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ABC MADRID 01-11-1935 página 46
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ABC MADRID 01-11-1935 página 46

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C. VIERNES i. DE NOVIEMBRE DE 1935. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 46. TEATROS, CINEMATÓGRAFOS Y CONCIERTOS EN ESPAÑA Y EN EL EXTRANJERO Informaciones teatrales. De la hostería del Laurel al hogar de Caperucita gris. Cervantes: Rosario Ja Trianera Ideal: Lajs a de los sueños Informaciones musíca es. Guía del espectador. Cartelera madrileña Informaciones y noticias teatrales En Madrid Zorrilla habla en sus Recuerdos del tiempo viejo de cómo y por qué escribió su famoso Don Juan Tenorio, en veinte días, alia por el año 1844, para ayudar a Carlos Latorre a salir del apuro en que éste se veía para abrir el teatro de la Cruz, y en estas sus Memorias dice también con honrada sinceridad que para escribir su Don Juan no tuvo en cuenta más datos para el estudio del personaje que sus antecedentes de El burlador de Sevilla, y por una mala refundición de Solís que s. e representaba por entonces con el título de No hay placo que no se cumpla ni deuda que no se pague. Que la próspera y dilatada vida que sobre los tablados iba a alcanzar su drama de libertinaje y escándalo que supuso fuera cosa efímera, lo prueban estas sus palabras: En los anos que han corrida- -desde que yo lo escribí- mientras que yo envejecí, -mi Don Juan no ha envejecido. ¿Cómo ha llegado a ser el Tenorio, de Zorrilla, esa obra ritual que se representa a fecha fija, y que es una excepción en las costumbres del teatro moderno, donde no hay otro uso semejante? Probablemente porque en el Tenorio intervienen los muertos como dramatis personae, y hay escenas que acaecen en un panteón, o también por la perdurable leyenda que rodea al burlador, al vencer a los hombres con su diestro acero, y a las mujeres por sus artes amatorias y lo suasorio de su labia. Y ahí está, puesta y erguida su planta, como todos los años, por este día, en el teatro Español, para quien quiera algo de él El Tenorio del Español es el Tenorio de la tradición. Es un Tenorio que no tiene sucursales. La gente va preferentemente a éste su Don Juan, que es para el público el auténtico, el clásico. Y este año tiene casta y hechura en Ricardo Calvo, que lo dice y lo interpreta en el tono mayor con que fue escrito por el poeta de las Orientales, y es una de lasniás felices incorpoi aciones de su inspiración y de su talento. Pero si buen asiento tiene Don Juan en Ricardo Calvo, en estas sus hazañas y destrezas, halla también en Enrique Borras, cuerpo del Mejía, un rival digno de su fama. Y Borras y Calvo, en un artístico mano a mano llenan a satisfacción del público oyente el interés dramático, poético y espectacular que se contiene en el drama de Zorrilla, representado en el Español con una disciplinada y segura inteipretación, a cuyos efectos contribuyen Asunción Casáis, con strarte y candida belleza, que se acompasa muy bien al ingenuo candor de Doña Inés; Emilio Thuillier, en Don Diego Tenorio; Martínez Toyar, que por un momento suspende sus tratos con las musas flamencas para acudir como buen padre y comendador a reparar los agravios inferidos, a su honor por el despreocupado De la hostería del laurel al hogar de Caperucita gris Don Juan; Valeriano Ruiz París, en el irremplazable Ciutti, y... tuttí quanti, que no tenemos tiempo para más, porque hemos de trasladarnos, dejando a los personajes del Tenorio en sus razones y querellas, que nos aguardan en Benavente Caperucita gris y sus compañeros, y no sería excusable, no sólo por fueros de galantería, sino por cuantos méritos rodean a Milagritos Leal y al autor de la obra, Serrano Anguita, retardar nuestra presencia. Este es otro ambiente distinto en la comedia y su 1, personajes, aunque no falta una representación de los picaros, como en Los nietos del Cid y las dos otras partes de la trilogía que forman. Manos de plata y- Hombre de presa, cuya unidad temática no es otra al fin que la moral inmoral de Polichinela. El problema central de Caperucita gris se funda en el divorcio de los cónyuges, el abogado Mendoza y su esposa Casilda, no por causas graves, sino por discrepancias en sus ideologías y gustos, que establecen entre los consortes la inevitable separación. Son distintos ritmos los de Casilda y Mendoza. Ella es para él una mujer de anticuadas y rancias ideas, de un anquilosado criterio incompatible en sus sentimientos más íntimos y fervorosos, con la elegante despreocupación de la vida moderna. El es lo contrapuesto. ¿Cómo entenderse con tan dispares apreciaciones? Y ja está el divorcio, que permite a Mendoza la independencia ele vivir al suo modo y de introducir en su casa a Pilar, su amiga, una pájara de cuidado acuñada en el troquel de las mujeres fatales, que el disfraza con el efugio de ser su ama de llaves para no inferir sospechas en Isabel, la Caperucita gris, hija del desavenido matrimonio, que, reclamada por su padre, facultado por la ley, usa de su derecho para tenerla a su lado por algún tiempo. Y he aquí en acción a Caperucita, la colegialita, a quien su padre autoriza a proceder como dueña de la casa. ¡Y vaya si hay cosas que arreglar allí, donde suceden cosas extraordinarias para los ojos inocentes de la encantadora Isabel. En la trama de la comedia, con figura de folletín, sostenida con habilidad y simulada emoción en la buena forma del diálogo, juegan importante papel la intrusa Pilar y su nada recomendable familia, parásitos que viven de la bolsa del abogado, y especialmente el tío Eusebio, el pendolista, un ejemplar totalitario de lo más inverecundo, distinguido estafador que anda en turbios negocios, de los que es obligado cómplice Luis, el pasante del abogado, un buen muchacho, por lo demás, pero nefastamente influido por Pilar, de la que obtuvo placenteros favores. El pasante, que ha impresionado el tierno corazón de Caperucita, se ve comprometidísimo en aquel feo asunto de los cheques, en el que pone sus manos, para librarle de una gra e responsabilidad, Caperucita, que ante los estupefactos parientes de Pilar, la arroja de la casa. ¿No la invistió su padre de todos los poderes para obrar libremente? Pues allí está Caperucita para evitar mayores males y ser lazo de unión entre los divorciados al ol er Casilda a su hogar, transformada, rejuvenecida de espíritu, con retoques de mujer más a la moderna, para ser eri propiedad, y para toda la vida, al parecer, el ama de llaves de aquel hogar. Y por esta vez, a Caperucita no la devoró el lobo, como en el cuento infantil de Perrault, que ella supo triunfar de todos y contra todos. Ya en los proclives del acto segundo, donde está la escena mejor y más humana de la comedia, la que pone frente a frente a las dos mujeres rivales, el público estaba percatado del optimista, desenlace, con 3 que se le daba, un acto, el tercero, de propina, gue ya ningún interés podía ofrecerle como no fuera en éste, como en los actos anteriores la recreación de admirar en Milagritos Leal todas las facetas de su arte interpretativo en la protagonista de Caperucita gris, papel lleno de matices y de contrastes, representado con la agilidad y travesura que especializan la manera de la notable actriz. Carmen Jiménez interpretó con artística dignidad la esposa repudiada, y Carmen Alcoriza fue, en lo opuesto, la mujer sinuosa y ondulante que el autor retrata. Soler Mari compuso con tonos precisos la parte del abogado Mendoza. Muy ajustado a su papel Juan Calvo, con detalles bien observados, y muy bien José Blanch, Amoaro Astort y Fresno, en sus episódicos personajes, desempeñaron su cometido con todo acierto. La comedia fue aplaudida, y Serrano Anguita salió en todos los actos. -F. Fontalba: Debut de la compañía infantil de la B. A. T Ayer tai de hizo su presentación en el teatio Fontalba la compañía infantil B. A. T. (Bilbaína Artísíico- Teatral) de Deusto, que se propone actuar en dicho teatro todas las tardes, en sección especial dedicada a los niños. Esta compañía de pequeños artistas hará comedietas, zarzuelitas, cuentos escenificados, fantasías líricas y entremeses cómicos, sin que falten finales de fiesta con números de variedades, todo ello orientado en la más bana moral. El programa desarrollado en la función inaugural no deja duda sobre este propósito. Una comedia seria y moral, una divertida fantasía de muñecas y graciosos números de varietés, constituyeron la función de aj er tarde, que proporcionó grato solaz a una lucida representación de la sociedad de mañana, rosas frescas de humanidad repartidas por todas las localidades del teatro, gente menuda que batía palmas con entusiasta alborozo. Porque es justo decir que los pequeños artistas que ayer se ofrecieron en el escenario de Fontalba son verdaderos chicos en grande. Perfectamente conjuntados, interpretan las obras con todo esmero, ponderando los efectos y bellezas de la acción, y del diálogo. Como totalidad de farándula, tienen aptitud para encargarse de cualquier representación escénica. Del género que sea la obra, ellos la montarán y saldrán airosos en su desempeño, por complicado que sea el juego dramático. Pero es que sobre este nivel medio de realización hay unos virtuosos, los primeros actores de la compañía, que son verdadero asombro de intuición y de sentido artístico. Cabe hacer el conocido lamento: ¡Por qué estos niños habrán de ser hombres mañana ¡Por qué habrán de ser hombres Y no crecerán también en su arte para que fueran gloria del teatro! En el programa de ayer hicieron una zarzuela fantástica, El sueño de una muñeca, en que actúa toda h compañía. Allí se cantan bellas y difíciles canciones por José María y Julián Usunaga, Miguel Begoña y Mirenchu Egusquiza, de limpias y ágiles vC ees. Y allí se hacen deliciosos alardes cómicos por Ali Garayalde, estrella de la coie- t

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