar fe de que el tránsito por las calles de las personas republicanas y su presencia en cafés y teatros, envolvía serios peligros de agresión por parto del señoritismo fascista. ¿Es que acaso había motivos racionales para temer que; el tíobierno se entregase a una política demoledora, demagógica y sanguinaria? NoP De ninguna manera. El verdadero pecado de aquel Gobierno, co mi) el de los primeros de la República, estuvo en que teniendo el deber moral de dirigir una revolución, no lo hizo y volvió a la política de miramientos y contemporizaciones. Mas había de ser verdad que el Gobierno llevase aquél ¡nal camino y nunca estaría justificado lo que las derechas han hecho. Podían caer en tales extravíos los revolucionarios separados de la. fe cristiana, mas no les es lícito a los católicos. Ya Santo Tomás condenaba que los ciudadanos, por su propia- iniciativa, combatieran por la fuerza a las personas de ios gobernantes Y León XIII ha dicho que quebrantar la obediencia y acudir a la scdiciOn. C crimen de lesa majesÍ H tad, no solamente humana, sino divina, por lo cual la Iglesia ha condenado siempre a los hombres rebeldes a la autoridad legítima y esto en los tiempos mismos en que los depositarios del poder abusaban de él contra la Iglesia. Pío X dijo, a su vez, que los católicos no deben utilizar nunca la sedición y la violencia contra sus enemigos, sino usar de la firmeza y ei tesón, encerrándose como en una fortaleza en la justicia de su derecho El propio Papa actual. Pío XI, ha proclamado, asimismo, que el buen católico, precisamente en virtud de su doctrina, debe ser el mejor ciudadano, amante de su patria, lealmeiue sometido a la autoridad clv: l constituida en cualquier forma legítima de gobierno Y, en fin, el episcopado español, en 20 de diciembre de 1981, nina una declaración colectiva explicando que la Iglesia jamás deja de inculcar el acatamiento y la obediencia debidos al Poder constituí. tío, aun en los días en que sus depositarios y representantes abusan. del mismo en contra de ellos a las gentes crédulas y mal enteradas. La única raüón de la espantosa rebeldía está en que ia República podía hacei ahora lo que no hizo en fiu primer bienio, ea decir, podía acabar con ¡os desmanes militaristas, con los abusos y las riquezas escandalosas del clero, con el señoritismo holgazán y parásito: podía abrir camino a un mejoramiento positivo y no simplemente verbalista, de los obreros; podía, dar tierra a los campesinos desheredados; podía, en fin, labrar los cauces a una justicia, social de que España está sedienta, hace siglos. Para impedir esa justicia, liara mantener a los privilegiados en el disfrute de un régimen de excepción, para que en España no se extinguiesen los supervivencias del feudalismo teocrático, territorial y militar, iué provocada esta guerra. Cuanto se digra en contrario es mentira, sencillamente Mentira. ¿DOnde han if 3o a parar tan excelentes doctrinas? ¿Cómo podrán recordarlas sin rubor esos obispos que lanzan pastorales incendiarias excitando a la guerra religiosa; esos otros que consienten que sea paseado proeesionalmente junto a las imágenes divinas el retrato de un cabecilla traidor, resucitando así la época indecente de Fernando VII; eso curas que toman parte en los combates, mat sintió a sus hermanos españoles, porque difieren de ellos en las ideas Los cotólicos- -decía Píe X- -no deben utilizar políticas y sociales? nunca la sedición y la violencia contra los eneEs falsedad, enorme falsedad, cualquiera migos, sino usar de la íirmeza y 1 tesón, ende esas explicaciones que se hacen correr cerrándose como en una fortaleza en la justicia por la Prensa mundial para exaltación idél de Bu derecho. fascismo internacional y para desorientar 1 Papa actual. Pío XI. ha proclamado, asimismo, que el buen católico, precisamente en virtud de su doctrina, debe ser el mejor ciudadano, amante de su patria, iealmonte sometido a la autoridad civil constituida, en cualquier forma legitima de gobierno A Estampas de la guerra Trincheras enemigas ocupadas últimamente por nuestras tropas en el frente de Se seña. Foto Felipe.