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ABC MADRID 17-07-1936 página 3
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ABC MADRID 17-07-1936 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRA- DO A Ó T M SI yiOSE ÚNDÓ. 15 NUMERO CONVERSIONES Sólo los qué construyen sobre ideas edifican paradla eternidad. Emerson. J AÑO TRIGÉSIMO SEGÚN DO. 15 CTS. NUMERO FUNDADO EL i. DE JIJNIO DE 1905 POR D. TORCUATO LUGA DE TENA EL BALCÓN DE JULIA A: cada ejemplar- dé ESPIN Los Í más; ancianos- recuer- dan una ópera becquerianayqüinterianalnomhrada La venta (f 57o í- aaíoí, que; durante: arias; gen eracio nes ¡h a estado aguardando una partitura... Por fin, La venta de los gatos v a V trasladarse desde la fosa de un cajón al dinamismo de la escena. Pero ya no sexá. ópera, sino comedia. Los dramaturgos Alvarez Quintero no quieren retrasar más esta ofrenda a la memoria del poeta Gustavo Adolfo, prescindiendo de la música de, Serrano, quien no manifiesta el mismo entusiasmo por rendir su tributo romántico al iluminado poeta de Sevilla y d é l a Inmortalidad. Gracias a ios Quintero no se ha perdido del todo el r e cuerdo de Bécquer. Son los grandes amig- os tardíos del poeta; de haber sido contemporáneos le habrían evitado desconsuelos y penurias. Pero los que le habían de comprender mejor no coincidieron con él sobre la tierra. estreno de La irentá: de los gatos en esta época tan poco bscqueriana será un llamamiento a la sensibilidad juvenil; principalmente al corazón y a la fantasía de las muchachas. Las que tengan una emoción ante esta nueva primavera becqueriana, mejor para ellas... Volver a sentir con Gustavo Adolfo significará; un rango espiritual. ¿Qué queda en las covachas libreriles ni en las calles de; la Villa que nos hable del poeta? Sus libros están agotados; los periódicos en que escribió, amarillos de vejez en la Hemeroteca... Una lápida: en. una casa de la calle de Claudio Coello. El café Suizo, donde escribió sus rimas. cuyos espejos copiaron su perfil de Van- Dyk yace bajo los cimientos de un Banco. ¡Y el romántico balcón d- e Julia Espín! También ha desaparecido bajo los cines de orgia lumínica y los cafés rolaco de la Gran Vía. Julia Espín, la niña del Conservatorio, la que tocaba el piano tras de un balcón dé la calle de la Justa, la musa de Las golondrinas, tal vez... es la. estampa más pura en la vida del poeta. Casta y Elena le hicieron sufrir con el dolor feo de la vida real, en tanto que Julia sólo! e dio. en sueños, porque no habló nunca con ella. Gustavo era el amigo de cada nocturno musical, la sombra que acudía a la vieja calle, para, oiría tocar el piano; el pálido sonámbulo nte el portón claveteado y bojo el balcón, donde amarilleaba una palma de un lejano domingo de Ramos... Cuántas veces oopió mi. triste- sombra. la luna plateada junto a la del ciprés que de aquel huerto se. asoma por la tapia, DI con e te; pensamientol de. Emerson compulsando ensayistas de habla inglesa: Emerson, Garlykj Bacón, Addison, Quincey, Lamb, Hunie y Holmes, que me enseñaran R tratar el tópico del día en tono que- no- fuera ni demasiado. elevado, ni demasiado familia 3? píup tiestQqiii donde: dic Ádeas; pí: pQqi: cÁ; Emerson quiere decir verdades porquerías ideas capibian. y la g- ¡verdades no, digan: los r e l a t i v i s t a s c u a n t o ¡qíiieran. Esta es época; de. cambió: eri lasvideas. To dos los. días n, os; 5o rprende: elscaso deíalg. ún. amigo, que se apartó hacé ídiéz o veinte años de los reaccionarios y oscurantistas y que; ahora ser persuade de que. no- hemos dejado, de ser. nunca, hijos arpantes de la cultura y d e l i l u z Artistas de taller, abogados de bufetes empleados ¡de oficina parece ¡que sa- I k n dé sus conchas para dar la; razón a- los que años antes- hacíamos lo. mismo. JE. 5 crit ¡oíés: íquév. hunca habían- sentido una emoción políticaj que- no: encontraban sino retórica vacía en los artículos; dé fondo, que sólo buscaban la emoción y la vida en los rincones adonde no llega la política, se han encontrado- en estos días con lasr tensiones máximas del alma. -donde nunca. las habían esperado, -y han: sentido, remordimiento por todo lo que no habían hecho en todo el curso de su pasada vida. Freníe a estos hombres, que han hallado lo q u e n o esperaban donde no 1o buscaron, hay los que se han cercíprado de que la libertad o.l aíh. ermandad: hüñ- iana- que querían no se encontrabárKdonde ilas: buscaban. Por- que nó ckbe. iná. s j- Hí erta. d. que. Já. del: espír. ritu. y- ésta. no sé o btiéne con- la libertad; de la barbarie, sino; con lav. sojúzgación de la naturaleza por: el espÍTÍtu. Tampoco la- i hermaridádfde los horñbres; No hay: -otra garantía de ella- que- afirmar como Alonso de Ojeda, que Dios Nuestro Señor hizo una pareja de un hombre y una mujer, de la cual descendemos igualmente los indios y los blancos. Suprímase este dogma y las obligaciones que de él se derivan y no podremos cifrar nuestra esperanza más que en una vaga simpatía animal, que queda desmentida por. los hechos del odio y de la guerra entre los hombres. Sobreponerse al odio y a la envidia nd es siempre cosa fácil. Muchas veces se suda con angustia al rezar aquello de: Así comonosotros perdonamos a nuestros deudores y- quere r uno asegurarse de no estar diciendo; mentiras al Señor. A qué recurso apelarán los que no rezan el Padre Nuestro para salir de la alternación de las venganzas en que veía Herodoto la única ley constante de la historia? Estrecho debe tener ei agujero nuestro reloj de arena, porque los granos- no caen sino uno a. uno. Pero así se va haciendo e! montón. El montón de las gentes, persuadidas de que la civilización no puede darse nunca por supuesta; Hav que defenderla. Siempre está amenazada. Como la muerte a la vida, así pone cerco la vida animal a la del espíritu. RAÍURO DE MAEZTU acompañan: Uü LUJOSO a gran tamaño y a todo color: para atender a los distintos gustos de los lectores: l l í A i I f- i. divertido e instructivo para los niños. Precio: UNA peseta. Este ciprés, debía de ser el del cementerio del convento, de í la- calle, de Silva, que asomaba su gótico penacho sobre una tapia de la calle de la Justa. El balcón de Julia E: pín. en el barrio clásico del poeta Villafnedianá, es el mejor recuerdo madrileño de Bécquer. Seguramente debió ser un motivo obsesionante en. su. pureza romántica, a lo largo de su vida gris e incomprendida. A. La. venta de los gatos debe seguir la biografía cinematográfica de Bécquer. Así, las muchachas -que es lo que importa- -sentirían este nuevo vuelo- de: canciones de Schubert. poeta que se llamó líricamente Gustavo Adolfo. EMILIO CARRERE

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