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ABC MADRID 12-05-1936 página 48
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ABC MADRID 12-05-1936 página 48

  • EdiciónABC, MADRID
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en un partido que se inaugurará con esa preocupación dificilísima; y que por el lado contrario significa una fácil manera de jugar, puesto que bastará destruir para frustrar todos los esfuerzos de los de Oviedo. El Sevilla, que conserva su título de campeón de España y aun suponemos que aspirará a renovarlo, tuvo que emplearse a fondo para batir al Hércules alicantino, que ha sido el primer rival que le ha salido al paso. Difícil el empeño por la resistencia de los levantinos, estuvo a punto de concluir con una mínima ventaja andaluza, que habría hedió dificilísima la situación de los campeones en la revancha. Pero a última hora, el Sevilla le marcó su tercer goal y con esa vcntajilla de dos tantos, los campeones viajarán, sino seguros, por lo menos más tranquilos. Hasta que los del Hércules les amenacen con su decisión arrolladura. En fin, la victoria del Deportivo Español 110 fñé, a pesar del 3- 0, ni fácil ni cómoda. El equipo jerezano tiene un excelente conjunto y tuvo aue hacer con los españolistas. Mariorcll, de portero providencial, para conseguir sostener una ventaja que, a Pesar de su cantia ad. habrá de ser defendida en el estadio Domccq, con todo ardimiento para evitar una sorpresa. Están destacados, pues, casi todos los valores que habíamos previsto, aunque alguno, como el Madrid, después de la jornada triunfal, esté más en peligro que antes. El Oviedo, amenazado de naufragio, y el Sevilla, con escaso margen, son los que saldrán al terreno en la revancha- -al propio tiempo que los madridistas- -más expuestos a quedarse en la estacada de este torneo; que conserva toda. las emociones de los campeonatos por eliminación. Madrid F. C 2; Arenas Club, 1 La medalla del mérito. -Hacia niucho tiempo que no veíamos a un arbitro disparatar tanto y tan seguidamente como lo hizo el domingo el andaluz Medina. Fue la suya una demostración completa de incapacidad, si en nuestra organización arbitral hubiera quienes pudieran dictar la exclusión o residenciamiento al menos, que convendría tanto a los futuros equipos a quienes para su desgracia toquen ser dirigidos por el Sr. Medina. Pero habituados a los magníficos espectáculos que en la temporada anterior nos pro- porcionó el inefable Sr. Vilalta, que vinieron a concluir en la concesión de la meda la del mérito para el colegiado catalán (que con semejante aprendizaje tumultuoso y heroico se ha autodisciplinado) no nos explicamos que de hoy a mañana no se organice el banquete al que siga la concesión de la medalla del mérito para el referee del match de Chamartín. Por lo menos nos parece indudable- -como en el caso del repetido Sr. Vilalta- -que de ahora en adelante el Sr. Medina tiene asegurados sus arbitrajes todos los domingos y quién sabe si la propia final. Reconocemos que ha superado en un solo match al colega al que por sus méritos se le concedió la medalla de honor; y no sería equitativo que a él se le midiera por distinto rasero. Al hacer esta pública proposición de homenaje al arbitro, queremos señalar en su honor, que todos los errores, los dislates y aun las graves omisiones, no tienen punto de contacto con el catastrófico juego de los vencedores, a los que si es cierto que perjudicó con. múltiples decisiones, no es menos verdad que nunca hicieron méritos bastantes para ganar más ampliamente. La curva de la declinación. -El gran equipo que tuvo el Madrid está a punto de agotarse. No es culpa de los jugadores ni probablemente del entrenador, sino del tiempo que es implacable. La curva que ha descrito este club durante la temporada que concluye, no tuvo plazos prolongados de brillantez. Fueron más bien destellos, esfuerzos de una semana o dos que pudieron confundir a los partidarios del equipo. Pero que, comparados con los baches más pronunciados, debían haber servido de aviso a los dirigentes. Ahora ya es tarde, y en realidad, si la exclusión de la Copa de España, parece prematura- -suponiendo que 1 no pasen de Ibaiondo- -el puesto en la Liga aún resulta demasiado halagüeño, viendo cómo se descompone el equipo, en el que se depositaron tantas esperanzas. Frente a esta realidad, el entusiasmo codicioso de los areneros es otra realidad, ésla positiva, que debe servir de lección. Porque otra vez avanza un grupo construido con los materiales más toscos, pero más peculiares del fútbol vasco. El brío, la acometivi- DEL PARTIDO MADRID- ARENAS: DOS MOMENTOS DE INTERVENCIÓN DECIDIDA DE ALBERTY, QUE, A LA DERECHA, DESPEJA UNO DE LOS NUMEROSOS CORXERs QUE LANZARON LOS ARENEROS DURANTE EL PARTIDO. QUE TERMINO CON EL TRIUNFO DEL MADRID POR DOS GOALs A UNO. (DIBUJO DE JOSÉ LUIS MAZUELOS) dad, el esfuerzo entusiástico, aunque no tengan una base de alta calidad futbolística, se imponen a un once de hombres de clase, pero incapaces de reaccionar con la viveza que sería indispensable para contener los rivales ímpetus. Y de la contienda, fea y destartalada, pero emocionante y dura, como han de ser los partidos del knock- out, surge la convicción de esa decrepitud inadridista. que si en algunos puestos puede tener remedio, buscando otros actores qu- e encuadren mejor las fuerzas, para algunas lineas es signo de desahucio porque marca el final de una carrera que fue espléndida, pero que en deporte! tiene una meta implacable situada todavía en plena juventud fisica, aunque lejos ya de la eficacia brillantísima de los mejores días de nuestra furia internacional. Impresión de juego. -Ya está dicho que el Madrid jugó deplorablemente. Tal vez su peor partido en la temporada. Dando una impresión de agotamiento en casi todas las líneas, que contrastó con el alarde de los areneros, para quienes la resistencia física es un mito al que ofrendaron ese atijo de calambres que fueron sus músculos retorcidos, pero no rendidos, al terminar el encuentro. En la linea delantera central fue donde desde el principio se acusó más notoriamente esa incapacidad servidora de todos los desaciertos. La labor habitual de Luis Regueiro, guía e iniciativa, del esfuerzo, fracasó por los propios errores tanto como por el descenso insospechado de Lecue. Y el temor de Kelemen, verdaderamente ejemplar, deja reducida esa línea a dos jugadores, Sañudo y Emilín, que por no ser los mejores, aparte de la imposibilidad de sustituir a los demás, explica bien el pobre resultado de esta primera eliminatoria. Frente a esta vanguardia, tan desflecada, los areneros opusieron el ímpetu de un coraje y una decisión sin límites. Poco fútbol, pero un entusiasmo y una voluntad para ganar el balón que les hicieron dueños de la pelota durante la mayor parte del primer tiempo. Ataques frecuentes de los rojinegros y múltiples indecisiones de la defensa madridista, cediendo corners constantemente. ¿Cuántos? Posiblemente diez o doce en el primer tiempo. Con un disparador certero en las filas vascas, la derrota local habría sido amplia. Y ello no obstante, Gózalo disparó los mejores shots de este plazo, bien detenidos por Alberty en sus espectaculares intervencienes. Ausente del pleito el arbitro, la liza se endureció cuanto quisieron los areneros. Posiblemente sin mala intención, pero cuajando sus esfuerzos nerviosos, de faltas que quedaron siempre sin sanción. Hasta que los merengues, a la media hora, se dieron cuenta de los riesgos que corrían, y arriesgando un poco más lograron dominar, y al cabo marcar el primer tanto. Fue una escapada de Luis Regueiro, que tras driblar cedió el balón adelantado a Sañudo, quien prosiguió decidido la carrera, para disparar imparablemente un tiro a media altura, que a pesar de la estirada de Egusquiza llegó a la red. Cansaos los de Guecho, pudo dominar el Madrid al comienzo de la segunda parte. Pero sus propios defectos anteriores fueron superados, y el Arenas vio facilitada su labor de recuperación, logrando contener a los merengues. Varias ocasiones tuvieron los centrales, a pesar de todo, para marcar varios tantos, singularmente en los momentos en que algún delantero blanco estuvo sólo ante el marco indefenso. Pero aun en tales circunstancia? no faltó otro madridista codicioso que por asegurar el goal, le frustrara inexplicablemente. Este suceso, episódico en otras ocasiones, en este match se repitió varias veces. Por fin los desaciertos totales de los delanteros indujeron al entrenador a cambiar varios puestos. Emilín asó al interior iz. quierda de Lecue, éste iué mrdio y Sauto

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