Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 02-08-1936 página 21
ABC MADRID 02-08-1936 página 21
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 02-08-1936 página 21

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página21
Más información

Descripción

A B C. DOMINGO 2 DE AGOSTO DE 1936. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 21. GRAN ODISEA DEL HEROICO GENERAL GARCÍA CAMINERO Estamos frente- a un general republicano: X Juan García Caminero. En su casa. Ayer. Cordial, como siempre- -simpatía democrática- interrumpe el descanso de sus pasadas fatigas y se somete a la tortura de nuestra interviú. -General, ¿dónde le sorprendió el movimiento subversivo? -En Astorga, desde donde comuniqué al gobernador de j eón que tenia una columna de mineros; -Leales, naturalmente. ¡Claro! ¡Mineros! Desde Astorga me trasladé a León. Revisté al regimiento, de Infantería y al Parque de Aviación, y arengué en ambos sitios a las tropas, que respondieran con vítores entusiastas a la República. El general Bosch, comandante de la plaza, roe dio seguridades de que la situación estaba completamente garantizada. Es más: agregó que si tenía de ello alguna duda, presentaría en el acto su dimisión. El domingo per la tarde, en vista de que se habían sublevado en Burgos y Valladoíid, y de que no podía revistar las guarniciones sublevadas, pedí al aeródromo que tuviesen dispuesto un aparato para salir en él a las siete de la mañana del iúnes con dirección a Madrid. Momentos después me comunicaba de: Coruña el general Salcedo que. estaba haciendo todos los po sibles para impedir la sublevación en la capital gallega. El lunes por la mañana, sospechando de la Aviación, hice preguntar al general Ramírez, jefe de mi Estado Mayor, si estaba dispuesto el aparato. Contestaron del aeródromo con evasivas tales como decir que no tenían noticias sobre el tiempo que no; sabían si pecinan llegar... que acaso tuviesen que detenerse en el camino... -Demasiado extraño, ¿no? -Por eso y por otras cosas que me convencieron de que no podía contar cora la seguridad de que me trajesen a Madrid, decidí, dé acuerdo con el jefe del Estado Mayor, venir por Portugal, pasando antes por Ciudad Rodrigo, para cruzar la frontera por cerca de la Puebla de Sariabria, único punto practicable para llegar a Madrid una vez sublevadas las guarniciones de Valladolid y Burgos 1. Para lograr mi objeto contaba además, con la buena amistad que me une ál comandante militar de Braganza. les gritos para que nos escuchasen, y lo logramos tras de grandes esfuerzos. Pero no logramos convencerles de nuestra condición de militares servidores del Gobierno, de la República. Nos habían tomado por generales rebeldes, y, sin hacer caso de nuestros documentos, que creían falsos; nos llevaron a Requejo, donde los habitantes- -unos ochocientos trabajadores leales a la República- -pretendieron lincharnos, creyéndonos traidores. Gracias a la oportuna intervención del presidente de los Sindicatos, que nos condujo a una casa, pudimos librarnos de las irasdel pueblo, que seguía teniéndonos por generales sublevados. A las tres y media de la mañana nos llevaron a Lubián, pueblo donde se repitió el espectáculo de Requejo. Entre Requejo y Lubián había un puesto de la Guardia civil, compuesto de doce números, a las órdenes de un cabo, a quien le entregué, después, de mostrarle los documentos acreditativos de nuestra, personalidad, tres cartas dirigidas al ministro de la Gobernación, Largo Caballero y embajador de España en Portugal. De estas cartas sólo la última llegó a su destino. El general hace una pausa, como si. buscase en su memoria algo que no recuerda, y sigue: -En Requejo había entregado también otra carta al cabo de la Guardia civil, con el encargo de que la remitiese al ministro de la Gobernación. Pero éste, en lugar de hacerlo así, como ni e lo había prometido, la envió a los rebeldes. Cuando llegamos a Lubián, y en atención a la actitud del pueblo, los dirigentes, convencidos ya de qué éramos generales republicanos, pos llevaron a. una casa situada a cuatro kilómetros del pueblo, én la que estuvimos dos días custodiados por una guardia permanente, y durante jos- cuales esperamos la llegada de un avión que había de aterrizar en un campo próximo a Lubián. Consecuencia de la traición de un cabo de la Guardia civil Pero en este plazo de las cuarenta y ocho hqras Jiab. ía sido descubierto nuestro tefu- i gio, y quienes- nos Icharjía- h proporcionado nos trasladaron de nueve a Lubián, instalándonos en casa del médico, donde fuimos tratados con tóda. clase dé consideraciones. García Caminero, en cuya cara se advierten marcadas señales de fatiga, pregunta tras de una pausa: ¿Le he dicho a usted que había entrégado al cabo de la Guardia civjl de Reqüe; jo una carta para- quería remitiese al ministro de la Gobernación? -Sí, general; me lo ha dicho. Y ha agre gado usted que después supo q e había sido remitida por el traidor a los rebeldes. -Pues vea ahora las consecuencias dé la defección: los facciosos, conocedores por la carta de nuestra situación, enviaron una mañana un aparato de la base de León, que arrojó sobre nosotros seis bombas, ninguna de fas cuales cayó sobre la casa. Otra: tro pas rebeldes, procedentes de Orense, ocuparon el aeródromo donde esperábamos ei avión, el pueblo de Gudiña y el inmediato de Villavieja. En vista de esto, y de que. en los Sindicatos se comenzaba a acusar a los dirigentes de protegernos- -seguían creyéndonos rebeldes- éstos me propusieron, como única salida, el paso de la frontera con ellos. Acepté. Pidiéronme entonces que ¡es pro- metiese que habían de volver a cruzar conmigo la raya. internacional cuando volviese, petición a la que contesté: Ciudadanos: Hagan conmigo lo que quieran, pero yo no puedo hacer una promesa que. no estoy seguro de. poder cumplir. Lo que sí prometo es pedir al Gobierno que autorice su. paso Quedaron conformes. A las tres de la tarde salimos de Lubián, y, después de recorrer 40 kilómetros a pie por la sierra, entramos en terreno portugués a las cuatro de lá mañana del día siguiente; -Buena caminata, general, después dé tantas fatigas, para sus años. -Sesenta y cinco, amigo mío. Pero, sa: isfechó por haber comprobado que, a pesar de ellos, todavía puedo servir para soldado de Infantería. Además, estos sinsabores me han producido- dos beneficios: me ha desaparecido la afección laríngea que padecía y. he recuperado el sentido del olfato, que tenía perdido desde hace cuarenta años. En Portugal. Llegada a Madrid Tras del inciso, continúa el general: -En Mimenta r. os- prendieron los giiar ¿iñas portugueses y nos entregaron a las Hacía Portugal Emprendimos, pues, el viaje. Sin entrar en la Puebla de Sanabriá, donde el capitán de Carabineros se había puesto ál frente de la rebelión, llegamos a la frontera. -Y pasaron, al fin. -No. Al fin, ño. Porque eL suboficial, también sublevado, ni me guardó el respeto debido, ni me prestó el auxilio que- le. pedí, nimé dejó, pasar, aunque le dije que, el Gobier- no me llamaba- a Madrid. En- este momento se presentó el. director de la Aduana, que, tras de decirnos que no dejaba pasar ni el coche ni a nosotros, y tratar groseramente al jefe del Estado Mayor, agregó que se iba a la Puebla de Sanabriá para volver con el juez y Policía a prendernos. PENAS DE MUERTE PARA EL EX GENERAL FANJUL Y EX CORONEL GUTIÉRREZ a- Sala sexta del Tribunal Supremo lleva muy adelantada la instrucción del juicio sumarísimo que se sigue contra el ex general Fahjul y el ex coronel Gutiérrez. La causa se encuentra en él período procesal de notificación a los procesados para la designación de defensores. Ayer, a primera hora de la, tarde, el secretario de la. Sala, D. Ricardo Calderón, con el actuario Sr. Arche, se. personó en la Cárcel Modelo y requirió a los procesados para que designaran sus defensores. Fanjul dijo que, como abogadp perteneciente al Colegio de Madrid, se defendería por sí mismo, y el ex coronel Gutiérrez designó a D. Fernando Cobián y Fernández de Córdoba. La Sala aceptó las designaciones, y, como el Sr. Cqbián. y Fernández de Córdoba se halla en la cárcel por haber participado en los actuales sucesos revolucionarios, el secretario de la Sala le llevará él sumarió para que ío estudie. Tiroteados por los leales En vista de las dificultades para pasar la frontera, acordamos trasladarnos a la cita- da población salmantina. Camino de ella íbamos, cuando a la vuelta ds un recodo de la carretera, salieron a nuestro paso veinticuatro individuos, armados de escopetas y pistolas, qué dispararon contra nosotros, causarais numerosos agujeros al coche. Dímos- Es casi seguro que el, juicio sumarísimo se celebre el miércoles próximo. El fiscal ha calificado los hechos de delito contra la forma de Gobierno mediante rebelión militar, y pide la pena de muerte para los dos procesados.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.