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ABC MADRID 16-04-1936 página 22
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ABC MADRID 16-04-1936 página 22

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C. JUEVES 16 DE ABRIL DE 1936. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG, 22. bido á causas económicas, sino a desquites políticos, intención incomprensible que ha hecho nacer un sentimiento de odio y de venganza que no quiero decir que esté justificado. Traeremos un proyecto de ley orgánica para la administración de. justicia. Las Cortes deberán aplicarse a estudiar y mejorar los proyectos del Gobierno. Dirá una palabra acerca de la situación internacional. La política internacional Europa atraviesa una crisis grave, y es inútil tratar de disimularlo. El Gobierno se aviene a la política desarrollada en la oposición. España ha trabajado en la Sociedad de Naciones con un absoluto desinterés, que nos han valido un elevado concepto. El voto de España no puede ser decisivo, pero mientras la Sociedad de Naciones aliente, España trabajará en ella por la paz. España cumplirá sus obligaciones mientras las demás naciones de la Sociedad cumplan la suya. España debe conservar su libertad de determinación para no encontrarnos metidos donde no. debamos estar y sólo ir adonde la Sociedad de Naciones, en cumplimiento dé deberes recíprocos, nos imponga para el mantenimiento de la paz. Hay que acabar con la apelación cotidiana a la violencia Queremos hacer una política basada en el Interés nacional. Hemos de pensar bastante en nosotros mismos. Y estoy convencido de que servimos el interés nacional insuperablemente. Cuando se arna a un pueblo se piensa siempre en lo que ha de ser el paso por el Gobierno en el curso de la Historia. ¡Yo no soy un frivolo. Creo ardientemente en el pueblo español y hoy late en los mismos problemas que en otros tiempos y en otros países. El fenómeno es humano, y hoy es español. Se trata del acceso, al Poder de elementos nuevos de la sociedad. Se habla de factores económicos que siempre kan existido; pero si una política; canto la nuestra no puede mostrar su contenido económico, tampoco puede excusarse de exponer sus factores morales. Nuestra política- es española y democrática. Afirmamos el fondo humanístico Je la civilización española. No se puede levantar hoy pirámides a costa del pueblo para sepultar a un. semi dios, llámese Rey o llámese Estado. Delante del fenómeno grandioso del. acceso al Poder de nuevas clases sociales españolas, tenemos que acercarnos al fenómésio para llegar a la clásica democracia española, a las cuales se les han caído dé puro viejas las antiguas jerarquías. Hay que acabar con la apelación, cotidiana de la, violencia. Creo llegada la hora de. que dejen los españoles de fusilarse los unos a los otros. No lo digo por pusilanimidad ante el temor de que pueda caer el Estado, pues ante. una guerra ciyil el Gobierno habrá de acudir en defensa del Estado mismo. (Aplausos. Yo no doy lecciones a nadie, pero creo que algo de mí se pega a los demás: la calima. Cuando veo que a sucesos, insignifican- tes se pone el portavoz de la alarma, yo me entristezco. El Estado basta y sobra para mantener el orden; pero si la Cámara cree necesario aumentar las leyes vigentes, con alguna especial, aquí estamos para acometer la empresa y defender la República. E 1 airón de nuestro programa flotará siempre. Todos conocen las. comarcas, españolas donde en algunas. la miseria se ha comido hasta la corteza de los árboles. Parece como hermosa una tierra echada a perder por sus moradores. Lo mismo pasa con las fuerzas del espíritu. Faltas de una mano que se. ponga cóncava bajo el manadero de la esperanza para darle de beber. (Muy bien en la mayoría. Vosotros- -dice a los diputados de la. mayoría- ¿queréis ayudarnos a llevar este airón a la política española? De vuestra abnegación y. disciplina depende todo, esto; pero todo lo tengo pendiente de un pelo, que estoy dispuesto a soltarlo. apenas se intente quebrantar los propósitos y el carácter de esta obra o la disciplina de esta mayoría. (Grandes aplausos de los republicanos de la mayoría. Silencio en los marxistas. Discurso del Sr. Calvo So- telo El Sr. CALVO SOTELO: Señores diputados, me levanto a hablar, después de haber escuchado el discurso- -aplaudido con tanto entusiasmo por el grupo republicano de la minoría gubernamental- -del- Sr. Azaña; invadido mi espíritu por cierta perplejidad. En los primeros días de sesión de este Par- lamento, cuando sólo era Junta de Diputados, habíamos intentado unos cuantos diputados pertenecientes al Bloque Nacional plantear el problema, que entonces y hoy nos parecía de primer plano, del orden público. Ello no fue factible. Se constituyó la Cámara, y al llegar el día de hoy y no tener la seguridad de que este tema fuera abordado, decidimos presentar una proposición a la Mesa; mas al formular el señor presidente del Consejo de ministros la declaración que todos le hemos oído, estimo yo que en torno a ella, recogiendo parte de lo que en ella se ha dicho y de lo que no se ha dicho, bastantes cosas, me será lícito abor- 3 f B w r v ¿í

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