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ABC MADRID 08-01-1936 página 16
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ABC MADRID 08-01-1936 página 16

  • EdiciónABC, MADRID
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VA L L E- I N G L AN Había en Valle- Inclán una personalidad, una obra y una influencia que nunca se fundieron; sino que cada una corrió por su camino, sin que el hombre tuviera que ver gran cosa con la obra, ni ésta con la influencia que ejerció. La persona era, esencialmente, la de un inmenso actor, de gran voluntad y mala traza, a quien el mundo entero servía de escenario. Valle había de ser el amo del mmuto en donde se encontrase. Había nacido para decir la última palabra, la más arbitraria de todas las palabras, sobre todos los temas del cielo y de la tierra. Cuando Ja guerra ruso- japonesa, Valle, que era rusófilo por admiración a Tolstoi, aseguraba que los japoneses serían vencidos, porque eran todos miopes Valle era, ante todo, un hombre nacido para que los demás le contemplaran y admirasen. Dotado de ingenio cáustico y despiadado, de valor infinito y de procacidad siempre desbordante, lo que le importaba en cada momento era convertirse en centro de la reunión. Y lo conseguía. Ello no tenía nada que ver esencialmente con su literatura. Valle solía decir de sí mismo que, más que escritor, era un hidalgo pobre. Cuando llegó a España el Cyrano de Bcrgerac no produjo entre nosotros gran eíectó, porque Valle le superaba en valor, en ingenio y en inverecundia. Es seguro que ni en París, ni en Berlín, ni en Londres, ni en Nueva York se ha visto en los tiempos modernos nada semejante a Valle- Inclán. Con su chistera de alas planas, su melena que le caía a media espalda, sus cuellos de enormes puntas, las barbas y narices militantes y aquella palidez que hizo decir a un andaluz, que le vio por primera vez en el saloncillo de María Guerrero: Hay que venir a Madrid para oír hablar a las figuras de cera no ha habido en parte alguna figura más pintoresca, ni más agresiva. Este hombre no tenía que ver con las letras, sino porque los blancos predilectos de sus invectivas solían ser otros escritores y porque en ningún otro medio social hubiera gozado de tanto ámbito, para moverse en plena libertad, como en el de la bohemia li teraria. Cuando la tomaba con un escritor, lo asesinaba. Creo que Blasco Ibáñez no llegó nunca a asentarse en Madrid por miedo a Valle- Inclán, pero su favorita cabeza de turco fue D. José Echegaray. Atrozmente injusto, no se cansó de llamarle el viejo idiota y tanto se popularizó el dicterio, que escribió una carta a un amigo suyo, que vivía en la calle de Echegaray, puso en el sobre Calle del Viejo Idiota y la epístola llegó a su destir o. La obra de Valle que yo conozco mejor es la de la primera y la de la última época. La primera, hasta 1905, es la que puede llamarse preciosista y está cantonada en Femeninas, Epitalamio y las Sonatas. La última es la que el autor llamó Esperpentos. Es la peor moralmente; la mejor, en cambio, desde un punto de vista vital. Mientras la obra preciosista no pasa de ser un ensamblaje de ejercicios de estilo, amenizados aquí y allá por el ingenio desgarrado del escritor, la vida irregular, insegura y atroz, que llevó el poeta en casi todo el curso de su existencia, le fue dando una fisonomía pintoresca y descarada, una Weltanschaitiing de picaro, que se daiba de puñetazos con el preciosismo y que no enconttó expresión sino cuando dio con la fórmula de los Esperpentos, tan abominable como amena. Es una visión de la vida de los grandes tal como pueden percibirla los ayudas de cámara y los pillos de cocina. No es historia, sino lo que llaman los franceses pequeña historia y los ingleses escándalo Es el aspecto negativo del mundo, el baile visto por un sordo, la religión examinada por un escéptico. Y con todo, a partir de Tirano Banderas, se me figura no equivocarme si digo que en estos Esperpentos es donde queda más parte del alma de Valle. No crea el lefctor, sin embargo, que el autor ha obrado su gran influencia en las letras españplas por estas obras en las que puso más pedazos de alma. Aquí ha de verse otro de los grandes disparates de su hgura. La- influencia de Valle tiene muy poco que ver con su obra. I To estoy seguro de que la ejerciera por sus obras preciosistas, porque lo mismo la generación de 189 que la de 1900- -y no hablemos de la de 1898, porque la ninguna influencia de este año siniestro en el arte de Valle es otra prueba de que no debe ser designado el año de la guerra con los Estados Unidos para fecha de ninguna generación literaria- -no tardaron en darse cuenta de vque faltaba la verdad esencial a sus Femeninas y Sonatas para que pudieran servir de modelo. Pero lo que influyó decisivamente sobre las nuevas generaciones fue el desdén que Valle mostraba hacii la preocupación por el asunto en la obra literaria, su exclusivismo formalista, su afirmación incansable de que lo esencial en literatura es el estilo y lo importante unir por primera vez un substantivo a un adjetivo. Cuando vino Rubén a España, al final de 1898, Valle le convirtió en ejemplo de sus teorías estéticas. En realidad, no se ajustaba Rubén demasiado a la idea de que en el arte es todo la forma, porque las mejores poesías de Rubén son precisamente las más cargadas de contenido emocional e intelectual. Pero no cabe duda de que la influencia de Valle en aquellos años fue decisiva. Recuérdese que Campoamor nos había acostumbrado a unos Versos de- expresión tan sencilla, que parecían prosa, que también el Madmd Cántico ponía la sencillez sobre toda otra virtud, salvo el ingenio, y que aunque Galdós, y Pereda, y Palacio Valdés eran estilistas cuidadosos no se tomaban el trabajo de salir a la palestra de determinadas escuelas literarias, por todo lo cual el prosaísmo más agarbanzado reinaba entre nosotros. El hecho es que, a partir de Valle- Inclán, los escritores se cuidan de la manera de escribir más de lo que antes era usual. Y este mérito nadie podrá disputárselo al muerto, que lo pregonó por toda clase de cafés y cervecerías, ilustrándolo con toda suerte de invectivas. En lo positivo, no cabe duda de que Valle tenía razón. En lo que no la tenía es en lo que negaba. Su desdén hacia el asunto es, en rigor, imperdonable. Por ese desdén han pasado después tantos años en que no hemos visto el reflejo de nuestra vida en las novelas, ni en las obras de teatro. Una literatura reducida a estilística sería insoportable. Y ha sido realmente insoportable en alguno de los valleinclanistas que más esfuerzo han puesto en alcanzar, en efecto, el preciosismo que Valle predicaba. El desarrollo anormal de la estilística suele verse acompañado de la atrofia imaginativa. Contra la estética preciosista de Valle se podrían emplear los mismos argumentos que aducía D. Juan de Jáuregui en su Dis curso poético contra el culteranismo de los gongorinos. Porque Valle ha sido, para bien y para mal, el Góngora de nuestro tiempo. RAMIRO DE MAEZTU. A B C EN Ante todo español CO Excelsior, diario de esta capital que suele comentar con afecto todo tema español de actualidad, ha calificado a nuestro flamante embajador, D. Emiliano Iglesias, de ora dor, diplomático y patriota y para apoyar tales adjetivos recuerda, algunas frases salientes del brillante discurso que nuestro máximo representante acaba de pronunciar en el banquete que los asturianos de Méjico le han ofrecido. Que D. Emiliano es un orador, nadie que haya oído su fácil palabra lo pone en duda, así como puede afirmarse categóricamente que nada hay más eficaz en diplomacia moderna y especialmente en estas latitudes americanas, que llamar a las cosas por su nombre, y el embajador español, lleno de claridad y llaneza castellanas, y de carácter naturalmente rudo y sincero, ha sabido desde que pisó tierra mejicana hacerse entender empleando, en todo caso, el vocablo preciso. Por lo que se refiere al dictado de patriota que le aplica el querido colega, y que para nosotros es el de mayor interés, tenemos que conceder que nos ha dejado satisfechos a los más exigentes con las demostraciones de amor patrio que viene dando desde su llegada. A partir de la instalación de la República en España, cualquiera se figuraba que la misión en gran parte de nuestros diplomáticos no era otra que la de defender y justificar la conducta del Gobierno que les había conferido el nombramiento político. Tal parecía que los procedimientos de este o de aquel partido de la derecha o de la izquierda eran para los españoles de América- -que sin pensar en detalles tan sólo nos interesa el bienestar y el progreso de nuestro país- asuntos de la mayor importancia, y por ello y por un mal entendimiento de algunos elementos provincialistas españoles, que por lo visto gozan de excesivo ocio que dedicar a lo que no interesa, hemos tenido que sonrojarnosviendo salir a la pública palestra y ex poniendo al criterio y a la censura ajenas algunos temas de regionalismo y aún de separatismo, que si discutidos en España son desagradables, aquí, en donde no tienen ni aún la disculpa del personal interés, causan mayor vergüenza y mortificación. Hubieran seguido así las cosas entre los españoles de Méjico, que por cierto somos tan pocos que solamente a gritos podemos dejarnos oir ya, de no haberse manifestado el actual embajador de España, Sr. D. Emiliano Iglesias, en su más amplio aspecto de patriotismo, hablando con claridad meridiana, o por mejor decir castellana, a los catalanes que le ofrecieron un banquete con, el propósito, sin duda, de seguir en su labor de hacer política infecunda desde estas latitudes. Emiliano Iglesias- -y perdone el. excelentísimo señor embajador este trato cordial y confianzudo en gracia a la simpatía y afecto que a los españoles de Méjico ha provocado su gallarda actitud- -para acallar las bocas indiscretas de los catalanistas que tuvieron la pretensión de sorprender su buena fe, hubo de pronunciar uno de los discursos más brillantes y desbordantes de españolismo que haya pronunciado en su carrera política, y no solamente fueron los; españoles de Méjico los que hubieron de celebrar las frases de Iglesias, sino que fueron los mejicanos y la mayor parte de la Prensa mejicana quienes le han rendido sus mayores elogios, porque en Méjico se ensalza a todo español que demuestra ser, aiv tes. que otra cosa, español. XEODORO FINO CASTILLO todos los propietaLa Agencia Dodge de la calle Gé- nova, i i con motivo de año Año Nuevo, hará un obsequio a todos i los que presenten la documenta- ción del camión Dodge, hasta el i día 31 de enero, de cuatro a siete de la tarde. SEMIRE

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