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ABC MADRID 10-03-1936 página 19
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ABC MADRID 10-03-1936 página 19

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MARTES 10 DE MARZO DE 1936. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 19. SE ACENTÚA EL DESE 0 U 1 L 1 BR 10 EUROPEO SARRAUT DICE QUE FRANCIA NO ESTA DISPUESTA A EXAMINAR LAS NUEVAS PROPOSICIONES ALEMANAS BAJO UNA AMENAZA MILITAR A B C en París, Ginebra y Roma. El Consejo de la Sociedad de Naciones se reunirá el viernes. Hoy se encontrarán en París los representantes de las Potencias firmantes de los acuerdos de Locarno. La Policía renana, incorporada al Ejército. El discurso de Edén causa desilusión en Francia. Rusia, la Pequeña Entente y el bloque balcánico apoyarán resueltamente a Francia Ya se ve claramente que la decisión de Alemania no va a tener las consecuencias que unos temían y otros deseaban. No va a haber guerra, ni se decretarán sanciones contra Alemania, porque Inglaterra estima- -lo indica el discurso que Edén pronunció en la Cámara de los Comunes- -que no se trata de una agresión guerrera, sino de un movimiento de tropas, desde luego condenable, ejecutado en el territorio de la misma Alemania. Francia podrá conseguir- -eso sí- -que Ginebra condene la repudiación unilateral de unos acuerdos libremente aceptados por el Reich, pero nada más. Se repetirá lo que la Liga hizo con el Japón. Sarraut dice en su buen discurso, transmitido por radio que Alemania ha escogido hábilmente el momento para actuar, puesto que Francia se encuentra en un período electoral. Las palabras del jefe del Gobierno francés resultan involuntariamente una censura contra el sistema parlamentario, y en este sentido coinciden con la decisión de Tardieudé. retiraÉSe con. carácter definitivo del Parlamento. Pero, además de este particular, Hitler. cuenta con la neutralidad benévola de Polonia, cuyo ministro de Negocios Extranjeros habrá tratado de influir en el mismo sentido en- Bruselas; cuenta con la hostilidad de numerosos elementos flamencos hacia el acuerdo militar con Francia; cuenta con la enérgica desaprobación del: pacto francoruso en la misma Francia; cuenta con la amistad de los. fascistas ingleses de Mosley y con la voluntad del Gobierno de Londres de no precipitarse en otra aventura sancionista. Hitler sabía ya que no iba a pasar nada trágico, porque, después de haber ensayado contra Italia toda clase de. sanciones, el mundo está cansado y sólo aspira a la paz, aún a costa de soportar algún que otro gesto contrario a la santidad de los Tratados. Los Tratados son una especie de Constitución internacional. Pues bien, tampoco se respetan siempre las Constituciones nacionales. Hay Constituciones que sólo viven sobre el papel, porque no corresponden a las realidades y hay que violarlas para que el país se desarrolle tranquilamente. Lo mismo ocurre cpn algunos Tratados. El de Versalles ha sido violado e n tanta frecuencia, que su existencia a a de lo más precario. El Cartel de ISPN izquierdas francés inauguró una política para con Alemania que ha conducido lógicamente a la situación actual. así que en un texto de tercera plana y en caracteres tipográficos destacados, consigna que. la respuesta de Mussolini en orden a la apertura de negociaciones sobre la guerra italoetíope, ha causado excelente impresión A la hora en que el concurso de Italia en una acción contra Alemania, es decir, en favor de Rusia, pudiera ser eficaz, caducan la tesis del agresor y la tesis del pueblo asolado y escarnecido; Miissolini deja de ser un déspota, y el régimen fascista, un oprobio de la Humanidad, concebido por el capitalismo para retrasar los avances de la revolución social. El comunismo no podrá subsistir simultáneamente como una doctrina de lucha de clases y un elemento de se guridad de las fronteras rusas. No podrá indefinidamente ser hoy antifascista y mañana soporte, o por ío menos espectador circunspecto de Mussolini, porque así lo ordene Stalin. O lo uno o lo otro. El juego quebrará y los propios trabajadores empiezan en el mundo occidental a comprenderlo y denunciarlo. -DARANAS. A B C en París La Liga de Naciones condenará a! Reich, pero ei sistema colectivo no funcionará París 10, 2 madrugada. La escasa y desabrida información que partean las últimas cuarenta y ocho horas, cabría en una tarjeta postal, cuyo anverso representara el Palacio de la Sociedad de Naciones. ¿Mas no habíamos dicho que el pleito de la desmilitarización de la zona renana sería para Francia un pleito perdido? Transferida y entregada a Ginebra la reclamación francecesa, obtendrá una solidaridad puramente platónica. La Liga pronunciará contra Alemania un riguroso voto de censura. Uno más. Pero no funcionará el sistema colectivo, no entrarán en juego los artículos del Pacto que a él conciernen. Prometiéndole más- -asistencia contra una presunta invasión alemana- Inglaterra se zafa de la presente coyuntura, elude las sanciones consiguientes, a un acto de escarnio y hostilidad, que no es un acto de invasión, puesto que fue perpetrado en territorio alemán. En realidad, tampoco quiere la opinión francesa llegar a mayores; el frente nacional se revuelve contra la hipótesis de una guerra; e htiende que es Moscú quien trata de encenderla, porque sólo, o en primer término, a Moscú aprovecharía. La II Internacional renueva su profesión de fe pacifista. Bien que Hitler la haya desalojado de Alemania, rio- olvida que Carlos Marx fue alemán. Peor es, sin embargo, que los socialistas franceses extiendan a su patria la responsabilidad 3 e cuanto ocurre. Francia debió hace años desarmar- -dice y redice Le Populaire- a fin de que el ejemplo cundiera y contagiara a lar propia Alemania. J Dejo para elünal la actitud de los comunistas, que no deja de confortarme con cierr- to calorcillo de- vanagloria. Son los únicos belicosos, los únicos dispuestos a trasponer el (Rhin, para exterminar al hereje. ¿Por odio: ideológico? ¿Por solidaridad con los camaradas reducidos bajo la bota W nacional- socialismo? ¡Oh, no! La razón es más ortodoxa y más simple. Se trata de preservar a la santa Rusia e impedir que Alema- nía avance con sus medios, no sólo intactos, sino consolidados y acrecidos, hacia Moscú, dentro de un año o dentro de dieciocho meses. Hasta el sábado justamente. L Humaníté figuraba en la vanguardia de la Prensa italófqba. Todo por el Negus y para él. Con la súbita plasticidad del peligro gefmano, han coincidido ciertas frases del- órgano comunista, one tratan de abrir paso al punto de vista del dtice; en. las deliberaciones de la Liga. Ni el domingo ni hoy, L Humanité menciona al Negus, siendo A B C e n Ginebra Francia no cuenta con el apoyo resuelto de Inglaterra y tendrá que decidir por sí sola Ginebra lo; 2 madrugada. (Crónica telefónica de nuestro redactor. La conveniencia de, ¿que los firmantes y garantes de Locado- (Bélgica, Francia, Gran Bretaña e Italia) elaboren un programa de acción o, por lo menos, de pensamientos común como primeros interesados en la: ocupación de la zona del Rhin, demora hasta el viernes la reunión del Consejo de la Sociedad de Naciones. Casi todos los ministros de Negocios Extranjeros de los Estados pertenecientes al Consejo harán- acto de presencia. Desde luego, se anuncia la llegada del de España, nación que substraía a todo sistema de alianzas defensivas y militares, ajenada a todo instrumento militar de carácter europeo, no posee- intereses directos en el pleito. Rige también la convocatoria para Alemania. Claro es que si el tercer Reich acordara en (esta coyuntura personarse en Ginebra sería para ocupar el banquillo. El telegrama- cursado a Berlín por- él secretario general) dice: En; el caso en que el Gobierno- alemán, coréiq parte contratante del T- ata- do más arriba mencionado, quisiera participar en el exatnen. de esta cuestión por el Consejo, le suplico que me informe. Veamos ahora bajo qué sugestiones S Í presenta la reflexión y el dictamen del tona. establecido por la secretaría genera a yir- r tud de requerimiento del Gabinete de: rís. Ni son claraá, ni son mecanismo del Consejo exige 4 t ti voto en contra frustre- la adoptaos 4 fe quier acuerdo. No hay aéaond Orn midad. Pensemos- -piensen toda c que se sienta todavía en el Canmjm. t Y tm-

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