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ABC MADRID 12-05-1936 página 45
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ABC MADRID 12-05-1936 página 45

  • EdiciónABC, MADRID
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I fiformneiones comen! arlo v caricaturAS LA 11 VUELTA A ESPAÑA VICENTE CARRETERO GANA LA QUINTA ETAPA Y GUSTAVO DELOOR LA SEXTA Se retiran Y Ícente Trueba, Sancho y Montes. El belga Huts ha sido descalificado. Ya no quedan siria treinta y siete hombres en la carretera (POR TELEFONO, DE NUESTROS ENVIADOS ESPECIALES) Notas de un seguidor Almería n El domingo, bajo, un sol centelleante y un calor berberisco, nos regalaron los corredores españoles una bonita batalla. íbamos de Málaga a Granada, que es una etapa de bolsillo. Ciento treinta y dos kilómetros. Además, a pocos kilómetros de Málaga, la carretera empieza a tener sed de nubes y asciende a una buena altura por la cuesta de la Reina. Y la refriega comenzó en seguida. Los expertos teníamos nuestros favorito para esta etapa: un escalador, que podía ser Barral- -Barral, sobre todo- o Barrendero, o Fermín Trueba; que podía ser también el vizcaíno Goenaga. El razonamiento era lógico: Se sale. La cuesta de la Reina está a 18 kilómetros de Málaga. Un escalador demarra, avanza, se pone de pie sobre los pedales, devora la pendiente, llega a la cima, cambia de multiplicación, se tira Por la vertiente opuesta, y en la meta de Granada tendrán que detenerle a la fuerza, para que no cubra 200 kilómetros de propina en rueda libre. Lo más sencillo del mundo. Naturalmente, no fue así. La etapa no la ganó un escalador, sino un sprinter, -y, además, el mejor escalador de la etapa nojué ninguno de los escaladores de plattíitla sino un espontáneo de las escaladas: el levantino Molina. Los expertos tendremos que acordar algo contra esta gente que no quiere enterarse de las cosas. Si habíamos decidido entre todos que los buenos escaladores son otros, Molina no debía haberse metido en el asunto. ¿Con qué derecho ha llegado Molina en primer término al alto de la Reina? La obligación, el deber de Molina, era permitir que Luigi Barral, por ejemplo, moviera su libra y media de grimpeur sobre el sillín oscilante, ante los seguidores asombrados de tanta grandeza. Si habíamos decidido iodos que Barral llegara al alto de la Reina en primera posición- -v guien dice Barral, dice cualquiera de los que ya hemos citado- Molina debía haberse conducido de otra forma. Es muy importante, quizá, que Molina se dé alguna vez el gustazo de llegar- el primero a alguna Parte; pero es más importante todavía el prestigio de los que, abatí- donando familia, hogar, comodidades sin cuento, festines y vorágine social, hacemos el sacrificio de lanzarnos a la carretera Para cantar las glorias de los gigantes Los gigantes deben pagarnos, por lo menos, con su discreción y con su modestia. Esta etapa la ganó Carretero, que tiene una forma de volcarse sobre las cintas de, llegada que da miedo. Carretero echa por delante las cejas, contrae la mandíbula, abre los codos, lanza una palabrota para animarse y se come a los cronometradores. Después de habernos convencido de que esta etapa Málaga- Granada no podría ganarla un sprinter, porque los descensos tienen una especial habilidad para unir los anillos de la serpiente multicolor los expertos estábamos casi decididos a que la etapa fuera ganada por Sheppers. No podemos decir por qué, pero el caso era ese. Vicente Carretero lanzó la sarcástica, que es su carcajada clásica, y se rió de los expertos. Este chico es insoportable. ¡Igual que Molina! El famoso Tigre- -Huts, según los belgas- -no tomó la salida en Málaga. Parece que los jueces de la carrera decidic- ron descalificarle por infracción del reglamento en la etapa Sevilla- Málaga. Cuando preguntamos qué nueva felonía había cometido aquel hombre, se nos contestó -No puede usted imaginarse. Una cosa horrible. Figúrese u sted que ha pedaleado más de veinte kilómetros dentro de una camioneta. Calculen ustedes nuestro sorpresa. ¿Meterse dentro de una camioneta es una infracción al reglamento? ¡Y uno que creía- -porque uno siguió la I Vuelta a España V está siguiendo esta de ahora- -que eso no se castigaba nunca... En Granada se lian quedado Vicente Trueba y Sancho. Al primero no le hemos preguntado lo que le pasa, porque ¡tace ya más de dos años que le pasa lo mismo. El otro ha sido víctima de lesiones que le impiden continuar la lidia. Los dos son muchachos pundonorosos. Antes que la camioneta, el. ferrocarril. Además, se signe diciendo, ante el asombro de muchos seguidores, que la camioneta es aniirreglamentaria. Bueno, la verdad es que no fueron 37, sino 36. Un corredor cumplió con su deber de alcanzar la meta con un considerable retraso y de firmar la hoja de llegada gracias a la luz mortecina de la linterna de un sereno. Era Jardín, el gran Jardín, que no defrauda nunca a los expertos y cumple su promesa de ser un primero evangélico; es decir, el último. -CARPÓFORO. Impresiones de la quinta etapa Granada 10. ¡Ea, otra puntada más alrededor del mapa de España! A las diez, todo el mundo en la plaza Nueva, de Málaga. Hoy la etapa es corta (132 kilómetros) y los bruñidores del betún de Judea se las prometen muy felices. En su fuero interno puede que piensen conducirse como chicos formales y buenos, sobre todo los nuestros, se habrán convencido ya, o irán convenciéndose paulatinamente, de que hacer locuras no conduce a ninguna parte y menos aún, claro está, a la meta codiciada. No hay nada tan saludable como la experiencia para todas las cosas de este mundo, ¿verdad, admirado Miquelarena? Pero, en fin, ya están zumbando los motores de los automóviles, porque el pelotón de routiers comienza a rodar. Cada uno, en casco de color distinto; desde el verde, de los belgas e italianos, al gris terroso de los españoles. Y esa naranjada que simula Deloor. Con sed o sin ella es la apetencia febril de cada uno de los anillos de la serpiente. Los retirados Hemos hecho el recuento de corredores y observamos que faltan dos a la lista: Sánchez, de Pontevedra, y Hutz, el céleLa etapa Granada- Almería, a través de un bre belga Hutz, que había batido en lo que paisaje lunar, ha sido una tierna despedida va. de carrera el record de todas las añadel sevillano Montes, que nos abandona, y gazas y martingalas, aunque decirlo así reun bonito paseo, con las tríanos en lo alto sulte más crudo y menos académico. A ladel manillar, de los supervivientes. retirada del primero nada tenemos que opoCuando los corredores combaten, los sener. Es el sacrosanto deber a ponerse enguidores trabajamos más. Entre Granada y fermo que desde la Eva del Génesis a nuesAlmería no hemos trabajado nada, afortutros días tiene todo ser humano. ¡Pues no nadamente. Quien ama el trabajo, perecerá faltaba más! en él... Ei ca: o de Hutz es distinto. Hutz se proPodríamos decir que hemos contemplado puso, por las trazas, recurrir a todas las muchos letreros de salutación y muy poca malas artes para triunfar en esta carrera, ortografía; pero esto no creemos que sea interesante. Podríamos añadir que los gi- donde el deporte ciclista alcanza un punto muy elevado. Pero no contó con que en la gantes se lian pasado la etapa bebiendo expedición va un juez inflexible, que no agua, pero ellos no podían hacer otra cosa si 110 se les daba vino. Entusiasmo, algara- permite tirar del sillín del compañero al bía, mucho fuego solar y demasiada siesta. pisar, la meta ni tolera que los: corredores en condición de seguir la ruta se suban a Los 37 corredores que aún quedan sobre un camión, so pretexto de que se les ha la grava llegaron en bloque, a Almería, y la estropeado una rueda de la máquina. etapa se decidió al sprint.

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