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ABC MADRID 20-02-1936 página 49
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ABC MADRID 20-02-1936 página 49

  • EdiciónABC, MADRID
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PELOTA VASCA HACIA LOS PARTIDOS INDIVIDUALES, LLAMADOS DE MANO A MANO Tanto y tanto se han ensalzado méritos, hazañas y posibilidades de nuestros jugadores de primer plano, que entre el público, y muy especialmente entre el nuevo, ha surgido ese natural deseo, muy del día, de la adjudicación y discernimiento de una superioridad total, individual, a favor, naturalmente, del que se tiene por preferido o favorito a cuenta de circunstancias tan accidentales al juego, como la simpatía y la oriundez o vecindad de un jugador. El momento, a falta de otros alicientes que pretende substituir una verdadera insuflación comentarista, no tiene a la vista valores típicos, especialistas de ese juego superatlético, violento, que necesita, como primera condición en sus cultivadores, juventud, brío, aliento y piernas. En el juego de parejas, más reposado y defendido, el jugador tiene que aquilatar mucho más la jugada, precisándola en oportunidad, provocada y buscada laboriosamente o aprovechándose de una deficiencia del resto contrario. Pero el enemigo no está tan vendido (expuesto) en estas ocasiones, que no pueda situarse en forma de acudir a restar el remate, de no precisarlo tanto o de no engañarle con la salida de la pelota. Para el jugador solo, una situación desyentajada encierra el máximo peligro de dejar desguarnecida muchísima cancha a merced de la jugada, que puede intentar con facilidad el que domina. Las carreras apuradas, atrás y adelante, llegando con apremios a la pelota y teniendo que darle con envite violento, sin tiempo ni holguras de movimientos de preparación, impiden al jugador aquilatamientos de colocación defensiva de pelota, procurando primariamente desplazar al contrario del sitio aventajado, dominarle y tirar el remate cuando se estima factible. El alargar el tanto, que pudiera convenir al más fuerte o resistente, suele resultar contraproducente, como arma que es de dos filos, que no se puede evitar dañe también a quien la maneja. El juego de mano a mano tiene su técnica especial, muy interesante, y ha tenido, y no diría que no tiene entre algunos jugadores de segunda de hoy, exponentes irniy señalados en mérito y habilidad. En los tiempos antiguos, de casi comienzo de siglo, el renacimiento de esta especialidad de la pelota comenzó con los partidos individuales, como también ocurrió en otra cra anterior con Chiquito de Eibar, Pola, etcétera, etc. Urcelay y el Estudiante de Marquina, con aquella pugna tradicional de guipuzcoanos contra vizcaínos, empez- ron a mover el interés por el juego olvidado de mano, relegado a ese término por el repentino y clamoroso éxito de la chistera, que acaparó la atención de la afición en un período de doce años para decaer luego en este aspecto de la atención y apasionamiento populares, que espiraron otra vez con ese aludido partido entre los representantes Azcoitiano y Marquinés. Sin embargo, no pudiera decirse hoy de ellos que fueran unos estilistas del mano a mano Eran, sí, sobre todo Urcelay, unos buenos jugadores, como o acreditó luego el azcoitiano, incorporado por muchos años al cuadro de los nuevos jugadore? que salieron a las canchas y entre los que se mantuvo en primerísima posición. F e más tarde cuando hubo grandes jugadores de la especialidad. Chiquito de Azcoitia, por ejemplo, y no porque su juego tuviera especificación atlética, ni el mismo jugador, fuera cosa extraordinaria como atleta. Era el maestro jugador grande, completo, con sentido y mecanismo de juego como para ser el mejor zaguero, por la igualdad y constancia de su pegada ¡por la colocación precisa de pelota, y el mejor delantero, porque sabía mover el juego y rematarlo después de bien preparado. Cuando declinaba el maestro salía a la cancha el jugador típico del mano a mano el que lo concibió, nuevo en la táctica y ejecuciones, y el que tenía las mejores disposiciones de todo género para jugarlo. Este jugador fue Kantabria, de Ermi w, cuya forma de jugar el mano a mano no la hemos visto superada en técnica, ni siquiera por Ataño III, que en conjunto quizá jugara más que él, pero no mejor. Con Kantabria coincidió y coincidieron jugadores notabilísimos de esta especialidad, y entre ellos Errizábal, que fue un fenómeno, utilizando el recurso del saque libre. No era mal jugador de esta especialidad Zapaterito de Lequeitio, que desmerecía también, como el mismo Kantabria, en el juego de parejas. Y otros jugadores, como el travieso Sustarra y Chirtena menor, eran algo muy calificado en esta especialidad, que venía a ser la prueba obligada para el elemento joven. Él mano a mano vino a ser coto cerrado inabordable a la llegada a las canchas de Mondragonés. Y no seguramente porque ¡o jugara con aquilataciones de juego, sino por la extraordinaria y desbordante pegada, que domina e invalidaba toda tentativa de juego contra él. Mondragonés no tuvo nunca la ligereza, rapidez de movimientos, que estimábamos supuestos obligados del jugador individual. Pero nadie como él pudo tener desplazado el enemigo del terreno desde el que puede intentarse algo práctico, ni nadie violentó la pelota como él, fulminándola con fuerza verdaderamente incontrastable. Y así fue como se mantuvo muchos, muchísimos años, sin que pudiera inquietarle seriamente ninguno de los buenos jugadores de su época, con haberlos tan buenos como un Mallavia y un Carmelo Echabe en su primera época, que de r. o haber coincidido con Mondragonés hubieran sido reputados como campeones- de esta dificilísima especialidad. Hubieran de pasar muchos años y salir a las canchas otro superdotado verdadero, para q- id se atrevieia a disputar a Mondragonés ¡a supremacía que aún se creía asegurada a favor de él por mucho tiempo. ¿Quién era capaz de levantar el saque t 1 Mondragonés, libremente ejecutado? ¿Quién podía aguantar su extensión extraordinaria, decorosamente, para disputarle el tanto en zona de equivalencia? Y salió Ataño III, con una carrera i s censional como no hemos conocido otra, y antes de que se enterara todavía el gran público de la clase de jugador que había llegado a las canchas se plantó ante el Indiscutible, dispuesto a arrebatarle el campeonato que detentaba, quieta, pacífica y legítimamente, a través de doce años. Ataño III era el resumen de todas las buenas disposiciones para destacar en esta especialidad. Celeridad inconcebible, audacia y travesura para concebir el tanto y lanzarse a su ejecución; gran jugador en corto, sabiendo mover la pelota; gran sacador, extraordinario boleísta y aprovechador de pelotas rendidas, jugando su desconcertante aire de zurda y además, pegador durísimo de pelota, con una atrasada limpia, rápida, que no cedía en extensión ni al mismo Mondragonés. Y fue el indiscutible campeón; y lo seguiría siendo ante todos si pudiera contar con su mano, débil, delicada, que no puede resistir el imprescindible peloteo de preparación v trabajo dej tanto, con pelotas normales, de las que más le convienen a su jue, go normal. Después de Ataño, obligado a una administración espaciada e incompleta de su? grandes dotes de jugador, apenas vemos perfilado un digno sucesor de sus méritos y sig nificación. Los jugadores de primer plano de hoy no tienen a la luz esa faceta característica que abrillantó los historiales de los pelotaris que hemos citado. Y como ellos, todos los demás, y de entre éstos, algunos con más motivos artísticos, puedan situarse en plano de igualdad, al grito de no hay categoría para la opción del primer puesto del pelotarismo de esta especialidad que puede y debe considerase en situac i r de sede virante. Y es fácil que se vaya a esta determinación, que quiza ofrezca en su cursos sorpresas o cuando menos, enseñanzas nrjy oportunas. -J. DE YRIGOYEN GALGOS Y Ll EBRES Carreras de galgos Para esta tarde se ha organizado una interesantísima reunión, en que se disputarán diez carreras para diversas categorías. Se celebrara una prueba sobre 625 yardas entre los ganadores, con mejores tiempos, de tercera categoría. Muy esperada era esta competición, que promete dar una llegada muy igualada. Resalta también en esta reunión la prueba de 500 yardas, que ha de poner frente a frente a los ascendidos a segunda categoría B, y entre los que se encuentran soberbios sprinters. También, reservada a la segunda categoría, habrá una competición de obstáculos, para ver la actual forma de los seguidas en vallas. Completan el programa dos carreras para ganadores de tercera A, y otras tres para los del grupo inferior. Finalmente, nos parece oportuno señalar que los perros de más modesta categoría medirán su potencialidad en una prueba de fondo de 623 yardas. Hoy, a las cuatro de la tarde, diez interesantísimas carreras de galgos en el Stadium Metropolitano. 7. Puntos d e venta en GINEBRA donde puede adquirirse A B C tüosque Place Neove. Place Bel Air. f Konte Malagnou. G antepoalet (rae Ja Mt. Blanc) Place des Alpes. f Quai des Bergnes. Place des Eans Vives. P ItD. Polot Plainpalais (Place) Secberon (rae de JJausaane) r. Cniverselle (rae Mt. Blaoc. Tace Grande Poste)

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