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ABC MADRID 17-03-1936 página 51
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ABC MADRID 17-03-1936 página 51

  • EdiciónABC, MADRID
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éas. Parece que varias veces va a venir el efnpate, pero no es así, y a los cuarenta minotos al Racing consolida su triunfo con un nuevo y magnífico tanto. Un centro de Cuca, y Larrinaga remata. Devuelve Alberty, pero recoce Chas de cabeza y le manda a la red. El delirio. Va a terminar el partido. Son los cuarenta v cinco minutos exactamente. Una melee frente a la meta del Madrid. Por una falta cometida dentro del área, eí arbitro concede un penalty al Madrid, que le tira Kelemen y le convierte en goal. Como ha pasado la hora ni se reanuda el iuego, Vallana da por terminado el partido. Este ha sido de una emoción insuperable. El Madrid ha hecho uno de los mejores encuentros del Sardinero. Tiene acoplamiento, rapidez, precisión; pero, además t! e estas cualidades, se ha manifestado con un pundonor, un entusiasmo y una codicia verdaderamente elogiables. Ha vencido el Racing por ser más peligroso; por más rapidez en su línea delantera, pero ha de reconocer la soberbia actuación del contrario. De éste, magnífico el trio defensivo, Alberty ha estado segurísimo, lo mismo que la defensa. La línea de medios, excelente e igual la de los delanteros. Sañudo ha estado marcadísimo. Los dos interiores se han movido mucho y los extremos ha destacado Kolemen, principalmente por su colocación y serenidad. lía sido el autor de los tantos. El Racing con Trigo, que jugaba su segundo partido, ha tenido una acabada actmción. Ha estado nervioso, lo que ha motivado el primero de los tantos madrileños. Luego se ha serenada y ha estado bien. La defensa, formidable. En la línea de medios, los mejores, los alas, y de éstos, Germán, y en los delanteros, Cuca, Larrinaga, Marco y Milucho. El arbitro ha estado bien, pero a última hora ha dispuesto un penalty incomprensible, que ha tenido el efecto de un halago y una concesión innecesaria al Madrid. Valencia, t; AtWeíic de Bilbao, i Valencia. 15. Se llenó el campo de Mes. talla. El partido Valencia- Athlétic resultó muy interesante y mereció vencer el equipo levantino, que jugó mejor que su corítrario. El Valencia, que actuó casi todo el par. tido con diez jugadores por lesionarse Vilanova, dominó intensamente. En el primer tiempo no se marcaron goals. El Athlétic consiguió el suyo en una intervención de Bata cuando estaba fuera k juego. Fue muy protestado. El empate! o obtuvo Conde al rematar un comer botado por Domenech. No gustó el arbitraje de Casterlenas. Oviedo, 2; Barcelona, j Oviedo, 15. Ni con la mejor entrada de la temporada, ni con el mejor día del año- -una tarde completamente primaveral- -quisieron el Oviedo y el Barcelona ponerse a tono y servirnos un partido digno de la valía y de la clasificación de ambos onces, que en los comienzos de la Liga sonaban como candidatos al puesto de leaders. Por este encuentro, el Barcelona no es desde luego el equipo fenómeno que se anunciaba; por este y por otros partidos de Buenavista, el Oviedo no es lo que fue en otra época. Como las injusticias, en el fútbol, no son fáciles en las largas distancias de un torneo como la Liga, el Oviedo y el Barcelona pueden sentirse satisfechos de estar donde están. Es verdad que en el equipo catalán se notahan ausencias de clase; tampién es cierto que el Oviedo no presentaba su mejor cuadro; lo que se presentó por ambos onces na fue bueno, ni mucho menos regular. Queremos decir que el juego producido en los des tiempos no se acercó a la buena clase más que en contados momentos de coraje por parte de la delantera ovetense, tan lejos ¡ay! de su forma de otras épocas. Todos estos antecedentes han venido a confirmar la tan temida caída del ataque local que, al menos en Buenavista, no acierta a ligar su juego profundo y acierta menos en el remate a goal, carcterística acusada de las huestes de Lángara. Y. es una pena que esto ocurra, porque la defensa ovetense no puede estar mejor desde que Riera pasó a formar pareja con Pena. Seguros en el despeje, valientes y con una colocación excelente, estos dos backs, que ahora son el mejor baluarte ovetense, han sabido sostener los dos últimos partidos con un tesón y una fuerza de voluntad que de haberse dado en momentos más felices de la delantera, el Oviedo sí podía aspirar a. los títulos de nuestros torneos. Hoy, mientras Lángara y los suyos no encuentren su juego y su shot, el Oviedo seguirá dando a sus secuaces estas tardes de ansiedad suprema en el que los empates y las victorias de los visitantes persisten a lo largo del tiempo con desesperante inquietud para las masas. El Barcelona no vino a Oviedo en plan de conquistar los dos puntos; y decimos esto porque la alineación del equipo catalán era más bien una alineación de partido turístico y amistoso que de partido de Liga con necesidad de mejorar la clasificación. Sin Zabalo, sin Argemí con Escola en el interior y con el internacional Ventolrá convaleciente, más bien era de suponer que este equipo no daría mucho que hacer al Oviedo a pesar de la falta de Casuco y Felipe. En el terreno las cosas fuero muy distintas; ni fue el Oviedo superior en juego, ni el. Barcelona se dejó aplastar por su riyalj aunque el dominio fuera de un color más localista. Marchando por delante en el marcador, los catalanes supieron sostener la ventaja hasta ya muy adelantado el primer tiempo, en el que Lángara empató con un goal de los que huelen a aceite a muchos kilómetros. En la segunda tanda, la presión fue ovetense con mayor intensidad, casi con ahogo para Ibarra; pero éste en una tarde inspirada lo anulaba todo y se favorecía de la ayuda de sus coequipiers los postes, que fueron los mejores jugadores del Barcelona. En este aspecto puede decirse que el Oviedo tuvo su punto débil; la suerte no fue nunca con los de casa y, en ocasiones, malogró con saña y en última instancia las mejores jugadas ovetenses y los mejores tiros. En buena lógica no hay que achacarlo todo a la desgracia, porque fuera de Lángara los delanteros ovetenses no se lanzaban con todo calor sobre la meta de Ibarra. Y así, no se hacían los goals que parecían hechos. A poco de empezar el partido, una soberbia jugada de Riera, que fue el mejor sobre el terreno, dio lugar a un estupendo tiro de Lángara, que se fe fue de las manos a Ibarra, camino de la red; pero el meta catalán se revolvió y logró apoderarse de la pelota cuando algunos espectadores cercanos habían gritado goal. El arbitro no lo estimó así y desde este momento el Oviedo se encogió como si se estuviese cometiendo con él una gran injusticia. A los veintidós minutos, un gran pase de Bardina a García permitió a éste acercarse a la meta local y burlar la salida de Osear con un limpio regate que trajo el primer goal catalán. Siguió la presión del Oviedo, luciéndose Iborra en paradas difíciles, y ya pasada la media hora vino el empate, un empate del todo insulso, pero que contó como b. uenísimo: después de varios driblins, Herrerita tira a goal flojo. Ibarra sale a interceptar el balón y no, logra hacerse con él ante un acoso de Lángara, que entra con la pelota hasta el fondo. En la segunda parte empezó bien el Barcelona; se vieron algunas jugadas de clase de Ventolrá, una de ellas terminada en tiro magnífico que sale fuera por milímetros. A poco Munlloch empalma a dos metros de la meta, alto, un balón clarísimo servido por el internacional. Y con esto terminaron su labor los catalanes, empezaron a empujar los ovetenses con más entusiasmo que clase y 1 con ausencia, total de juego acomodadnjfe las circunstancias, y el dominio se acer Bf, no habiendo más que un ataque desordénalo con Lángara en la brecha, preocupado de obtener el goal del triunfo, y una espléndida actuación de Iborra, que lo paraba todo. En una de tantas melees, y cuando faltaban diez minutos para el final, Lángara cede a Gallart, que acierta con un buen tiro. Es el. goal de la victoria. Y no hubo más; todo se redujo a dejar pasar el tiempo sobre la defensa catalana que se multiplicó en el envío del cuero a las graderías. Ostalé, enérgico y sin dejarse llevar por los gritos de aliento salidos de laringes indígenas; pero el Barcelona puede sentirse satisfecho de su actuación, puesto que si alguien salió favorecido, ese alguien fuú el equipo catalán. Ventolrá y Munlloch en la delantera, hicieron un buen match, Bardina en el centro de los medios y la defensa con Iborra. Riera, el mejor ovetense; Sirio, Emilín y Lángara, a ratos. Gallart y Herrerita, apagadísimos. Equipos: Iborra; Rafa, Areso; Pedrei, Bardina, Valmaya; Ventolrá, Raich, García, Escola y Munlloch, por el Barcelona. Osear; Riera, Pena; Sirio; Soladrero, Castro; Laviada, Gallart, Lángara, Herrerita y Emilín, por el Oviedo. Español, 3; Hércules, 2 Barcelona, 15. Pendoleando el peligro áz una meta a otra, hasta que termino el partido no se pudo considerar resuelto. Cada vez que en el movimiento de péndulo del juego iba éste al terreno de los alicantinos, tardaba más en regresar que cuando iba al terreno españolista. Es deci que el Español tenía, tuyo siempre, tendencia a dominar, porque si no en absoluto, genera! mente jugaba mejor que el Hércules. Pero al quedarse el péndulo frente a Pérez aumentaba la impaciencia de los delanteros herculinos por volver a jugar y en cuanto se soltaba en el movimiento de vuelta, ésta resultaba más rápida y seca que en el viaje de ida y el Español, dominando más y jugando mejor, se veía en dificultades mayores para resolver las situaciones de peligro. El Hércules podía deíenderre mejor y con más calma que el Español. Jugaba su trío defensivo completo. El Español actuaba con el amateur Amigó en la puerta, ocupando la plaza de Martoreil. Intentó obtener la directiva españolista el alta del antiguo sabadellense Masip y no le acompa ñó la suerte. No podía contar con el suplente Forniés por lesión también, y aunque Amigó realizara una notable actuación en un desplazamiento, en esta ocasión no se le alineaba con la misma confianza porque en los desplazamientos sabe el Español que va a perder y en este partido contra el Hércules nteresaba mucho ganar. En la buena vOluntad y clase como amaten. -de Amigó n 8 podía nar el Español, y la pareja de defensas salió a jugar con la consigna de evitarle a Amigó todas las intervenciones posibles. El efecto de esta situación en la moral del equipo se reflejó en un gran nervosismo- -por desconfianza en el meta- -en Ja defensiva que, contra el juego eléctrico del Hércules atacando, si bien pudo pasar con relativa facilidad las dificultades de la primera parte, tuvo en la segunda los fallos- -Pardo en dos decisivos- -que, naturalmente, podían esperarse de su situación y qu J determinaron el empatp a dos que logró el Hércules, poniendo al Español p. n ti tienes

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