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ABC MADRID 27-06-1935 página 55
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ABC MADRID 27-06-1935 página 55

  • EdiciónABC, MADRID
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por (CO NTIN UAC ¡Jis darq! -repuso. él, v déideñosó- Usted no puede librarse instant. neament- j de su temperamento de goy; ni alcanza, a comp rende; r la: vér- dader. i- f, alrriá judía, positiva y mística a 1 la vez, y sé escahdalis- a ante lo que le paree- una contra cción. -En efecto, una. xontjradicciórw- repitló ella en voz baja. ¡Inexplicable hechizo! Ella, la audaz, que amaba K indeoendencia más que la vida, experimentaba una rara fruición en sentirse dominada y vencida. Y es que en realidad, no había en Marta uña voluntad persistente, sino una sucesión infinita de caprichos de niña; mimada y vanidosa. Un sen miento fuerte, semejan al amor, aniquilaba de repente su vanidad, volviéndola dócil y mansa, corvo una criatura- dormida. Y para qus él no la despreciara, jor artificiosa y pueril, ni siquiera intentaba disimular su emoción, parecida al espanto. El adivinó sus pensamientos. -fPobre goy! ¿T Lne miedo de saber cómo somos? Vuelva los ojos a sí misma, y lo sabrá sin que yo le explique nada. También éri usted hay esa! eterna contradicción del alma judía: SSmos el pueblo, escogido y a la vez, el de dura cerviz Predestinados para dominar él mundo, no tenemos patria. Nuestro libró- religioso; el- Talmud, es el más prolijo tratado comercial que pudiera inventar el más alevoso banquero. Elevamos altares al Señor y no bien. se aleja Moisés imploramos a su hermanó 1 Aafón que nos fabrique un ídolo Y él, Sumo Sacerdote de Jehová, funde, con sus manos un becerro de oro. ¡Israel. Jíeaquí tu. dios! -Extraño en: verdad. Hugo I O N) ¿vs, ted no es, por ventura, el que ha de venir en. su pro pio nombre? F. ohen se guardó de burlarse y contestó seriamente: -Yo hé nacido en Buenos Aires, y el Anticristo nacerá en Babilonia 6 en jerusalén, y las mujeres no lo mirarán sin amarlo. A las últimas palabras, ella replicó ruborizándose: ¿Qué sabe usted de lo que pasa en el corazón de las mujeres? El no pareció advertir su rubor. El automóvil descendía como un proyectil por la Avenida Alvear. -Tome esta calle. Por aquí llegaremos a mi casa. Marta obedeció. Se sentía envuelta e irremediablemente dominada. -i Doble a la derecha! Esa es mi casa; vivo solo, con un sirviente... Deténgase y bajemos. El coche se detuvo, y Marta bajó detrás de Kohen; que abrió la puerta con un llavín. Hall fresco y penumbroso. Resonancia de pasos en las baldosas, de mármol blanco y negro. Despacho oscuro. Ventana sobre un. jardín entoldado por glicinas en flor. -T- ¡Siéntese, Marta! ¿Por qué nene los oj. os tristes y azorados? ¿No se quita el spmbrero, xni siquiera los solantes? -Ella- sentía- la aprensión de penetrar en, regiones tenebrosas y sin arrepentimiento. ¡No solamente el camino de mi casa voy a enseñarle yo! Cuántas veces habrá oído la blasfemia de Jesús: Yo soy el Camino la Verdad y la Vida... ¡No! Ni el camino, nj la verdad, ni iu vida están sn los Evangelios, ssno en este libro ¿T- odo t i e r? su clave, Marta. qué ha realizado el. más estupendo milagro de todos los tiempos. M u é s t r e m e l a! ¿Qué, libro es? -interrogó Marta, hojeando un grueso- -Somos místicos y religiosos, pero nuest esperanza está solamente en los bienes úe éste inundo Ignoramos lo. que hay tomo en (Caracteres hebraicos. -Él Talmud, nuestro código religioso, político y social, más aUá; y- -establecemos aquí nuestro paraíso. Dios no nos ha criado para ganar el. cielo, sino jara dominar. la tierra. Esa mil veces más sagrado que la Biblia. es- uestra fe Hace seis mil años la nacióa espera al Mesías, ¿Y cuál es su estupendo milagro? nuestro. rey, que ha de conquistar el universo. Mantener, a través de los siglos, lá fisonomía de un pue líohen- ervó: -a su c jmpañera que iba muda, entrecerrados blo. Impedir, que quince millones de israelitas oprimidos por dos mil millones de enemigos, se fundieran en la masa innumerable los ojos, cegada por él resplandor de la profecía. Y él coche guiado por su mano firme, devoraba hileras de de cristianos. -Parece, un milagro verdaderamente- -dijo Marta. edificios, -calles tranquilas, ávenidas vertiginosas, parques donde- -Más todavía- -prosiguió 1- Gracias al Talmud, ese pueel calor teñía de sangré los ceibos y de violeta, las copas de blo sin patria no tardará en dictar la ley a todas las naciones. los Jacarandas, llenando el aire olores del trópij Marta, lo miró con iapor. Empezaba a creer que eso podía- -En esta ¿alie esta, mi casa- -dijo él de pronto- Doble, ser verdad, y que la Argentina sería, antes de los tiempos del a la izquierda. Anticristo, una esclava de la Sinagoga. Ella no qüjso obedecer y p a s ó d e largo. Y no se rebeló. Sintió, por el contrario, la fiereza de! a- ¿Qué hace? ¿No viene conmigo? apostasia adentro de su corazón de cristiana. ¡No! Mauricio Kohen prosiguió: P. ódée el parque y volvamos. Lo que yo tengo que- -Escuche y comprenda ios caminos por donde Israel domidecirle no puede sei en la calle. nará al mundo. Dios ha dado a mestra raza el genio, de las- JÍ Q u é tiene que decirme? Usted habla del Mesías que ha la dé venir. Yo soy católica y- creo que- Mesías ya vino y es conquistas modernas, que no se realizan por espada, sino por el oro. Cristo, que es Dios. -Entonces mi padre puede ser un rey- -dijo ella con orEl la envolvió en una mirada y le respondió lenta- gullo, y él prosiguió: mente, para que la blasfemia atroz mordiera el blando metal de -Hasta en los libros sagrados de los goyim se anuncia el su oobre conciencia. triunfo de Israel. Jesús, junto al pozo de Jacob, dice a la Sa- -Cristo no es el Mesías- es el Impostor. El verdadero maritana La salvación viene délos, judíos Y Pablo, el gran Mesías hij de Dios, quien los judíos esperamo s, para que apóstol, repite la promesa de Isaías: El libertador saldrá de por él se cumplan las. promesas de la raza; es aquel a quien Sión La más grande bataiía de los tiempos se está librando en los crist; -nos llaman, el Anticristo, cuyo verdadero nombre na- los campos de Italia y de Alemania: Roma contra Jerusalén. 5 die sabrá Hasta e. día. de sú advenimiento, ¿Quisa- la ganará: -interrogó la joven con viveza. El corazón de la joven latía atropelladamente. -t- La primera, Roma. El apartó su mano y le produjo alivio. Pero volvió a apre- ¿Y después? tarla, con más violencia, cual si fuera su marido o señor. -Jerusalén, pero recuérdelo siempre: no por- la espada, -Yo soy caíólica -repitió ella casi maquinalmente- y sino por el oro. creo que Cristo os Dios. A- uediodía Marta regresó a su casa, aturdida por visiones Y él asestó un segundo hachazo, en U raíz de aquella fe apocalípticas. Y a; la fc. rde recibió una carta, sin firma, que sólo contenís Vacilante. -Cien generaciones dé gcyim. no basta; para diluir con su estas. enigmáticas palabras: El. rey de ía sangre de Sión está próximo a nacer. sangre impura, una sola gota de la sangre de Israel. ¿Cómo Un paso 1 más y la. serpiente simbólica (Israel) encerrar? no- siente arder en sus venas- nuestro orgullo inextinguible, usted que- es c desde la punta del pie. hasta los- Hilantes en su círculo a todas las naciones. -Y. Marta experimentó el orgullo milenario del pueblo escocabellos de su cabera? gido, y se sintió judía por la sangre y el alma, y se aproxime Marta Blümen calló, para mejor percibir las corrientes de su corazón. Le pareció, en efecto, que a pesar del bautismo, al espejo y se miró. No! todavía no. Todavía ni e. í su frente esplendorosa. siempre había sentido una secreta repulsión hacia las creencias ni, en. su brazo aparecía la cifra del Anticristo: 666. católicas. Los soberbios oj. os dé él irradiaban tan extraña luz. que (Continuará. ella le preguntó: i; 1,8

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