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ABC MADRID 13-03-1936 página 17
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ABC MADRID 13-03-1936 página 17

  • EdiciónABC, MADRID
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MADRID PÍA 13 DE M A R Z O D E 1936 NUMERO SUELTO 15 CENTS. S g DIARIO ILUSTRADO. A Ñ O TRI. GES 1 MOSEGÚNDO. N. 10.235 IS g SUSCRIPCIÓN: MADRID, UN MES, 3,50 PESETAS. PROVINCIAS: TRES MESES, 12. AMÉRICA Y PORTUGAL: TRES MESES, 12,50. EXTRANJERO: TRES MESES, 30 PESETAS. REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: SERRANO, 6 1 MADRID. APARTADO N. 43 LA CRITICA SITUACIÓN DE LA POLÍTICA EUROPEA LAS POTENCIAS LOCARNIANAS FRANCIA, INGLATERRA, ITALIA Y BÉLGICA DECLARAN OUE LA OCUPACIÓN D É L A ZONA DESMILITARIZADA CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN DEL TRATADO DE VERSALLES A B C en París y Londres. Colaboración a base de igualdad o aislamiento dice Berlín, Primei discurso de Hitler en la zona remilitarizada. Nota alemana acerca del Acuerdo francorruso y Jas provincias renana. s Una nota alemana califica de simbóJicao la ocupación de Renania. Por 226 votos contra 48, el Senado francés ratifica e! Pacto con Rusia. Mañana se reúne en Londres el Consejo de la Sociedad de Naciones El Tratado de Versalles es un semillero de complicaciones. Era, al par, demasiado severo y demasiado blando. Maquiavelo hubiera condenado el método de irritar al adversario, dejándole al mismo tiempo la fuerza para reaccionar. Y para Alemania, la fuerza consiste en su unidad. Pero los artífices del Tratado de Versalles actuaron bajo la influencia del principio de las nacionalidades: deshicieron á Austria y dejaron en pie una Alemania unida. Sin embargo, era fácil prever que un pueblo como el alemán relativamente pronto recobraría fuerzas, y entonces se desharía de las condiciones que limitaban su soberanía. La política de Briand y la evacuación anticipada de la tercera zona renaha facilitaron la realización del programa del nacionalismo alemán. Para el Reich no es posible colaborar con las demás potencias sino a base de una igualdad completa de derechos. Por ejemplo, está dispuesta a restablecer y hasta ampliar la zona desmilitarizada, siempre que Francia y Bélgica creen otra en su propio territorio. En la última nota de Berlín se dice claramente: Colaboración como igual, o aislamiento del Reich. Aislamiento, aun a costa de grandes sacrificios materiales. No es probable que el pueblo alemán renuncie á lo que considera el restablecimiento de su soberanía y su honor nacional, ante la amenaza de sanciones económicas. Las cuatro potencias locarnianas, reunidas en Londres, han declarado que Alemania, al enviar tropas a la zona legalmente desmilitarizada, había violado el Tratado de Versalles y el acuerdo de Locarno. En efecto, el artículo 44 del, Tratado de paz determina claramente que la remilitarización de Renania por parte de Alemania sería un acto hostil. Si el Consejo de la Sociedad de Naciones acejrt manara esta tesis se planteará el problema de las sanciones, a menos que Alemania se muestre dispuesta a retirar una parte considerable de sus tropas y que Francia no insista en la evacuación militar total de la zona prohibida. Sólo queda la esperanza de que alrededor de la expresión alemana de ocupación simbólica sea posible hacer una combinación- -un parecchio -que satisfaga a los franceses sin herir la susceptibilidad de los alemanes. cumplimiento de aquéllo. Por de pronto, ja cláusula de que tanto Francia como Rusia se comprometen a no inmiscuirse en los asuntos interiores de la otra, es una insolente mentira. Los Soviets costean, a través del Komkitern, los periódicos, las editoriales, los locales, etcétera, del partido comunista francés; sufragan la propaganda de la III Internacional, el entretenimiento de grupos de acción y una peligrosa y descarada organización de espionaje, dirigida contra el Estado francés. El texto aprobado en el Palacio de Luxemburgo es el mismo que Laval firmó en Moscú. Un texto sin aristas, porque previamente había sido amputado de tres cláusulas que agravaban el rigor del Pacto y ensanchaban sus obligaciones. Pero no deja de tener razón Hitíer al justificar su inquietud por el posible advenimiento de un Gobierno del Frente Popular. Las tres cláusulas en cuestión podrían ser reproducidas en forma de compromiso secreto q apéndice militar. La perspectiva de la ratificación, ya consumada, inquietaba, no sólo a París, sino a Varsovia. Sp pretexto de asistir a una cacería, Goering se entrevistó el 19 de febrero con el coronel Beck, ministro de Negocios Extranjeros de Polonia. El día 2, Beck se trasladaba a Bruselas, bajo otro pretexto, la firma de un Tratado comercial polacobelga; pero, en realidad, dispuesto a sugerir a Bélgica un Pacto de no agresión con Berlín. En el ínterin, la Prensa flamenca insinuaba una ofensiva contra los compromisos militares f rancobelgas; pero ya están todos los dados sobre el tapete: de una parte, Renania, militarizada; de otra, vigente el Pacto con los Soviets. Advierta el lector que el gesto de Alemania no anuncia el cálculo de agredir al Oeste, sino impedir que Francia socorra a su aliada del Este. Alemania ha ocnpado la zona prohibida para construir en ella la equivalencia de! a linea Maginot; sistema de fortificaciones contra el cual se estrellaría cualquier plan de invasión, n términos que una y otra potencia añedirán acantonadas a un lado y ¡a oteo orí tío fronterizo por sendas barreras 11 bles. Es decir, Alemania, en i con el Japón, podrá agredir a tro de un año, a lo sumo de dos, ñ el temor de que la ataquen por la espaldar- -DARANÁS. A B C en París El Senado ratifica por gran mayoría el Pacto con Rusia. Alemania trata de impedir que Francia socorra a Moscú París 13, 2 madrugada. (Crónica telefónica de nuestro redactor. La ratificación por el Senado del Pactó francosoviético es una réplica, como cualquier otra, a la denuncia unilateral del Tratado dé Locarno. La Alta Asamblea se apresura a legalizar un instrumento de política exterior que al principio había suscitado más recelos que entusiasmo. No tanto la estampilla, cuanto la decisión y el número de manos que se pasaron sucesivamente el cuñó desde Alejandro Millerand a Marcel Cachin, asignan al escrutinio de hoy un designio reticente, buido. El ex presidente de la República había anunciado que cuantos, él mismo entre ellos, pensaban votar en contra, votarían a favor o se abstendrían. Doscientos veintiséis sufragios sumó la ratificación, por 48 contrarios a ella, en un total aproximado de trescientos senadores. Se trata, indudablemente, de una réplica a Alemania, de una reacción contra ella. El porvenir dirá si no cabía responder y reaccionar de manera no menos firme, pero, al mismo tiempo, más inteligente. Literalmente, el Pacto es inocuo, neutro, inofensivo. Lo que importa, sin embargo, no es su letra, sino su espíritu, y, sobre todo, el

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