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ABC MADRID 17-07-1936 página 19
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ABC MADRID 17-07-1936 página 19

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C. VIERNES 17 DE JULIO; DE 1936. EtilCiÓN DE LA MAÑANA. PAG. 19. pación de los resortes, extraordinarios de Gobierno que no ha podido cumplir la palabra que dio solemnemente ante las Cortes de que el instrumento excepcional que. la Constitución le da y el Parlamento pone en sus maIÍOS había de servir para acabar con el estado de anarquía y subversión en que vive España? Ni el derecho a la vida, ni la libertad de asociación, ni la libertad de sindicación ni, la libertad de trabajo, ni la, inviolabilidad del domicilio han tenido la menor garantía con esta ley excepcional en manos á, el Gobierno, que, por el contrario, sé ha convertido en elemento de persecución coni a todos aquellos que no tienen las mismas Ideas políticas que los elementos componentes del Frente Popular. Ya sería esto bastante grave; pero Ib es muchísimo más que esos resortes. en poder del Gobierno tampoco han servido para garantizar el normal funcionamiento de los órganos del Estado. Las sentencias de los Jurados mixtos no se cumplen; el ministro de- la Gobernación puede decir hasta qué punto los gobernadores civiles no le obedecen; los gobernadores civiles pueden decir hasta qué punto los alcaldes no hacen caso de sus indicaciones; los ciudadanos españoles pueden decir cómo en muchos pueblos del Sur existen Comités de huelga, los. cuales dan el aval, el permiso, la autorización para que se pueda circular por carretera. Diferentes personas en la provincia de Almería hace pocos días han sido detenidas en cinco pueblos del trayecto por oíros tantos Comités de huelga, que, a despecho de las órdenes del ministro de la Gobernación y de- los gobernadores civiles, han impedido, la circulación de vehículos, les han obligado a pasar por Comités de huelga y Casas del Pueblo para que les den un volante de circulación, que es el mayor padrón de ignominia, fracaso, y vergüenza para- un- Gobierno que tolera, al cabo de cinco meses, que ese estado de cosas continúe en una nación civilizada. Pero si necesitáramos algún testimonio del fracaso estrepitoso del Gobierno, ahí tenemos lo que está ocurriendo en Madrid con la huelga de la construcción. Decía el señor Casares Quiroga que él reclamaba eí auxilio de todos los elementos del Frente Popular, desde los que se sentaban en el banco azul Hasta los últimos Comités de los pueblos o las últimas organizaciones sindicales, para que Je ayudaran a mantener la legalidad republicana, en la cual deseaba, que todos viviéramos. Y esas mismas organizaciones son las que han dejado incumplido reiteradamente un laudo del ministro de Trabajo, cuyo fra. caso no tiene precedentes en la historia política de ningún país. Son las propias organizaciones que apoyan al Gobierno, las que no quieren o no pueden cumplir las órdenes que emanan de la autoridad. Ahí tenéis los conflictos obreros, que se están ventilando diariamente a tiros entre las organizaciones societarias, aunque la censura no permite que se diga una palabra; ahí tenéis esos; obreros que han. muerto ayer en Cuatro Caminos, bajo las balas de otros hermanos cié trabajo, que, en plena subversión contra el Gobierno, no acatan las órdenes emanadas de la autoridad. El Gobierno dio un laudo, fijó un plazo; ese plazo se incumplió. Tomó recientemente el Consejo de ministros un acuerdo terminante y categórico, que implicaba la reafirmación del principio de autoridad. Elementos que controlan al Gobierno y que comparten con él las funciones de autoridad, aunque no la responsabilidad ante la opinión y ante la Historia, le obligaron a que diera un nuevo plazo, que venció anteayer; ni anteayer, ni ayer, ni hoy se lia cumplido el laudo del ministro de Trabajo. Las obras paradas, los obreros tiro eándose, Madrid abandonado, la autoridad por los suelos. ¿Para eso queréis una próiioga del estado de alarma? ¿Para eso queréis unos resortes excepcionales? ¿Qué confianza podemos tener ni las oposiciones ni la opinión pública, en lo que, vosotros hagáis? ¡Ah. Pero yo- sé que fácilmente os vais á acoger a! recurso ordinario con que estáis pretendiendo paliar vuestro fracaso, esto es una maniobra fascista, esto fes un ataque de los enemigos del régimen. Tal se están poniendo las cosas, que ya la opinión pública, humorísticamente, está recordando aquella famosa anécdota del tenor que, cuando emitía una nota en falso, daba el viva a Cartagena para evitar el abucheo del público. Cuando tenéis un fracaso tenéis que invocar al fascismo, parte por un comodín ante, la opinión pública, parte porque estáis viendo el estado de opinión que se está c i a n d o en España. En rriás de una ocasión, en público en Jas Cortes, en privado con algunos de los que me escuchan, yo he expuesto la hondísima preocupación que me p- r. odüce el ambiente de violencia y de subversión que se ya creando en España. No es ésta la ocasión de que yo yaya a marcar diferencias doctrinales con unas u otras teorías políticas. Perfectamente definidas; están mi actitud y ¡a doctrina dé mi partido a través de una actuación intensa, aunque sea modesta por ser mía. No es éste momento de recordar esas diferencias, pero sí es el de recordar que en España está creciendo de día en día un ambiente de violencia, que los ciudadanos sé están apartando totalmente del camino democrático, que a nosotros diariamente llegan voces que nos dicen Os están expulsando de la legalidad; están haciendo un baldón de los principios democráticos; están riéndose de las máximas liberales incrustadas en la Constitución. Ni en el Parlamento ni en la legalidad tenéis ya nada que hacer. Y este clamor que nos ien, e de campos y ciudades indica que está creciendo y desarrollándose eso qué en términos genéricos habéis dado en denominar rasc. ismo, pero qué no es más que. el ansia, muchas veces nobilísima, de libertarse dé un yugo y de una opresión qué, en nombre del Frente Popular, el Gobierno y los grupos que le apoyan están imponiendo a sectores extensísimos de la opinión nacional. Es un movimiento de sana y hasta de santa rebeldía, que prende en el corazón de los españoles y contra él cual somos totalmente impotentes los que día tras día y hora, tras hora nos hemos venido parapetando en los principios democráticos, en las normas legales y en la actuación normal. Así como vosotros estáis total y absolutamente rebasados, el Gobierno y los elementos directivos, por las masas obreras, rque ya no controláis, así nosotros- estamos 3 a totalmente desbordados por un sentido üe violencia qué habéis sido vosotros los, que habéis creado y estáis difundiendo por toda España. Cuando habléis de fascismo, no olvidéis, señores del Gobierno y de ¡a mayoría, que en las elecciones del 16 oe febrero los fascistas apenas tuvieron unos cuantos miles de votos en España, y si hoy se hicieran unas elecciones- verdad, la mayoría, sería totalmente arrolladura, porque incluso está prendiendo en sectores obreristas, ios cuales, desengañados de sus elementos directivos y de sus directores societarios, están buscando con ansia una libertad que encuentran en esas vagas quimeras que muchas veces encarnan en la fantasía- de las gentes cuando ya están al borde de la desesperación y de la ruina. Cuando la vida de los ciudadanos está a merced del primer pistolero; cuando el Gobierno es incapaz de poner fin a ese estado de cosas, no pretendáis que las gentes crean ni en la legalidad ni en la democracia; tened la seguridad de que derivarán cada vez más por los caminos de la violencia, y los hornbres que no somos capaces de predicar, la violencia ni. de aprovecharnos de ella, seremos lentamente desplazados por otros más audaces o más violentos, que vendrán a recoger este hondo sentido nacional. El estado de cosas actual ha- culminado, señores, en el episodio tristísimo de la muerte del Sr. Calvo S- otelo. Me duele mucho que nadie pueda pensar que alrededor de su muerte yo pretendo hacer nada que signifique política. Bien quisiera que mis pala bras en este momento no tuvieran otro significado que el de un tributo rendido a un hombre consecuente hasta el final con sus ideas, valiente en la exposición de las mismas, que no ha claudicado en momento alguno, que ha mantenido siempre alta y enhiesta la bandera de su ideal, y que por eso tnismo ha muerto de la manera más criminal y más odiosa. Yo quisiera que mis palabras fueran exclusivamente un homenaje a su memoria; pero han sido tales- las circunstancias q- ue han rodeado su muerte, es tal el contenido que tiene para toda la sociedad española ese crimen, que es necesario que, cuanto antes, aquí ahora, en el Parlamento en su primera sesión, si es que a ella asistimos, quede perfectamente claro nuestro pensamiento y. queden- plantados- los jalones de lo que nosotros creemos gravísimas responsabilidades que en- torno a ese. suceso. se han producido. Yo sé que muchas gentes que ahora disminuyen el, volumen del suceso pretenden establecer un simple parangón entre dos crímenes que se han producido con una leve diferencia de horas. Yo esos parangones no los admito. En primer lugar, porque tanto condeno una violencia como la otra. Anta el cadáver del teniente Castillo tengo yr; -idéntica, condenación que para todos esos actos de violencia, y no pienso en sus ideas pi en su actuación; para mí es nefando, Si tienes que despachar nn asunto peliagudo y necesitas mostrar voz valiente i y ceño duro, 110 pitias a ningún mago que te preste lucidez y propínate un traen trago fie Jerez. Jerez- Xérés- Sherry. Jerez de la Frontera, Sin discusión; Craven A na perjudican a la garganta CRAVENA CON BOQUILLA DE CORCHO Cigarrillos 100 por 100 Virginia Elaborado expresamente para evitar tat efeccione a la garganta MBRIUOOS POR ftKERÍS. UN NOMBRE ESPAÑOL CON UNA, MPUTACIOH. WTEBNAOOHU. fOR U CAUOAO DE SUS PRODUCTOS

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