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ABC MADRID 02-02-1937 página 6
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ABC MADRID 02-02-1937 página 6

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C. MARTES 2 D E FEBRERO de votar se acumularon en mi favor la totalidad de los votos representados en la Cámara. ¿Qué significaba eso? ¿Rendición de homenaje a un hombre? No. Significaba rendición y homenaje a la legitimidad de las Cortes que iban a con tlLuirse. La declaración de que osas Cortos estaban bien elegidas y de Que su convocatoria y su desarrollo habían sido normales y so quería rodearlas de toda autoridad y presti- rio. ¿Puede decirse que apenas constituidas las Cortes realizaran algún acto que lar; apartase de determinadas representaciones de partidos políticos, el de destitución y separación de la presidencia de la República del señor Alcalá 2 amora, por ejemplo? Tampoco. Apenas, en cumplimiento del precepto constitucional, pasé yo a ejercer la presidencia interina de la República, todos esos generales rebeldes hubieron de dirigirme telegramas de felicitación y de adhesión, rrobando que se inclinaban respetuosamente ante la expresión de la voluntad nacional representada en la Cámara. Yo estuve cuarenta días ejerciendo las funciones de i residente de la República, y durante este tiempo vinieron a mi despacho, sin previo requerimiento, representantes de todos los partidos políticos, e incluso de los partidos de extrema derecha del país. ¿Por qué? ¿Por homenaje a un hombre? No. 1 01 reconocer con sus propios actos que la presencia del presidente de las Cortes en el Palacio Nacional era debida a un acto legítimo y soberano de las propias Cortes, y que todo lo que allí se hacía contaba con la aceptación expresa do todas las íuerzas que en el país intervenían. (AplauKOS. Más aún. El día 10 de mayo los diputados del Parlamento español y los compromisarios elegidos al efecto designaron nuevo Presidente de la República. No se dieron al Sr. Azaña únicamente los votos del Frente Popular. Muchos que no le votaron acudieron al lugar de la elección y allí emitiéCoíf ft- i oto a favor de otras personas en blanco, pero testimoniaron así que el acto que se estaba realizando tenía todas las características de legalidad y de corrección constitucional que iludieran exigirse. Hasta ese momento nadie dudó. Des. de ese momento, ya que las voluntades estaban en rebeldía y las representaciones más calificadas del Estado iban a sublevarse, se empezó a lanzar sombras sobre nuestra legitimidad y sobre el origen legal de nuestra representación. Así nos encontró el 17 de julio, en que los militares rebeldes levantaban bandera contra la Patria y la República en tierra africana, al mismo tiempo que en España había un Presidente de la República legalmente elegido, un Gobierno legítimo, un Parlamento cuyo origen constitucional no se podía discutir, un Estado, en fin, rodeado de todas las características esenciales y formales que permiten al pueblo recabar el derecho do que se le escuche en el concierto universal y de que se le obedezca dentro de toda la nación. (Muchos aplausos. Naturalmente que los órganos del Estado se hallaban en la obligación de obedecer a los poderes así constituidos y, en representación de todos ellos, al Gobierno responsable; pero no ocurrió así. Hubo una extensa gama, desde los que se sublevaron abiertamente hasta los que, sin manifestar jepugnancia a las órdenes del Gobierno, no las cumplieron. En unos, la rebeldía declarada y abierta, la desobediencia taimada. En otros, la resistencia pasiva, mucho más perjudicial y dañina que la propia rebeldía. En pocos días el aparato del Instado se cuarteó, y los que contribuyeron a ello no advirtieron que abrían paso a las críticas futuras y, sobre todo, a la posibilidad de que sobre las ruinas del Estado cuarteado se levantara otro más fuerte y sólido. DE 1937. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 6. esta contienda agresores, sino que nos defendemos de la agresión de que hemos sido víctimas. Se ventila un problema de dignidad y de independencia nacional. ternacional repitiendo triste y monótonamente nuestras quejas, cuando vemos que el interés de nuestra causa legítima- no vale sino en lo que concuerda con el interés de otros pueblos ajenos a nosotros? pero sin expresar las quejas, sin que pueda traducirse esta manifestación mía conío expresión do dolor de quien se siento burlado y escarnecido, sí puedo decir que España merecía de los demás pueblos del mundo, siuguUxrmente de los quo con ella estaban en la Sociedad de Naciones, mejor trato. Nosotros no hemos pretendido durante los meses últimos nada contrario a los pactos internacionales; nos hemos limitado a solicitar- -ni siquiera a exigir- -que los derechos que esos pactos internacionales nos conceden hubieran de ser generosa y libremente ejercidos. Hay que decir bien claro que la rebeldía del 1 Q de julio no era meramente la disconformidad de unos órganos del Estado español, sino la exteriorización de una gran intriga política internacional, de la cual han sido ejecutores dentro de España quienes por ese solo hecho han perdido ante la Historia y ante sus- conciudadanos la condición- de españoles. (Muy bien. -Grandesaplausos. ¿Cuál ha sido el propósito de distintos pueblos al provocar la rebelión militar de julio? Se ha tratado de recoger y plantear uno de los muchos aspectos que como interrogante trágica nos traen las horas del Tratado de Versalles. Se trata do recoser en España un problema que no afecta do manera singular a los españoles, sino que afecta a otros pueblos, y a cuenta de nuestra tragedia se pretende que uno de los aspectos- de aquel Tratado seo, rectificado. X) urante todo el siglo XIX, Turquía fue el gran moribundo de Europa; r, o existía conflicto alguno entre los pueblos del Continente que no terminara en una desmembración o en un propósito de desmembración de Turquía. El problema de concesión de colonias, a que hace referencia el Tratado de Versalles, tione la culpa. En el siglo XX se quiere hacer de España la Turquía occidentaL y se procura que todas o la mayor parte de la: diferencias que separan a los pueblos continentales sean resueltas aquí y a nuestra costa. Ello hubiera sido posible de no existir una moral profunda en el pensamiento de los españoles. Los extranjeros que había. n planteado esta operación y. la consideraban liquidada en breve plazo, desconocían nuestro carácter; se habían olvidado de nuestra psicología. Somos un pueblo un poco desilusionado, alicortado, recluido en sí mismo; pero no somos un pueblo moribundo. Lo ha demostrado España en distintas ocasiones, a costa do los que, rulónos nía 1, so íitrevi o ron a semejaníe Kl. Presidente de lii 2 íopública- lia dicho recientemente que no Í O ventila. en nucf: tro país i.i n pleito p olí tico, ni siquiera do régimen, sino de i dependencia. Suscribo íntegramente esas ak ¡bras. IV o están onfrente hombres do un. -i determinada ideologia de izquierda contra oíros de. diversas ideologías de derecha. Están enfrente los españoles contra- los extra njeros. los amantes de la independencia nacional contra los invasores del suelo sagrado de la Patria. Por eso no cabe la posibilidad (también lo decía el Jefe del Estado) de que permanezca, nadie al margen de la contienda. Los que no estén al lado del Gobierno para defender a España servirán, quiéranlo o no, los interese? ilegítimos de los enemigos interiores sublevados contra la Republica y de los enemigos exteriores sublevados contra España. (Ovación. Mi informe termina aquí. No somos en Consecuencias de la revolución de julio Tías del informe, la opinión. ¿Cuáles han sido las inmediatas consecuencias de la rebelión de julio? Se rebeló abiertamente la mayoría del Ejército; se rebeló mansamente la Magistratura; hubieron de colocarse en posición de frialdad con relación al Gobierno y sus órganos legítimos las demás encarnaciones del Poder público. Se ha salvado únicamente de esta bancarrota general una parte del profesorado y del Magisterio nacional. Y cuando los órganos de un Estado se suicidan, no tienen derecho alguno a esperar de la legalidad que va a salir victoriosa trato alguno de favor fundado en la legalidad misma que ellos quisieron destruir. Es decir, amigos míos, para que mi pensamiento quede claro, completamente desnudo: no creo en la posibilidad de que al día siguiente del triunfo de la República pueda, levantarse un aparato del Estado igual al que existía el 18 de julio con las mismas representaciones y los mismos derechos. Allí se rompieron todos los escalafones; los rompió voluntariamente la codicia y la deslealtad de los que traicionaron al Estado. Cuando España implante su voluntad política triunfante, no espere nadie que vuelvan a infiltrarse dentro del Estado aquellas representaciones. (Muy bien. Ovación. ¿Es que se rompió tan sólo el aparato formal del Estado? Se rompió algo más: el fundamento social y económico del propio Estado. Las grandes Empresas, la Banca, las grandes industrias, los terratenientes, todo ¡o quo representaba una posición de privilegio dentro de la economía y de la organización social se lanzi también a la, aventura. A la hora del triunfo tendrán que pagar las costas. Yo sé que de nosotros, de mí singularmente, se espera que en ese instante vayamos a remediar la situación, a corregirla. Mi lealtad me obliga a declarar ahora, cuando todavía está en pleito el resultado, que he aprendido de la rebeldía militar una gran lección y que no puede contarse conmigo ni con nada de ¡o que represento para levantar un Estado social, político y económico igual o parecido al que ellos hicieron caer. (Ovación. Y esto por una razón de convicción personal y por otra, muy importante, de respeto hacia los que se baten en los frentes de batalla y están creando la victoria. La España de mañana ¿Cómo será España después del triunfo? Como España quiera. Todas las leyes serán objeto de modificación. ¿Está ciaro? Todas absolutamente, desde la de mayor rango Imsta la, más rudimentaria. Las nuevas tendrán un gran contenido social para, que los hombres dignos de representar al pueblo, si están conformes con ellas, las hagan plasmar en realidad, y si no lo están se recluyan en la tranquilidad de sus hogares pensando que su obra política ha pasado. (Aplausos. Yo he de procurar que las leyes futuras respondan, no a la voluntad e imposición de un partido político, sino a la voluntad general del país legalmente consultado y de manera normal escuchado y atendido, y de que cuando esas leyes así votadas J: apliquen, se verifique esto con un criterio igualitario. La, ley de los españoles, hecha por la mayoría de los españolea- y después du heelui, para que la. cumplan: o. se acojan a su fuero todos los españoles. ¿iParece muclio? Lo considero imprescindible. ¿Hay quien estime que me conformo con poco? Lo creo bastante. Ni más, ni menos. ¿Régimen político y social del país? A la medida que los españoles quieran. Organizado que sea, con aplicación de los deberes y derechos para la colectividad en genera 1. Pero si esto es la organización social económica, ¿qué puede ser la organización política? Actualmente España es una Re. iilica deí- able; poro después de ciertos hechas, ha dejado de ser esto para conve. ürse en una República federal. Lno Los intereses extranjeros en la que fu ¿guerra civil española No debieron sentirse dentro de España esas vacilaciones. No debieron sentirse fuera de España tampoco. Sería inútil que yo expusiera en tonos patéticos mi amargura por el trato desconsiderado de ouo hornos sido objeto en el orden inloiTiíieia 1- i i. Sena inútil y, además, poco a: r. ¿Para uú prcsemavijos cu el cunciv. t j in- MOTORES Y MATERIAL ELÉCTRICO MADRID. MASQUES DE CUBAS, 5

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