ABC MADRID 28-01-1936 página 48

con la cabeza. Y en seguida, tras una escapada del Betis y un nuevo ataque a fondo del Madrid con dos tiros formidables de sus interiores espléndidamente detenidos por Urquiaga, concluyó la primera parte con la pequeña ventaja de los futbolistas locales. La segunda parte fue más pródiga en tantos porque al principio los disparos menudearon mucho. Tras un cambio magnífico de juego de Souto, Luis Regueiro avanzó pocos pasos y desde lejos largó un disparo a escasa altura, que entró en la meta, rozando el poste a pesar de la estirada decidida de Urquiaga. Sin duda el meior tanto de la jornada. Continuó la presión sostenida de los madridistas, que después de un verdadero bombardeo del marco andaluz consiguieron a los dieciocho minutos el tercer goal. Fue una escapada de Diz, que se internó valiente, y a pesar de correr siempre muy acosado por el defensa, logró disparar en difícil posición para marcar un goal cruzadísimo, que el arbitro concedió y los héticos protestaron tan enérgicamente que Peral se insolentó con Ostalé y éste le expulsó del terreno. La falta de un jugador desniveló aun nás la partida y el asedio de los madridistas se hizo más tenaz paralelamente a las espléndidas intervenciones de Urquiaga, para el que fueron muchos aplausos. Hasta que a los veintidós minutos en un ataque que se inició por el ala izquierda, para continuar después de un tiro de Lecue por la derecha, el centro de Eugenio fue rematado por Sañudo con la cabeza, a pesar de los esfuerzos del guardameta. En un nuevo avance local, los béticos cedieron un comer, y al lanzarlo, el arbitro castigó a un defensa que había inmovilizado a Sañudo, con penalty, el que disparado por Lecue rebotó en las rodillas del portero; y así se evitaron las enojosas discusiones acerca de la severidad del castigo. Una de las reacciones del Betis, a los treinta y cinco minutos, se filtró bien a través de la defensa local y Paquirri nos dio sensación única de su existencia con un shot muy cruzado y desde cerca, que Zamora no pudo detener. Todavía atacó insistentemente el Madrid, y en el penúltimo minuto consiguió el quinto goal, rematando, o más bien desviando Sañudo con la cabeza un fuerte tiro lanzado por Lecue. Con lo que la polémica concluyó en ese 5- 1 irremediable. Los presentes y el acertijo. -La solidez del trío defensivo bético se ha resquebrajado con la inclusión de Cornejo, que no puede hacer olvidar al titular que se cambió de club. Pero en Aedo y, sobre todo, en Urquiaga, sigue teniendo el Betis sus mas firmes sostenes. La línea de medios actúa con más preocupación de la dureza que de la eficiencia, y gracias a ello, precisamente son más fáciles de burlar por unos contrarios ahora obsesionados con el afán de disparar desde todas partes. Del ataque el extremo derecha y Unamuno son las únicas figuras destacables, mientras que el ala izquierda se mantiene en un plano de discreción. Hemos silenciado al delantero- centro, porque se trata, hoy, de ofrecer a los espectadores y a los que no lo fueron un acertijo: ¿dónde estuvo Paquirri? Sinceramente a nosotros se nos perdió y esperamos confiadamente en una nueva exhibición p. ara trhtar de encontrarlo. Entretanto sería aventurado decir que es malo; pero es imposible asegurar que pueda ser bueno. La línea atacante del Madrid cuenta ahora con unos medios que si no son brillantes por lo menos se emplean con un entusiasmo inigualable, garantía de llevar siempre las espaldas bien cubiertas. Hábiles disparadores, en esta jornada no repitieron los maravillosos trenzados rapidísimos de otras veces, sino muy raramente, pero liLk. on funf cionar el marcador gracias a la diligencia Souto Es terrible esto que tenemos que escribir. Y es que los cronistas de Madrid no tenernos enmienda: nos dejamos impresionar por cualquier detalle lanzando inmediatamente al primer plano de la actualidad la figura que se nos antoja excepcional. Pues, bien, esta vez, tampoco podemos callarnos el descubrimiento Es posible que los aficionados que le han visto actuar estén de acuerdo con nosotros y no nos censuren tanto como esos otros compañeros, para los que una indicación de este género, y sobre todo si recae en un futbolista del Madrid, despierta las mayores suspicacias. Pero el medio izquierda madridista Souto tiene temperamento y clase de internacional. Con un defecto gravísimo para llegar al puesto en la selección española: demasiado joven. Sin embargo, después de la exhibición de la última línea de medios de España, el seleccionador bien podría fijar su vista de lince en este muchacho, a pesar de su poca edad. Quizá si esperamos a que cumpla los veinticinco, adquiera esos defectos que los veteranos nos muestran con frecuencia; y entonces sería una lástima pensar en el tiempo perdido y quizá en las nuevas derrotas logradas. Este medio que el Madrid ha hallado es la coi trafigura de aquél maravilloso Pachuco Prats, que nunca daba por agotadas las jugadas; con la ventaja de que sus pases son un acierto de precisión y un recreo para la vista. Y en la juvenil figura hay, sobre todo, un valor consciente, una decisión magnífica y una colocación irreprochable. Vale la pena, Sr. García Salazar, aunque se lo censuren mucho, que se fije cualquier día en esta revelación Por si saltando por encima de ese terrible pecado de la juventud, conviniera presentar contra los alemanes una línea de medios. A lo mejor resulta que este muchacho no tiene más inconveniente para ser internacional que contar sólo con dieciocho años... para chutar y singularmente Lecue demostró cómo va logrando una puesta a punto que en esa vanguardia tiene un término excepcional de comparación: Luis Regueiro. De los medios la encrespada acción de Souto requiere cada vez mayor atención, porque es su juego heredero directo de aquel otro gran medio que fue internacional y que se llama Pachuco Prats, ya retirado de la actividad. Y en fin, en la defensa, Mardones no sólo cumplió sino que jugó más que su compañero Ciríaco, al que una excesiva lentitud pone a veces ligeras tachas en su calidad indiscutible. Del arbitraje de Ostalé acaso no hay que decir si no que fue excesivamente meticuloso. Por ejemplo, el penalty fue una falta clarísima... pero de las que se cometen muchas en los corners y raras veces se penalizan; y en cuanto a la expulsión de un jugador, por incorrecto, nos earece la menor sanción que se puede adoptar contra! os que se olvidan de que el fútbol ha de ser un deporte. Con Ostalé y sin él, el Madrid jugó mucho más que el Betis y su victoria, soberbia revancha, fue justa y normal. -Juan Deportista. Equipos. Madrid: Zamora. Ciríaco, Mardones; P. Regueiro, Bonet, Souto; Eugenio, L. Regueiro, Sañudo, Lecue y Diz. Betis: Urquiaga; Cornejo, Aedo; I eral, Gómez, Larrinaga; Rejón, Unamuno, Paquirri, Caballero y Saro. Notas de un escéptíco Ni el Betis ni el Madrid jugaron un gran partido. Habrá que reconocer que tampoco hacía falta. Como el Betis iba a perder el match aproximadamente, no se molestó en entrenar a Zamora, quien pudo de esta guisa entregarse a la molicie. También pudo entregarse o uña serie de dulces consideraciones... Había tiempo para todo. Por ejemplo, Zamora debió pensar que le gustaría que la línea delantera del equipo nacional de Alemania, fueran tan confortable como la que tenía en frente en aquella ocasión. Y no es por nada... Afortunadamente, hubo momentos en que lo jura usted y no lo creen. Aquello no parecía Diz, -Pero, hombre, si yo no he hecho nada... Si yo no sé por qué ha sido... Si no m %lo explico... Si esto es para volverse loco... He aquí lo que Peral iba diciendo al salir L expulsado por el arbitro. SS tal acento de sinceridad en sus exclamaciones y tanta ¡mmildad en la actitud, que a uno se le partía el alma. erminado el partido, el arbitro le expli 1 un compañero nuestro, la causa de su deciiiun. Peral fue expulsado por palabras. Por una palabra, mejor dicho. Peral es ya lo suficientemente mayorciio para comprender que esas cosas molestan. ¡Aunque el arbitro sea soltero! Í Para otra vez le recomendamos a Peral el aumentativo de antílope, que es na tatabra fí ecida y, sin embarqo, más fina y menos pdiqrosa. A lo mejor, el arbitro no cae Bonel y Unamuno se dedicaron alguna ternuras en un momento- ¡oh, muy breve -de voráqine. Pero aparte de que era fiero el continente de ambos y de que sonó a hueso dos 4 tn j veces, nadie se enteró. Pero ¿no decían que iba a juqar Paquitrif Reflexión de Paquirri: -A mí se me habla dicho que no jugaría Ciríaco. La falta de palabra del Madrid es, repuqnante. No es cierto que aquel penalty de la defensa del Madrid, que Ostalé castigó con UH free- kick fuera un penalty como asé- i quran muchas qentes. Pero ¿para qué discutirf Vamos a ponernos todos de acuerdo y dejarlo en penal tillo Cuando una falta qrave se comete en el interior del área de penal (dos o tres metros de interior) no es exaqerado calcular que se lia cometido, centímetro, hacia el exte-