ABC MADRID 25-06-1936 página 24

A B C. JUEVES 25 DE JUNIO DE 1936. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 24. cíós racionales de culpabilidad contra, él. Ante eso nos detenemos. Pedimos, señores diputados, que se haga justicia y que el Sr. Salazar Alonso, en vista de los indicios que hay contra él, sea sujeto a procedimiento para que los Tribunales le absuelvan o condenen. El Sr. CARRASCAL, de la C. E. D. A. pide la palabra. El presidente de la CÁMARA ordena que se lea el artículo del Reglamento que atañe al trámite de estas proposiciones. En efecto, el secretario, Sr. Madariaga, da lectura del artículo 120. El presidente de la CÁMARA declara que en. vista de lo que ese artículo dispone, se tramitará la proposición como proposición de ley. Ordena que se lean otros artículos del Reglamento, el 66 y el 100, y el Sr. Madariaga los lee también. Determinan estos artículos que las propuestas de acusación han de ser puestas en conocimiento del presidente de la República, que ha de entender en ellas una Comisión parlamentaria especial y que el dictamen de ésta será leído en sesión pública. El presidente de la Cámara dice que si se atienen estrictamente al Reglamento, después del discurso del Sr. Nogués no cabrá más que la toma en consideración de la propuesta; pero hay un precedente de las Cortes anteriores y este precedente autoriza a que los representantes de los grupos políticos puedan hacer uso de la palabra antes de la toma en consideración. El Sr. GUERRA DEL RIO pide la palabra. El Sr. CARRASCAL, en nombre de la C. E. D. A. dice que su minoría dará toda clase de facilidades para que se tramite la propuesta de acusación; pero que precisamente por tratarse de una acusación deben agotarse todos los trámites con objeto de llegar al total esclarecimiento del caso. El Sr. GUERRA DEL RIO: No teniendo asiento ahora en la Cámara el Sr. Salazar Alonso y estando apartado ideológidejado de ser esto último, tengo que decir que sigo creyendo, como he creído siempre, en su absoluta y plena honradez. Estoy seguro de que los Tribunales de Justicia así lo reconocerán. (Protestas de las izquierdas. Lamento que las Cortes españolas sigan repitiendo su lamentable historia de acusar a los adversarios caídos. (Prolongados rumores de ¡a mayoría. Una VOZ: A los ladrones. Fuertes campanillazos de la presidencia, Sigue diciendo el Sr. Guerra del Río: Acusáis a los adversarios caídos, incluso como en el presente caso, en que en el fuero y en el fondo de la conciencia de los diputados de la mayoría late la seguridad de la inocencia del acusado. (Grandes protestas en los bancos gubernamentales. El Sr. GUERRA DEL RIO: Seguís explotando el Strapeiio. El Sr. CID habla en nombre de la minoría agraria. Dice que no se puede prejuzgar ahora nada, vista la acusación, y que el momento oportuno de hablar será aquel en que la Comisión especial que ahora se nombre dé cuenta al Parlamento de su dictamen. El presidente de la CÁMARA: ¿Se toma en consideración la proposición defendida por el Sr. Nogués? Por aclamación así se acuerda. El Sr. Martínez Barrio anuncia seguidamente que la proposición seguirá los trámites que señala el artículo 109 del Reglamento de la Cámara y se procederá, seguidamente, al nombramiento de una Comisión integrada por veintiún diputados, representantes de todos los grupos políticos con arreglo a la representación numérica que está señalada a cada grupo parlamentario. Pido, por tanto- -sigue diciendo el presidente de las Cortes- -que los grupos políticos que componen la Cámara den a la mayor brevedad posible los nombres de los diputados que han de formar dicha Comisión, para que ésta pueda constituirse inmediatamente. primer momento han boicoteado al Frente Popular. Comenzó su boycot con la resistencia a cumplir los preceptos del decreto de readmitidos. En este terreno presentaron reclamaciones, incluso por la vía diplomática, ante el cónsul de Alemania, que es uno de ellos, e interviene en los asuntos de la Patronal. Censura la conducta de los gobernadores y caciqu- es radicales y cedistis durante el llamado bienio negro y dice que ahora Canarias tiene un auténtico gobernador republicano, sobre todo la provincia de Tenerife, que es a la que él se refiere. Con el gobernador de Tenerife están compenetrados todos los elementos del Frente Popular. Cree el orador que el Gobierno debe nombrar una Comisión que se traslade a las Islas Canarias para estudiar los problemas allí planteados y dentro de un plazo prudencial y lógico emita un informe que sirva para que el Poder público cié solución a esos problemas. Esté seguro el Gobierno de que cuenta con el apoyo de las clases trabajadoras en todo momento. Aprovecha la ocasión el Sr. Díaz Castro, para formular un ruego al ministro de Obras públicas. Dice que los cabildos de las islas de Gomera y Palma han celebrado convenios con el Estado sobre las cuestiones relativas a las carreteras y les caminos vecinales y estima que el Estado debe hacerse cargo de esas obligaciones, liberando de ellas a los cabildos. (El ministro de Obras públicas lee desde la tribuna un proyecto de lev. El Sr. BEÑITEZ DE LUGO rectifica. Juzga muy necesario el viaje a Canarias de un funcionario competente, que informe al Gobierno a su regreso. Insiste en sus apreciaciones anteriores, y sigue poniendo de relieve los problemas graves de Canarias. El Sr. VALLE GRACIA, federal, rectifica también. Comienza lamentándose de las palabras pronunciadas por el Sr. Gil Robles al reanudarse este debate y de que no se preste atención a los problemas económico? de Canarias. El Sr. GIL ROBLES, que es uno de los pocos diputados presentes, declara que él no ha tratado de restar interés, ni mucho menos, al debate sobre Canarias, cuyos problemas le preocupan; pero cotno se dice- -añade- -que somos nosotros lo que hacemos la obstrucción, tenemos interés en hacer constar que si se discute esto es porque no hay labor parlamenatria preparada para traerla aquí a discusión. El Sr. FERNANDEZ CLÉRIGO, que r ÍKue ocupando la presidencia, llama la atención al Sr. Gil Robles para que no interrumpa. El Sr. GIL ROBLES: Es una aclaración, señor presidente, que contribuye a gastar el tiempo, va que no hay nada que hacer. El Sr. VALLE GRACIA dice que agradece las palabras del Sr. Gil Robles, y que su lamento se refería también a la marcha de casi todos los diputados, del saión, cuando se reanudó el debate sobre Cananas. El Sr. GIL ROBLES: Pues eche S. S. la vista sobre esos escaños (señalando a los de la mayoría) que están animadísimos (En efecto, en lo sescaños de la mayoría hav sólo unos diez diputados. El Sr. VALLE GRACIA reconoce, en efecto, la ausencia de los diputados gubernamentales, y dice que él se referia a todos los que se ausentaron. El Sr. GIL ROBLES y otros diputados de derecha siguen insistiendo en que la Cámara, por falta de labor de las Comisiones, nada tiene nue hacer. Una VOZ: No hay labor para discutir gracias a las armonías del Frente Popular. Otra VOZ en los bancos gubernamentales: Son las oposiciones las a ie no trabajan ni en las Comisiones ni aquí. (Protestas de las derechas y nuevos gritos para proclamar La interpelación del Sr. Guerra del Río sobre Ja situación de las islas Canarias Terminado este asunto, se reanuda el debate con motivo de interpelación del señor Guerra del Río acerca de la situación en Canarias. ¡Qué éxito! -exclama un diputado de derechas, al ver que no pudiéndose discutir, como los días anteriores, importantes asuntos que figuran o debían figurar en ei orden del día, hay que acudir al relleno de la sesión. Otros diputados de derechas pronuncian también exclamaciones diversas, y, destacándose de todas, se oye la voz del señor Gil Robles, que dice: Aquí no hay que discutir. ¡A las Canarias, por tercera vez! Casi todos los diputados presentes abandonan los escaños, y en éstos quedan sólo unos veintitantos. El Sr. Fernández Clérigo pasa a ocupar la presidencia. En el banco azul están ahora los ministros de Obras públicas y Agricultura. El Sr. DÍAZ CASTRO, socialista, interviene en este debate. Rechaza las afirmaciones hechas por el Sr. Guerra del Río y defiende la actuación de las clases trabajadoras en Canarias. Hace resaltar la actitud sensata y serena de los obreros tinerfeños, encuadrados dentro de la disciplina sindical de la U. G. T. que no han producido n ¡un solo movimiento huelguístico y han planteado sus reivindicaciones de orden económico dentro del marco de la Jey. Hubiera sido de desear- -añade- -que los patronos siguieran ese mismo camino; pero, por desgracia, no ha sido así, y desde el SEÑOR GUERRA DEL RIO camente de mí por su evolución en materia política, mis palabras están conformes con las del Sr. Nogués, para que se dé el curso debido al esclarecimiento de los hechos. Pero ahora, particularmente, yo que so amigo y correligionario del Sr. Salazar Alonso y he