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ABC MADRID 02-07-1936 página 9
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ABC MADRID 02-07-1936 página 9

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. JUEVES 2 DE JULIO DE 1936. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 17. to de la mayoría. Resultaba que los socialistas querían imponerse al porpio presidente del Congreso, y además no atendían los requerimientos, que el Gobierno, por medió de varios diputados, le hacía. A las seis y media de la tarde los señores Cid, Calvo Sotelo, Ventosa, conde de Rodezno y Gil Robles visitaron al Sr. Martínez Barrio para manifestarle su extrañeza por no. haber comenzado a la hora anunciada el desarrollo de la interpelación. El presidente les contestó que necesitaba hacer algunas gestiones con los socialistas, y orno sus visitantes, le dijeran que ai parecer se trataba de dilatar lo más posible el debate, repuso que eso no sería así y que él prometía para muy corto plazo el comienzo de la interpelación. LA SITUACIÓN POLÍTICA Y PARLAMENTARIA DESPUÉS DE VENCER LA RESISTENCIA DE LA MINORÍA SOCIALISTA QUE DE NINGÚN MODO QUERÍA QUE SE TRATASE EN EL SALÓN DE SESIONES DE LA ANGUSTIOSA SITUACIÓN DEL CAMPO LAS DERECHAS LOGRAN QUE SE EXPLANE LA INTERPELACIÓN SOBRE ESTE PROBLEMA Una jornada de gran intensidad. Las derechas mantienen con firmeza su decisión de que el debate se desarrolle. Los socialistas retiran su proposición de no ha lugar a deliberar Un alegato irrebatible del Sr. Cid. El Sr. Gsívo, Sotelo que había sido requerido para ello por las clases agrícolas, pronuncia un gran discurso ovacionado por todas las derechas; la mayoría íe increpa y el orador se sienta, mientras las ierechas le ac; amant Otras notas c e la jornada política de ayer tarde de ayer. Y anunciaron que se retirarían del Parlamento si no se les daba una satisfacción. Mientras los jefes de derechas conferenUna jornada de gran intensidad y ciaban, el Sr. De Francisco habló con ei ministro. de Justicia y el jefe de Izquierda Rede niuchos cabildeos publicana, D. Marcelino Domingo, que preDesde primera hora se supo en la Cámara cisamente para asistir a esta entrevista abanque la minoría socialista quería oponerse donó la presidencia de la minoría, que se terminantemente al desarrollo de la interhallaba reunida. En esta conversación debiepelación anunciada por el Sr. Cid sobre la ron hacer diversas reflexiones al Sr. Dé situación angustiosa del campo. La animación en los pasillos y en las tribunas era. Francisco acerca de la improcedencia de presentar una oposición para impedir el uso desasada, y la noticia, al circular, defraudó de un derecho de un diputado y de una. mia todo, el njupdo, porque, se s. upuso que los noría. El Sr. De Francisco dijo a los inforsocialisías Harían presión sobre el presidente madores que había puesto en conocimiento de la Cámara y el Gobierno para que el de r del Gobierno e 1 acuerdo de la minoría, y- que bate quedara aplazado. él, por si podía volverse de tal acuerdo, que A la tres y media se reunieron los sohabía sido toma do por unanimidad, se dispocialistas, bajo la presidencia del Sr. De nía a citar de nuevo a todos los diputados Francisco, y la deliberación duró largo tiemdel grupo socialista para deliberar otra vez. po. El secretario del grupo, Sr. Llopis, maA todo esto pasaba el tiempo la iñter nifestó a los informadores que, después de peíación no comenzaba, ante la y extrañeza: un. amplio cambio de impresiones, la minogeneral. Se supo que el presidente de. I a ría había acordado presentar una proposiCámara había enviado un recado al Sr. Cación incidental de no ha lugar a deliberar sares Quiroga para que acudiese al Congretan pronto como el Sr. Cid iniciara su interso, como lo hizo, sosteniendo ambos jrtesipelación. Añadió que el acuerdo se fundaba dentes una larga conversación. Los socialisen el criterio de la miñona de que no se irreducibles. Estaban deben interpolar temas políticos en la obra tas aparecían triunfar su criterio e empeñados en hacer legislativa; y hallándose pendientes de dis- la interpelación. Debieron reconocer impedir los secusión y aprobación los proyectos. de resca- ñores Martínez Barrio y Casares Quiroga te de bienes comunales y de ampliación de que esta actitud era absurda, y que no se la amnistía, no debían ser interrumpidos por podía aplazaT o suspender una interpelaningún otro asunto. ción admitida por el Gobierno y fijada con Apenas conoció el Sr. Cid el acuerdo de fecha y hora por el presidente de la Cála minoría socialista, se apresuró a confemara. renciar con el presidente de la Cámara, que El Sr. Cid declaraba mientras tanto en los ocupaba el sillón presidencial, en el salón de pasillos que si prosperaba el acuerdo de los sesiones, ambién habló con los Sres. Gil socialistas él anunciaría en el salón de seRobles y Calvo Sotelo. siones la retirada de la minoría agraria y no Inmediatamente se reunieron los señores Gil Robles, Calvo Sotelo, conde de Rodezno, volvería a poner los pies en el Congreso. Los Sres. Gil Robles y Calvo Sotelo dijeCid y Ventosa, y deliberaron acerca del caso ron, asimismo, que sería intolerable el triunque planteaban ios socialistas. Entendieron fo del criterio socialista y se mostraron que no era posible aceptar ese criterio, que consideraban vejatorio para, las minorías, dispuestos a secundar la actitud del señor Cid y de los- agrarios. mucho más cuando éstas habían convenido Va con el presidente de la Cámara que la in- Hubo un nomento en que la tensión fue terpelación se desarrollase a las cinco áe la tel, qu se creyó inminente un rompimien- El Sr. Calvo Sotelo defiende con tesón la posición de Jas derechas Al salir de esta entrevista, el Sr. Calvo Sotelo dio la siguiente referencia: -Hemos visitado espontáneamente al señor Martínez Barrio para decirle que nos sentimos vejados y atropellados en nuestro derecho. Había un debate, concertado entre el presidente de la Cámara y cinco mino- rías de oposición, y este debate no se inicia porque una minoría se interpone. A esto no estamos decididos. El Sr. Martínez Barrio- -continuó diciendo- -nos ha dado la razón y nos ha dicho que el propio presidente del Consejo no se explicaba ¡a actitud de los socialistas. Nos ha agregado que lo que deseaba evitar es que los socialistas presentasen la proposi- ción de no ha lugar a deliberar. -Es que en ese caso- -le contestó el. señor Cid- -a mí me bastan dos minutos para anunciar a la Cámara la retirada de mi minoría. -Eso es lo que yo no quiero que suceda- -terminó diciendo el presidente de la Cámara. Antes del debate Los. socialistas retiran su proposición Momentos, después, el Sr. De Francisco abandonó la reunión de los socialistas para avistarse con el jefe del Gobierno. Terminada la conferencia, volvió al lado. de sus compañeros; y poco después los socialistas abordaban retirar su proposición iricid, epVaf; icon lo que el debate comenzaría inmediatamente, sin nuevas dificultades. Lo ocurrido se prestó a sabrosos comentarios. Unánimemente se reconocía que, los socialistas habían obrado de ligefo sin tener en cuenta que el propio Gobierno y el- mismo presidente de ¡a Cámara se hallaban en juego desde que plantearon, la cuestión. No valía la pena que hubiesen producido la. inquietud y la alarma en la mayoría y la indignación en los grupos de derechas, para revotarse y desistir de la proposición. El debate Lea Ud. mañana ABC El Sr. De Francisco, para paliar de algún modo el tropiezo de los socialistas, se levantó para declarar que aquéllos retiraban la proposición de no ha lugar a deliberar pero protestaban de que se interrumpiese la obra legislativa. Claro es que recibió una durísima lección del Sr. Gil Robles, porque éste recordó que el derecho de fiscalización de los diputados no puede ser cercenado por nadie y que el Reglamento de la Cámara otorga a los diputados la posibilidad de explanar in-

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