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ABC MADRID 17-01-1936 página 26
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ABC MADRID 17-01-1936 página 26

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C VIERNES 17 DE ENERO DE 1936. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 26. La constitución del Ayuntamiento en J 931 Alude a la constitución del Ayuntamiento del 14 de abril, en el cual los buenos republicanos quisieron realizar una honrada labor. El régimen monárquico se derrumbó más que por la acción de quienes querían derrocarle por la omisión y el proceder de quienes debían defenderle. Se formó una candidatura de coalición para establecer el régimen republicano, y el resultado de las elecciones es conocido. Lee párrafos de un artículo de D. Marcelino Domingo, en que describe el advenimiento de la Dictadura. Volviendo a la constitución del Ayuntamiento, recuerda que el Sr. Casuso, representante del partido del Sr. Alcalá Zamora, propuso que se dieran 15 representaciones a los republicanos y otras 15 a los socialistas. Vuelve a leer otro artículo del Sr. Domingo, en el cual éste explicó que tanto en las discusiones del Ateneo como en la discusión de los primeros decretos del Gobierno provisional, el Sr. Alcalá Zamora, ante las exigencias de los socialistas, procuró acentuar el sentido social de la obra de la República. En los primeros tiempos del Ayuntamiento lo importante a examinar fue el sistema seguido. Se intentó que los parados, que exigían promesas a sus representantes, no ocasionaran alteraciones de tipo callejero. Se procuró evitar esto a toda costa, y así se concedieron subsidios y se consumieron millones de pesetas. En aquellos tiempos se prescindía de la ley de Contabilidad. Se realizaban obras sin acuerdo previo y se adjudicaban sin concurso ni subasta. Recuerda que los representantes socialistas estuvieron siempre al lado de las grandes Empresas, sin acordarse de la situación de las pequeñas industrias. (Aplausos. Recuerda, a tal efecto, las obras de la Castellana y las de la Casa de Campo, cuyo expediente sale hoy a luz, con sus pruebas. Estas demuestran que se hicieron obras sin concurso. Señala la imposición de la décima de la contribución para atender al paro, sistema muy censurable, pues la solución del problema se quiso hacer pesar sobre los industriales y los comerciantes. se preparó la revolución con fuerzas del mismo Estado. (Aplausos. La campaña que se hizo contra el orador por la destitución, fue injusta. Las destituciones que acordó fueron justificadas, pues cuando unos ciudadanos se rebelan contra el Estado no tienen derecho a ninguna asistencia amparada por la ciudadanía. (Aplausos. Cita casos de destituciones de alcaldes por el Sr. Casares Quiroga, diciendo que se llegó a destituciones fundadas en manifestaciones externas de catolicismo. Claro es- -dice- -que también hubo destituciones por manifestaciones internas. Hubo alcalde que fue destituído por llevar un bastón que conservaba las insignias monárquicas, aunque después hemos vislo otras insignias enemigas del régimen. Cita otros casos de destituciones, entre grandes aplausos. Así pues, no se pueden ofrecer reparos, por ciertas personas, a las destituciones del Ayuntamiento de Madrid. Afirma que el jefe del Gobierno, e! señor Lerroux, no era en aquel tiempo sólo un jefe de partido sino la figura nacional que logró abatir la revolución con su serena actitud y su inolvidable proclama. (Grandes aplausos. Gratitud a la industria y al comercio madrileño Consigna su gratitud a los señores Salgado y Aleixandre, que en aquellos días le prestaron toda su asistencia. El comercio y la industria no procedieron guiados por partidismo alguno. Elogia al Sr. Villamil, actual alcalde, que desde el primer instante trabajó en la Comisión gestora. (Aplausos. Aplaude a los gestores representantes de las clases mercantiles, y también a los independientes, lamentando que los partidos políticos hicieran dejación de los intereses que les estaban encomendados. El Sr. Gil Robles sacrificó intereses de partido para que éste tuviera representación en la Comisión gestora. que pesaba un peligro, nacido de los contratos de trabajo, y recuerda que el ministro de la Gobernación, que era el Sr. Pórtela, le dijo que aquellos establecimientos se abrirían, por encima del Ayuntamiento y del alcalde. Pero, sin duda- -dice- aquella cabeza blanca reaccionó, y con su temperamento gallego acabó por darme explicaciones, al oír que presentaba la dimisión. En un inciso afirma que son culpables de la revolución, tanto los revolucionarios mismos como los que son cómplices de ella. Manifiesta que hay políticos a quienes se le. grita por las cailes Strapcrio, pero la gente no lo cree; y hay otros a quienes no se les grita nada y la gente cree todo de ellos. (Grandes aplausos. Dice que cuando íué nombrado alcalde el Sr. Lerroux le anunció el nombramiento, pero le recomendó que retrasase todo lo posible la presentación protocolaria. (Grandes y prolongados aplausos. Recuerda la gestión económica de la Comi- ión gestora, que acordó empezar a pagar a los pequeño? acreedores. Trata del empréstito miurcnal del bienio, que dejó un beneficio del 80 por 100. No se pudo quejar aquel Ayuntamiento de una Banca a la que amenazaba con la revolución y con la socialización. La Comisión gestora creyó, con el orador, que lo primero era restablecer la confianza. Visitó a la Banca y la encontró muy favorablemente dispuesta, y esto le permitió al Ayuntamiento concertar su empréstito en las mejores condiciones. Restablecimiento del crédito municipal Cita cifras de cotizaciones de los valores municipales para demostrar la gran subida de los mismos desde el año 1934 al 35. Hubo revaloración que alcanzó el 21 y el 25 por 100. Esto, traducido a cifras, quiere decir que los valores han aumentado en más de cincuenta millones de pesetas. Por eso podemos decir que en tan escaso tiempo de gestión hemos restablecido la disciplina y aumentado el crédito municipal. La recaudación ha aumentado también extraordinariamente, pues pasa de cinco millones de pesetas. Por lo que respecta al paro dice que puede convertirse en círculo vicioso, de suerte que al tratar de paliarle se aumenta. Lo cierto es que el Ayuntamiento destinó 21.141.000 pesetas a diversa obras. Las relativas a edificación alcanzaron los cuarenta y seis millones. Señala algunas mejoras obtenidas, como la de la supresión de los ruidos nocturnos, que tanto llamó la atención en el extranjero. En la cuestión de la mendicidad bastó la autoridad y la decisión de la Comisión gestora para lograr la limpieza de las calles de los mendigos que las infectaban. Estima que es una tragedia solamente el pedir el restablecimiento del Ayuntamiento de 1931. Se siente orgulloso y entusiasmado de la labor de la Comisión gestora. Aplaude la ayuda y el proceder de los funcionarios municipales y dice que trabajó en la Alcaldía con el- mavor entusiasmo, a pesar de lo cual, al año justo de su nombramiento le comunicaba el gobernador civil- -veleta de todos los vientos- -su destitución. Y esto cuando se produce una acusación del Parlamento contra el Gobierno que éste contesta procediendo a su disolución. En 1935 fue destituido después de haber hecho frente a la revolución; pero con u gran ánimo, encerrado e: i un oequeño cuerpo, está dispuesto a dar la vicia si es preciso para que aquella no triunfe, luchando con todas sus fuer- as para el triunfo de la contrarrevolución. Una gran ovación acogió las últimas palabras del vibrante discurso del Sr. Salazar Alonso. Su labor al frente del Ayuntamiento Este se encontró con un Ayuntamiento indisciplinado, revolucionario y sin crédito. Había que reconstruirlo todo y hacer labor positiva. Tropezó en seguida con un intento de huelga de conductores de taxis, pero se adoptaron las medidas necesarias, y aquel movimiento fracasó. La disciplina se restableció, incluso la de la Guardia municipal. Recuerda el acuerdo adoptado de que en el primero de mayo la vida no se interrumpiera, y cómo se logró, con el apoyo de varios gremios, que el paro no se realizase. Relata los incidentes surgidos con motivo de la situación del gremio de carniceros, sobre los Un Ayuntamiento revolucionario Pero lo más grave era que aquel Ayuntamiento, en su mayoría, tenía una composición de representantes con designio revolucionario. Bien se vio cómo la disciplina se derrumbaba en la Guardia municipal, los taxímetros iban al paro, en la famosa huelga; los faroles no se encendían, y la mayoría de los servicios no se realizaban. Llegó el 6 de octubre y recuerda la reunión en Gobernación con las entidades industriales y mercantiles, a las que hizo una llamada, apelación a la que respondieron magníficamente. Anunció al alcalde, señor Rico, que si estallaba el movimiento el Ayuntamiento sería destituido, aunque no en su totalidad, pues había concejales que venían luchando bravamente contra los socialistas. Se me condenó- -dice- -que no suspendiera a los monárquicos, pero yo entendí que la República es un régimen democrático que no puede entender la justicia dividida en dos campos: monárquico y republicano. (Aplausos. Añade que España ha sido V es todavía una nación en la que se supedita todo a cualquier signo revolucionario. (Aplausos. Entra a tratar del movimiento re olucionario, y dice que conviene recordarlo, porque suelen olvidarse hechos trascendentales. La mayoría del Ayuntamiento c c Madrid había tomado parte en el movimiento, pues SE V I L L A OICYHU A t J O i ili Director gerente: a partir c el 15 de enero. J SIHTO P. üiONTLLOR Servicio y cocina Ritz, En verano Hotel Roya! de SAN T A N D E R

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