ABC MADRID 30-04-1937 página 3

El nuevo Ejército del pueblo Una columna de soldados leales, camino de Él Pardo. (Fo! o Díaz Casariego. tidra del escrutinio füé sfa, ndé su pero ya no era posible la véngariísá. Y virio él triunfó aplastante del Frente Popular, éh cuyo resultado tatito pesó la r ísida ji- desigual victoria, dé Badajos. Jíorberto linón vino repetidas veces a Madrid antes dé la sublevación; la última, a finés dé juhíb. Siempre Vehía a pedir para él pueblo; bhocatta con la lentitud del; aparato estatal, y réfuníüfiábi y réñíá. tenía, fedemás; celos ds loa vaienciartos, porque isféfat sin motivo, qué Vo léS prestaba más ¿tención qué a los e trbmeíías. Y yo ié reproelíaba ért tono cordial él. terrible mal g- enio que sé le habla hecho. Luego ocurrió lo inevitable: la guerra, jlué tantas pesadumbre me ha. coátado, viéndola venir desde hacía algunos áfios sin ísoder evitarla. Y con la, ¿Uerra, el espantoso drama de ESctremadura. La invasión extranjera, qué d flé ios puertos de Andaiuteíá aübíÓ hacia, él coráiaón de Eápafea- -moíok y legionarios, alas en el cielo y monstruos de hierro en la tierra- ¡arrasando al pasar loa campos extremeños. Entre las piedras de Almendráléjo quedó muerto Dofijihgo Sabrá, héroe y mártir á la vez de nitestra República, Korberto León logró húit con él bra o í- oto, y aquí, en Valencia, füé curando de ¿u mal, cbh tal lentitud, que le desesperad ba. ÁpenaS íépüeSto, volvió a la guerra, iíicórporándosí al batallón Martínez Barrio. Mátsiá. cosa, da üri mes que ROS iiabíamos d s- pedido, su nombre Sé Ha grabado én frii esfáteóh; entre los otros cien dé amibos él alma íjue murieroil lUciiando pbj- la; tiif éift 1 a. a y isbr la Patria. %l aM la muerte 4 ñ ÍÍOrb. értó íí. eon es mas émoc iüriánte aun que la dé otros, p orqüe su herdlbmo fue una explotan él corazón bueno y humaniíárib, iwái dieimülá, at por ía hosquedad aparente ¿le sü earAéter. En uh, a operación en el íréhté dé; 1 Sl í ardo- -probablemente la misthá en que los admirados amigoá ¿el, bataÜ 6 ñ 4 üé horirá á mi nombre se cubrídti dé ftíoriá y dé skcriflcio- -quedó Un soldad lekl herido y abandonado más allá dé nuestras triíienera. ís. ÜégáDart a los nuestros lps grito áé dbíór y angustia. Nórberto Le ri sintió eri sU álmá ia llamada ineludible fte la iiiecláíd, y salió de las trincheras a (jurarlo y recogerlo, duando volvía cúh el cuerpo del cámáradá k cüeetaa; íué atravesado por la tnfetrallá enemiga y cayó para siempre, óítéoienáo su vida para salvar la del hermano... El d e p o r t e en los frentes Un partido de rugby en un campamento de la sierra. (Foto Yubero y Benitez. Pocos días deíSu a, el jefe dé las fuerzas escribía estas s. obriaá y sentidas palabras a la. mujer de Norberto: La notifico la muérté de su íompañero, la cua. 1 tuvo lugar en la mañana del día 9. Sin Indicación ds nadie, se adentró en terreno nuestro, pero batido por el íüego enemigo. Sucumbió como los héroes, como mueran los valientes, cohsigiiiendo curar a un herido nu- éstfo. Llegó a conseguirlo, pero al regresar a nuestras posiciones fue alaangado por las balas enemigas y no pudo levantarse, pende se 16 dio tierra, lo ígriord; péfo, taíi pronto lo sepa se lo notificaré. Nuestro comisario fue un gran comisario, que, arrostrando él peligro, supo sacrificar Su vida en b iefl de la Humanidad. Así era Norberto LáOa. Mientras viva, le el cuitó callado y dé 1 téeuerio, y cuando nadie le vea, d ¡dieéu é teiís dé Una tidehe la ofrenda dé na íiárl lijK á la ittemúria áel amigo fuerte y cóíi- 1 nado que Sios füé arrebatado pbr el hura cáii de la éuerra. p e aquella terrible guerra. íjue tantas V H ees suírlj viéndola germinar dtíranté aneé éii el áolár dé mi patria, cuando los détíi e W sábíáíi de su crueldad ni dé U ca tig 6. o Be aquélla terrible guerra que éé ha ile vado yB, en su torbellihb tafttoá áíectoS entrañables, ¡tantos que no áS y i eiúiéaéí sóremeis aí termitíar más lnu ft 6 s, si lo) que cayeron o los que sotrevivimos...