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ABC MADRID 24-04-1936 página 35
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ABC MADRID 24-04-1936 página 35

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C. VIERNES 24 DE. ABRIL DE 1936. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 35. 3 NFORMAC 1O NES TAU RI ÑAS EN MADRID Corrida de Beneficencia Al empezar la temporada de toros nos encontramos con un caudal iherario que, La corrida de Beneficencia, tan bien resi es muy estimable, es aún más de estimar por el medio en que desarrolló. Hace falta cibida que se llenó la plaza, no respondió a afición y fe en los destinos de la fiesta para esa curiosidad. apartar la preocupación cotidiana con que Los toros de Albaserrada tuvieron poca nos despertamos los españoles, y escribir casta y un estilo dudoso. Algunos recarde toros y analizar y encauzar opiniones. gaban en los caballos, y luego salían suelNaturalmente que los toros tienen más rai- tos, porque no recargaban por bravos y dugambre y más permanencia que estas ocu- ros, sino por tendencia a esos terrenos, lo paciones de tipo histérico y rencoroso y que hace falta reparar; podríamos citar casi siempre de ordinariez que están de como ejemplo clarísimo el toro último, que moda en nuestras costumbres de hoy. To- iba con el caballo hasta las tablas, pero que das son buenas aportaciones al caudal de cuando no tenía el obstáculo del caballo salla fiesta. Desde el libro de Chaves Noga- taba las tablas. Dos actitudes del toro perles con la vida de Belmonte, en la que no fectamente relacionadas. La corrida fue se desdeña la leyenda, hasta el último de desigual, con tendencia a terciada. Federico M. Alcázar, Tauromaquia moderna, no se parecen en nada. El uno es noveBienvenida, a quien tocó un primer toro lesco, casi inverosímil en algunos pasajes; bronco, que tardaba en arrancar, y cuanel otro es doctrinal. Y los dos son necesa- do arrancaba- arrancaba fuerte, le dudó en rios. En estos tiempos administrativos y una de estas inesperadas acometidas, y el metódicos, la- leyenda es lo que queda a la toro le encerró en un burladero. Y a parfiesta de espiritualidad. Otros dos libros leí tir de aquí, en una actitud defensiva, le con atención: Al irse Belmonte... del ve- mató. El quinto toro cumplió acosándole. terano Corinto y Oro, recopilación de ati- Bienvenida le hizo una faena despegada, y nadas crónicas, y Lo que he visto en 193 le mató de una estocada baja. de Juan Pons. Que Corinto escriba cróniLa Serna abusó mucho con el capote. cas atinadas no. me sorprendió; ya estaba En vez de torear, se dedicó a ponerlos, en acostumbrado a ellas. Pero a Juan Pons no ie conocía. Y Juan Pons, en lo que modestamente subtitula Notas de un aficionado se rebela no ya como un aficiona do excepcional, sino como un cronista de altura. Lo que he visto en 1935 son una serie de observaciones tan precisas y tan preciosas y unas acotaciones críticas tan sinceras y exactas, que es un libro muy interesante, en el que alborea un crítico muy agudo. El último que recibo y leo es la Taiiroinaguia moderna, de Alcázar. Es un libro circunstancial y oportuno. El crítico expertísimo, juzgando, sin duda, que la crítica periódica se destruye por la sucesión de los días, ha querido dar carácter de permanencia a su labor y ha escrito este libro. Yo comprendo perfectamente el propósito y hasta me parece advertir su proceso. Desde el tendido, incómodo, pero útil observatorio para el aficionado de casta, se ye el desarrollo de la fiesta y la interpretación de la concurrencia. Al revistero sólo le queda narrar, contar, decir lo que ve y el eco que tiene lo que ve. Al crítico le toca enjuiciar, sacar consecuencias técnicas y escolásticas de lo que se hace y de lo que no se hace. Por eso es frecuente la disparidad del crítico y del espectador, porque el crítico es un espectador de. otra sensibilidad, de otra responsabilidad. El espectador algunas veces se divierte; el crítico, no; el crítico aprueba, pero no se divierte. Y Alcázar, crítico sensible, ha querido dejar de una manera más permanente que la crónica, la huella sensible de su crítica. Y ha escrito un libro. Un libro de fina observación, en el que subraya atinadamente todo lo que es esencia de la fiesta. Un libro de utilidad para el. que quiera aprender y de compro- -bación para el que todo lo aprendió en la plaza. Una verdadera tauromaquia moderna, esto es, el análisis del toreo actual y su relación con los principios básicos, inmutables y perdurables de la fiesta. Asistido de esta literatura, empieza la temporada. También empieza con un pleito que llaman de reciprocidad. Por esta reciprocidad no dejaron torear ayer a Armillita, anunciado para la- corrida de Beneficencia. No entiendo mucho de estos problemas de trabajo, cada vez más arbitrarios y ampara- dores de la mediocridad. Pero creo que hay una mala interpretación. Porque una cosa es el abuso de los innominados, que deben quedarse en sus países respectivos a hacer la experiencia y otra la prohibición de los consagrados. Como no tenemos elementos de juicio suficientes, aplazamos el comentario a fondo y sólo registramos el suceso y la extrañeza. suerte, y lo malo no era esto, sino lo que tardaba en ponerlos, el número de capotazos que necesitaba. Poner al toro en suerte, lidiarle bien, es de lo más bonito que se. puede hacer en una plaza, para el aficionado al toro; pero ya lo hemos dicho, lidiarle bien. Torear por torear, o por no torear, no. Cuando estaba La Serna pasando de muleta a su primero, éste le hizo un extraño y se le coló, y aquí acabó la faena. En el otro, que era tardo y escarbaba, después de una faena por la cara, dio dos pinchazos y una estocada baja. El Estudiante, que tiene una tendencia, que yo aplaudo, a torear con la mano izquierda aunque se atropella un poco, tiene también la tendencia, que yo no aplaudo, de cortar las faenas cada cuatro o cinco pases, y así la va dando én retazos. Con esto corta el interés, y, aquello que es fundamental en el toreo, ligar. El ligar, no solamente tiene el mérito de relacionar un pase con otro, de unir antecedente y consecuente, sino que si la muleta, si la faena, tiene una finalidad de dominio y preparación, sólo se consigue con lo continuo, justo y preciso. Seguramente en lo que puso mejor estilo fue en matar, aunque no siempre fueran perfectas las estocadas. En el último suyo, que brindó al aviador Menéndez, y que fue uno de los más serios y mejores toros de la tarde, dio la vuelta al ruedo. El favor del público se lo llevó él, juntamente con. Curro Caro. Curro Caro, que, ya hemos dicho que con El Estudiante, compartió los más calurosos aplausos de la tarde, pudo tener más UN GRAN PASE POR ALTO DE EL. ESTUDIANTE EN SU SEGUNDO TORO. CUREO CARO DURANTE LÁ FAENA REALIZADA CON SU PRIMER TORO. UNA BUENA VARA EN EL CUARTO TORO. (DIBUJOS DE ANTONIO CASERO)

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