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ABC MADRID 21-06-1937 página 13
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ABC MADRID 21-06-1937 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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A- B C. 2 U N E S ai DE JUNIO DE 1937 EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 13. Es muy posible que a estas horas el Comité ü. v EO intervención, reunido en X ondi cy, tensa ya redactada su nueva nota con destino 1 Jas dos partes que- luchan en Es 1 paña: la nota sobre la humanización de la guerra. Y es seguro qme, también a estas Inoras, el Comité de Xjoíidres píulcecrti- la fiebre lc una gran curiosidad: ¿Qué respuesta Tan a enviarle las partes Hay actos do contenido histórico en que el autor da una demanda, ele un requerimiento o de una simple pregunta siente tan montada cu lo absurdo, y hasta en lo inconcebible, su postura que olvida incluso lo que considere, como su derecho a clemtawlur, requerir 1 o preguntar, para vivir solamente la emoción de la- respuesta. Gustavo Sdiiicma historiador minucioso de las guerras napoleónicas, refiere q e el oficial prusiano a quien le cupo en suerte intimar sa rendición, en Watciioo, a los restos de la guardia personal de Napoleón, vivió unos iainiito: 3 de emoción inigualable cuando hubo pronunciado el histórico requerimiento. ¡Pedir la rendición a la guardia napoleónica! El absurdo y lo inconcebible para Tin oficial de la época. ¿Podía pedirse aquéllo? ¿Por quién y en nombre de quién? J. jn, emoción- se justificaba. La respuesta la conoce todo el mundo. Este es el caso fiel Comité de Tjondres. t o s hombres iso pueden perder su sensibilidad el límite de la piedra. Ni ese resorte fisiológico que dispara la sangre hacia el rostro en el momento del acto equívoco o vergonzoso. Cuando se tomó, en el Comité ele TvoiEdres, e! acuerdo de enviar ai Gobierno de la líc- pública española una nota pidiendo la- huiaanización cíe la guer pa, ¿los delegados británicos y franceses miraron a la cara a los delegados de Alemania, y de Italia? Seríamos capaces de asegurar que no. Este ha 1 sido el acuerdo de la vista ea el suelo Ha tenido que serlo. Si no faó así, también estamos seguros tío que todos oyeron en la ssaia de sus deliberaciones la voz rasgada y detonante del oficial francés que mandaba los restos de la guardia napoleónica en el epílogo, de Watcrlbo. Para situar debidamente el acuerdo del Comité de no intervención nos bastaría con ir escalonando unos nombres, sin llegar siquiera a. completar la lista: Madrid, Valencia, Málaga, Badajoz; Guernica, Durango, Eifear, Bilbao, Almería. Pero no hace falta. Estos nombres acaso pudieran sonar en los oídos de los grandes diplomáticos a cosa lejana y falta de pruebas Hay algo que puede estar más cerca, de su interés, y hasta de sus preocupaciones, puesto que la preocupación diplomática de esta hora es, por lo visto, el eje Berlín- Roma. Cuando los acorazados tic I ilota ingesa- vinieron al Mediterráneo en plena tensión de la invasión fascista en Abisinia, Mussolini pronunció estas palabras, cuya intención no escapa a nadie: Bo atemoriza nada al ardimiento fascista. A una amenaza en ei Mediterráneo, las alas de Italia sabrán contestar en nuestro mar, y, también, tlcnSe más duela al corazón, del adversario. ¿Lo han olvidado los diplomáticos de la Gran Bretaña? ¿Comprenden ahora dónde patio haber estado el Guernica de 1935? ¿T ¿mientras redactaban su nota sobre la husasanízación de la guerra, no vieron brüüai en la mirada irónica del delegado de EHiler toda esa bárbara teoría de la guerra integral definida y lanzada desde el ministerio cíe Propaganda de Berlín? ¿Ni Jlog ó hasta sus oídos el vocerío callejero cíe tocia la. Prensa londinesi. se- que, en el mismo momento en que ellos tomaban sus acuerdos, daba réplica violenta a la amenaza destemplada del Popólo de Italia vocero de Mussolini, contra los órganos de opinión ingleses? Idealmente, hemos de reconocer al fascismo internacional que ha sido consecuente consigo mismo en su guerra de invasión contra España. El fascismo tiene SUS dioses, y, en el vértice superior del íriáns ulo de sus divinidades, está la barbarie. El fascismo tiene también sus doctrinas guerreras. Ko las lia ocultado siquiera, t a s ha expuesto teórica- mente, con el mismo cinismo que las lia aplicado cuando llegó la ocasión: destruirlo tod. o, no respetar nada, atacar al adversario en su fnerza combatiente, y en sus sentimientos más liondos Y, si él mismo las h a da- do, si él mismo voceó cínicamente sus propósitos, ¿qué pruebas más concluyentes necesita ahora eJ Comité de Londres para determinar a, quién hay que pedirle la humanización de 3 a guerra? ¿Cómo se va a mandar a Valencia esa nota inconcebible? Ningún juez del mundo, ante un hecho criminal, lia dejado de prender al hombre que amenazó con realizarlo. E l Comité de no intervención se h a sentado con él, a la misma mesa, para pedirle a. la víctima que sea buena persona. ¿Quiere de verdad el Comité do Londres humanizar la guerra? ¿Quiere descubrir al autor del crimen? Podíamos pedirle que viniera a Madrid. Vointícuatro horas le bastarían para ver estallar los obuses sobre la población no combatiente. Acaso, hasta pudiera leer en algún trozo de la metralla la marca de fábrica- germanoitaliana, q e no ha querido leer en la mirada irónica de sus compañeros ña Conferencia, en Londres. Pero no hace falta. Para descubrir la verdad no necesita salir de Inglaterra. Vayan los solemnes diplomáticos a los campos de refugio en que están acogidos- los niños -ascos evacuados de EiizIcadi, ¡bajo la protección de la Marina de guerra inglesa! humanicen antes sn ciencia, mírenles a los ojos desorbitados, que se han abierto a la vida bajo el signo del terror fascista, y desde allí vayan a prender al criminal. Las miradas infantiles, que no mienten nunca, les señalarán el camino de Berlín, el de Roma y el de SaSamaisca. El día 29 de julio üe 1914 el Gobierno alemán se encontraba en situación desesperada. Tenía preparado su ultimátum declarando la guerra a Francia. Era urgente la movilización general sobre la frontera francesa. I ero había que votarla en el Parlamento. Y las dificultades eran graves. Los socialistas no datan sus votos. Mientras tanto, el embajador alemán en Londres telegrafiaba, diciendo que si Francia era agredida por Alemania, Inglaterra se pondría inmediatamente a su lado. El mismo día 8, por la tarde, el Gobierno de Berlín lanzó una nota sensacional. Decía así: Un avión francés acaba do bombardear Nurembsrg, ocasionando grandes destrozos y numerosas víctimas. lia inforín- ricion cayó como una bomba en el Parlamento. Los socialistas votaron la movilización. -El embajador alemán en Londres la comunicó urgentemente al Gobierno ingles. Alemania había sido agredida. l a noticia era completamente falsa. Al terminar la guerra, en Versalles, d e menceau la esgrimió, dando un puñetazo sobre la mesa, como una de las pruebas iiiás graves de la culpabilidad de Alemania. LÍoyd George hizo lo mismo. Esta era la seriedad informativa del Gobierno alemán. Ahora acaba de anunciar el Gobierno de Hitler que sa crucero Leipzig h a sido agredido por un submarino espafíol. Y los Gobiernes de Inglaterra y Francia han tomado en consideración, psna examen, la nota alemana. ¿Han perdido la memoria en Londres y en París? ¿Han olvidado el puñetazo de Clemienceau, que tanto les emocionó en su 3 ía, y la agresión antialemana de Idoyd George? ¿Han olvidado la historia del avión de Jíurcmbcrg? Los embajadores de Francia, Alemania e Italia han celebrado, en el Foreign. Office, una reunión con el secretario de Estado. El embajador de Alemania dio cuenta del incidente en que se ha encontrado el Leipzig y los representantes se han comprometido a consultar con sus respectivos Gobiernos y volver a reunirse el lunes próximo, según los tfirminos del acuerdo adoptado entre las cuatro potencias. -Fabra. LA AGRESIÓN CONEL LEIPZIG Y AVIÓN D E N U REMBERG El Vaticano se ocupa de España LA POLÍTICA DE NO INTERVENCIÓN ES Gobierno soviético protesta tíe los procedimientos de las cuai Londres 23, 5 tai tte. El Gobierno soviético h a hecho entregar a lord Plymouth, presidente del Comité de no intervención, La vil maniobra de! Gobierno de una- nota protcstawto de nuevo contra, el pronedimiemío twlopíaao para la. conclusión Berlín del acuerdo entro Jas cuatro potencias, y Londres 20, 5 tarde. La conferencia de éleclaraiKfio que cleclníB tcíia i espciisa- fellAlos embajadores de Francia, Alemania e dad sobre este acuerdo y los efectos fias Italia con Edén, convocada a petición del pueda t ísei 1. representante alemán, von Ilibbemtrop, para examinar el intento do torpedoamion El documento pon, en dada, la misión to del acorazado alemán Leipzig tuvo íjne clesompesía. ba el eriísrfüaiíitl y dislugar ayer, a las cinco de la tarde, en el cute el que esas negociaciones do las cuatro potencias baya sido el resultado de la Foreing Office. La reunión terminó a las seis treinta y decisión del Comité. Según la nota, no se cinco, y el comunicado que se ha facilitaotorgó ningún mandato a las cuatro podo, de esta conferencia, dice, tencias para la conctesió de ese acuer. tro potencias Castellgandolfo 20, 5 tarde. La Congregación de Asuntos eclesiásticos extraordinarios se ha reunido esta mañana, baJuan BE AGUJERE. jo la presidencia del Papa, con asistencia de los cardenales Paccelli, G- ratito, Rossi, Fumarolli, Tedeschini, -Biblias y otros. La reunión duró dos horas. Se le atribuye una gran importancia, y lo confirman, además, los círculos religiosos. Se discutieron las cuestiones de España y Alemania. No do, y considera el procedimiento como to- se ha facilitado comunicado oficial algutalmente injustificado. 3 Mc 3 que- el proceno, ni declaración oficial u oficiosa. Los dimiento adoptado por las cuatro potentrabajos se llevaron a cabo dentro del macias es infracción de las regías de con- yor secreto. ducta del Comité, cuya repetición- -di Probablemente, dentro de poco se dará ce- -compromete seriamente el porvenir de cuenta de las decisiones tomadas; pero, este organismo -F- abra. por ahora, se mantienen en la mayor r e serva ESPAÑA EN EL E X T R A N J E R O Homenaje al autor de España levanta el puño Buenos Aires 20, 5 tarde. Ayer se celebró, a mediodía, con enorme concurrencia, un banquete homenaje al periodista Pablo Suero, por el éxito, de su libro titulado i Es-

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