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ABC MADRID 16-08-1936 página 9
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ABC MADRID 16-08-1936 página 9

  • EdiciónABC, MADRID
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r S B C? DOMINGO i DE AGOSTO DE 193 S. EDICIÓN DE LA MAÑANA 1. PAG, 3 VISTA DE LA CAUSA CONTRA LOS SEÑORES Y FERNANDEZ OÍH NTANA El fiscal gide para ambos procesados la pena de muerte Amanecer del 15 dé agosto de 1936. En los alrededores de la cárcel, bien organizada vigilancia. A la entrada- -seis y cuarenta y cinco de la mañana- -nos cruzamos con el director general de Seguridad. A las ocho y media entran en la Sala de Justicia de la cárcel los magistrados que componen la Sala sexta del Tribunal. De fiscal actúa el que lo es de la República, Sr. De la Paz Mateos, auxiliado por el teniente fiscal Sr. Valles y por el fiscal Sr. Montojo. Relatores, Sres. Calderón y Urízar. El Sr. Fanjul se defienden, sí mismo. De la defensa del Sr. Fernández Quintana está encargado Cobián, y como suplente Sarrión, ambos detenidos en la cárcel. El presidente da la voz de Audiencia pública y todos los ocupantes de la sala ocupan sus asientos. Por cierto que, para facilitar la labor de los informadores de Prensa, se han habilitado unos pupitres mejores de a lo que se nos tiene nial acostumbrados. A la sala llegan, desdejas ventanas de, la galería frontera, voces, que cantan un himno, en, desacuerdo absoluto con la ocasión y la solemnidad del momento. El presidente manda imponer silencio, y cuando éste se hace, ordena: Que pasen los procesados. Entran, rodeados de nueve guardias, vestidos con el mono sobrio y simpático, Fanjul, con toga; Fernández Quintana, de uniformé, y los. abogados titular y suplente- -defensores y presos- Cobián y Sarrión. El presidente ordena a la fuerza que se sitúe de tal forma que no quite la visibilidad a los periodistas. Los guardias cumplimentan la orden; y nosotros sonreímos agradecidos a D. Mariano. Se da comienzo a la lectura del apuntamiento. Terminado, el defensor de Fernández Quintana pide que se lean las declaraciones de Ángel Granados, Purificación Rodríguez Gil, Mariano Mena y Pilar González López. Una vez leídas, comienza el interrogatorio del fiscal. ¿Se presentó usted en el cuartel de la Montaña para hacerse cargo de la División? -sí. ¿Por orden de quién? -Por orden del general Villegas. A preguntas sucesivas del fiscal, el señor Fanjul asegura que obedeció al general Villegas, no porque éste tuviera auto- ridad sobre él, sino porque es más antiguo; que cuando llegó al cuartel se encontró a las tropas inquietas ¿Sublevadas? -No. Inquietas Él Sr. Fanjul agrega que estaba frente al Gobierno, pero sólo en espíritu; que sí dijo que había que poner én los ministerios de la Guerra, Marina y Gobernación a tres generales y a otro en la Presidencia, porque él, como general, cree que sólo un general puede asumir la responsabilidad del Gobierno Después se rectifica- -un tanto nervioso ya- 1- -y dice que- fue al cuartel de la Montaña sólo por enterarse de lo que pasaban que llegó vestido de paisano, y que si luego se marchó es porque se hizo una agresión al cuartel. Afirma que no firmó el bando declarando el estado de guerra que se le presenta, sino otro que no consta en autos. Asegura luego que no obedeció las órdenes de Villegas porque no podía dárselas. ¿Quién podía, pues? -pregunta el fiscal? -El general Mola. ¿Porque era el jefe de la rebelión? -Exacto. Interroga el defensor T el Sr. Fanjul dice, entre otras, cosas, que no dio orden alguna en el cuartel; qué vio a Mola en Pamplona el día 6 de julio, y que, aunque tenía noticias del movimiento que se preparaba, aquél no le puso en antecedentes del mismo. Pregunta el presidente -El Sr. Fanjul ha dicho antes, en primer lugar, que atendió las órdenes del señor Villegas porque este general es niás antiguo. Después ha dicho que el único que podía dárselas era el Sr. Mola. ¿Cómo podían dárselas éste, si es más moderno? -Porque era el jefe supremo del movimiento. ¿Pero no dijo, usted que Mola no le había dicho nada de sus planes cuando le visitó en Pamplona? Fanjul- -rcada vez más débil do á n i m o no contesta. El presidente, después de esperar un momento, mirándole, la respuesta, ordena que el fiscal comience el La di yo. De orden de la sup erioridad. É l S r Cobián, defensor de Fernández Quintana, que ya en dos ocasiones había pedido que se levantase acta de las respuestas de su defendido y del Sr. Fanjul, pide lo mismo una vez más. Presidente. -No. se puede perder el tiempo como solicita el señor letrado. El Tribunal tiene sus elementos de juicio, no sólo en las palabras, sino en su, tono, n la firmeza con que se pronuncian... Se pasa a la Prueba testifical El señor Paz Mateos, ordena: -Que pase D. Enrique Gallego Velasco El señor Fanjul, al oír la, orden del pre- sidente, ruega que se le permita retirarse, porque no quiere ser; -dice- elemento coactivo El presidente, después de un florido discurso, accede, y. el señor Fanjul se retira seguido de dos guardias. Entra el primer, testigo del Ministerio fiscal, señor Gallego Vélasco, comandante de Ingenieros. Dice que sabe poco, y que esto poco és que; su coronel, señor Senrá cumplía órdenes del general de la División, señor Miaja. A continuación, es llamado a la ¡sala J. Antonio de. Ángulo, teniente de Ingenieros, del Grupo de Alumbrado. Afirma, rotundamente. que Fanjul no dirigió arenga alguna en su cuartel. Interrogatorio del señor Fernández Quintana Que, a las preguntas del Sr. Paz, Mateos sobre si dijo que no saliesen los músicos, porque acaso tuvieran que ir a otra parte contesta que las órdenes las daba el general Miaja Presidente. ¿Ha dicho usted que el señor Fanjul habló en tono patriótico? -En tono de acatamiento al r é g imén, al Gobierjia y a la República. -Y. usted, que dudó- -él señor Fernández Quintana h a b í a declarado qua las tropas, estaban acuarteladas por temor a las masas- -de las masas exteriores, ¿cómo no dudó de las que habían entrado en el cuartel? El general Miaja De uniforme. Cobián. ¿Era jefe de la primera división orgánica? -Sí. ¿Dio 6 rdenes. de acuartelamiento? -A las cinco y medía de la tarde del viernes. ¿El acuartelamiento era total? ¿Les dio otras instrucciones? -Ninguna más. El defensor del ceñor Fernández Quintana pide un. careo entre éste y el general Miaja. El presidente deniega la petición. El Sr. Cobián pregunta entonces al señor Miaja si los generales pueden entrar de paisano en los cuarteles, aunque no tengan misión que cumplir en ellos, y el señor Miaja responde con gran energía: -La misión de los generales es ponerse a las órdenes del capitán general y no entrar de tapadillo en el cuartel. -Total. El Sr. Fernández Quintana elude una respuesta categórica, y e l presidente le anuncia que va a hacerle una última pregunta. Es ésta: ¿Quién mandó izar la bandera blanca? -Yo. -ri Para qué? -Para e v i t a r el derramamiento de sangre. ¿Y quién dio la orden de disparar? LOS MARINOS Y MILITARES SUBLEVADOS IZAN LÁ BANDERA DE LA MONARQUÍA EN TENERIFE En el edificio de la Comandancia de Marina de Tenerife fue abatida la bandera de la República y los elementos facciosos izaron en su lugar la enseña bicolor de la Monarquía. (S; Especial. Ta sabíamos el alcance y fin que se proponían los organizadores del movimiento subversivo, a pesar de las declaraciones de políticos y militares insurrectos. He ahí, en esa noticia, sintetizados: los ideales comunes que animan a los fascistas de todalaya y color. ¡Españoles, a defenderse. Declaran a continuación los testigos propuestos por el fiscal, D. Pedro Sánchez Plaza, teniente coronel jefe de las fuerzas de Asalto; D. Jaime Díaz Priego, teniente de Ingenieros de la sección de Alumbrado, y después de éste Diputado socialista. Se íe muestra el bando unido a los autos, y dice que lo reconoce y afirma que lo encontró én la imprenta donde se tiró, pegado al molde. Acto seguido, Joáé Calvo Rubio, sobrino del general Villegas, dice que el domingo 19 fue a buscar al Sr. Fanjul porque así se lo encargaron unos militares a quienes se encontró en grupo con unos paisanos. Isidro Alonso Fernández, sargento, rio oyó la alocución del Sr. Fanjul, pero a la salida del cuarto de banderas vio al cabo Juárez, quien le dijo que los oficiales sa- lían dando gritos de. Viva España Viví; el Ejército y Viva el rey Otros testigos propuestos por el fiscal Don Ricardo Zaba za

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