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ABC MADRID 18-05-1937 página 5
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ABC MADRID 18-05-1937 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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ferencia sobre el orden de esta movilización) y el mismo Leddchwsky movilizó á su vez con todo el pesó elocuente; de sus paquetes de acciones, a los dirigentes de la fábrica de armas Terni y a los de la Fábrica Nacional de Torpedos. Tratábase, realmente, de una movilización general sin dificultades. Había un interés, en juego: el del Vaticano, y éste se limitaba a dar una voz de alarma, o, mejor, a ir señalando a cada uno cómo estaba á la vista la gran oportunidad para, los intereses de todos. El Vaticano ded. ica. base de momento a hacer coincidir su provecho con el provecho común. Y a decirlo. Alfredo Baxter llama a esta jugada la movilización de los convencidos ¿Cuál fue su resultado? Pocos días después, los periódicos- de Roma anunciaron que Diño Graridi salía de viaje a cumplimentar una misión. especial que le encomendaba el duce ¿A dónde iba Grandi? ¿A. Madrid? ¿A Lisboa? No. ¿Para qué? Grandi iba a Berlín. Le acompañaba el agente de la fábrica de armas Terni (S. A. F. F. A. T. y. de la Fábrica Nacional d Torpedos, Gaetano Breschi; Grandi iba a entrevistarse con. Hitler (para ejso era un; enviado, de Mussolim, corredor de mercancía política entre el duce y el fürher) e iba a entrevistarse con r Thyssen (para eso le acampanaba Gaetano EreseJii, hombre que conocía él- lenguaje internacioíial en que se hablan los gran des capitanes de industria, por eríciifia de Baleares, oiro objetivo iascista en España. los pueblos y de las fronteras más lejanas e inaccesibles) El Vaticano se había, defendido. Luego hemos visto- -con. indignado asombro- -al mismo diplomático Diño Grandi formando parte del Comité de no intervención reunido en Londres bajo la. presidencia del inefable lord Plymouth. La intervención de Mussoli- t ni en la sublevación fascista. No se hace difícil intuir lo ocurrido. Los detalles que dejamos expuestos aclaran suficientemente el íntimo desarrollo del acontecimiento. Cuando e! Vaticano movilizó sus armas y. puso cerco a Mussolini, con la mirada atenta en el mapa eclesiástico y político de España, la situación del duce se había despejado notablemente. El mismo duce era ya otro convencido. Las tropas de- Badoglio habían entrado a sangre y fuego (nunca ta, n. exacto el tópico, en AbdisAbeba. Los acorazados ingleses de la Home Fleet, movidos por la política titubeante de Mr. Edén, habían vuelto a sus bases de Escoicia. Una sublevación fascista en España, con la. ayuda de Italia, realizaba el sueño del país satélite que años atrás acariciara Mussolini. ¡Y qué oportunidad la de esta, reaparición! El país satélite tenía unas islas en el Mediterráneo (las Baleares) y una posición de frente y a la espalda de Gibraltar magnífica pa. ra esperar en ellas a los acorazados ingleses de la Home Fleet si se decidían alguna vez a volver de ronda por el Mediterráneo dibujando amenazas con. sus quillas de acero. Esta sublevación, con su lucha presunta, o teniendo como final la, aparición de una sucursal de Roma, ofrecía, además otra ventaja. Una nueva invasión motorizada; o la venta de armas a la sucursal española. El material de guerra envejece pronto. Hay que renovarlo. Y la S. A. F. F. A. T. estaba interesada en, hacer grandes renovaciones de armamento. ¿Con qué pagarlas? Con el dinero o con los intereses industriales y militares a extraer de España por una ayuda que resultaría al final una dominación en regla. Esta aventura española prometía, bebeneficios más saneados que la peripecia, de Abisinia. La S. A. F. F. A. T. quedaría satisfecha. El Vaticano quedaría satisfecho. un pueblo en armas. Stf Los acorazados ingleses do la Homo Flcot andaban de ronda por el Mediterráneo.

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