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ABC MADRID 18-03-1936 página 48
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ABC MADRID 18-03-1936 página 48

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C MIÉRCOLES 18 DE MARZO DE 1936. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 48. TEATROS, CINEMATÓGRAFOS Y CONCIERTOS EN ESPAÑA Y EN EL EXTRANJERO Informaciones teatrales y musicales Estrenos en los cines Guía del espectador. Cartelera madrileña del m e r c a d o BERO. mundial. ANTONIO BAR- Fígaro. Guerra sin cuartel Esta película pertenece al grupo de las que buscan la dignificación cinematográfica del género policíaco; ese grupo, poco nutrido todavía, que tiene su representante señero en Scarface y uno de sus mejores modelos en Contra el imperio del crimen. Conviene ad vertir que la última realización de George Marshall no cultiva el gangsterismo integral. En realidad, sólo ai final hay algunos tiros y aparecen en su medio habitual los malhechores americanos. Pero esta falta de tópicos, que defraudará un poco a los aficionados a la truculencia, es precisamente el mayor mérito de Guerra sin cuartel, película excelente desde todos los puntos de vista y una de las que con más derecho puede figurar al lado de las mencionadas anteriormente. George Marshall ha cuidado sobre todo del ritmo y de la unidad fotográfica; cualidades indispensables en todo film que pretenda apartarse de la mediocridad. Conseguido esto, tan difícil siempre, todo lo demás: acción, interés, amenidad- -son muchas las escenas resueltas con un matiz humorístico- está magníficamente logrado. Y esta, suma de calidades hace de Guerra sin cuartel una gran película policíaca, con emoción, sin latiguillos, y una gran película para todos los públicos, por los valores absolutamente cinematográficos de su realización. Rochelle Hudson, una de las actrices jóvenes más próximas al estrellato; Bruce Cabot, especializado en la interpretación de indeseables, y César Romero, el galán cubano, que ocupa dignamente el puesto que Hollywood reser siempre a un actor latino, defienden con la mejor fortuna los principales papeles de Guerra sin cuartel. -A B. Informaciones y noticias teatrales En Madrid Martín. Función en honor del aviador Menéndez En honor del intrépido aviador cubano Sr. Menéndez se celebró anoche en el teatro Martín una función extraordinaria con extenso programa. El teatro estaba adornado con mantones de Manila, y concurrió a la función numeroso público. El Sr. Menéndez, acompañado del ministro de su país, Sr. Pichardo, presenció desde un palco el espectáculo, siendo ovacionado largamente al presentarse en el teatro. Se puso en escena la aplaudida revista de los Sres. Vela y Sierra, con música del maestro Alonso, ¡Lo que enseñan las señoras! que obtuvo una esmerada interpretación por las estrellas de la compañía señoritas Taberner, Carbajal, Barceló y demás astros de la constelación martiniana, secundados por los Sres. Lledó, Barcena, Heredia y otros. Terminada la obra, hicieron una exhibición de su arte Los Chavalillos Sevillanos, que bailaron admirablemente, como de cos. tumbre. Se celebró a continuación una bella fiesta cubana, actuando el cuarteto Sol de Cuba, en el que es vedette la llamada Venus mulata, Mica Mendoza, interpretándose los bailes y cantos populares de Cuba con verdadero arte. Acabó el espectáculo con el Himno a la aviación, de la, revista Las aviadoras, dirigido por su autor, el maestro Alonso, y cantado por el tenor Sevilla y el conjunto de yicetiples del teatro. Todos los números fueron muy aplaudi dos, y al tocarse el himno se repitió la ovación al Sr. Menéndez, que hubo de saludar desde el palco. y muy cuidada en todos los detalles, decorado, fondos musicales, etc. El Sr. S. de Larragoiti fue aplaudidísimo, y en compañía de sus intérpretes salió numerosas veces al proscenio. -C. En ei teatro Muñoz Seca Con motivo de la centésima representación en Madrid de la comedia de Alejandro Casona La sirena varada, la compañía de la excelente actriz Eugenia Zuffoli, que la interpreta ahora en dicho coliseo, dedicó la función de ayer en homanajé del aplaudido autor. Terminada la comedia, hubo un fin de fiesta, compuesto de canciones y poesías a cargo de Eugenia Zuffoli, que escuchó muchos aplausos del complacido auditorio. Estrenos en los cines Palacio de! a Música. El rey de los condenados He aquí la última lección de patriotismo que dan los ingleses a todos los países productores de películas con este magnífico exponente de su cinema. Lección de generosidad, además. Porque Inglaterra tenía a su cargo la papeleta más difícil en la lucha entablada en todas partes para disputar a Norteamérica los mercados indígenas, oponiendo a su avance el obstáculo de! idioma. Pero Inglaterra no podía contar con este anhelo patriótico, que es el comodín explotado por los demás al substituir con mediocres películas nacionales las mejores producciones extranjeras. Su problema era diferente, puesto que trataban de competir en calidad con unas obras que nacían hablando su mismo idioma. Por eso empezaron por el final, sin perder el tiempo en inventar lo que ya estaba inventado. Y fue tan unánime el entusiasmo de todos y tan inteligente la organización de todos los sacrificios, que no solamente dismim 3 eron el mercado yanqui en el interior, sino que se lanzaron, desde el primer día, a la conquista de todas las pantallas del mundo. Sin una equivocación, sin un fracaso. Hemos dicho que El rey de los condenados es un magnífico exponente del cinema inglés. Y esto equivale a decir que nos hallamos ante una película perfecta, como concepto, realización, postura escénica, calidad fotográfica e interpretación. Pero conviene hacer constar que el argumento, animado por Walter Forde, tiene su origen en una obra teatral- -El rey de los malditos, de John Chancellor- lo que no supondría nadie al ver una acción que se desarrolla así totalmente en escenarios naturales o en decorados constituidos al aire libre. Como tampoco tiene la menor relación con el teatro ni la movilidad del guión, ni las reducidas proporciones del diálogo, ni el reparto de escenas, ni la colocación de figuras que entran en el campo de la cámara. Pero el mayor acierto de Walter Forde es el ambiente, exacto en el realismo- -lluvia y sol- de la isla tropical en que Chancellor situó el presidio de su drama. Un trío de excelentes actores- -Conrad Veidt, Helen Vinson, Noah Beery- -contribuye con la bondad de su trabajo al éxito de esta producción, que figurará dignamente en los primeros lugares de ese muestrario de películas con que Inglaterra aspira a la conquista RiaJto. El cura de aldea Vuelve a la pantalla la famosa novela de Pérez Escrich, convertida ya en película en los tiempos del cine mudo. Ahora se ha encargado de plasmarla en el celuloide Francisco Camacho, afortunado animador de Zalacaíit, el aventurero, la excelente película extraída del libro de Baroja. Siempre hemos sido partidarios del folletín, porque es el género que más se presta, por la diversidad de escenarios y por el dinamismo del argumento, a su traducción a la imagen. Pero el folletín hay que afrontarlo con todas sus consecuencias, suprimiendo todo episodio que no sea fundamental para la continuidad del argumento y procurando que no falle nunca el ambiente que ha de justificar la psicología del personaje. (No hablamos del ambiente salmantino, conseguido en bellos fotogramas, sino de la atmósfera de la película. Francisco Camacho, como escenarista, no ha prescindido de ningún capítulo de la novela; por eso, además de su excesiva longitud, la película resulta lenta y, sobre todo, anticinematográfica, porque muchas de las escenas que vemos nos la cuentan después los actores. Lo mejor de la película es la fotografía, de Kottuíla, Pérez y Mandel, nombres que. precisamente no aparecen al principio de la proyección. Francisco Camacho, como realizador, ha conseguido una obra decorosa; pero nosotros hubiéramos preferido menos discreción. Los aciertos al lado de los fracasos dan a las películas una calidad y un interés que no alcanzan nunca, cuando ni éstos indignan ni aquéllos entusiasman. En El cura de aldea se ha buscado la parte agria del folletín- -un padre hosco, una madre incomprendida, un hijo descarriado- -y se ha desdeñado, en cambio, lo que presta mayor encanto a la novela, lo que constituye su mayor acierto: la ingenuidad, la cursilería- por qué no? porque la cursilería puede ser fotogénica si expresa ternura. Recital de poesías de D. Antonio S. de Larragoiti En el teatro Español, y ante un selecto auditorio que llenaba la sala, y entre el que se encontraban las primeras figuras de las letras españolas, se ha celebrado una fiesta de arte, en la que han sido leídas por primera vez algunas poesías de Antonio S. de Larragoiti, ilustre procer que descansa trabajando y elige para este trabajo las letras y especialmente el verso. Sus trabajos poéticos, poemas y sonetos en su mayoría, revelan un artista de temperamento artístico profundo, delicado de matices y correcto en la forma. Las poesías todas, entre las que destacaron los poemas Diálogo con el silencio y los sonetos de Castilla y otros, como Viejo retrato, Hojas secas, Pintor rústico, etc. fueron leídos por Helena Cortesina, la bella e inteligente artista de deliciosa voz; por el notable recitador Guillermo Marín, y esta lectura, que fue acogida con entusiásticos y fervorosos aplausos, fue precedida de unas acertadísimas y sentidas palabras del señor Valoro Martín, una semblanza primorosa del poeta por Emilio Carrere, leída por su autor, y nn prólogo de Astrana Marín, leído por pl Sr. Segovia. i La fiesta resultó espléndida de entonación

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