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ABC MADRID 20-05-1936 página 16
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ABC MADRID 20-05-1936 página 16

  • EdiciónABC, MADRID
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BMC. MIÉRCOLES 20 DÉ MAYO DE 1936. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 16. retrasar la labor que reclama urgentemente ciones e imposiciones de los partidos que la opinión pública. han querido eludir la responsabilidad del Nada de lo que hasta entonces llevaba Gobierno, pero que no renuncian a sus fines dicho el Sr. Casares Quiroga había pro- particulares. A los republicanos burgueses vocado er. sus oyentes la más pequeña mues- que forman en el- Gobierno sólo les queda tra de asentimiento. Ningún signo de apro- el. triste papel de instrumentos, primero; bación. U ¡n silencio que debía pesar, como comparsaspdespués, y a lo último, víctimas. Habló. el Sr. Gil Robles del fascismo, y losa de plomo, sobre el orador. Y éste, entonces, acudió al expediente de suponer a la- mostró su disconformidad con la doctrina República rodeada de invisibles enemigos que postula y con los procedimientos que que la torpedean, la zahieren y la maltra- emplea. Atacó el totalitarismo fascista, que tan. Este ya era un camino, firme para con- calificó ele panteísmo político, pero reconoseguir el aplauso de la mayoría. Y el se- ció que hay en España una enorme opinión ñor Casares Quiroga lo consiguió con cre- difus a que se ve arrastrada hacia esa ten- ces, porque tan pronto como anunció que dencia, cuando observa que la democracia la República se haría respetar o se haría ha quebrado- y que los mismos partidos que temer, que no tendría contemplaciones con se llaman demócratas, son los que quieren sus enemigos, que en los ministerios y en ir a un régimen de fuerza, en beneficio exclusivo de sus ideales. Los partidos de delos Tribunales de justicia desenmascararía a los que entorpecen su obra, surgió la ova- rechas, que actúan dentro del régimen y de ción apasionada en los escaños de los di- la legalidad, no pueden contener esta incliputados del Frente. Popular. Era lo que se nación de sus masas. le pedía, hace tiempo, desde los- órganos periodísticos de izquierda. Todavía quedaba otra cuerda sensible por tocar: el fascismo. Y aquí hizo una afirmación el Sr. Casares Quiroga, que por su trascendencia merece ser subrayada. Dio por sabido, sin decirlo, lo que es, lo que representa y lo que se propone el movimiento Los partidos legales tienen el deber de fascista. Sí advirtió que el fascismo está en llamar la atención del Gobierno. Frente a contraposición con la República democráti- la revolución que amenaza habrá fuerzas ca y que frente a él, contra él, el Gobierno sociales que estarán al lado de la autoridad no se consideraba como un juez imparcial y darán su vida por la Patria. en la contienda política, sino como un beligerante más; aserto que encontró eco inmediato en la mayoría con grandes aplau- Ei gran discurso del Sr. Calvo sos, que los diputados subrayaron poniéndose en pie. Sote! o. Una profunda critica de! Y agotados los temas propicios al entusiasmo del Frente Popular, el discurso vol- marxismo español. La catástrofe vió a- caer en el primitivo tono, gris y sin económica sobre España fuerza. Ya hacia el final, el Sr. Casares Quiroga, suavemente, huyendo de herir susPronunció ayer el Sr. Calvo Sotelo uno ceptibilidades, habló de las dificultades que de esos discursos que interpretan, de modo el Gobierno encuentra en su camino, crea- magistral, un período histórico. Pocas vedas por los que intentan actuar fuera de la ces un orador logrará, frente ley. Claramente aludía, sin nombrarlos, a rio hostil, un triunfo mayor. a un auditolos desórdenes, y atropellos que el llamado La los razonamientos empleados júbilo popular produce por esas ciudades, por él base de. éx ministro fue ésta: la situailustre pueblos y aldeas de España. Y entrándose ción económica de España es gravísima y más por ese camino, el jefe del Gobierno está relacionada íntimamente con los prodijo que la política en beneficio de los hu- blemas del orden público y mildes, que es consubstancial con el ideario autoridad para resolverlos. con la falta de de la actual situación política, ha de tener Muy político en su primera parte, el sesu límite eñ la conveniencia de la economía nacional, que de otro modo podría destruir- ííor Calvo Sotelo pidió explicaciones al Gose. Palabras acertadas y justas si no hu- bierno por la salida del general Masquelet, bieran ido precedidas de aquellas otras que ministro de la Guerra, y de D. Gabriel encontraron tan grata acogida en los parti- Franco, ministro de Hacienda. Y fijándose dos representados en el Gobierno. Palabras particularmente en este último episodio, el que habrían requerido, para tener eficacia, orador encontró margen para leer la nota una mayor energía, y con ella el anuncio de que el Sr. Franco redactó, explicativa de su que el Gobierno no tolerará, de ahora en actitud, y para reproducir las frases que el. adelante, ni desórdenes, ni atropellos, ni ma- ministro dimisionario pronunció en la posesión de su sucesor, frases según las cuanifestaciones jubilosas y uniformadas. les la situación económica de España no ha La intervención de S r Gil las sido jamás tan grave desde- la pérdida de Colonias. Robles No hemos de seguir paso a paso el soHabló a continuación el jefe de la berbio discurso, del Sr. Calvo Sotelo, porC E. D. A. quien sacó las consecuencias que en otro lugar lo publicamos íntegro. políticas de la pasada crisis. Desaparecido Cúmplenos decir aquí que la critica del marel Sr. Azaña, parecía natural que el nuevo xismo español- causante en buena parte del Gobierno lo integrasen todas las fuerzas que desequilibrio económico que padece Espafiguran en el Frente Popular, para que, sin ña, fue algo admirablemente logrado, con excepción alguna, compartiesen la responsa- suficiencia tal de. fondo y de forma, que los bilidad del Poder y afrontasen los proble- mismos socialistas escucharon en un silenmas que están planteados. Lo que resulta- cio profundo, sin atreverse a interrumpir ni claro del rumbo dada a la crisis es el daño una sola vez. aquella magnifica exposición de los partidos republicanos y el provecho de doctrinas y de hechos. Poco a poco, surgió de las palabras emode los grupos obreristas, vinculados en el marxismo. El Gobier- -no tendrá más reme- cionadas del Sr. Calvo Sotelo el cuadro- dio que allanarse a las exigencias de esos actual de España, victima, de la intransigrupos que están dentro de la mayoría, pero gencia monopolizadora de la mano de obra, que intentarán incorporar a la legislación que las organizaciones marxistas imponen avances y doctrinas que no forman parte hasta en el iiltkno rincón del país; víctima idel programa pactado. Habrá de encontrarse de ese -furor revolucionarlo que, no íváeila el Sr. Casares Quiroga ante problemas in- en. destruir los medio 3: de producción, aunsolubles. Ya el económico reviste caracteres cjué -esté a- surdo económico caigá- só- b re- las üe catástrofe y está agravado por las peti- mismas clases trabajadoras, víctima, en fin, de ese ataque constante a la propiedad privada, que ya cegando poco a poco las fuentes de la riqueza pública. Y esta actitud del socialismo español contrasta con la que observa el socialismo francés, que también ha 1 logrado un triunfo en las urnas, pero que sabe aprovecharlo; porque Leq- n Blum, en estos mismos días, ha pronunciado un discurso en el que se respeta cuanto ataca y, d- estruye. el marxismo español. Otro acierto del Sr. Calvo Sotelo estuvo en las palabras que dedicó al fascismo. Las izquierdas españolas usan del fraude y de la mixtificación- cuando hablan de él. O ignoran lo que éste es en el orden económico, porque el fascismo puede serlo todo menos un aliado del régimen capitalista. En los países donde triunfó, ha recortado y cercenado los beneficios del capital y ha llegado incluso a la estatificación de la. Banca. ¿Cómo pueden las izquierdas españolas, a no ser por una ignorancia supina, declarar, una y otra vez que el ideal fascista apoya, ayuda y defiende al capitalismo? El Sr. Calvo Sotelo, al terminar esta parte de su discurso, dejó las cumbres y bajó al llano. Es decir, se enfrentó con 1 a realidad de la situación española y no vaciló en descender a detalles que habían de prestarle, como le prestaron, una base eficaz ineqnmóvible. Ya aquí el orador encontró continuas resistencias en la mayoría. Como sus palabras sinceras, clarísimas, iban derechamente a los. males que el país padece, lps diputados del Frente Popular optaron por interrumpirle y. si era posible, callarle. Pero fue inútil. El Sr. Calvo Sotelo dijo, cuanto se proponía, y. con ello logró uno de los discursos de oposición más formidables que se han pronunciado en. el Parlamento. Tan eficaz, tan incontestable, que el Sr. Casares Quiroga renunció a la rectificación, cosa, en verdad, desacostumbrada en un debate político como el que ayer se desarrolló, en la Cámara. Intervenciones de los Sres. Ventosa, Gid y Porteia A continuación hablaron, y por este orden, los Sres. Ventosa, Cid y Pórtela. Los tres anunciaron- la abstención de sus respectivos grupos en la votación de confianza. Los Sres. Ventosa y Cid jio recataron su pensamiento en orden a la situación actual del país y sus palabras corroboraron la crítica hecha por los Sres. Gil Robles y Calvo Sotelo. La jornada de ayer íué un triunfo para los sectores de derechas, y así se reconoció en los pasillos por los que asistían al debate y no están cegados por una pasión partidista. La proposición de confianza y la votación Debemos subrayar la defensa que el señor Lara, ex ministro de Unión Republicana, hizo de la 1 proposición de confianza. El Sr. Lara, más claramente que el Sr. Casares Quiroga, aludió a las actitudes de ciertos elementos del Frente. Popular, que van directamente contra la labor que el Gobierno intenta realizar. Hay que frenar las impaciencias y hay que evitar los desórdenes y los atropellos. Las organizaciones que figuran en la coalición gobernante tienen que cumplir esa misión. Este fue el sentido del breve discurso del Sr. Lara, y le damos cierta importancia, sobre todo si se tiene en. cuenta- que en él Consejo de ministros de ayer se juzgó imprescinidble una acción de gobierno para impedir las huelgas políticas y los desafueros que en disantos lugares de España acaecen; Abstenidos todos los sectores de centro

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