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ABC MADRID 21-02-1935 página 10
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ABC MADRID 21-02-1935 página 10

  • EdiciónABC, MADRID
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CRUZ E IMPERIO W PA En cuanto os movéis unas horas por esta vieja Lisboa, donde corren vientos de nuevo aíáv; y grandeza, dais con los pasquin- cs que orientan a los portugueses en la propaganda de Portugal. Un rector sutil e intelectual de esta propaganda que debe de comenzar por serio para los naturales del país, Antonio Ferro, ha dispuesto con la ayuda de pintores y dibujantes, una serie de muestras expresivas que susciten primero la curiosidad del público y después el orgullo y sentimiento de lo nacional, la confianza plena en los designios del Nuevp E s tado. Uno de estos carteles, por ejemplo, se titula Portugal no es un país pequeño El mapa de Europa ha sido manchado can la silueta geográfica, superpuesta, de la extensión colonial del Imperio. Esta segunda patria invade en efecto Europa y llega a Rusia. Ha sido un acierto de Antonio Ferro y de los hombres que trabajan junto a Oliyeira Salazar: así, entrando por los ojos, el portugués como el. via- hubiera hecho otra cosa que rejtaurar este jero en Portugal, ve y siente la verdad in- valor espiritual de la. raza cuando estaba sobornable: este país no es- un país pe- en tiempos de agonía, sólo por esto merequeño. Y no lo es por- algo más que por cería el título de primer Gobierno naciola extensión de su mundo colonial; es algo nal de la República portuguesa. más vivo y latente para, el qué meses vea: Esa voluntad del Imperio es toda una es la fe en su destino y misión de Imperio. mentalidad afirmativa, constructiva, exclu- Desde el año i j- if- en que cincuenta mil sivista. Sentirlo así ha sido, a mi entenportugueses desembarcan en Ceuta, este le- der de viajero por Portugal, en mi tercer gado misional, trágico e impresionante, heviaje, el mayor acierto del espíritu del roico y traspasado de sufrimientos, no. ha- Nuevo Estado, de cuyo jefe copio estas bía dejado de pesar en el corazón de nues- palabras: El alma del Imperio es de ortros, hermanos y vecinos mientras en el gullo, de autoridad, de audacia, de decisión trono de los cuxtro Imperios se mantuvo y tenacidad inflexibles. El individuo debe un monarca. Después, la desmoralización de estar seguro de que todo lo que es na- e inestabilidad de los partidos políticos, la cional debe convergir en la realización de descomposición de los estilos liberal- parla- un bien común: el prestigio, la nobleza, la mentarios, las fuerzas secretas, que hervían fuerza de la Patria en el fondo de las continuas revoluciones, parecían haber dado a! traste con ese beLos españoles que entramos en este nuello sueño del que se había conseguido una vo Portugal casi insospechado, en este magnífica realidad. Si el Gobierno férreo Portugal que se ha encontrado a sí mismo y fino al tiempo, de Oliyeira. Salazar no y que, como ocurre en la Italia fascista, ha educado ya en el amor a la grandeza de la patria a toda una juventud que ganó palmo a palmo con la disciplina de sus camisas cerradas y uniformes en el entusiasmo castrense; los españoles que abrimos nuestro ojos a este milagro de resurrección nacional, tenemos, inevitablemente, un gesto de melancolía. Ahora Portugal nos ha. ganado, Portugal está viviendo tiempos que para nosotros no son aún otra cosa que un sueño por el que pedimos a Dios... Perdiéndome en el laberinto de los viejos barrios lisboetas, aún el oído al costado de un fado que sale no se sabe de dónde, voy pensando en. el. milagro político- -nacional- -de la resurrección portuguesa que, a mi entender, se comprende mejor. que en ningún otro clima, de economía, corpqrativismo, etc. en esa salvadora dimensión comprendida de la Patria como misión; en el afán de cada portugués oor que Portugal no sea un país pequeño. Les ha salvado a ellos exactamente lo que a nosotros nos ha perdido: las colonias, la conciencia de Imperio. El derrotismo que tiene a España en trance de agonía quiso convencer a cada, uno de los españoles que las. colonias no eran sino una ruina económica- un negocio personal. Así se perdió América La lucha, contra la Cruz no ha partido nunca, en Filipinas, en las Indias, en África, de los indígenas, sino de los españoles mismos. En Portugal ocurre, paralelamente, lo contrario la razón principal del Imperio la encuentra el patriota portugués en lo que esta tiene de misional, en la sinonimia que existe entre, civilización y catolicismo. Eiv todo tiempo han tenido presentes aquellas palabras del Rey D. Sebastián al Virrey de las Indias, D. Luis de Ataide: Fazei muita cristandade; fazei justiqa. A ese legado de alta espiritualidad- -escribe Oliveira Salazar en sus Directrices duma politica imperial- -hemos sabido permanecer fieles a través de los siglos. Cruz e Imperio. Esa N ha sido, como español, una de las grandes lecciones- que he recibido en este antiguo y novísimo Portugal del Nuevo Estado, en este Portugal que no es pequeño, porque ha extendido su religión y su cultura, su disciplina y su amor a través de un mundo negro, donde todos los totems, con sus horribles rostros, miran hacia el Imperio. hacia la cuna donde el Tajo, como una misión, entra eti el mar hecho verso y espada, suspiro y concepto. CtSAR G O N Z A L E Z- R U f Lisboa, febrero 1935.

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