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ABC MADRID 24-03-1936 página 5
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ABC MADRID 24-03-1936 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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Ofras notas del día en Madrid. anárquica, y por anárquica, no se lo puedo a usted explicar ahora también reaccionaria. Yo soy enemigo de todas ias huelgas, y la de usted, aunque usted no lo crea, es una huelo- a cómoda, una huelga mental, a hueiga del entendimiento. Si cree usted ¿t hsy un sorelismo de grupos no organizados, opóngale usted, ea vez de unr. lamentación diaria con sus amigos íntimos, un pensamiento una acción política, clara, precisa y bien encauzada. No se limite a decir no quiero esto, sin saber a punto fijo lo que quiere en su lugar, y piense que tan huelga es la de brazos levantados en actitud violenta, -como la de brazos caídos, la de mente: caídas, la de ánimos caídos. Quiera usted algo, con fuerza! -Si quiero; pero no es exactamente lo mismo que quieren mis amigos. Cada uno quiere una cosa... ¡Ah, pues pónganse de acuerdo, Don Tranquilo, aunque le cueste a usted su tranquilidad! Me miró un punto desconcertado; yo todavía encontré en el fondo de mi alma un sentimiento de solidaridad humana y de afecto cordial, y al despedirme, porejue ya no teníamos nada que hablar, le tendí la mano. FELIPE SASSONE Organizado por el Hogar Vasco se ce. lebró el domingo un festival en el que tomaron parte los spatadantsaris y bellas señoritas ataviadas con los típicos trajes- regionales. (Foto Ugidna. tismo, el sentimiento nacional, la democracia, la legislación social, siguen siendo instrumentos de la dominación capitalista. No dicen que el fin justifica los medios, porque no piensan en el fin, sino en los medios por sí mismos, y todo se reduce a aconsejar y exaltar la violencia. Sorel proviene del marxismo, claro está; pero se opone en cierto modo a él porque cree que los sucesores de Marx lo fueron disolviendo poco a poco, v que unos burgueses ambiciosos se arrogaron la misión de pensar por el proletariado y defenderlo, cuando en el fondo sólo querían aprovecharse de su buena fe. Todo eso es para Sorel una mixtificación. Pero repare usted, de paso, en que su vida no fue más que una constante contradicción, porque el- lunes se verificó el entierro del cadáver del bombero García Diégms, que ha jalletambién era un burgués y SE erigió en de- cido a consecuencia de las lesiones QVte sitfrió cumdo trabajaba en la extinción de un fensor del proletariado; porque era un ene. wcienté men 4io. (Foto Días a ¿Qrié o, migo del Estado y vivía del Estado, que- e pagaba con un sueldo sus ocios de agitador revolucionario; porque era, a la ve. que un destructor, un constructor de profesión, puesto que era ingeniero de puentes y camino Y le hablaba al proletariado sin comprende lo, sin sentir con él, porque en el fervor de vi entusiasmo, sincero, eso si, en el ímpetu de su violencia, confundía en un equívoco falaz la conciencia religiosa de los mártires- c u tianos con las aspiraciones puramente económicas de los trabajadores modernos. No le veía yo el fin al largo discurso de Don Tranquilo y así le interrumpí, ya impaciente -Bueno, y todo eso que me está usted diciendo, ¿a santo de qué? -Ah, porque usted siente, vo lo adivino, no sé qué rara simpatía literaria por Sorel- -hay en todo ello un fondo romántico- -y eso le hace abogar por la violencia y odiar a todos los Don Tranquilos que estamos en el inundo. Me indigné: -Mire usted, caballero: es usted sólito, y no yo, quien ha traído a cuento a Sore! y reconozco que no del todo extemporáneamente. Conste que yo no predico la violencia, y odio que las cosas se arreglen a sangre y fuego. En el fondo, la federación de los sindicatos es siempre apolítica; en Sorel es En el palacio de la Imposición de dibu del

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