Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 04-04-1936 página 14
ABC MADRID 04-04-1936 página 14
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 04-04-1936 página 14

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página14
Más información

Descripción

B C. SÁBADO 4 DE ABRIU DE 1936. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 16. en el artículo 106 del Reglamento de la Cámara. Entre las firmas de los quince diputados que suscriben la propuesta figuran las de los señores Prieto, Largo Caballero, Uribe, Llopis, De Francisco, Corominas, Comas, Belarmino Tomás, Jiménez Asúa, Dolores Ibarruri y Pedroso. No hay que decir que se le dio a la propuesta el alcance que en realidad tiene, y que la atención de los diputados estuvo ya pendiente de lo que había de acontecer al quedar constituida definitivamente la Cámara. se señale la hora exacta en que la discusión haya de comenzar. Se explica ahora el por qué de no constituir la Cámara hasta que todas las actas estuviesen dictaminadas y decididas, y por qué el presidente del Consejo nada decía respecto a su declaración ministerial y al subsiguiente debate político, que siempre han sido de costumbre al constituirse un Parlamento. En este caso no era posible interpolar ningún acto de las Cortes, ya que el primero, por prescripción constitucional, había de ser- el del juicio sobre el uso de la prerrogativa presidencial. Defendió la proposición de los socialistas su primer firmante, D. Indalecio Prieto, ante la expectación de la Cámara. Su tesis fue la de que el Parlamento no tiene opción. y debe cumplir el artículo 81 de la ley íundamental del Estado. La proposición planteaba la cuestión previa de si el presidente de la República usó ya una o dos veces de su prerrogativa presidencial en orden a la disolución de las. Cortes. A juicio del Si- Prieto, no podía haber dudas. Las Cortes Constituyentes pasaron a ser ordinarias y fueron disueltas como Cortes ordinarias; de suerte que al disolver el presidente de la República el Parlamento anterior usó por segunda vez de su prerrogativa presidencial. Y siendo esto así, la nueva Cámara tenía la obligación de aplicar el artículo 81 de la Constitución. El problema venía a la Cámara en forma viva y acuciosa, porque el presidente de la República, en su decreto que disolvió las Cortes anteriores, sentó la teoría de que aquéllas eran las primeras Cortes de la República que disolvía, en uso. de su prerrogativa. Si hubiera permanecido en silencio, es posible que el Parlamento, por su propia iniciativa, hubiera resuelto la aplicación del artículo 81, pero es posible que no lo hubiese hecha Con la afirmación del presidente de la República no tenía más remedio que entrar a examinarla y debatirla. Sobre el fondo de la cuestión, es decir, acerca de si las Cortes pasadas estuvieron bien o mal disueltas se reservaba él juicio, porque la minoría socialista no había deliberado aún. Pero en cuanto al aspecto procesal o adjetivo, la Cámara estaba en la obligación de tomar un acuerdo inmediato y, pronunciarse sobre el cómputo de uso de la prerrogativa presidencial. se le prestó y que no se rompió ni un solo momento. Toda la primera parte del discurso la mantuvo el Sr. Azaña en un tono muy- general, casi de índole doctrinal, para explicar lo que es, a su juicio, la compenetración de la opinión popular y de los gobernantes, y para expresar sus pensamientos en orden a cómo se creó el resurgir del espíritu republicano a través de toda la etapa anterior. En los discursos del Sr. Azaña casi siempre los matices tienen más valor que las afirmaciones plenas. Y así ocurrió en su discurso de ayer. Los matices salpicaron toda, la oración de un sentido de respeto a la ley, al orden y a la Constitución de la República, Lo más interesante fue su declaración relativa al programa del Frente popular. Lo pactado por los partidos republicanos y proletarios se cumplirá sin quitarle puntos ni comas, pero sin añadirle punto o coma Asimismo tuvo gran interés el calificativo de patraña absurda y sin sentido que aplicó al rumor que considera al Gobierno poco menos que en disposición de entregar los atributos del Poder a una subversión de tipo soviético. El Gobierno sabe cuáles son sus deberes y sus obligaciones, y de ellos no desertará. La teoría del pánico la explicó el Sr. Azaña a su modo, pero resultó evidente que ese pánico, inevitable, constituye para el presidente del Consejo una enorme preocupación. La explicación de los sucesos que en casi todo el país se registraron a poco de ocupar el Poder el actual Gobierno, ya estaba anticipada por la Prensa oficiosa. El señor Azaña justificó lo ocurrido por la deserción de sus puestos de las autoridades del Gobierno Pórtela; -lo que el Sr. Azaña, con frase gráfica, expresó hace algún tiempo al decir que entró en un cuarto desalquilado No encontró aquellos resortes que hubiera podido aplicar para impedir los desmanes. Y en esta parte el Sr. Azaña quiso paliar los incendios, los asaltos y las invasiones con el sentido inhumano de quienes, ante un atentado personal, lamentan que se frustre; argumento vicioso, porque los términos no admiten comparación. Subrayó en la última parte de su discurso la trascendencia de que esta situación política pudiera frustrarse. La calificó de última coyuntura liberal y democrática en- y de última El Sr. Azaña pronuncia un dis- cuanto al régimen de gobierno, régimen parcoyuntura, también, respecto al curso para explicar la significa- lamentario. Y fue en esta última parte de su oración donde el Sr. deterción política del Gobierno y sus minadas concesiones a losAzaña hizo que se elementos propósitos inmediatos habían visto refrenados en todo lo anterior. El debate tuvo una desviación en este La necesidad de llenar la República de jusmomento. El Sr. Maura se levant óara de- ticia social fue el motivo de sus últimas pacir que el Parlamento era un diálogo entre, labras. Había que extirpar de la sociedad el Gobierno y la Cámara, y que hasta ahora española al parásito, al que vive del trabajo la voz ministerial no se había escuchado. de los demás. Había que concluir con los priEra preciso, pues, que el presidente del Con- vilegios, para una mejor distribución del sejo hiciera uso dé la palabra para que las bienestar humano. Con la ley, la libertad y la Cortes y el país conocieran el pensamiento democracia, él se comprometía a iniciar una etapa dé mejoramiento social, a la que tendel Poder ejecutivo. prestar su asentimiento su ayuEl Sr. Azáña sé levantó inmediatamente. drían que los elementos que hasta yahora se No hay para qué subrayar la expectación da todos a colaborar en una obra comprennegaron que se produjo. El jefe del Gobierno explicó en sus prime- siva de paz y concordia. La mayoría, que había aplaudido largaras palabras que su intervención, sé apartaría del tema que en aquel momento era el mente al Sr. Azaña en varios párrafos de objeto déla deliberación parlamentaria. Ha- su discurso, le hizo objeto al final de una bría de referirse a la significación política ovación, en la que participaron los comunisdel Gobierno- y a sus propósitos, pero de tas y socialistas. modo que no pareciera una declaración ministerial ni diera lugar a un debate, para no Vueíve el debate sobre la propoquebrar los preceptos constitucionales. sición socialista En el extracto de la sesión recogernos: miTuvo interés la intervención del señor; nuciosamente el discurso del Sr. Azaña. Hemos de advertir: que hasta ayer, en aquel Ventosa, que en su discurso, y por los comomento y desde que ocupó el Poder- el pre- mentarios que anticipadamente habíamos re- sidente del Consejo no se había dirigido a cogido, interpretó el pensamiento de las dela opinión en forma oficial y pública. Esto rechas en orden a la aplicación del articuexplica ya- suficientemente, la atención que la 8- i. El discurso del Sr. Martínez Barrio Verificada la ceremonia de la promesa de los diputados- -no sin que el juego de luz colocado sobre la tribuna presidencial para la obtención de una película diera lugar a ciertas extralimitaciones- el Sr. Martínez Barrio pronunció unas palabras a las que, desde luego, quitó el carácter solemne de discurso protocolario. No le parecía oportuna la ocasión, ni propicio, el momento. Sólo deseaba hacer constar su gratitud y significar cuál era el signo que había presidido la elección de este Parlamento. Exaltó la importancia de la obra legislativa que las Cortes iban a emprender y se ofreció como garantía para hacer respetar los derechos de todos y especialmente, si eso fuera posible, para aquellos elementos que están dentro de la Cámara en una posición minoritaria. Antes de que comenzara su breve discurso el Sr. Martínez Barrio, la minoría de la C. E. D. A. se reintegró a sus escaños, así como los diputados monárquicos. El debate sobre el artículo 83 de Ja Constitución, como primer acto de las Cortes Antecedentes Cuando se extinguieron los aplausos al Sr. Martínez Barrio, éste anunció que la Cámara iba a conocer el texto del decreto de 7 de enero de este año, que disolvió las Cortes pasadas. El salón de sesiones, en ese momento, presentaba un aspecto inusitado de animación. Todos los escaños estaban ocupados, y las tribunas públicas y de orden repletas de público. Con la lectura del decreto disolutorio de las Cortes pasadas y la lectura de la proposición del partido socialista, ya conocida, quedó emplazado, en este Parlamento, el problema que plantea él artículo 81 de la Constitución. Durante muchos días, este momento constituyó en las esferas políticas motivo de honda preocupación. Causas ajenas a nuestra voluntad nos impidieron transmitir a. nuestros lectores las informaciones que recogíamos, todas de interés. El caso es que la Constitución, en su artículo 81, exige, cuando el presidente de la República ha disuelto dos Parlamentos, que el tercero enjuicie sobre: el uso de la prerrogativa presidencial, para determinar si la disolución anterior estuvo bien, o mal hecha. Y además, que éste sea el primer acto de las nuevas Cortes. Por el artículo 106 del Reglamento de la Cámara se preceptúa que en el caso previsto por el artículo Si de la Constitución, es preciso que todas las actas de diputados estén dictaminadas y aprobadas y que el debate que necesariamente debe producirse se anuncie con tres fechas de anticipación y por medio de una citación general, en la que -3 r

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.