ABC MADRID 26-07-1936 página 35

A B C DOMINGO 26 DE JULIO DE 1936, EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 35. Llega la noticia de que las. fuerzas leales que cierran el paso a los traidores por la otra parte de la sierra han sido visitadas por, el S. r. Largo Caballero. Gran entusiasmo produce una. probable visita a esta parte del lider socialista. Un coche, ocupado por las enfermeras Carmen Fernández, María Morales, Pepita Blanco, Goyita Gómez, Dolores Villarreal, Teodora Montejo, Juana Martínez y Victoria Alegre, marcha hasta la misma línea de fuego por si fueran. necesarios sus servicios. Otros periódicos de Madrid ¡llegan a Guadarrama en coches procedentes ele Madrid. Las gigantes titulares de El Liberal, El Sol y Mundo Obrero, entre otros, producen entusiasmo en los soldados. En la primera plana de A B C se lee Viva la República y un soldado, que ignoraba la incautación de los periódicos reaccionarios por el Gobierno, nos dice, mostrándonos el diario: ¿A B C, republicano? ¿No será una broma? (KT. de la R. No, querido camarada; no. es una broma. A B C es ya republicano, por fortuna, y lo seguirá siendo siempre. ¿No tienen cuantiosas cuentas corrientes en los Bancos los políticos instigadores de la revuelta marcMsta? Pues si es así, y así es, hoy, antes que mañana, el Gobierno debe incautarse de esas dineradas. Fuera absurdo que se les respetase su dinero cuando, por acción directa de ellos, la economía española padece horrendo estrago por el salvajismo de los rebeldes. Felicitaciones a los bravos artilleros El teniente coronel, rodeado de milicianos, revista las piezas que han tomado parte en la gloriosa batalla de esta mañana. Hay felicitaciones para los bravos artilleros, que han puesto su vida, su lealtad y sus conocimientos al servicio de la causa republicana; para las clases y soldados, que sin vacilar han seguido a sus jefes que permanecían fieles al Gobierno, y para los milicianos, que ha i secundado las órdenes de los militares republicanos y pundonorosos sin una vacilación, sin un solo desmayo. El teniente coronel Morales- -que fue secretario técnico del ministerio de la Guerra en los tiempos que regentó aquella cartera el hoy presidente de las Cortes, Sr. Martínez Barrio- -es un veterano artillero, curtido en la lucha dé los campos de África. Conoce a fondo su oficio. Se muestra realmente asombrado de cómo han actuado los oficiales artilleros al servicio del Gobierno republicano; A todos le- s felicita por haber logrado plenamente los objetivos propuestos. Exhortó a todos a seguir luchando, sin desmayo, ya que los rebeldes estaban vencidos, y aconsejó que tuvieran dispuestas las baterías para llevarlas cada vez más adelante y batir de- una manera definitiva y rotunda a los- que habían traicionado a la República. dos los responsables de esta intentona, aprovechándose traidoramente de la confianza que un régimen depositó en ellos sin merecerlo. i? CANC 1 ONERO POPULAR Labrador: Tú que cortas la niebla; tú que rasgas la escarcha; tú que desde la puebla vas guiando la marcha serena de la yunta cuando el día despunta; tú, labrador, ¡tú sí que tienes honor! Segador: Tú que surcas el surco soleado, asolado por el sol de Castilla, venciendo bajo el filo de la hoz, afilado, la cosecha amarilla; tú. segador, ¡tú sí que tienes honor! Y tú, vendimiador, ¡tú sí que tienes honor! j Y tú, trabajador, ¡tú sí que. tienes honor! Que no los guardadores del honor, traidores al honor y al valor. A. A. La Artillería bate a los rebeldes en sus últimas posiciones Lá Artillería abre fuego durante media hora. Después va callando su ruido atronador, sin duda porque nuestra Aviación bombardea eficazmente de nuevo las posiciones en que se baten los últimos rebeldes. Parte de la columna del general Riquelme acampa en las estribaciones de la sierra y como un solo hombre acude al llamamiento que el corneta de órdenes hace por mandato del general Riquelme. Siguen llegando milicias que eñgrosan la columna leal. Se cal cula en 6.000 los hombres que el general Riqüelme tiene a sus órdenes, y a las doce y media- de la tarde se reanuda la- ofensiva, esta vez más a fondo que las anteriores. Artillería y Aviación baten a los traidores en sus madrigueras, mientras la columna del general Riquelme trepa sin vacilar sobre las montañas, rodeando los carros, de asalto y haciendo nutridas descargas de ametralladoras y fusilería. El ministro de Instrucción pública visita a los leales en el campo de batalla A media mañana llega al cuartel general un. coche oficial escoltado por uno de Policía y precedido por otro de. las. milicias. El tableteo de los aplausos se confunde a veces con el de las ametralladoras. Entusiasmo, ovaciones, vítores, puños en alto. Don Francisco Barnés, ministro de Instruc- ción pública, visita las fuerzas leales en el frente de batalla. Le acompañan su hermano. y subsecretario del ministerio, D. Domingo Barnés. El ministro conversa con milicianos, soldados, guardias civiles y de Asalto, que le son presentados por el general Riquelme. Ciento cincuenta paquetes de ta. baco son distribuidos rápidamente entre los leales. El ministro presencia durante más de hora y media el avance de nuestras tropas contra los traidores, que sin duda resisten por el miedo a lo que, de ser capturados vivos, les espera. Probablemente se han dado cuenta de la magnitud de su tracción y deslealtad, y allá en lo hondo de su conciencia oyen voces que les preguntan: ¿Hasta cuándo? ¿Por qué resistes inútilmente? El general Riquelme, después de haber presenciado la entusiasta despedida que los leales tributan al ministro de Instrucción pública, ordena á su ayudante, teniente coronel Morales, que reviste las baterías dtl frente. Por la tarde reanuda la Aviación leal el bombardeo. Una batida por la sierra El. teniente coronel Morales muestra su satisfacción ante el general Riquelme por el estado de las fuerzas y por la brillantísima actuación que han tenido todos, sin excepción ninguna, durante la mañana de hoy. Milicianos, guardias civiles, Asalto, Ejército, rebeldes no sufren más que quebrantos, y voluntarios que han puesto todo su encendido, entusiasmo, todo su vibrante patriotismo y su ilusión sin límites al servicio del Gobierno de la República, y del Frente Popular. A primera hora de la tarde la Aviación leal reanuda el bombardeo con Una eficacia que asombra a los que la presenciamos. Los rebeldes no sufren más que quebrntos, y solamente desde los nidos de ametralladoras intentan resistir, aunque no será por mucho tiempo. Cuando abandonamos la sierra del Guadarrama para que estas líneas se publiquen, casi siete mil hombres darán una fuerte batida por toda la sierra para limpiarla de traidores que no supieron ser fieles a la palabra dada. Ya cerca de Madrid volvemos la vista hacia la sierra del Guadarrama, pensando que. dada la bravura de las milicias y fuerzas leales que combaten por la República y el acierto y el entusiasmo de la Artillería y la Aviación leales al régimen, en un plazo muy corto de tiempo ondee en las más altas cre. stas de la sierra la bandera tricolor llevada rjor las fuerzas, leales a la Republicaj después de haber capturado a to- a: El público ha correspondido con creces al, esfuerzo realizado por el personal de. Redacción y talleres de la nueva y republicanísima etapa, de A B C. Los ejemplares fueron materialmente arrebatados de las manos e los vendedores, y los comentarios f que suscitaba la lectura, de nuestro primer número nos han compensado cumplidamente los sacrificios hechos. Era nuestro propósito normalizar en absoluto la marcha de A B C desde este número, pero la realidad se nos ha impuesto: el equipo de huecograbadores no está completo, ni muchísimo menos, y es éste un servicio que, por otra parte, no se puede improvisar. Parte de los hombres que lo componen se encuentran con las armas en la mano defendiendo al régimen en distintos frentes, y hasta que puedan ser localizados y traídos a Madrid no habrá posibilidad de poner en marcha el taller. Las noticias que tenemos de las gestiones hechas nos permiten esperar que para- el próximo, martes la normalidad en nuestros talleres será absoluta. Hoy damos tinas páginas en color que ya estaban compuestas y tiradas, con destino a un número dominical. Por no haber en ellas nada político, y con objeto de lograr en- el número alguna mayor movilidad, aun con- tro. nuestra íntima convicción, nos decidí- mos a darlas. Sirva esta, nota de, explicación y descargo EL ÉXITO DE A B C REPUBLICANO